Tartessos
es mucho más que un territorio brumoso del pasado del
sur de la península Ibérica. En tierras de la actual
Andalucía hubo hace milenios
formas de vida y visiones del mundo que los arqueólogos
intentan desentrañar. Un grupo de investigación de la
Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de
Sevilla estudia dos estelas tartésicas descubiertas en
Almadén de la Plata (Sevilla). Una de estas estelas
(losas), la mejor conservada, es una rica fuente de
información para encontrar claves sobre los mitos
fundacionales de las religiones indoeuropeas. En estos
sistemas de creencias las parejas de personajes
desempeñan la función civilizadora de su pueblo. Es el
caso de Rómulo y Remo en Roma o de Gárgoris y Habis en
Tartessos.
La
estela mejor conservada presenta dos personajes
antropomorfos de proporciones casi idénticas. Los dos
personajes tienen un alto grado de geometrismo y
abstracción. Una de las figuras representa a un guerrero
con su espada, escudo y casco con cuernos. La otra
figura tiene como atributo único una diadema, que puede
representar un ornamento de prestigio utilizado por
mujeres o incluso una aureola, lo que daría al personaje
un simbolismo sobrenatural.
Un estudio sobre las estelas se ha publicado en la
revista Trabajos de Prehistoria. Las dos estelas datan
de un periodo comprendido entre la Edad del Bronce Final
y la Primera Edad del Hierro (1300-550 a. de C.). Tras
su hallazgo, las estelas fueron depositadas en el Museo
Arqueológico Provincial de Sevilla en 2005. El profesor
Leonardo García Sanjuán, responsable del grupo de
investigación, recalca el enorme valor de la estela con
las dos figuras antropomorfas. “De las 120 estelas de
guerrero tartésicas que se conocen, la de Almadén de la
Plata es la única que presenta ese tipo de composición”,
asegura García Sanjuán.
“Al hablar de Tartessos nos referimos a la cultura del
suroeste de la península Ibérica que resulta de la
interacción de los habitantes locales con los fenicios y
los griegos. El contacto se produjo hacia el año 850 a.
de C. No se puede discernir si las estelas corresponden
al periodo pretartésico (1350-850 a. de C.) o al
tartésico (850-550 a. de C.). No sabemos cómo era la
sociedad pretartésica. Estas estelas son el único
registro plástico-gráfico tangible para realizar
especulaciones sobre la sociedad indígena, autóctona,
antes de la llegada de los fenicios”, dice.
“Las estelas de guerrero representan un personaje
guerrero central con una espada, escudo y casco con
cuernos. A veces, se representan también con personajes
inferiores”, agrega. La estela hallada en Almadén de la
Plata es excepcional al contar con dos figuras distintas
de tamaño equivalente. García Sanjuán señala que “la
estela puede dar claves sobre mitos fundacionales de
Tartessos”. “Existe una tradición de ámbito europeo de
los dioses gemelos. Hay una tradición muy extendida de
parejas de hermanos -o de padre e hijo- que tienen una
función mítica como fundadores o civilizadores de una
comunidad. Esta noción nos remite a la estela”, recalca
García Sanjuán.
“La estela cuestiona cosas que se decían hasta ahora,
como que las figuras con diadema son femeninas. No se
descarta que lo sean. Pero abre otra línea de
investigación. La cosa que lleva la figura en la cabeza
puede no ser una diadema que sujeta el pelo, sino un
símbolo regio, como una corona. O incluso puede ser un
motivo solar. La tradición europea desde el Neolítico
señala que el culto principal se dirige al sol. De esta
forma, cabe la posibilidad de que la estela muestre una
dualidad de personajes donde uno de ellos representa el
poder religioso (figura con diadema) y otro el militar
(guerrero)”, comenta García Sanjuán, que escribe un
trabajo sobre las estelas que será publicado por la
Universidad de Oxford en 2009.