Conforme el patriarcado extendía profundamente sus
raíces en la tierra fértil de la antigua y milenaria
sociedad matriarcal las mujeres iban siendo
despojadas de todos sus ancestrales derechos: ya no
ocuparán puestos en la jerarquía religiosa, la
divinidad femenina será transformada en un ente
diabólico (la Gran Prostituta, la Bestia, Satanás),
la mujer no será un individuo autónomo ante la ley,
no podrá mostrar su cuerpo sin que se la considere
ramera, ni su cabello estará descubierto, carecerá
de alma, su sangre menstrual será impura, etc.
Aunque con distintos grados de intensidad,
dependiendo del fundamentalismo patriarcalista de
cada época, así ha venido siendo desde
aproximadamente casi dos milenios y medio.
Joven
egipcia antes de la opresión patriarcal
El
patriarcalismo surgió hace siete mil años y fue
creciendo lentamente hasta alcanzar su fase crítica
en los dos siglos anteriores a la era cristiana.
Desde entonces la mujer bajó a los infiernos de la
sociedad. Se puede apreciar eso muy bien en el arte,
pues a partir de entonces todas las mujeres debían
cubrirse el cabello; lo cual no ocurría en la
Antigua Grecia por ejemplo, ni en la primitiva Roma
o el viejo Egipto. Así las matronas romanas de fines
de la República se tendrán que ocultar los cabellos
siempre, pero también las griegas y todas las del
orbe del emergente Imperio romano. Cuando nació el
cristianismo ya estaba establecido este modelo
estético patriarcal. Mahoma lo implantó en Arabia
unos siglos después.
Mujer romana en el siglo I
antes de nuestra Era cubriendo ya su cabeza y todo su cuerpo.
Hoy en día la mujer ha
recuperado sus derechos en occidente, aunque el fundamentalismo patriarcal
sigue vigente todavía en el mundo islámico. No obstante podemos recordar que
en el antiguo Egipto, antes del ominoso periodo patriarcal mencionado, las
mujeres no sólo tenían los mismo derechos legales que el hombre, sino que
participaban de todas las profesiones en igualdad. Menos soldados y
desempeñar labores excesivamente pesadas, las mujeres egipcias podían ser
desde escribas hasta sacerdotisas, desde juezas hasta médicos,
constructoras, empresarias, músicas, artesanas, campesinas, etc.
Arpista egipcia
Pero ¿que ocurrió en los
siglos inmediatos a la era cristiana para que el patriarcalismo se
radicalizara tanto?. No lo sabemos con certeza, pero aconteció durante la
expansión griega hacia oriente. En el siglo IV aC el gran Alejandro Magno
conquista las vastas extensiones del imperio persa y el helenismo griego
(una pizca machista) se expande por esos inmensos territorios. Los herederos
de Alejandro gobernarán esas tierra hasta la época de la conquista romana y
en esos siglos el pensamiento helénico se extiende pero también se fusiona
con determinados pensamientos fundamentalistas radicales que se habían ido
gestando en esas regiones orientales, como por ejemplo el patriarcalismo
hebreo.
Este había estado luchando
contra la religión de la diosa desde hacía siglos y era un continuador del
patriarcalismo asirio. Cuando llega el helenismo a esas regiones la
filosofía griega muta gradualmente, pues se contamina de las ideas
apocalípticas y fundamentalistas patriarcales de los judíos y otros pueblos
orientales, y de esa fusión nacerá el pensamiento cristiano tal como lo
conocemos. No lo creó Jesucristo (que nunca fue patriarcalista) sino los que
sentaron las bases del cristianismo convencional (gnósticos, paulistas, San
Agustín, etc). Jesús fue hijo de su tiempo y por tanto estuvo impregnado del
pensamiento de su época de tipo apocalíptico, pero no obstante siempre
estuvo rodeado de mujeres que fueron sus principales discípulas, algo luego
borrado por los cristianos patriarcalistas de forma intencionada.
Recreación de una antigua
campesina egipcia basada en esculturas originales.
Roma conquista Grecia y se
expande hacia oriente coincidiendo con esa época, los dos siglos anteriores
a nuestra era, y se contamina igualmente de la ideología patriarcal y de las
costumbres derivadas de esa forma de pensar. La mujer romana se cubrirá
entonces también por imperativo moral el cabello. Aunque el momento exacto
de este cambio no es fácil de precisar, pues ya hay esculturas del siglo III
aC donde las diosas o las féminas aparecen con manto sobre la cabeza. Antes
las mujeres podían llevar todo tipo de ornamentos en su cabeza: gorros,
coronas, cascos, diademas, joyas, velos, etc., pero no había el mandato moral
y puritano de ocultar obligatoriamente los cabellos, tal como aún practican
las mujeres islámicas hoy día.
Diosa Isis romanizada con el
cabello cubierto
En la
actualidad la mujer en occidente no sólo ha recuperado sus derechos legales
sino que incluso puede mostrar su cuerpo si lo desea sin que sea considerada
una mujer impura. Es curioso comprobar que ya no sólo se muestran los
cabellos sino también las jóvenes exhiben su vientre, algo que no se había
contemplado desde hacía milenios. Con el advenimiento del fundamentalismo
patriarcal comenzaron las restricciones y represiones sexuales; y la mujer
será así el obsesivo motivo de tentación, causa de pecado y generadora de
vicio. Desde entonces el genero femenino será condenado a cubrir su cuerpo
tentador y seductor lo máximo posible; y la antigua Divinidad femenina se
verá transformada en una Bestia del Abismo, un terrible Demonio, un Vampiro
de sangre y almas, un Dragón de múltiples cabezas, una Serpiente de
perdición ..., arrojada a los infiernos, a los desiertos, al Submundo, al
Inconsciente, al Seol, al Hades, al Abismo ...donde los dioses patriarcales
y solares la encerrarán pretendidamente para toda la eternidad. Pretenderán
atraparla allí por siempre y enclaustrarla con los sellos del dios
patriarcal y su cohorte de ángeles solares (liderados por el arcángel San
Miguel). Se escribirán profecías y libros de revelación donde serán narrados
dichos anatemas y epopeyas míticas, nacidas en la mente obsesiva y fanática
de los sacerdotes de las religiones basadas en el dios patriarcal.
El retorno del
cuerpo de la mujer es el regreso de la diosa que los fundamentalistas
patriarcales habían expulsado a los infiernos por los siglos de los siglos.
La mitad de la esencia de la diosa es la tierra y ocultar el cuerpo femenino
es despreciar a la tierra. La toma de conciencia ecologista ha ido creciendo
de forma paralela a conforme la mujer ha ido aumentando las partes de su
cuerpo que exhibe, en especial el vientre, pues el vientre es la metáfora de
la tierra, junto con los senos (madre gestante y madre nutricia).
Kabalean
Conforme el patriarcado extendía profundamente sus raíces en la tierra fértil de la antigua y milenaria sociedad matriarcal las mujeres iban siendo despojadas de todos sus ancestrales derechos: ya no ocuparán puestos en la jerarquía religiosa, la divinidad femenina será transformada en un ente diabólico (la Gran Prostituta, la Bestia, Satanás), la mujer no será un individuo autónomo ante la ley, no podrá mostrar su cuerpo sin que se la considere ramera, ni su cabello estará descubierto, carecerá de alma, su sangre menstrual será impura, etc. Aunque con distintos grados de intensidad, dependiendo del fundamentalismo patriarcalista de cada época, así ha venido siendo desde aproximadamente casi dos milenios y medio.
Joven egipcia antes de la opresión patriarcal
El patriarcalismo surgió hace siete mil años y fue creciendo lentamente hasta alcanzar su fase crítica en los dos siglos anteriores a la era cristiana. Desde entonces la mujer bajó a los infiernos de la sociedad. Se puede apreciar eso muy bien en el arte, pues a partir de entonces todas las mujeres debían cubrirse el cabello; lo cual no ocurría en la Antigua Grecia por ejemplo, ni en la primitiva Roma o el viejo Egipto. Así las matronas romanas de fines de la República se tendrán que ocultar los cabellos siempre, pero también las griegas y todas las del orbe del emergente Imperio romano. Cuando nació el cristianismo ya estaba establecido este modelo estético patriarcal. Mahoma lo implantó en Arabia unos siglos después.
Mujer romana en el siglo I antes de nuestra Era cubriendo ya su cabeza y todo su cuerpo.
Hoy en día la mujer ha recuperado sus derechos en occidente, aunque el fundamentalismo patriarcal sigue vigente todavía en el mundo islámico. No obstante podemos recordar que en el antiguo Egipto, antes del ominoso periodo patriarcal mencionado, las mujeres no sólo tenían los mismo derechos legales que el hombre, sino que participaban de todas las profesiones en igualdad. Menos soldados y desempeñar labores excesivamente pesadas, las mujeres egipcias podían ser desde escribas hasta sacerdotisas, desde juezas hasta médicos, constructoras, empresarias, músicas, artesanas, campesinas, etc.
Arpista egipcia
Pero ¿que ocurrió en los siglos inmediatos a la era cristiana para que el patriarcalismo se radicalizara tanto?. No lo sabemos con certeza, pero aconteció durante la expansión griega hacia oriente. En el siglo IV aC el gran Alejandro Magno conquista las vastas extensiones del imperio persa y el helenismo griego (una pizca machista) se expande por esos inmensos territorios. Los herederos de Alejandro gobernarán esas tierra hasta la época de la conquista romana y en esos siglos el pensamiento helénico se extiende pero también se fusiona con determinados pensamientos fundamentalistas radicales que se habían ido gestando en esas regiones orientales, como por ejemplo el patriarcalismo hebreo.
Este había estado luchando contra la religión de la diosa desde hacía siglos y era un continuador del patriarcalismo asirio. Cuando llega el helenismo a esas regiones la filosofía griega muta gradualmente, pues se contamina de las ideas apocalípticas y fundamentalistas patriarcales de los judíos y otros pueblos orientales, y de esa fusión nacerá el pensamiento cristiano tal como lo conocemos. No lo creó Jesucristo (que nunca fue patriarcalista) sino los que sentaron las bases del cristianismo convencional (gnósticos, paulistas, San Agustín, etc). Jesús fue hijo de su tiempo y por tanto estuvo impregnado del pensamiento de su época de tipo apocalíptico, pero no obstante siempre estuvo rodeado de mujeres que fueron sus principales discípulas, algo luego borrado por los cristianos patriarcalistas de forma intencionada.
Recreación de una antigua campesina egipcia basada en esculturas originales.
Roma conquista Grecia y se expande hacia oriente coincidiendo con esa época, los dos siglos anteriores a nuestra era, y se contamina igualmente de la ideología patriarcal y de las costumbres derivadas de esa forma de pensar. La mujer romana se cubrirá entonces también por imperativo moral el cabello. Aunque el momento exacto de este cambio no es fácil de precisar, pues ya hay esculturas del siglo III aC donde las diosas o las féminas aparecen con manto sobre la cabeza. Antes las mujeres podían llevar todo tipo de ornamentos en su cabeza: gorros, coronas, cascos, diademas, joyas, velos, etc., pero no había el mandato moral y puritano de ocultar obligatoriamente los cabellos, tal como aún practican las mujeres islámicas hoy día.
Diosa Isis romanizada con el cabello cubierto
En la actualidad la mujer en occidente no sólo ha recuperado sus derechos legales sino que incluso puede mostrar su cuerpo si lo desea sin que sea considerada una mujer impura. Es curioso comprobar que ya no sólo se muestran los cabellos sino también las jóvenes exhiben su vientre, algo que no se había contemplado desde hacía milenios. Con el advenimiento del fundamentalismo patriarcal comenzaron las restricciones y represiones sexuales; y la mujer será así el obsesivo motivo de tentación, causa de pecado y generadora de vicio. Desde entonces el genero femenino será condenado a cubrir su cuerpo tentador y seductor lo máximo posible; y la antigua Divinidad femenina se verá transformada en una Bestia del Abismo, un terrible Demonio, un Vampiro de sangre y almas, un Dragón de múltiples cabezas, una Serpiente de perdición ..., arrojada a los infiernos, a los desiertos, al Submundo, al Inconsciente, al Seol, al Hades, al Abismo ...donde los dioses patriarcales y solares la encerrarán pretendidamente para toda la eternidad. Pretenderán atraparla allí por siempre y enclaustrarla con los sellos del dios patriarcal y su cohorte de ángeles solares (liderados por el arcángel San Miguel). Se escribirán profecías y libros de revelación donde serán narrados dichos anatemas y epopeyas míticas, nacidas en la mente obsesiva y fanática de los sacerdotes de las religiones basadas en el dios patriarcal.
El retorno del cuerpo de la mujer es el regreso de la diosa que los fundamentalistas patriarcales habían expulsado a los infiernos por los siglos de los siglos. La mitad de la esencia de la diosa es la tierra y ocultar el cuerpo femenino es despreciar a la tierra. La toma de conciencia ecologista ha ido creciendo de forma paralela a conforme la mujer ha ido aumentando las partes de su cuerpo que exhibe, en especial el vientre, pues el vientre es la metáfora de la tierra, junto con los senos (madre gestante y madre nutricia).