Nota de Soliman de Tartessos.info:
Al margen de las
opiniones vertidas en este artículo por parte de la periodista, que
comparto casi todas, como de sus interlocutores los insignes
académicos, quiero opinar y opino que se vuelve a enturbiar y
ensombrecer con las nieblas de la oficialidad el remoto pasado de
nuestra etnia ibero-atlante-bereber (heredera lemuriana) y que otra
vez más, cuando no son fenicios son romanos, los que han conseguido
sacarnos de la prehistórica costumbre de "culturizarnos" (¿para
qué?) a base de expansión comercial y otrora militar. Desde esta
tribuna entono un ¡hasta cuando tendremos que aguantar a
tanto historiador y arqueólogo cobarde que no exponga de una vez las
"Verdades" que ellos saben y que ocultan para no ser el "hazmerreír"
de sus colegas o por miedo a sus "jefes" y un etc. de las penumbras
universitarias! De vergüenza ...
Donde antes era la
Iglesia ahora es la Cátedra universitaria, por afán de dinero
europeo, ministerial o insular, en este caso, en forma de
subvención, y en el menor de los casos de la gran egolatría de
nuestros insignes, la que oculta la verdadera dimensión de los
pueblos, ya que se sigue negando la similitud de los descendientes
de la Atlántida, con la antiquísima Tartessos (heredera Lemuriana) y
las diferentes naciones bereberes (i-bero-bere-beres) que
estaban asentadas a lo largo y ancho del Mediterráneo y en zonas
limítrofes, ya que es una la etnia, la herencia cultural, varios los
dialectos y muchos los asentamientos. El que quiera ver que mire y
que sienta ...
Ya está bien (de nuevo)
de tratarnos como analfabetos y tontos, que sobre todo esto no nos
chupamos el dedo y a falta de valientes profesores, están los
espabilados y esclarecidos alumnos eruditos que, con la
sincronicidad que da la Vida, encuentran, procesan, comparan e
iluminan lo que otros se encargan de esconder, borrar, ocultar,
tergiversar y un largo etc. de "todo antes de admitir" la falta de
conocimiento y humildad de miras de que aquello no encaja con lo que
dicta la Universidad y las Academias de la Historia, simples lacayos
de los auténticos detentadores del poder, ya sea económico, cultura,
social e histórico.
Si al pueblo se le oculta
la verdad y grandiosidad de su Historia, es más fácil hacer con él
lo que se quiera. Rompemos la línea de su ancestralidad, de sus
raíces y rompemos, incluso, con la conexión con ellos mismos, con su
claridad mental, con el poder recuperado de su psiquis, del
conocimiento natural de su entorno, de la visión clara de lo que es
la vida. Mientras tanto hagamos de ellos unos fantoches que no sepan
de donde vienen ni a donde van ...
Para más información
leer
aquí. Y perdonar si me he enrollado un poco, pero para eso
estoy.
Tres arqueólogos, Rodrigo Balbín, Primitiva Bueno y Rafael González Antón, me
acababan de poner cara a cara frente a lo que muchos podrán considerar el mayor
descubrimiento de la historia de Canarias. José Gregorio González, nuestro
corresponsal en Canarias, nos comunico el reciente hallazgo de un yacimiento con
grabados del toro sagrado, desconocido en el pasado prehispánico de las islas,
que enlazaba la ruta del archipiélago con las fabulosas brumas de la Atlántida.
Y además, nos puso sobre la pista de una empresa económica que, en el siglo III
a.c., llevo a unos navegantes a establecer factorías en unas islas deshabitadas.
¿Se derrumbaba el pasado guanche de las Islas Canarias? ¿Desaparecía para
siempre la imagen de unos pueblos indómitos, de los guerreros que mantuvieron en
jaque a los conquistadores europeos a pesar de la inferioridad de sus pertrechos
bélicos? ¿Fueron los guanches unos esclavos bereberes, trasladados desde la
costa africana por colonizadores fenicios? Eso parecían demostrar las ultimas
investigaciones llevadas a cabo por un prestigioso equipo científico. Las dudas,
sin embargo, persistían. Los grabados de toros y caballos nos podrían remitir
también a las culturas atlantes descritas por Platón y perseguidas con ahínco
por los que piensan que la historia empezó en la Atlántida.
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El toro,
animal sagrado de las culturas mediterráneas y posible
enlace con los mitos atlantes, aparece por primera vez en el
archipiélago canario. Este hallazgo puede cambiar la
historia de las islas |
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EL MISTERIO DE LA PIEDRA ZANATA
Los asistentes al Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos,
celebrado en Cádiz a primeros de octubre, no dieron muestras de sorpresa ante la
ponencia presentada en torno a la colonización púnica de las Islas Canarias. Al
fin y al cabo, se sabia desde hace anos, que los fenicios habían dejado sus
huellas en el archipiélago. El profesor Balbin mostró diapositivas de la famosa
Piedra Zanata, cuyo descubrimiento levanto un gran revuelo en las islas hace un
tiempo, y la relaciono con un contexto fenopunico. «Digo fenopunico -aclaro-
porque no podemos diferenciar entre fenicio y púnico en las Islas Canarias, ya
que carecemos de la cronología suficiente». Incluso en el rudimentario proyector
instalado en el aula se destacaba nítidamente la silueta de la piedra. Estábamos
ante un pez, un atún, con un conjunto de signos esculpidos en la roca volcánica:
«Z N TN». Esta asociación de signos había traído de cabeza a la opinión publica
canaria. Se hablo primero de una tribu bereber, los zanata, y luego se paso a
discutir la autenticidad del hallazgo y se denuncio su supuesta manipulación
política. Ahora, este equipo de investigadores lanzaba una hipótesis destinada a
despejar las dudas y a ubicar a la piedra en un contexto determinado.
Las
siguientes proyecciones, un yacimiento de grandes piedras con toros grabados y
estelas con inscripciones, que situado también en un contexto fenopunico. Nada
especialmente novedoso para los expertos, según pude ver por la tranquilidad con
que acogían la ponencia. Por otra parte, el congreso se desarrollaba con
normalidad y la única nota sobresaliente la había dado el proyecto de rescate y
conservación de un barco fenicio del siglo VII a.c., aparecido en las costas de
Murcia. Las siguientes palabras del ponente, sin embargo, me dejaron clavada en
el asiento:
« ... La preferencia de todo un grupo fenicio por traspasar las columnas de
Hércules para buscar las fuentes de abastecimiento del garum, hecho con materia
prima de túnidos». ¡EI garum!, ¡la preciada pasta de pescado, objeto de un
intenso comercio en toda el área mediterránea por parte de fenicios y romanos!
En el garum podía estar la clave de una parte del enigma canario.
Nota
de Soliman de Tartessos.info: Donde se dice que es un túnido, es
para claramente ocultar que se trata de una deidad acuática o la figura de
un
sirénido, cuando no
"ser anfibio" o si no os recuerdo la directa relación de los reyes
atlantes con la ancestralidad acuática de la humanidad
racional (el que quiera saber que indague y se aleje de la
ortodoxia). Como muestra aquí tenéis una foto de la portada
renacentista del antiguo colegio de San Gregorio de Valladolid,
construido por iniciativa personal de Isabel La Católica. Se
conserva la única representación de los Reyes de la Atlántida
que existe en el planeta. El carácter de humanidad acuática,
representada por las rugosidades de su "piel" (quien quiera verla
como vestimenta), sus piel palmeados y el elemental sentido común de
esos escultores, nos hacen ver a una raza sirénida o
anfibia como
emblemática en el carácter atlante de sus reyes. Por lo que desde
aquí rebato la tesis de "Túnido" y si la de sirénido. Por el
desgaste se puede adivinar la gran antigüedad de la que estamos
tratando.
El profesor Balbin recogió sus papeles y bajó de la tarima en medio de educados
aplausos. Fui tras el, consciente de que tenia entre mis manos una primicia
informativa capaz de desatar las polémicas mas encendidas. Yo llevaba veinte
años trabajando en temas canarios, entrevistando a expertos, rastreando en
bibliotecas de diversos países y caminando por los senderos mas apartados de las
islas en busca de restos de tradición oral que me pudieran aportar datos acerca
del pasado prehispánico. Mis padres y mis abuelos me habían hablado del pueblo
guanche, englobando bajo ese nombre todo el sustrato cultural que habitó el
archipiélago, aunque el termino «guanche» corresponde unicamente a moradores de
Tenerife. Para mi, como para tantos niños canarios, guanches eran un pueblo
bereber valiente y misterioso, que practicaba la momificación y adoraba a un
dios solar en las cumbres de las montanas, sobre cuyos orígenes especulaban en
vano los historiadores desde el momento mismo de la conquista. Los términos
«Atlántida» y «San Borondón», la isla encantada que aparecía y desaparecía
magicamente de entre las aguas, estaban tan impresos en mi memoria isleña como
los nombres de los barrancos y montes de Canarias. Ahora, y de golpe, el
descubrimiento presentado en el congreso fenicio quería desmoronar mis mas
queridos mitos. De aquella frase pronunciada par el profesor Balbin yo había
deducido que los fenicios desempeñaron en la prehistoria canaria un papel mucho
mas importante del que se había imaginado hasta ahora. Las representaciones del
taro, entonces, ¿debían dejar de ser el hila maravilloso que nos conduciría
hasta la cultura atlante, entendiendo como tal aquella que se extendió entre la
cordillera del Atlas y las costas del Atlántica? Porque la ubicación exacta de
la Atlántida de que nos habló Platón podría muy bien hallarse en esta parte
occidental del continente africano, según las pinturas de toros y jinetes
encontradas par las expediciones de Frison Roche, Uad-Mortutek y Henry Lothe en
diversas grutas del Sahara.
MAS ALLÁ DE LAS COLUMNAS DE HÉRCULES
Conseguir la entrevista resultó fácil gracias a la amabilidad del equipo,
formado par Rodrigo Balbin y Primitiva Bueno, de la Universidad de Alcalá de
Henares, y Rafael González Antón, director del Museo Arqueológico de Santa Cruz
de Tenerife. Mas complicado fue lograr que enunciaran abiertamente su hipótesis
de investigación, porque los trabajos de campo no han terminado -el yacimiento
de Tenerife donde se encuentran los grabados de toros empezó a sondearse a
finales de julio- y porque la típica desconfianza de los arqueólogos frente a
los medios de comunicación se veía agravada, en este caso, por la fuerte
oposición mostrada por diversas asociaciones culturales canarias que protestan
por la, a su juicio, escandalosa desprotección que sufre el patrimonio
arqueológico canario. Resultaba evidente que estos arqueólogos preferirían ver
expuestas las primicias de su hipótesis sobre la influencia fenicia en las islas
en una publicación científica, pero también es evidente que cuando un periodista
persigue un tema, es difícil mantenerlo a distancia. A mi condición de canaria,
directamente interesada en el asunto, se une la insaciable curiosidad del
periodista que bucea siempre entre historias que rozan el limite de la
heterodoxia. ¿Atlantes o esclavos? Mi insistencia obtuvo su fruto ...
«Nosotros pensamos que las islas fueron pobladas por un conjunto
bereber
llevado por los fenicios, y así lo demuestran hallazgos como la Piedra Zanata y
estos grabados de toros. Esta forma de colonización era un sistema muy común
dentro de la gran empresa cartaginesa. Ya lo habían hecho con los iberos, por
ejemplo, en todo el Mediterráneo, hasta Siria. Cogían a pueblos enteros y los
ponían a su servicio para que lucharan con ellos. Esto se encuentra
perfectamente comprobado gracias a diversas fuentes. En el caso de Canarias
estamos hablando del siglo III a.c. o fechas mas tempranas. Había unas islas
deshabitadas, con unas aguas en las que se puede pescar túnidos durante todo el
ano, y no solamente de forma estacional. Los túnidos, los atunes, constituían la
materia prima del garum, un fenómeno económico importantísimo en los siglos III
y IV antes de Cristo. Por primera vez Canarias tiene un sentido para el
Mediterráneo que no es el mitológica. Tiene un sentido económico».
Espirales canarias,
idénticas que las encontradas en Galicia, Sur y Levante de Iberia,
no es la casualidad, sino la efervescencia cultural de un pueblo
homogéneo desde los albores de los tiempos que en su imaginería
mágico-espiritual conectaban con líneas de tiempo y espacios
dimensionales demasiado atractivos para la mente racional (¿para
qué?) de los cultos profesores ególatras de su pseudoconocimiento.
Las fabulosas Columnas de Hércules no fueron
obstáculo para un pueblo tan
navegante como el fenicio, según este equipo investigador. Ya habían cruzado el
estrecho y fundado factorías en la costa africana, en los enclaves de Lixus y
Mogador, que esta en la línea donde las corrientes atlánticas arrastran hacia
las Canarias. Pero las interrogantes seguían planeando sobre la falta de pruebas
arqueológicas que confirmaran la huella fenicia. Yo había visto muy pocas piezas
de este estilo en los museos insulares.
LA FACCIÓN TROPICAL DE LA ARQUEOLOGÍA ESPAÑOLA
El profesor Balbín fue tajante en sus declaraciones:
«El comercio del garum en el Mediterráneo era mas importante que el de la Coca
Cola hoy día. Tenia necesariamente que extenderse por unas islas donde la
captura de túnidos es permanente. ¿Dices que no ha dejado señales? Nos ha dejado
todas las que necesitamos: factorías, ánforas y objetos relacionados con el
culto y la religión fenicias. En Lanzarote hay grabados de la diosa Tanit, en
Gran Canaria esta la famosa Cueva Pintada de Galdar, que es un clarisimo ejemplo
de hipogeo, las ánforas halladas en el Puerto de la Cruz, en Tenerife, están
hechas a mano y son copia de modelos punicos ... Tenemos mas de doscientas
muestras que iremos publicando poco a poco, a nuestro ritmo científico, no al
ritmo impuesto por las circunstancias políticas. El problema de la arqueología
canaria es que hasta la fecha ha sido una «facción tropical» porque ha carecido practicamente de excavaciones científicas. Lo que estamos manejando ahora son
colecciones del siglo pasado. Desde luego, lo que sí esta demostrado es que
existen muchos elementos fenopunicos en las islas, pero nunca habían sido
colocados en su lugar correspondiente. A partir de ahora el rastreo de estos
elementos y su estudio dentro de un contexto arqueológico que nos relaciona con
el mundo mediterráneo y la pesca del atún, hará mucho mas fácil el trabajo».
ABIERTA LA PISTA ATLANTE
Para estos arqueólogos se cierra una etapa que había dejado al archipiélago
aislado de las corrientes hist6ricas y se abre una puerta que enlaza con Europa.
No existiría el enigma de los guanches; quedaría demostrada su procedencia
bereber, y el hecho de que en el momento de la conquista hubieran olvidado sus
orígenes vendría dado por los mas de 1.500 años transcurridos desde que los
colonizadores fenopunicos quedaron atrapados en las islas, tras la caída del
gran imperio fenicio y la interrupci6n definitiva del comercio que controlaban.
Para mi, sin embargo, la aparición de la figura del toro, lejos de aclarar
incógnitas, constituye el autentico hila de Ariadna, porque la gran divinidad
entre cuyos cuernos resplandece el disco solar era ya antigua antes de que los
fenicios emigraran desde las tierras cananeas. La hipótesis fenicia quedaría en
entredicho en islas como La Palma, donde las secuencias estratigráficas permiten
identificar una población atlántica, autora de grabados de espirales, meandros y
herraduras, anterior a la oleada africana y berberófona.
Lo cierto es que las hipótesis de trabajo presentadas en el Congreso de Cádiz
podrían explicar racionalmente el poblamiento guanche y bereber de Canarias,
pero no agotan las posibilidades de búsqueda en torno a la pista atlante. Apenas
han comenzado las excavaciones y la tierra virgen de las islas no ha desvelado
aun todos sus secretos .
LOS FENICIOS Y LA ATLÁNTIDA
Aunque solo fuera por su genial creación del alfabeto, los fenicios merecerían
ocupar un destacadísimo lugar entre los pueblos de la antigüedad. Pero es que,
además, fueron excelentes colonizadores
y activos comerciantes que llevaron materias primas y productos
manufacturados por todo el orbe entonces conocido.
También destacaron por su espíritu bélico, demostrado durante las guerras que
les enfrentaron a Roma. Los fenicios procedían de una rama cananea originaria de
las zonas de Palestina y Libano. En el primer milenio a.c. colonizaron el
Mediterráneo y se adentraron en navegaciones atlánticas. En el 146 a.c. Cartago
fue saqueada por los romanos y los fenicios perdieron el poderío que hasta
entonces les había caracterizado.
Fundaron innumerables ciudades: Biblos, Tiro, Sidon, Cartago, Lixus (en la
costa atlántica marroquí) ... y en tierras españolas levantaron Gades (Cadiz),
Ebusus (ibiza) y Cartago Nova (Cartagena).
Por lo que a creencias religiosas se refiere, los fenicios rendían culto a un
dios principal y solar, El, identificado luego con Baal, a una diosa madre
lunar y de la fertilidad, Astarte, conocida en Occidente como Tanit, y a Melqart, a quien se adoro en Gades. Este ultimo fue identificado con
Hércules
por los griegos. Otras divinidades importantes fueron Reshef, Dagon o Hammon.
Los ritos tenían lugar al aire libre oen templos. Se ha debatido mucho acerca
del culto al toro, que las teorías mas ortodoxas suponen extendido por los
fenicios
en toda la cuenca del Mediterráneo. Otras teorías, precisamente las que podrían enlazar los grabados de toros encontrados
en Canarias con la existencia de una Atlántida sahariana, mantienen que este
culto se origino a partir de la unión
de los pueblos lebbus, rubios mongoloides, y los tehenus, autóctonos
norteafricanos, de cuya mezcla surge el pueblo llamado
Tamahu, ultimo resto atlante que lleva hacia Egipto
al toro como dios totémico. Los fenicios, pues, serian los herederos de una
larguísima tradición y no sus creadores.
EL CAVIAR DE LA ANTIGÜEDAD
Según las hipótesis
de trabajo explicadas en este reportaje, el motivo del establecimiento de
pueblos bereberes en
Can arias fue la obtención de garum. Este producto se fabricaba a partir de las
cabezas y vísceras de pescado marino, preferentemente de la familia de los túnidos, puestas en
maceración con sal, vinagre, agua, hierbas aromáticas y
aceite. El garum se dejaba marinar en el interior de grandes piletas y, una
vez logrado su punto exacto de adobo, se envasaba en ánforas y
era distribuido a lo largo y ancho del Mediterráneo.
Fenicios y romanos fueron entusiastas consumidores de este condimento, tan
apreciado que no podía faltar en ninguna mesa por pobre que fuese. Hoy
podemos conocer los múltiples usos culinarios del garum gracias a un libro de
cocina escrito entre los siglos I y III d.C. Su autor fue un refinado gastrónomo romano Hamado Apicio,
que se suicido por miedo a verse privado del buen comer cuando considero
insuficientes los sestercios que le quedaban. Las recetas de Apicio, a pesar
de estar tan alejadas en el tiempo, pueden llevarse a la practica hoy día si se
toma la precaución de hacerse con un
poco de garum casero. Véase un ejemplo:
LUBINA AL MODO DE APICIO.
Picar pimienta, comino, perejil, ruda, cebolla, miel, garum, vino dulce y unas
gotas de aceite. Hervir ligeramente la lubina en esta salsa.
EL PASADO ISLEÑO, AMENAZADO
La conquista de las Canarias en el siglo XV supuso un cataclismo para la
población prehispánica.
El proceso de aculturizacion subsiguiente constituyo el ensayo sangriento de lo
que se haría luego en las recién descubiertas tierras americanas. Se diezmo y
esclavizo a los aborígenes, se prohibieron la lengua, la religión y las
costumbres, se lanzo a la Inquisición contra los residuos visibles del viejo
pueblo y, por ultimo, se hizo creer a los canarios que los guanches habían sido
borrados de la faz de la tierra.
El siglo XIX reivindico la imagen del buen salvaje, y exalto los valores de
aquellos que defendieron a su patria hasta la muerte. A lo largo del siglo XX
han coexistido dos corrientes: represión pura y dura (prohibición de libros
sobre lingüística guanche, persecución de movimientos nacionalistas ... ) o
revisión de planteamientos científicos (pervivencia de elementos
prehispánicos en la población actual, estudio y catalogación del patrimonio
cultural...). Es en este ultimo apartado donde se produce la mayor polémica. En
torno
a los mas recientes hallazgos, como la Piedra Zanata o los grabados de toros,
se han alzado numerosas voces denunciando la actuación oficial y de los
científicos que trabajan sobre el terreno.
Las asociaciones culturales
Confederación Internacional Atlántida, Kebehi
Benchomo, Colectivo Goymar y Centro de Estudios Aborígenes de Canarias,
arremeten contra las expoliaciones y abandono de los yacimientos y ponen en
cuestión el hallazgo mismo de la Piedra Zanata, a la que encuentran tres rastros
hasta su origen: uno, fue entregada al propietario de una tienda de recuerdos
por dos cazadores que la habrían encontrado en una cueva; dos, fue hallada por
un anticuario escondida entre tres círculos de piedra; tres, la encontró, sin
inscripción alguna, un guarda forestal que la entrego al anticuario antes
citado. El director del Museo Arqueológico
de Santa Cruz de
Tenerife manifiesta que la Piedra, como
todas las piezas buenas que aparecen siempre en la arqueología, es objeto de
debate, añadiéndose además una cuestión de carácter político. «Ningún científico ha ido a estudiar la piedra y ha dado una
opinión distinta de
la nuestra. Las demos opiniones que se han vertido son puramente periodísticas
y acientíficas».
José Gregorio González visito el yacimiento donde
están los grabados de los toros, y aunque omitimos su situación exacta por
motivos obvios, podemos atestiguar que no se encuentra protegido. Los
arqueólogos se defienden: «Los máximos defensores de la conservación de los
yacimientos somos nosotros, por nuestro propio interés, pero las
posibilidades reales de conservación dependen de las intenciones políticas. No
podemos prohibir el paso, ni cercar el terreno, ni tener por nuestra cuenta a un
vigilante día y noche en todos y cada uno de los yacimientos
de Canarias».