4. EL SENDERO DE LA LUZ
La Luz atraviesa con gran velocidad el cosmos, a través de la ilusión del espacio y el tiempo, para llegar hasta los rincones más oscuros del Universo a los que, tarde o temprano, también habrá de llegar en todo su esplendor, algún día.
La fe es una de las grandes luces que ilumina el Universo. Y el Amor ES en sí; ES la vida misma que todo lo llena y une.
Y en la encrucijada entre la oscuridad y la fe se encuentra esta Humanidad. Los menos evolucionados optan por la comodidad, el estancamiento, la rigidez, y por lo tanto, la oscuridad. No se trata tan solo de ser bueno, o incluso de llegar a ser santo mártir, sino de tener la flexibilidad y la conciencia necesarias para saber adaptarse al Servicio y al esfuerzo específico de cada momento.
No hay reglas fijas, no hay normas generales, ni siquiera hay planes seguros, a largo plazo, ni en materia, ni en espíritu. El Universo palpita, cambia constantemente, porque eso es precisamente la evolución. Es muy importante no quedarse atascado en un momento dado, porque esto puede hacer perder el camino evolutivo de una o de varias encarnaciones.
Estos tiempos, más que nunca, son tiempos de cambio, de flexibilidad, de disponibilidad, de transformación. En la evolución no existe el descanso, no existe la tregua, ni las vacaciones. Estas son dos cuestiones a tener muy en cuenta. La Luz divina no se detiene tampoco, nunca se estanca; evoluciona y prosigue su camino iluminando y desarrollando seres y mundos.
Es importante tener en cuenta todo esto para no aferrase a nada, e incluso a nadie. Todo es efímero, es relativo, es pasajero en la forma tridimensional. Las ataduras, como ya sabéis, sólo producen error y dolor. Así pues, cuanto mayor sea la falta de libertad, cuanto mayores sean las ataduras, mayor será el dolor de la ruptura o la liberación. En cambio, en la libertad, no hay dolor; hay alegría, hay armonía y paz.
Es difícil abstraerse de las ataduras de la materia, pero no imposible. Esto se logra con mucho Amor, con mucha paciencia, y con el anhelo supremo y espiritual por excelencia: EL ANHELO DE LIBERACIÓN.
El ser lucha por liberarse y la paradoja de esto es que, precisamente, cuando deja de luchar, cuando reconoce la inutilidad de tratar de alcanzar algo que ya se tiene, QUE YA SE ES; justamente es en ese momento, y no en ningún otro, que la liberación se produce.
Todos debemos recordar que tenemos un compromiso personal e individual con nuestro espíritu para liberarnos, y esa liberación pasa por el Servicio en las distintas expresiones y Rayos. Esa deberá ser nuestra prioridad, y nuestros actos deberán ir siempre en armonía con este Servicio.
Recordad lo esencial, lo primordial, recordad el propósito que os llevó a la tercera dimensión. Lo demás son formas, son sombras sobre las que hay que discernir muy bien para no caer en sus trampas.
No os aflijáis por nada. Sed felices, actuad con fe y misericordia, y recordad que vuestro camino es el de la Luz. Las tinieblas no deberán tener cabida en vuestro entorno, para que todo esté en armonía, y no haya puntos sucios que pudieran llegar a oscurecer la Luz de la que sois portadores.
No podéis lamentaros de la oscuridad, ni de la intensa actividad, es un dispendio de energías. Vosotros escogisteis este camino; vuestro espíritu lo hizo, y es preciso llevar adelante su propósito. Vosotros ponéis las formas y el Cielo pone los medios y el propósito esencial.
Así es la vida, y así es la evolución.
Os dejamos con la Luz del Todopoderoso,
Que ella os guíe y os enseñe la fe y el Amor.
Paz y Amor