Domingo Díaz
22 de Enero de
2008
Por su
naturaleza sutil e invisible a los ojos físicos de la mayoría de los humanos,
los mundos superiores se tornan extraordinariamente complejos de percibir y
conocer. No solo por su propia constitución, que ya de por sí es bien compleja,
sino por la dificultad obvia de acceso a dicha información. Para muestra basta
leer una descripción bastante completa de la organización de los mundos
superiores en el Libro de Urantia o en su versión más asequible “La rebelión de
Lucifer” de JJ Benítez.
Además, cada
persona que accede a esos mundos, sea mediante la expansión de sus capacidades
psíquicas que aparecen como consecuencia de su desarrollo espiritual, o sea como
necesidad para cumplir su misión para el Plan Divino en la presente
reencarnación, o por las dos causas, recibe una información que suele presentar
diferencias con relación a la que puede percibir otra persona distinta.
En esta
descripción presento mi propia visión, la que he recibido y manejo para la
comprensión y realización de trabajos espirituales por parte de nuestro equipo
de servidores del Plan. Esta visión ha sido recibida externamente en su parte
más básica, la cual ha sido confirmada así como ampliada en lo interno. No
pretende sentar cátedra ni ser excluyente de otras visiones, ni ser completa y
exhaustiva, ni mucho menos. Simplemente es suficiente, además de operativa, para
la comprensión humana y para el desarrollo espiritual así como para la
comprensión de lo que venimos haciendo en dichos planos sutiles.
Nos
circunscribimos en esta visión únicamente al entorno de nuestra galaxia, la Vía
Láctea. Podríamos hablar del Universo en su totalidad, con sus millones y
millones de galaxias, o considerar la existencia de múltiples universos en
múltiples dimensiones no conocidas ni percibidas por el Ser Humano, pero,
sinceramente, a mi me supera aún tan magna visión y me hace perder la
perspectiva. En mi fase de desarrollo espiritual y para los trabajos de
ingeniería energético planetaria que nos encargan realizar con bastante
frecuencia, esta visión es más que suficiente.
El Ser
Galáctico:
El Alma
Galáctica, o Dios actuando en esta galaxia se manifiesta en dos aspectos
complementarios y consistentes, el aspecto AM y el aspecto OM, que no
necesariamente coinciden con los aspectos masculino y femenino tal y como
energéticamente los percibimos en el planeta Tierra, pero que se relacionan de
una manera compleja, o sea, que no son lo mismo exactamente pero tienen mucha
relación (este dualismo energético no es exclusivo de nuestro planeta). Estos
dos aspectos confluyen en la Tierra por medio de dos líneas jerárquicas
diferentes aunque interrelacionadas. A la línea OM, yo la llamo para mis
adentros, para entenderme y para simplificar, la línea de Inana y a la línea AM
la llamo la línea Crística.
La línea OM
tiene su sede en el Gran Sol Central Galáctico, el Hunab Ku (Un Padre Dios) de
los Mayas. El Gran Sol Central es un cúmulo estelar gigantesco, de miles de
millones de estrellas, que emite un inmenso haz luminoso y que coincide
geográficamente con el centro físico de la Vía Láctea. De la línea OM (Padre)
parte directamente la línea jerárquica galáctica que “podríamos denominar”
femenina. La línea AM tiene su base de operaciones en la constelación de Orión,
sede y Cuartel General de la Confederación Galáctica. De ahí parte la línea
jerárquica galáctica que “podríamos denominar” masculina. Este tipo de cambios o
de cruces energéticos (del centro “masculino” parte la línea “femenina” y
viceversa” es bastante común, no solo en los espacios sutiles sino en el mismo
planeta Tierra y tienen por función complementar, fundir, integrar y cohesionar
el dualismo energético en una unidad operativa).
Ambas líneas
jerárquicas confluyen en la constelación de las Pléyades (arquetípica y
mitológicamente 7 estrellas) con Alcyone a la cabeza. Las Pléyades y los
Pleyadianos tienen su base de operaciones para la Tierra en el Planeta Venus.
Así, desde el punto de vista de la Tierra, el sistema de Pléyades consta de 7+1
estrella. Si bien esta constelación es principalmente usada por la línea
jerárquica OM o de Inana.
La línea
jerárquica de Inana:
Vamos ahora a
describir ambas líneas jerárquicas galácticas como si fueran una escala de menor
a mayor jerarquía, contando a partir de la Tierra, como si ésta tuviera una
jerarquía del grado 1. Empezaremos por la línea jerárquica de Inana.
En la línea
jerárquica de Inana tenemos el nivel 1 de la Tierra donde operan los aliados
intraterrenos lemurianos con Adama a la cabeza desde su sede de Telos en el
Monte Shasta (USA) (ver tambien
Un regalo para
la Humanidad de Adama de Telos). El nivel 2 lo constituye Venus desde donde operan los
hermanos pleyadianos (los maya galácticos que trajeron el conocimiento del
calendario maya y muchas otras enseñanzas más a los mayas humanos en el pasado).
El nivel 3 lo ostentan las propias Pléyades con Inana a la cabeza. Hablaremos
con detalle de la energía OM que mueve Inana y de sus manifestaciones físicas
terrestres en las siguientes comunicaciones.
Numerológicamente a las Pléyades corresponde el número 8 y su animal arquetipo
es la serpiente.
A fecha de hoy
no conozco los siguientes escalones jerárquicos en esa línea hasta el Gran Sol
Central. Lo lamento.
La línea
jerárquica Crística:
De nuevo
volviendo a partir de la Tierra como nivel jerárquico inicial, donde operan los
aliados intraterrenos Atlantes, fundamentalmente desde bases submarinas, el
nivel jerárquico 2º estaría basado en el Sol, como punto de entrada de esta
línea Crística en el sistema solar (equivalente al papel que jugaría Venus en la
otra línea).
El nivel 3º
estaría, como ya dijimos, en las Pléyades, si bien estas son utilizadas
mayormente por la línea de Inana.
El nivel 4º
estaría basado en la constelación de Arcturus (Arturo), base operativa de los
arturianos, que tiene arquetípicamente 7 estrellas geométricamente ordenadas
como una estrella de David con una central (La Pastora) si se la visualiza desde
determinadas direcciones de la galaxia. Así el número asociado a Arturo es el 6
(el número de puntas de la estrella de David) y su animal arquetípico es el
Perro (en su energía de lealtad, fidelidad, amor, entrega).
El nivel 5º de
esta línea jerárquica reside en Sirio. La históricamente venerada estrella
Sirio, cuyo zenit determinara el comienzo del año para las grandes
civilizaciones egipcia y maya, resulta que ahora se sabe científicamente que es
todo un sistema estelar que se compone de 3 estrellas, Sirio A, Sirio B y Sirio
C. En realidad se compone de 5 estrellas (acabarán descubriéndolas). Desde allí
operan los sirianos. Dentro de los cargos jerárquicos de los sirianos se
encuentra el cargo de “El Cristo”, así pues, el Cristo es un cargo operativo
dentro de la jerarquía estelar siriana. Los Seres que han ostentado este cargo
han reencarnado 9 veces en el Planeta Tierra bajo los nombres de: Juno y Numú en
Lemuria; Antulio y Alfión en Atlántida; Abel, Khrisna, Moisés, Buda y Jeshua de
Nazaret en el periodo histórico post-atlante. ¿Sorpresa?.....
El número que
define a Sirio es el 5 (el de sus estrellas y el número del movimiento y el
avance según numerosas numerologías) y su forma geométrica plana es el pentágono
o su versión complementaria, la pentalfa (estrella de 5 puntas), mientras que su
forma geométrica espacial es el dodecaedro, el sólido platónico del éter o
espíritu. El arquetipo animal de Sirio es el delfín, lo que explica el hecho que
ya comenté antes de Navidades de que Jesús de Nazaret naciera bajo el signo de
Piscis, de que convirtiera el agua en vino, de que el símbolo de los primeros
cristianos fuera el pez y de que se le represente en numerosas ocasiones rodeado
de un halo con forma óvalo al que se denomina Vessica Piscis (vegija de pez).
El nivel 6º de
esta línea corresponde a la constelación de Vega. Lamento conocer muy poco de
este nivel. Solo que su animal arquetipo es la Ballena.
El Nivel 7º de
esta línea corresponde a la constelación de Lyra. Su animal arquetipo es el
León. La entrada de los liranos en los asuntos de la Tierra es muy reciente y
tiene que ver con la toma de posesión de los Atlantes como recientes maestros
conductores de la Humanidad para la próxima Fase Cristal. Como este evento es
tan reciente como importante, me extenderé sobre él en mi próxima comunicación,
dando fechas y más características.
El Nivel 8º de
esta línea corresponde a la constelación de Orión donde reside la Confederación
Galáctica y su Consejo de Ancianos. Como ya informé en mi anterior correo sobre
este tema, su número es el 8 y su animal arquetípico es la Araña como simbolismo
de la Madre Galáctica que forma la “tela” o trama que urde la vida. Ignoro por
completo si hay algo más allá de este nivel y, de haberlo, lo que es.
Presencia en
el Planeta:
En Agosto de
1987, coincidiendo con el magno evento espiritual denominado la Convergencia
Armónica, donde se reunió una importante masa crítica simultánea de personas en
un anhelo de paz y amor hacia el planeta, los Maestros decidieron liberar a la
Tierra de condicionamientos mentales muy lastrantes (el ejercicio del poder de
Marduk) y acelerar y facilitar su elevación vibratoria, así como impedir o al
menos retrasar soluciones traumáticas. A partir de entonces los Sirianos,
encabezados por el Cristo, decidieron apoyar con fuerza la acción de los
pleyadianos en la Tierra, que había sido la ordinaria hasta entonces, y se
hicieron cargo directamente de las operaciones espirituales en el Planeta.
Tan solo 20
años después los liranos, de una jerarquía superior, han hecho su aparición en
el Planeta para traer nuevas energías y, sobre todo, para preparar
vibratoriamente la llegada de la Confederación Galáctica.
A grosso y
resumido modo esta es mi visión. Repito: no pretendo ser exacto, ni cubrir todas
las dudas, ni contestar a todas las preguntas, ni que esta imagen sea
exactamente compatible con toda la información que circula por Internet, o con
la que han comunicado otros canalizadores. Tal vez esto no sea necesario. Pero
es lo que yo he recibido y a mí me funciona.
|