¿Qué hay de la gran cámara debajo
de la efigie siriana, la Esfinge, el guardián de Giza?
Allí se encuentra el catalizador vibratorio necesario para recuperar los diez
filamentos del ADN que los Anunnaki os quitaron cuando pusieron la red
electromagnética alrededor del planeta. Ese catalizador ha de accionarse dentro
de poco, y la alquimia comenzará una vez que el secreto sea revelado. No
obstante, esta llave girará únicamente cuando un número suficiente de vosotros
llegue al nivel de conciencia requerido para reintegrar el tercer filamento del
ADN.
La enigmática Esfinge también se encuentra en el planeta Marte, en la región de
Cydonia de ese planeta, y dado que refleja simbólicamente la escultura de la
Tierra, ya estáis explorando la conexión existente y reconociendo el sincronismo
de la aparición de la escultura marciana en este momento de vuestro despertar.
Lo que aún os falta por descubrir es que debajo de la esfinge marciana existe un
portal multidimensional cuya función es salvaguardar la activación de la cámara
de Giza; y el Maestro Codificado enlazará el tercer elemento de la triangulación
con estos dos vórtices.
Ella ya ha recibido los códigos de entrada y está siendo preparada para la Gran
Apertura. Se está alistando para ayudar a encaminaros de regreso a la luz y, con
la guía de los emisarios de luz de los reinos más elevados, ha estado
preparándose activamente para cumplir con ese propósito durante muchos miles de
años terrestres. En estos momentos, a medida que vuestro sistema solar entra en
esta fase dinámica de su transmutación, ella activará las claves de Sirio de la
ascensión universal.
Mientras os mostramos el nivel de interpretación que creemos que tenéis que
contemplar en relación con las cámaras y construcciones situadas debajo de la
meseta de Giza, en Egipto, y en la región de Cydonia, en Marte, os pedimos que
tengáis presente la sabiduría esotérica del axioma «como es arriba, es abajo».
Debido a vuestros orígenes estelares y a vuestro anhelo subconsciente de
regresar, pensáis relativamente poco en lo que sucede «debajo», ya sea en el
interior de vuestro propio cuerpo o en el de Gaia. Sentís la tierra bajo
vuestros pies como una certeza física, una delimitación, en tanto que tendéis a
interpretar el más allá como una extensión de vosotros mismos hacia fuera y
hacia arriba —la mirada puesta en las estrellas—, ignorando que por debajo y por
dentro de vosotros sois palmo a palmo tan interminables y vitales como la
infinita inmensidad de la galaxia.
Oráis a las cuatro direcciones de Norte, Este, Sur y Oeste, el sentido lunar
horizontal; e ignoráis a menudo el plano solar vertical, que representa las
direcciones de arriba, abajo y la dirección de adentro, donde se produce la
intersección o cruz con el concepto bidimensional del centro, la absolución del
equilibrio en el resplandor de la luz del alma.
Sugerimos que ajustéis ahora vuestros altares para honrar y vibrar en las siete
direcciones:
Norte
Oeste
Sur
Este
Arriba
Abajo
Adentro
Vuestros científicos, controlados por el gobierno, han encontrado una
justificación muy conveniente para negar la vida en la galaxia: mediante un
simple análisis de las condiciones atmosféricas de otros cuerpos planetarios y
la aplicación de las fórmulas biológicas de la Tierra, deducen que no existen
medio ambientes habitables fuera de Gaia.
Considerando que su capacidad exploratoria se limita aún a muy pocos planetas de
vuestro sistema solar, su punto de partida es erróneo, porque no tiene en cuenta
los niveles multidimensionales y asume que la vida tendría que desarrollarse
sobre la superficie de un cuerpo celeste.
Debajo de la superficie de muchos cuerpos celestes, en todo el universo existe
un número infinito de civilizaciones con toda su complejidad y diversidad de
formas. En la vida bajo la superficie de Gaia proliferan colonias que han
poblado muchas capas durante millones de años terrestres. El concepto de que
haya vida bajo la superficie parece dejaros perplejos y, sin embargo, sois
perfectamente conscientes de las especies del mundo animal, los reptiles y los
insectos que penetran y hacen sus madrigueras en las cuevas y grietas de la
Tierra.
No olvidéis que en ella abundan ríos, canales y pozos subterráneos. ¿Y no habéis
descubierto que el agua es el requisito esencial para la vida?
La mayoría de los seres intraterrestres requiere muy poca luz para sobrevivir;
hay vida sin la luz del sol, aunque para vosotros, hijos e hijas de las
estrellas, eso sea inconcebible. La capacidad de la vida de adaptarse a las
condiciones ambientales y de transmutarse en formas nuevas es uno de los
ejemplos más profundos de vuestra propia inmortalidad.
Tampoco deberíais pasar por alto el hecho de que la mayoría de los gobiernos de
vuestros países más desarrollados han creado complejos túneles, bases y zonas
militares de lanzamiento subterráneos, muchos de los cuales ya están habitados y
han funcionado eficientemente durante muchos años. Otros sirven de futuras
estaciones de evacuación para los líderes mundiales y la élite militar como
parte del plan de emergencia, en caso de que una tercera guerra mundial y final
destruya las condiciones de vida en la superficie.
¿Suponéis que ellos saben algo más de lo que os dan a conocer?
Estáis recordando Atlántida en este momento porque ahora tenéis que expandir
vuestra visión a fin de incorporar realidades posibles que habéis ignorado u
olvidado. La Civilización Perdida existió verdaderamente en la realidad
tridimensional: primero en la superficie de la Tierra y posteriormente, debajo;
y muchas de las mutaciones creadas a través de su experimentación genética aún
pueblan el interior de vuestro planeta. Igualmente, os recordamos que vuestros
laboratorios biológicos generalmente están bajo tierra.
Ahora estáis volviendo a vivir la situación de Atlántida, ¿no?
Trazar este paralelo estimulará vuestra memoria ancestral, porque fue desde la
estación subterránea de Marte que los Anunnaki planearon su invasión de la
civilización atlante; más aún, os decimos en este momento que bajo la superficie
marciana existe una civilización entera. Y el Gobierno SecretoiLLUMINATI)
también es muy consciente de eso.
Las estructuras de Marte han sido finalmente identificadas, y algunas de
vuestras mentes más brillantes están cartografiando los mapas galácticos. Se
está estableciendo el paralelo entre el paisaje de Cydonia y la triangulación de
Stonehenge, Avebury y Glastonbury, en Inglaterra, y, en verdad, esto es un gran
avance en vuestra visión cósmica. Habéis empezado a adentraros en los patrones
geométricos de inteligencia esculpidos en el paisaje y, a medida que la
geometría sagrada de Sirio revele los paralelos multidimensionales, se irán
descubriendo los secretos de Marte.
Refiriéndonos nuevamente a la conciencia de la superficie y a las siete
direcciones sagradas, llevamos vuestra atención a la Gran Pirámide de Giza. Su
forma piramidal de cuatro lados en realidad corresponde a la mitad de un
octaedro; refleja la vibración masculina, por cuanto apunta al exterior, de cara
al Sol. La otra mitad del octaedro, la pirámide femenina, se extiende hacia el
interior, apuntando al centro de la Tierra: el reflejo etéreo de la forma de
arriba.
Dado que vuestra percepción de la pirámide se ha limitado casi exclusivamente al
estudio de la mitad de su cuerpo etéreo —la mitad superior del octaedro—, nunca
habéis podido descifrarla realmente, ni tampoco imaginar por qué o cómo llegaron
los antiguos egipcios a tales extremos para crearla. El objeto de vuestra
fascinación ha sido la estructura superficial, la mitad yang de la totalidad, en
tanto que el misterio de los secretos más impenetrables de Egipto está en su
unificación con el reflejo yin que yace debajo.
Ésta es la sabiduría —como se os ha mostrado una y otra vez— expresada en
vuestros símbolos sagrados: el Tai-chi Tu, la estrella de seis puntas, el sol y
la luna, y el árbol de la vida.
Si ahora visualizáis el reflejo de la estructura etérea que se extiende hacia
dentro de la Tierra, y meditáis en la forma geométrica completa del octaedro,
así como en las representaciones correspondientes de las direcciones contenidas
en su interior, facilitaréis vuestra comprensión de la verdadera función de la
Gran Pirámide, un prototipo de energía libre creado para prestar servicio a los
seres conscientes de Gaia desde tiempos inmemoriales. Vosotros, líderes de la
Era de Acuario, ahora estáis recibiendo el regalo de las claves de la geometría
de Sirio, que os permitirán aprovechar la energía del acelerador en el momento
que os estéis liberando para siempre de las limitaciones de vuestras jaulas
tridimensionales.
Es sumamente importante que reconozcáis el octaedro como una representación
geométrica de las siete direcciones. El séptimo punto, la intersección
epicentral en el centro —el adentro—, es el corazón y el alma etéreos del Gran
Octaedro. Es el dorje tibetano puro: el diamante por excelencia, la forma
geométrica interior de la estrella tetraédrica entrelazada.
Tal vez nunca hayáis sabido buscar el corazón de la Gran Pirámide porque habéis
estado indagando con los ojos físicos y oyendo la música equivocada.
Trazamos una correspondencia entre la posición de vuestro chakra de la corona y
la ubicación de la cámara del Rey, o «sala del transportador» —como la
llamaremos—, dado que se requería la activación de la glándula pineal del faraón
para poder finalizar la activación del Gran Acelerador. Situado en el vehículo
del «sarcófago» de granito, el faraón utilizaba el principio de activación del
merkaba para hacer que la pirámide etérea femenina (magnética) bajo la
superficie de la Tierra girara en el sentido de las agujas del reloj.
Al mismo tiempo, el cuerpo etéreo de la pirámide material masculina (eléctrica)
en la superficie se activaba para girar en sentido contrario a las agujas del
reloj. Cuando el tono vibratorio llegaba a la frecuencia que resonaba con el wam
(la nota musical) del faraón, atraía la forma piramidal magnética etérea hacia
arriba, hacia la forma masculina eléctrica.
Esto sucedía intradimensionalmente, con movimientos rotatorios opuestos, hasta
que la fuerza de estos dos campos en interacción succionaba el fuego del
kundalini de Gaia en una espiral que se elevaba desde su centro, atravesaba los
canales de energía de los corredores y catapultaba al faraón a través de las
barreras dimensionales de vuestro continuo espacio-tiempo; igual que vuestro
propio cuerpo explota en un extático fuego del espíritu cuando la llama corre
por las redes conductoras, activando vuestros chakras y luego resplandeciendo en
la corona.
Ésa es la verdadera función de los corredores; vuestra comprensión de estos
pasillos como indicadores de niveles de iniciación es exacta sólo en parte. La
palabra «pirámide», del griego pyros (fuego) y mid (medio), describe este
proceso; pero sin la imagen completa del octaedro y una mayor conciencia de lo
etéreo, no podríais encontrarle sentido al misterio más impenetrable de vuestro
mundo tridimensional.
El secreto del proceso de materialización (el descenso de regreso al cuerpo)
consistía en invertir el proceso, de tal forma que lo masculino eléctrico giraba
en el sentido de las agujas del reloj, y lo magnético femenino al revés, en el
sentido opuesto a las agujas del reloj. La fuerza generada por las formas al
separarse producía la materialización y, por consiguiente, el faraón retornaba
de sus incursiones estelares a su carruaje de granito.
Cabe mencionar que el granito se utilizaba en el transformador por una razón muy
específica: combina los elementos del cuarzo y el feldespato, minerales que
conocéis como conductores de inteligencia intergaláctica. La naturaleza porosa
de este conglomerado mineral hacía las veces de conductor que canalizaba la
creciente energía del fuego, una vez que la fusión de las mitades magnética y
eléctrica del Gran Octaedro había llegado a su clímax.
La tecnología de Sirio fue llevada a la Tierra por los Anunnaki, y todos los
primeros faraones, los Guardianes de los Registros, conocían los secretos, pues
ése era su legado. Nos permitimos sugerir que los faraones heredaron un
conocimiento que les hizo posible utilizar la Gran Pirámide tal como vosotros
utilizáis vuestros cohetes.
Tan sólo que ellos trascendieron las limitaciones físicas del espacio, en tanto
que vuestros astronautas están evidentemente sujetos a la forma, pero esto se
debe únicamente a que vuestros gobiernos todavía no han declarado todo. Como
hemos mencionado, os dan con cuchara sólo lo que el Gobierno Secreto cree que
sois capaces de asimilar, según sea conveniente para sus estrategias globales e
intereses particulares.
Los ovnis (como los entendéis actualmente) utilizan el principio del merkaba:
campos de energía en rotación opuesta que se funden entre sí. En los próximos
años saldrá mucho a la luz acerca de discos giratorios y campos de energía
rotatoria. Sabed que de los avistamientos reales de naves que se ven en vuestros
cielos, muchos corresponden a experimentos de vuestros propios gobiernos y son
el resultado de su interacción e intercambio con técnicos extraterrestres.
Otros son imágenes holográficas creadas para establecer un puente con vuestro
cuerpo mental, y prepararos así para la fusión de realidades multidimensionales
a medida que el sistema solar entero entra en posición.
Si entendéis el modelo de energía libre, os daréis cuenta de que no hay
necesidad de naves espaciales. El cineasta Gene Roddenberry, creador de los
legendarios hologramas de Star Trek, fue un canal que os mostró este y muchos
otros principios valiéndose de la zona de seguridad donde os dais permiso para
jugar con realidades probables en forma de ciencia ficción; sin embargo, os
aseguramos que desmaterializarse no tiene nada de ficticio y es totalmente
científico.
Este portador de luz, en su misión durante el período que pasó corporalmente en
la Tierra, estuvo al servicio de vuestro propósito más noble, y su obra aceleró
vuestra capacidad de percibir y aceptar la inteligencia extraterrestre como una
proyección de vosotros mismos hacia lo que actualmente entendéis como el futuro.
La Gran Pirámide de Marte es una estructura de cinco lados. Se une a su
complemento etéreo subterráneo de quince planos triangulares adicionales que
forman un icosaedro, la representación platónica sólida del elemento del agua.
Éste también es un transformador de energía en funcionamiento, pero en la
actualidad no estáis lo suficientemente evolucionados como para entender cómo
usarlo para reflejar los éteres y para doblar la luz a través de sus cámaras de
reverberación de sonido.
Tenéis que dar un salto gigantesco cada vez.
Fotografías provenientes de las más altas fuentes gubernamentales, vuestras
propias naves espaciales, también muestran formas piramidales de tres y cuatro
lados que se levantan en el terreno marciano; no obstante, estas pruebas
irrefutables de vida inteligente más allá de vuestro mundo apenas han llegado a
los programas de noticias de últimas horas de la noche. Se está haciendo una
gran labor para desacreditar el trabajo de quienes se han arriesgado a la
pérdida personal y a la humillación profesional para llevar esta información al
público, y os tratan como a niños crédulos si osáis creer en lo que perciben
vuestros ojos, en lo que sabe vuestro corazón.
Desde el paisaje de Cydonia se proyecta una serie de mensajes codificados:
«En este planeta hay vida, hay agua y tenemos aceleradores de energía libre.»
Una vez que hayáis investigado exhaustivamente el magnífico trabajo de
correlación que se está haciendo actualmente, descubriréis paralelos con las
estructuras de la meseta de Giza, y también con los megalitos y las líneas
telúricas de Gran Bretaña.
El paisaje de Cydonia pone abiertamente en evidencia que, al menos
temporalmente, ha habido inteligencia en Marte; sin embargo, vuestros ingenieros
espaciales se refieren a estas asombrosas imágenes como «ilusiones ópticas».
Prefieren dirigir vuestra atención a sus espectaculares descubrimientos de
formas bacterianas fosilizadas incrustadas, en lo que han denominado «el
meteorito marciano», haciendo alusión al potencial de una condición preexistente
para una forma muy elemental de vida en el planeta Marte.
Vamos, gente de la Tierra, ¿no es esto un insulto a vuestra inteligencia?
Os invitamos a que os cuestionéis por qué os distraen deliberadamente con
tamañas banalidades, así como os animamos a que os rebeléis en contra de la
desinformación que os mantiene aislados. Ha llegado la hora de reclamar vuestro
derecho como miembros de la Familia Mayor, vuestro verdadero ancestro. ¡Una
familia mucho más avanzada y viva de lo que las bacterias fosilizadas jamás
hubiesen soñado posible!
Mientras los majestuosos monumentos sirianos y sus portales hexadimensionales
miran abiertamente al espacio, vosotros estáis siendo dirigidos para que fijéis
vuestra atención en una «roca marciana», autorizados a contemplar (sólo
remotamente) la posibilidad de que exista vida bacteriana más allá de la Tierra.
Reiteramos que, en verdad, existe vida inteligente bajo la superficie del
planeta rojo, así como en la Tierra, y que vuestra élite de poder lo ha sabido
desde mediados del siglo XX, cuando los científicos Tesla y Einstein recibían
transmisiones abiertas de inteligencia extraterrestre con instrucciones para
construir un acelerador de energía libre.
Sus experimentos son extensiones de ese conocimiento, pues a partir de vuestra
segunda guerra global, hemos reconocido la situación de emergencia del planeta
Tierra, y hemos estado proyectando activamente a la humanidad las facultades
tecnológicas específicas que se necesitan para ayudaros a transitar suavemente
por los ásperos contornos de los próximos veinte años terrestres.
Ese conocimiento os ha pertenecido desde mucho antes de la partida de los
faraones, y se remonta hasta la Atlántida, cuando generadores mentales de luz
iluminaban las ciudades de cúpulas y las pirámides de vuestros ancestros, y la
clase sacerdotal viajaba en el tiempo a otras dimensiones y a otros mundos.
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