Por Celia Fenn
2 de Febrero de 2008: Mundo de
Agua..... y una Pena y una Tristeza Profundas.... Hora
de Nuevos Comienzos
Bien,
para muchos de nosotros esta ha sido una semana de
aquellas. ¡Desde luego, los viejos modelos de
pensamiento y de comportamiento están viniendo a
nosotros para que los sanemos y liberemos de una vez! A
medida que vamos trayendo los Códigos de la Nueva
Energía Masculina, nos encontramos con que todas las
ilusiones o traumas que estaban profundamente arraigados
en nuestros cuerpos y nuestras almas están saliendo a la
luz para su limpieza y liberación final.
Está
bien.... Siento la inquietud y la ira que están ahí
afuera. Son muchas las personas que escriben contando
cosas como las siguientes: “Si yo he cumplido con mi
trabajo, ¿por qué estoy todavía en tan mala situación?”,
o “¿cuánto tiempo me queda para ser feliz?”, o “¿qué
hice mal?”. Bien, la respuesta es que es posible que
esto no tenga tanto que ver con nosotros como personas
individuales, que no sea algo que podamos relacionar con
nuestras vidas a nivel individual. Somos un Colectivo y,
como tal, es posible que también tengamos traumas
planetarios colectivos que liberar.
Todo
está relacionado con el Agua.... como me dice el
Arcángel Miguel.... y con el trabajo que estamos
haciendo para limpiar y “reprogramar” el agua de nuestro
planeta. Como ya demostró el Dr. Emoto, el agua
transmite emociones y sentimientos a larga distancia.
Posee una inteligencia comunicativa. Tiene memoria.
Puede contener patrones tanto de trauma como de
esplendor, dependiendo de la conciencia de aquellos con
quienes se conecte. Nuestros cuerpos son agua en un
ochenta por ciento. Los sentimientos y las emociones
surgen a través de la conciencia del agua y son
transmitidos por todo el planeta a través del agua que
hay en nuestros cuerpos. Por lo tanto, a veces recibimos
sentimientos de los que no podemos dar razón.
Repentinamente, nos sentimos tristes, deprimidos,
incómodos o enojados. Estamos recibiendo un “mensaje del
agua” procedente del flujo de la Conciencia Colectiva.
El
Arcángel Miguel dice que hace muchos milenios
existió un mundo prístino y radiante con unos
continentes llamados Atlántida y Lemuria. Era un
“primer” mundo en el que los ángeles en forma humana
experimentaron por primera vez con la idea de crear el
cielo en la densa dimensión de la manifestación física
que era el Planeta Tierra. Para conseguirlo, era
necesario que equilibrasen el Agua con el
Fuego y la densidad con la luz. Y aquello salió
bien, y la vida en la Tierra fue dichosa y feliz.
Pero
tiempo después, los responsables de “mantener” el
equilibrio energético, llamémoslos “sacerdotes” y
“sacerdotisas”, se volvieron demasiado “pesados” y
perdieron ese equilibrio y la habilidad de mantenerlo.
Fueron incapaces de sostener el equilibrio entre el
Fuego (el Espíritu) y el Agua (la Conciencia Colectiva).
Y así, el Merkaba Planetario vio desequilibrado
su giro y la Tierra se rompió. Los continentes de la
Atlántida y Lemuria se perdieron bajo las
aguas. No fue “culpa” de nadie, fue una cuestión de
inexperiencia de los que trabajaban con las energías.
Pero el Colectivo Humano quedó tan traumatizado por
aquel desastre que empezaron a culparse y a sentirse
indignos y deprimidos, y empezaron a inventar historias
sobre pecados, cóleras y castigos para explicarse por
qué se sentían tan mal consigo mismos. Y se alejaron de
la Fuente Divina, sintiéndose separados, solos y
perdidos.
Y la
memoria de ese trauma quedó impresa en las aguas del
planeta, codificada en las matrices acuáticas de su
cuerpo físico. Y, como esa herida nunca quedó sanada en
la mente planetaria, sigue fluyendo a través de la
Conciencia Colectiva en lo que constituye una marea de
dolor y tristeza. Pero como el Brillo de la Luz de la
Fuente está aumentando, a medida que la Conciencia y la
Consciencia vuelven a elevarse hacia la aceptación de la
Divinidad Humana, las viejas heridas se hacen más
obvias y evidentes.
Por
lo tanto, aunque estemos entrando en un ciclo nuevo de
Creatividad y de Alegría, el agua nos
recuerda que todavía nos queda por liberar esa pérdida y
esa tristeza tan profundas. Hay sentimientos de falta de
autoestima, pérdida, miedo e ira que brotan de la
Conciencia Colectiva y buscan tener una proyección
en nuestras vidas a fin de que puedan sanar. Durante
milenios el colectivo ha seguido creando y recreando
desde ese nivel del trauma y el desastre. Es hora de
finalizar el ciclo traumático limpiando su fuente, que
está en nuestro interior.
Por
eso le pregunté al Arcángel Miguel... ¿cómo se
reprograma el agua a nivel colectivo? Bien, aquí es
donde el Poder Personal se convierte en una necesidad.
Cada uno de nosotros tiene que sostener en su propio Ser
la Claridad, la Paz y el Amor. Si somos capaces
de mantener esas cualidades propias del Amor
Incondicional de la Fuente, liberando todos esos
sentimientos de tristeza, depresión, pérdida, desastre e
indignidad, podemos reprogramar el agua en nuestro
propio ser, manteniendo así la impronta de la Super-irradiación
o Superconciencia. De esta manera, esta nueva
programación de Amor, este modelo sagrado y bello, se
transmitirá a las aguas físicas, que representan el
flujo de nuestra Conciencia Colectiva.
En verdad somos uno con el Planeta.
En muchos sentidos, debido a nuestra propia “Unicidad”
con todas las cosas, somos el Planeta. Sentimos lo que
siente el Planeta. Nosotros, que también somos poderosos
creadores, podemos “reprogramar” aquellas experiencias
rechazando esa ilusión que es el trauma para permitir
sólo el Amor. Cuanto más Amor y Alegría podamos
transmitir a las Rejillas de las Aguas Planetarias, más
le estaremos repitiendo al Planeta que el Colectivo
Humano ha sanado las profundas heridas de la
Atlántida y de Lemuria, y que ya está listo
para ascender plenamente a la nueva realidad, en la que
el Cielo vuelve a expresarse nuevamente en la Tierra.
Por
lo tanto, asuman su Poder Personal como Fuerzas
Creativas que son y sepan que pueden reprogramar los
sentimientos y las emociones de sus cuerpos. Pueden
convertirse en “Sacerdotes” o “Sacerdotisas del Agua”:
en los que sostengan las energías del Amor y de la
Alegría para mantener al Colectivo Planetario en un
Nivel Elevado de Consciencia, limpiando y reprogramando
el agua para su “Super Irradiación”, ese estado en el
que el agua refleja y transmite Amor, Gratitud y
Belleza.
Por
esto, si sienten esas oleadas de tristeza, si sueñan con
tsunamis o le temen a las inundaciones y a las subidas
de nivel de las aguas, sepan que están ayudando a
disipar y a despejar los antiguos ecos de un Trauma
Colectivo, a fin de que el Cielo pueda manifestarse en
la Tierra.
Este nuevo Cielo en la Tierra será sostenido, a nivel
energético, por los Ángeles Humanos recién
evolucionados, que son quienes tienen el Poder, la
Fuerza y la Alegría para crear el Cielo en la Tierra y
mantenerlo en Paz y Amor. El momento es....
¡Ahora!