TARTESSOS |
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EL EMPLAZAMIENTO DE TARTESSOS |
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Reproducimos a continuación algunos pasajes de la "Ora Marítima" que describen el emplazamiento de la ciudad de Tartessos, en un lenguaje, eso si, difícil de interpretar: "El río Tartessos, que fluye del lago Ligustino por abiertos campos, ciñe por todas partes con su corriente la isla (donde se hallaba la ciudad de Tartessos), pero no corre por un solo cauce ni surca de una sola vez el suelo subyacente, ya que por la parte oriental trae tres bocas a los campos, mientras que con dos veces dos bocas baña la parte meridional del territorio de la ciudad. Luego, por encima de la misma ligustina está recostado el monte Argentario, así llamado por los antiguos a causa de su hermosura, pues el estaño brilla espléndidamente en sus laderas y aún mayor resplandor despide en los aires de lejos, cuando el sol toca con sus rayos sus cumbres elevadas. El mismo río arrastra en sus aguas partículas de pesado estaño y lleva el rico metal a las mismas murallas de Tartessos......." El lago Ligustino que cita Avieno se situaba en la desembocadura del Guadalquivir, correspondiendo a lo que hoy son las marismas, colmatadas por los arrastres aluviales del río. Varios siglos después el geógrafo Estrabón, ya en tiempos del cambio de Era, confirmaría la ubicación de la antigua ciudad indicando que: "Parece ser que en tiempos anteriores llamóse al río Betis -Guadalquivir- Tartessos y a Gadeira -Cádiz- y sus islas vecinas Erýtheia. Así se explica que Stesíchoros, hablando del pastor Geryónes, dijese que había nacido casi enfrente de la ilustre Erýtheia, junto a las fuentes inmensas de Tartessos, de raíces argénteas, en un escondrijo de la peña. Y como el río tiene dos desembocaduras, dícese también que la ciudad de Tartessos, homónima del río, estuvo edificada antiguamente en la tierra sita entre ambas". Estas indicaciones de Estrabón y del Periplo de Avieno, junto con otras similares reflejadas en autores como Pausanias, Mela, etc., llevaron a Adolfo Schulten a buscar la ciudad de Tartessos, con resultados infructuosos, ciertamente, en la zona de la desembocadura del Guadalquivir, en el actual Coto de Doñana. |