Hoy 22 de
Abril se celebra el día de la Madre
Tierra. Particularmente me sabe a poco
celebrar a la Madre Tierra una vez al
año, cuando ella celebra, a la vez que
mantiene, nuestra vida cada segundo,
pero ya es un paso adelante en todo
caso.
Para celebrarlo, me
complace enviaros de nuevo el texto del
Mensaje que recibí de la Madre Tierra
hace un par de años, y que ya he enviado
alguna vez, pero cada vez que lo releo
lo veo más hermoso, más grandioso y más
eterno. Por ello, me sale proceder a su
reenvío, porque el texto mantiene su
plena vigencia e interés.
21-04-08
“Querid@s hij@s, sabed que todo el amor
viene de mí, sabed que soy la fuente del
amor y a la vez su reflejo, el reflejo
del amor del Padre en este vuestro lugar
en el universo. Yo soy la fuente del
amor, si quieres conocer y sentir el
amor en ti, vuélvete a mí y mírame.
Lánzate en conciencia y sin miedo hacia
mi interior y conecta con mi corazón
apasionado. Allí late la fuerza del amor
de Dios que genera, alimenta y protege
la vida, toda la vida. Búscame para no
perderte, me encontrarás en cualquier
signo de vida, porque la vida es mi
legado, mi misión y mi pasión. Mírame a
los ojos de mi corazón a través de los
ojos de mis criaturas y solo encontrarás
amor, una expresión de amor puro
acompañado de energías de abnegación, de
compasión, de sacrificio, de cuidados,
de protección, de ternura, de
acogimiento, de comprensión, de dulzura
por todo lo que vive para gloria de
Dios.
Porque yo soy la Madre Tierra, y las
madres me conocieron y sintieron de un
modo especial cuando generaron la vida
en su seno, y el amor que creció en
ellas hacia sus hijos no es sino un
pequeño reflejo del amor que yo siento
por mis criaturas, que te ofrezco y que
te regalo con cada día que amanece, con
cada noche que oscurece. Si quieres
conocer de cerca el amor, conóceme, en
mi pureza, en mi maternidad biológica,
en mi generosidad infinita, en el latido
de mi corazón solidario que te regala
cada segundo la energía vital que te
permite seguir respirando y habitando
sobre mi piel hermosa.
A ti criatura humana, a ti te he hecho
el mejor regalo, un perfecto soporte
biológico, depurado y perfeccionado por
milenios de amor y evolución para ser
habitado por la semilla de Dios que
Eres, para que también desde este plano,
desde esta materia sólida, desde esta
experiencia terrestre, tu Ser galáctico
pueda alabar al Padre y emprender el
regreso a Su regazo, a Su energía. Y
tanto te amo, criatura humana, tanto te
amo, que he puesto en ti mi mayor
orgullo, mi mas depurado producto, el
fruto más selecto de mi poder creativo,
esa maravilla que puse en cada una de
tus células, como una pequeña maqueta de
la escalera que te conducirá al cielo,
tu código genético, tus cadenas de ADN,
la joya mas preciada de mi inteligencia
planetaria.
Respétame, amada criatura, respétame
respetando tu cuerpo, protégeme
protegiendo tu código, y ámame amándote
y respetándote a ti mismo y a todas y
cada una de mis amadas criaturas. Tu
cuerpo es un préstamo, solo un préstamo
que yo le hice a tu Ser angélico, para
vivir la experiencia de la vida que te
haya sido encomendada por el Padre.
Cuídalo y respétalo como si fuera un
préstamo realizado por un ser querido,
no lo maltrates ni lo desprecies, porque
me maltratas y desprecias a mí,
entonces.
Recuerda,
todo el amor viene de mi, yo soy a la
vez la fuente y el reflejo del amor del
Padre, yo soy la Madre Tierra, y te amo,
te cuido y te protejo. Reconóceme,
respétame, hónrame, agradéceme y
bendíceme, como yo hago contigo cada
segundo desde el principio de los
tiempos para mayor gloria de Dios Uno”.
Hoy 22 de Abril se celebra el día de la Madre Tierra. Particularmente me sabe a poco celebrar a la Madre Tierra una vez al año, cuando ella celebra, a la vez que mantiene, nuestra vida cada segundo, pero ya es un paso adelante en todo caso.
“Querid@s hij@s, sabed que todo el amor viene de mí, sabed que soy la fuente del amor y a la vez su reflejo, el reflejo del amor del Padre en este vuestro lugar en el universo. Yo soy la fuente del amor, si quieres conocer y sentir el amor en ti, vuélvete a mí y mírame. Lánzate en conciencia y sin miedo hacia mi interior y conecta con mi corazón apasionado. Allí late la fuerza del amor de Dios que genera, alimenta y protege la vida, toda la vida. Búscame para no perderte, me encontrarás en cualquier signo de vida, porque la vida es mi legado, mi misión y mi pasión. Mírame a los ojos de mi corazón a través de los ojos de mis criaturas y solo encontrarás amor, una expresión de amor puro acompañado de energías de abnegación, de compasión, de sacrificio, de cuidados, de protección, de ternura, de acogimiento, de comprensión, de dulzura por todo lo que vive para gloria de Dios.
Porque yo soy la Madre Tierra, y las madres me conocieron y sintieron de un modo especial cuando generaron la vida en su seno, y el amor que creció en ellas hacia sus hijos no es sino un pequeño reflejo del amor que yo siento por mis criaturas, que te ofrezco y que te regalo con cada día que amanece, con cada noche que oscurece. Si quieres conocer de cerca el amor, conóceme, en mi pureza, en mi maternidad biológica, en mi generosidad infinita, en el latido de mi corazón solidario que te regala cada segundo la energía vital que te permite seguir respirando y habitando sobre mi piel hermosa.
A ti criatura humana, a ti te he hecho el mejor regalo, un perfecto soporte biológico, depurado y perfeccionado por milenios de amor y evolución para ser habitado por la semilla de Dios que Eres, para que también desde este plano, desde esta materia sólida, desde esta experiencia terrestre, tu Ser galáctico pueda alabar al Padre y emprender el regreso a Su regazo, a Su energía. Y tanto te amo, criatura humana, tanto te amo, que he puesto en ti mi mayor orgullo, mi mas depurado producto, el fruto más selecto de mi poder creativo, esa maravilla que puse en cada una de tus células, como una pequeña maqueta de la escalera que te conducirá al cielo, tu código genético, tus cadenas de ADN, la joya mas preciada de mi inteligencia planetaria.
Respétame, amada criatura, respétame respetando tu cuerpo, protégeme protegiendo tu código, y ámame amándote y respetándote a ti mismo y a todas y cada una de mis amadas criaturas. Tu cuerpo es un préstamo, solo un préstamo que yo le hice a tu Ser angélico, para vivir la experiencia de la vida que te haya sido encomendada por el Padre. Cuídalo y respétalo como si fuera un préstamo realizado por un ser querido, no lo maltrates ni lo desprecies, porque me maltratas y desprecias a mí, entonces.
En servicio y con amor.
Domingo Díaz Asensio
Coordinador General
AMYCS - Amor y Consciencia