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Tartessos
Adolf Schulten
El autor
Adolf
Schulten (Elberfeld, 1870- Erlangen, 1960), arqueólogo alemán,
discípulo del gran romanista Theodor Mommsen, Doctorado en
geología por la Universidad de Bonn (1892) y, finalmente,
catedrático de historia antigua en la Universidad de Erlangen.
Recorrió Italia, África y Grecia becado por el Instituto de
Arqueología Alemán. Desde su primer viaje a España en 1899 y
hasta el final de su carrera activa centró sus trabajos en la
historia antigua de la Península Ibérica. Sus obras fueron
grandes éxitos literarios que se traducían simultáneamente a
diversas lenguas y se convirtieron en referentes para la
investigación arqueológica. En su copiosa producción destacan
Numantia (1914), Die Keltiberer und ihre Kriege mit Rom (1914),
su edición crítica de la Ora Marítima de Avienus, su Tartessos
(1924), la monumental Fontes Hispaniae Antiquae y su
imprescindible Iberische Landeskunde (1955, en español Geografía
y etnografía antiguas de la península ibérica, 1959-1963).
Características Técnicas
Tamaño: 16x24
cm.
Nº de
páginas: 192
Tapa dura
ISBN:
84-88586-44-2
Precio: 20
euros
Edición: 1ª
Junio de 2006
De
este clásico de la historia antigua surgió la gran adivinanza de
Tartessos, la que se supone la más antigua y brillante
civilización de Occidente y la única gran
creación política autóctona de la Península Ibérica. Prendado
aún del mito, este Tartessos de Adolf Schulten es la expresión
máxima de una empecinada intuición erudita y literaria
De este
clásico de la historia antigua surgió la gran adivinanza de
Tartessos, la que se supone la más antigua y brillante
civilización de Occidente y la única gran creación política
autóctona de la Península Ibérica. Prendado aún del mito, este
Tartessos de Adolf Schulten es la expresión máxima de una
empecinada intuición erudita y literaria que puso la cota
principal para que, más tarde, la Historia, la Arqueología y la
Fortuna nos dieran la idea más ajustada que hoy tenemos de la
civilización tartésica. Schulten estuvo investigando treinta
años sobre el terreno con la intención de emular a Schliemann,
descubridor de Troya, y, pese a sus nulos resultados en la
obsesión por localizar la principal urbe tartésica, logró
resucitar el viejo mito de forma más viva que nunca. Su producto
literario cayó en gracia debido a la amenidad y misterio con que
acompañaba a estos temas en los momentos de su publicación. Su
«hallazgo» de Tartessos en los años veinte atrajo y sigue
atrayendo hoy la atención de gran número de lectores y sus
sucesivas ediciones así lo acreditan. Este Tartessos sigue
siendo un auténtico y pionero best-seller de la Historia.