5. Contactos con los Egipcios:
Los Temehu antes nombrados están representados frecuentemente durante
el imperio nuevo, (desde de el 1554 al 1304 A.C), llevan una coleta
trenzada que cuelga delante de las orejas, y se dobla sobre los
hombros,. Con frecuencia llevan plumas en sus cabellos y a veces están
tatuados. Van armados con arco y a veces con la espada o con el
bumerang. Todos estos rasgos serán también señalados por Herodoto en
el S V A.C en los libios de las Sirtes. Por lo tanto puede concluirse
que los temehu son los antepasados de los libios que conocerían los
griegos en la Cyrenaica. Seti I hubo de rechazar incursiones de los
temehu hacia el –1317. Desde temprano tenemos el ejemplo de Ramsés II
(1300-1235) que detuvo el intento de invasión de los libios y los
"Pueblos del Mar". Ramses II incorporó contingentes libios en
el ejército egipcio. Ramsés ocupó la costa hasta El-Alamein y una
estela alli encontrada menciona a los Libu por primera vez. De Libu, (rbu),
tomaron los griegos la denominación de Lybia primero para llamar a esa
zona y luego para denominar a toda África. La onomástica de los Libu,
es la misma que la de los numidas que conocerá Herodoto 8 siglos más
tarde.
Bajo Menephta hacia el –1227 son mencionados los maschwesch, vecinos
occidentales de los Libu. Ambos parecen ser ramificaciones de los Temehu.
En el templo de Karnak, los bajorrelieves conmemoran la victoria de
Merneptah en Piriu,(?1229), contra los pueblos del O, (Rbu o Lebu), y
los pueblos de Mar: Eqwesh, tursha, luka, sherden y sheklesh. Se ha
sugerido que la inscripción de Karnak mezclaba dos campañas casi
contemporáneas, una al oeste y otra al este de Egipto, donde estarían
los pueblos de Mar en Acción. Tras la muerte del faraón, volvieron las
invasiones.
Bajo el reinado de Ramses III hubo dos guerras líbico-egipcias, en el
-1194 y en el –1188: los Libu y luego los maschwesch intentaron ocupar
el Delta. Desde Ramsés III se sabe con certeza que los maschwesch poseían
carros tirados por caballos. Los invasores fueron derrotados pero se
permitió el establecimiento de libios y la incorporación de muchos de
ellos al ejército egipcio. Las victorias de Ramsés III le permitieron
ocupar el oasis de Siwa, y extender el culto a Ammon de Tebas, que se
extendió rápidamente por todo el Sahara.
Entre los libios con los que se enfrentó Ramses III estaban los Esbet y
los Beken, mencionados por Herodoto siete siglos más tarde como
Asbistes y Bakales. Precisamente de los "asbites", que podrían
ser los "isabaten" de quienes los "tuaregs" dicen
que aquellos fueron los primeros en ocupar el macizo sahariano del
Hoggar y el Tassili n'Ajjer. Herodoto señala que eran los mejores
conductores de cuádrigas (carros tirados por cuatro caballos). Los
Bakales llegaron a Marruecos en la época romana.
La denominación de maschwesch se relaciona con Amazigh, (hombre libre
en Bereber), y que seguramente explica el etnónimo de los Maxues
mencionados por Herodoto en las Sirtes. Las dos guerras egipcio-líbicas
se relacionan temporalmente con la segunda de las incursiones de los
pueblos de mar: En el 1191 A.C los pueblos de Mar Peleset, Tjekker,
sheklesh, denen, y weshesh atacaron Egipto igualmente.
Pese a lo que piensan ciertos especialistas. Los líbicos no copiarían
el uso del carro de guerra a los pueblos de mar, (sólo hay una mención
que los asocia, y es dudosa, en el reinado de Menephta). Parece más
probable que lo copiasen de los egipcios, que lo utilizan desde la
invasión de los hicsos, cuatro o cinco siglos antes, y que han tenido
una relación más larga y constante con los líbicos.
6. Contactos con los fenicios y primeros cartagineses
Los Fenicios, en el siglo XI A.C, comienzan a asentarse por todo el
litoral, llegándose a establecer en la actual localidad de Mogador (en
el Atlántico marroquí). Interesados por el estaño, crean una ruta
costera con Ciudades como Rusadir, (cerca de Melilla), Tingis, (Tánger),
Likus, (Larrache), y Gadir, (Cadiz).
Los fenicios fundaron Cartago en el siglo IX A.C, núcleo que servirá a
la expansión Cartaginesa (siglo III A.C); en ese siglo Cartago es una
de las ciudades más importantes, tanto por sus relaciones mediterráneas
como norteÁfricanas.
En la época del Periplo de Hannon, hacia el S VI-V A.C, es casi seguro
que el Magreb estaba ya berberizado, ya que los nombres de las escalas
corresponden a nombres bereberes. Los
cartagineses hablan de los Lixitas y de los etíopes inhospitalarios que
viven más arriba, en un país montuoso infestado por fieras, donde se
encuentran las fuentes del Lixus. Es posible que con estos comentarios
quisieran infundir cierto miedo a futuros competidores.
7. Contactos con los griegos
Los Dorios estuvieron presentes en invasiones o incursiones en la
Cyrenaica hasta el S VI A.C, (caía relativamente cerca de Creta). En
Cyrenaica donde fundaron 5 ciudades, y fue la zona del norte de África de Mayor influencia griega; la zona de más al oeste es de nombre
griego, (Tripolitania), pero la influencia griega duró poco.
Las primeras noticias sobre los numidas, (en griego Nomades), se
remontan al S ?VI. No establa clara su diferenciación étnica con
respecto a pueblos vecinos. Los límites de Numidia, no siempre precisos
variaron según la época. Herodoto en el S V habla de diversos pueblos
líbicos en tierras del Norte de África:
- Libia de las fieras: una región montañosa, boscosa con leones,
elefantes, osos, grandes serpientes, y hombres en estado salvaje.
Evidentemente Herodoto no conocían bien la región del Magreb. El
magreb era una región misteriosa para los griegos que situaron cerca de
alli sus columnas de hércules, el jardín de las Hespérides, y demás
elementos mitológicos. Sin duda los fenicio-cartagineses habían
fomentado esta ignorancia para preservar sus intereses en la zona. El
Periplo de Hannon con sus contradicciones está en la línea de
desinformar. Hecateo de Mileto, mejor informado, habla ya en el S.VI
habla de ciudades libias al O. de Carthago.
- Al Sur de la "Libia de las Fieras", en los oasis entre Tebas
y el Atlántico, vivían los Ammonianos, (en el oasis de Ammón Ra), los
auyila, los garamantes y los atlantes, al S de los cuales está el
verdadero desierto, (están situados en el N de las dunas del gran
desierto).
- En la costa cita, del E al O, los Adirmaquidés, Gilganés, Asbystes,
Bacates, Ausquises, Nasamones, Psiles, Maces, Lotófagos, y
inmediatamente al S de estos los gindamés; en la orilla oriental del
lago Tritonis,(Probable Golfo de Gabes), estában los Maklies, en la
occidental los Auses, Maxies, Zauezes, y Gizantes en el litoral al S de
Cartago, y frente a la isla de Cyraunis.
Herodoto cita a agricultores y "nómadas",(que en realidad
eran trashumantes), que se alimentaban de carne y leche y desconocían
el cerdo. Los que había entre la orilla occidental del Tritonis y
Cartago eran en su mayoría sedentarios y cultivaban el Trigo. Los demás
eran trashumantes. Los Maxyes decían descender de los Troyanos. Los
nasamones tenían costumbres referentes a juramentos y adivinación.
Los Gidanes dedicaban sus mujeres a la prostitución, (como los rituales
actuales de los Ulad?Nail y Ulad Sidi?Rahal). Los Admaquides habían
adoptado costumbres egipcias. Herodoto describe distintas formas que
tienen los líbicos de cortarse el pelo. Los nasamones iban a recoger
anualmente su parte de dátiles en el oasis de Auyila. Los Asbystai, según
Herodoto, eran muy hábiles en conducir carros tirados por 4 caballos.
El mismo autor dice que los libios que habitaban al S de Cirene, en
particular los Bacates y los Asbystai imitaban las costumbres de los
habitantes de esta ciudad. La influencia griega en la Cyrenaica fue
notable. Herodoto no conocía las agrupaciones étnicas de la Libia de
las fieras. Sin embargo los bacates en su migración irían a parar en
la época de los romanos al mismo norte de Marruecos, harían esporádicas
incursiones en la península, y persistirían en la edad media musulmana
como Bargwata.
Vemos que una de las cosas que llaman la atención de Herodoto es que
algunos eran expertos en la construcción, conducción y manejo de
carros: Herodoto dijo que los Asbystai, eran muy hábiles en conducir
carros tirados por 4 caballos. El mismo autor mantenía que los antiguos
libios le enseñaron a los griegos las ventajas de la cuadriga, (hecho
que no hay que tomar al pie de la letra, ya que los griegos micénicos
ya conocían el caballo y el carro). Herodoto dijo también que los
garamantes perseguían con carros de cuatro caballos a los "etíopes"
(pueblos de piel muy negra).
Los "garamantes" fueron uno de los pueblos que atravesaron el
Sahara hasta el actual Níger con sus carros tirados por caballos
8. Los Libios en Hispania antes de las guerras Púnicas
El periplo de Avieno, que da información presuntamente del S VI A.C,
habla de los libiofenices en las costas andaluzas al este del estrecho.
Sin duda era un amalgama de fenicios y gentes oriundas del Magreb. Eforo
en el S VI A.C los vuelve a mencionar. Estas son algunas de las pocas
fuentes, poco seguras, que tenemos de la presencia y permanencia de los bereberes
en suelo peninsular. Hay noticias de que los libiofenices apoyaron a los
cartagineses durante las guerras púnicas.
Si algunos historiadores han querido dar un origen norteafricano a los
iberos, y darles un origen bereber, esta hipótesis no se sostiene, ya
que:
- El fenómeno cultural ibero es una fenómeno indígena en una península
ibérica que recibe aportes culturales del este, (griegos y fenicios),
no se registra ninguna iberización en ninguna zona del norte de África,
y si en el sur de Francia.
- La escritura líbica, el tifinagh es diferente del alfabeto ibérico,
aunque ambas surgidas por contacto con los fenicios.
- Las lenguas bereberes, ni otras afroasiáticas,
no sirven para interpretar las escrituras ibéricas, en cambio si que
sirven para interpretar topónimos canarios. La onomástica ibérica es
diferente de la onomástica líbico-bereber.
- Por último, el modelo actual de entender la difusión de la lengua líbico-bereber
y algunos elementos culturales líbico-bereberes
desde el Desierto Líbico, gracias a las rutas de carros saharianas,
hace unos 3000 años, superponiéndose o desplazando a otras culturas, y
la teoría que partiendo de un mejor conocimiento de las lenguas camito-semitas,
las hace originarias de Etiopía, nos impide ver a los iberos del I
milenio A.C y a los Bereberes como descendientes comunes de un estrato
cultural más antiguo presente en el Mediterráneo.
También se ha hecho énfasis en relacionar al vasco con las lenguas bereberes
e incluso algún lingüista heterodoxo ha clasificado al vasco entre
esas lenguas, pero esto tampoco se sostiene porque los parecidos léxicos
con entre el vasco y las lenguas bereberes
no son suficientes para clasificar al vasco entre las lenguas afriasiáticas,
(camito-semitas), y son coincidencias que se dan con otros idiomas de
otras familias diferentes, incluida la indoeuropea, (ciertos términos
en persa se han querido ver como relacionados con ciertos términos en
vasco, pero el persa es una lengua indoeuropea como el latín, el griego
o el castellano, sin relación ni con el vasco, ni con el bereber). Sería
como clasificar el húngaro como lengua latina por tener alguna palabra
de origen latino, o clasificar el Español como una lengua germánica
por tener préstamos lingüísticos del alemán e inglés: guerra,
jersey, etc...
Las palabras en común entre bereber y vasco se trata de préstamos lingüísticos
como las palabras inglesas que toman otros idiomas hoy, sólo que estos
se refieren a otra época, a una economía agraria. Para una somera
explicación del problema remito al libro “ Los pueblos de España “
de Caro Baroja. De la interesante teoría vasco-iberista no vamos a
hablar ahora, y me remito al mismo libro, donde explica sus pros y sus
contras, y sus pocas evidencias como la Iliberris granadina.
Durante y después de las guerras púnicas hubo presencia de mercenarios
de origen númida o libio, y es más, Numancia cayó ante Roma con la
ayuda de numidas dirigidos por Yugurta. Yugurta fue un caudillo númida
que más tarde daría quebraderos de cabeza, hasta el punto que un autor
clásico, conmovido por la guerra entre Roma y los númidas escribió el
Bello Yugurtino. Allí sale una frase que hizo célebre a Yugurta: "
Roma se vendería si encontrase un comprador ".