PLANTEAMIENTO DE HIPÓTESIS: AUTORÍA FEMENINA DE ESCULTURAS ARCAICAS
DIVINAS
Al principio la mujer creó a la Diosa a imagen suya, a imagen femenina, nos
es lícito pensar. La mujer a principios de la cultura humana con toda
seguridad creó a la Diosa.
Hasta no hace mucho tiempo existía la creencia generalizada en multitud de
regiones con diferentes creencias religiosas, de que la creación de los
seres humanos se debía a un Ente sobrenatural que ejercía el predominio del
universo. Y el sexo Divino de ese Ente Creador venía determinado por el sexo
humano que ejercía la primacía en la estructura de la sociedad. Afirma BÜLER
(1963, 77): "Según la importancia de los dos géneros dentro de la vida
económica, aparece en primer término en el mito el principio masculino o el
femenino, y también el culto y la estructura social se rige según estos
principios."
Dado que los yacimientos arqueológicos universales desde los comienzos de la
cultura humana y durante los 25.000 años de la Prehistoria, están llenos de
esculturas de IMÁGENES FEMENINAS, surge la deducción obvia que reflejaban al
sexo de la Divinidad que ejercía la primacía en la estructura de la sociedad
matriarcal: en la Prehistoria se adoraba a una DIOSA Suprema y Diosa que se
creería habría creado a los seres humanos.
Esculturillas paleolíticas de Austria, Alemania, Francia, Checoslovaquia,
Italia, Rusia
[Recuérdese las exclusivas escultura femeninas Paleolíticas calificadas
irónicamente de "VENUS". P. ej. DELPORTE (1982, 26) afirma: "Sabemos
finalmente de un grupo de figuraciones de indiscutible carácter femenino."
... "El grupo más importante se nos presenta constituido por las estatuillas
en bulto redondo a las que se ha dado el nombre de Venus"), y que según
HUSAIN representa a la Diosa en (1997, 19): "El analista jungiano Erica
Neumann llevó a acabo un estudio seminal y a fondo de los diversos símbolos
maternos en su obra The Great Mother: An Analysis of the Archetype (1963).
Llegó a la conclusión de que las obras de arte religioso más arcaicas son
«figuras de la solitaria gran diosa, imagen paleolítica de la madre, antes
de que el padre existiera en la tierra o en el cielo»"].
En los mitos históricos de época patriarcal (que empezó hace unos 5.000)
domina en el panteón un Dios varón, lo que refleja la revolución habida. Así
en el occidente patriarcal cristiano ha venido imperando la creencia mítica
dogmática de que un SUMO CREADOR MASCULINO había creado a los seres humanos:
había creado independientemente y con características diferentes a cada
sexo. Se consideraba que modeló primero en arcilla al primer varón Adán y le
había dado un soplo de vida (Gén 2, 7). Y a continuación había extraído de
él a Eva para que lo acompañara (Gén 2, 23). Con ello se subordinaba la
mujer al varón y se predeterminaba los estereotipos inmutables de cada
género.
Mientras nuestros casi antípodas de las islas Salomón, de costumbres
matriarcales antes de la llegada de los occidentales, tenían una creencia
diametralmente opuesta a la nuestra. Ellos creían que la creación de los
seres humanos se debía a una Suma Creadora: a la Diosa KATUIBWARE /
Hatuibwari / Katouviere que había modelado primero a imagen suya a la
primera mujer con arcilla. Le había dado vida y de ella había extraído al
varón. En palabras de SECHI (1993, 542): "... con la arcilla roja y dura,
creó la primera mujer. Más tarde, mientras que la mujer dormía bajo el sol,
le cortó una costilla de su pecho, la mezcló con otra arcilla y formó un
hombre."
Si esta religión matriarcal se hubiera extendido por occidente, el varón se
encontraría subordinado a la mujer y los estereotipos sexuales serían los
opuestos a los vigentes en nuestra cultura patriarcal.
Diferentes estudios científicos han refutado estas creencias sobre la
creación de los seres humanos, diferenciados por géneros, por un Ente
sobrenatural (masculino o femenino), entre ellos los nuevos descubrimientos
basados en las teorías evolucionistas de Darwin y antropológicas y los
estudios psicológicos, que dan prueba de la invalidez de la teoría de la
inmutabilidad de los rasgos de cada género (los varones no tienen rasgos que
los discriminen de forma diferenciada de las mujeres, excepto en los
adquiridos por la cultura y las circunstancias).
Los nuevos descubrimientos han corroborado que la Divinidad es un invento
humano. Ahora que los horizontes son más amplios podemos afirmar que la
humanidad ha creado a sus Divinidades a imagen y semejanza suya. Nuestros
ancestros realizaron una especie de inversión del proceso de creación, y
atribuyeron a la Divinidad la creación de sí misma, cuando en realidad la
Divinidad fue creada a imagen y semejanza humana.
A este respecto expone GUICHOT Y SIERRA (1989, 48): "Y como, desde los
primitivos mitos, los hombres crearon á (sic) sus dioses á imagen suya,..."
... "es claro que, en las primeras sociedades humanas, el estado social y
las ocupaciones tribales dieron carácter á las concepciones religiosas,..."
... "Así, respecto de la organización social, según expone Braga, donde
prepondera el régimen de la maternidad, el dios es un fetiche femenino, la
Tierra-Madre, que saca de sí los dioses y las cosas; donde prepondera el
régimen de la paternidad, el dios es masculino,..."
Como nos dice CAMPBELL en (1994, 306): "... todos esos dioses brotaron en el
pasado de la mente del hombre proyectada sobre animales y plantas, sobre
montañas y torrentes, planetas en su órbitas, y en sus propias y peculiares
costumbres sociales."
Y en cada momento adjudicaron a la Divinidad el sexo que ejercía la primacía
en la estructura de la sociedad. El sexo Divino ha sido consecuencia de un
auténtico determinismo económico. Lo confirma el que, tras la revolución
habida, cuando la economía pasó a manos masculinas, igualmente cambió el
sexo de la Divinidad que coronaba el panteón.
Y si la humanidad ha creado a sus Divinidades a imagen y semejanza suya, es
lícito pensar que en el Paleolítico matriarcal LA MUJER CREARÍA A LA DIOSA A
IMAGEN SUYA, A IMAGEN FEMENINA.
Creencia en la autoría femenina que otros investigadores como el profesor LE
ROY MCDERMONTT de la Universidad de Missouri comparten. De él cita HUSAIN en
(1997, 11): "En el caso de que esta teoría sea correcta, la inmensa mayoría
de las esculturas paleolíticas fueron obra de mujeres, lo que sustenta los
argumentos de las feministas acerca de que no fueron los hombres sino las
mujeres las originales artesanas, artistas y transmisoras culturales de una
generación a otra."
Y en la Edad del Bronce patriarcal el VARÓN CREARÍA AL DIOS A IMAGEN SUYA, A
IMAGEN MASCULINA.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
BÜLER, BARROW, MOUNTFORD. (1963): El arte de los pueblos. Oceanía y
Australia. Editorial Praxis, Barcelona.
CAMPBELL, Joseph. (1994): Los mitos. Editorial Kairós, Barcelona.
DELPORTE, Henri. (1982): La imagen de la mujer en el arte Prehistórico.
Ediciones Istmo, Madrid.
GUICHOT y Sierra, Alejandro. (1989): Ciencia de la mitología. Editorial Alta
Fulla, Barcelona.
HUSAIN, Shahrukh. (1997): La Diosa. Editorial Debate, S. A. Madrid. Círculo
de Lectores, S. A. Barcelona.
SECHI Mestica, Giusseppina. (1993): Diccionario de Mitología Universal.
Ediciones Akal, S. A., Torrejón de Ardoz.