Para aprender hay que desaprender.
Todo puedo ser al revés de cómo se
suponía hasta ahora.
No fueron los fenicios quienes enseñaron a escribir a
Occidente.
Andalucía enseñó a escribir al mundo occidental.
Los fenicios
”inventados” por los griegos pudieron ser los onubenses.
El color “rojo” de
Huelva fue el “fenicio”
En la Península Ibérica ya se utilizaba la escritura miles de años antes que
los fenicios aparecieran por sus costas. Esta innovadora tesis viene avalada
por los estudios aportados en esta obra. En el Museo de Huelva (España) se
encuentran expuestos dos útiles prehistóricos, encontrados en sepulcros
megalíticos, con evidencia de escritura. No son las únicas muestras, existen
otras en el sur peninsular. Debemos poner en duda lo que hasta ahora se
consideró como verdad irrefutable, el que fueran los fenicios quienes nos
enseñaron a escribir. ¿Y si, en realidad, hubiera ocurrido lo contrario? ¿Y
si esos pueblos del mar que toda la mitología del Mediterráneo Oriental
sitúa en la Península Ibérica, hubieran enseñado, en verdad, a los fenicios?
¿Escribirían los fenicios sus propios Anales en una escritura de Occidente?
Los fenicios, al llegar a la Península Ibérica a finales del II milenio
a.C., encontraron gentes que ya usaban un torno rápido para pulir el oro y
que escribían signos lineales. El geógrafo griego Estrabón se refirió a los
turdetanos como un pueblo que tenía leyes escritas en verso de seis mil años
de antigüedad). Una golondrina no hace verano. Las escrituras de Huelva no
están solas en la penumbra de la Prehistoria: Numerosos signos de escrituras
«prehistóricas», fechadas a partir del 7 000 a.C. aparecen en Europa y en
las islas del Mediterráneo. Son ya muchas las aves que acompañan el vuelo de
las golondrinas de Tartessos.