Ya en épocas remotísimas que la cronología
no alcanza, cuando todo el norte de Europa estaba invadido aún por
los hielos, algunas tribus que vivían en África atravesaron el
Estrecho y se extendieron por la mitad meridional de Europa. Puede
señalarse el valor y función del estaño y del oro gallego y el
recuerdo de las navegaciones tal vez relacionadas con los orígenes
de las torres que son faros litorales como los de La Coruña (Torre
de Hércules), La Lanzada y San Saturnino, y con los barcos de
cuero citados por Avieno en su Ora marítima, en Strábon y en César,
que los vio en los estuarios de la Armórica. De estos primeros
moradores de España da testimonio todavía el cráneo de un homo
neandertalensis encontrado en una cueva de Gibraltar, y la mandíbula
de la misma especie procedente de Bañolas. Unos eran claramente
europeos, los de las culturas auriñaciense y magdalaniense. Otros
eran tal vez africanos, los solutrenses.
Hacia el final del Paleolítico Superior
parece que se infiltraron los llamados capsienses (de Capsa) en la
actualidad Gafsa, al sur de Túnez, donde por primera vez se encontró
tal cultura. Estos hombres debieron habitar hacia el año 10.000 a.
de C., en África, España y el sur de Francia.
Los Iberos se establecieron primero en
Andalucía, vecina a su hogar norteafricano. Posteriormente se
extendieron a lo largo de las costas Sur y Oriental hacia el Norte
hasta el Ródano y el Garona y en el año 300 a. de C. llegaron al
interior de la Meseta donde se fundieron con los Celtas,
establecidos desde el año 600 a. de C., transformándose en
Celtíberos.
Los Ligures también parecen venidos de
África extendiéndose por España, las Galias, Italia y parte de las
comarcas septentrionales. Los Ligures fundaron Asta (a 30 Km. de
Tartessos), ciudad agrícola.
El profesor Adolfo Schulten[i]
asegura que el pueblo primitivo de la Península es el ligur; esta
afirmación se apoya en un pasaje de Hesíodo [ii]
que en el siglo VII a. de C. llama el Ligues (Ligur) a todo el
occidente europeo.
Eratóstenes[iii]
nombra a Hispania Ligustiche. Avieno[iv]
habla en la Bética de un Ligustinus lacus y pone en Galicia y en
Portugal a los Oestrimnios, de nombre idéntico a los Ligures de
Bretaña y termina diciendo que los vascos son los últimos
representantes de esta vieja nación.
Para Schulten los Iberos vinieron a la
Península después de los Ligures. Los cree de procedencia africana y
raza beréber siendo Andalucía donde primero se asentaron.
Desde el año 3.000 a. de C. debieron
arribar a las costas de los Iberos colonizadores extranjeros
procedentes del remoto Oriente, y tanto al Sudeste, en Almería, como
al Sudoeste, en Río tinto, establecieron la minería. El nombre de
los Curetes cretenses en la región de Tartessos es prueba de una
inmigración cretense. El nombre de la ciudad Karissa y el nombre de
Tartessos atestiguan colonos carios.
Después de 1.200 a. de C. los Tirsenos
desembarcaron en la desembocadura del Guadalquivir, donde fundaron
Turta-Tartessos. Huelva, la antigua Olba debió haber servido a los
Tartessios como depósito y puerto de exportación del mineral de
cobre de Riotinto, como posteriormente a los Cartagineses y aún en
la actualidad a los Ingleses, que se hallan en posesión de las minas
"Tarssis".
La causa principal de la riqueza de
Tartessos fue Sierra Morena, con sus tesoros metálicos, aún hoy no
agotados. El río Tartessos conducía a los pobladores al interior del
país para recoger la plata de Ilipa, el cobre de Córdoba, y a la
"montaña de plata", cerca de Cástulo, cuyos tesoros les dieron fama
universal.
Hacia el año 2.500 a. de C. ya los "Pretartessios"
explotaron las minas de plata de Almería y Cartagena. La riqueza en
plata de los Tartessios dio lugar a leyendas fabulosas semejantes a
la de los tesoros de oro de los Peruanos. Tartessos era la tierra de
plata en la Antigüedad, uno de los países más ricos, equivalente a
la India y la Arabia. A causa de sus tesoros metálicos se desarrolló
en Tartessos una importante industria metalúrgica, como la que hacía
más de mil años habían establecido los Pretartessios.
Cerca del año 600 estaba, por lo tanto,
poblada la Península por los Ligures e Iberos localizando los
primeros en el N. W y C., y los segundos en el S. y en el E. y es en
esta fecha cuando el profesor Erlangen[v]
hace entrar en escena al pueblo Celta, que hace refugiarse al pueblo
Ligur en las regiones del N.S.W. El recuerdo de estos hechos se
encuentran en Avieno que menciona a los Saefes, Cemsi y Berybraces
como habitantes del Centro y Occidente de la Península.
Pero entre tanto los Iberos se fueron
extendiendo por Cataluña y desde allí pasaron al Mediodía de Francia
donde permanecieron desde el fin del siglo IV en cuya fecha los
Galos comienzan a ejercer presión sobre ellos y los hacen retroceder
hacia los Pirineos por cuyos desfiladeros se ven obligados a volver
a España. Ya en la Meseta, los Iberos guerrean con los Celtas y los
vencen, y los que no son absorbidos en el llamado pueblo Celtíbero,
se refugian en Galicia y en el Sur de Portugal.
Tal vez desde el alborear de la Edad de
Bronce, la plata y el oro gallego debieron ser objeto de un activo
comercio, llevado a cabo por tierra y de pueblo en pueblo a
semejanza de lo que ocurría con el ámbar báltico y con las ofrendas
de los Hiperbóreos a Apolo Délfico[vi],
y más tarde, por vía marítima, hasta Tartessos y Cádiz. Por lo tanto
Tartessios y fenicios, los más antiguos navegantes históricos,
tuvieron contacto con Galicia.
Desde Tartessos a Bretaña el viaje
duraba, con buen viento, veinte días navegando sin parar. Se
costeaba la costa occidental de España, que los indígenas llamaban
Oestrymnis y los focenses Ophiusa. Después se cruzaba por el iugrum
Aryium (cabo Ortegal), y se seguía la costa norte de España hasta el
interior del Golfo de Vizcaya, hasta el iugrum Veneris (cabo Higuer).
Después, navegando a lo largo de la costa occidental de la Galia, se
llegaba a Oestrymnis, a la Bretaña, el país de los Oestrymnios,
navegantes audaces de raza Ligur, donde se encontraba el estaño.
Los Tartessios, además del estaño,
traerían de Oestrymnis el ámbar, el "oro del Norte". El territorio
de la ciudad de Tartessos llegaba desde el río Iberus (Riotinto),
frontera oriental de la tribu de los Iberos, hasta el brazo
meridional del Betis, frontera de los Cilbicenos. Su imperio
correspondía a la cuenca del Guadalquivir, estando Andalucía
separada del resto de España por Sierra Morena.
El reino de Tartessos se extendía por
Occidente hasta Anas y los Cinetes o bien hasta el cabo San Vicente,
y por el Oriente hasta el cabo Nao o hasta el Júcar. Por el Sur, el
mar es su frontera. Por el Norte los límites se hallan formados, al
Noroeste por el cabo San Vicente y el Guadiana, y al Norte lo forma
el cabo Nao.
Tartessos o Tarschisch fue la primera
ciudad comercial y el más antiguo centro cultural de Occidente. Cayó
en el olvido después de haber sido destruida por la envidia de los
Cartagineses que cerraron el Estrecho de Gibraltar.
Tartessos fue una colonia de los Tirsenos
del Asia Menor, ancestrales de los Etruscos itálicos. Se hallaba en
la isla situada entre las dos desembocaduras del Guadalquivir y el
océano, o sea en al actual coto de Doña Ana.
Mainake era una ciudad en estrecha
relación con Tartessos (cerca de Torre de Mar, a 27 Km al Oeste de
Málaga). En las proximidades de Tartessos estaba Asta Regia.
Tarschisch fue fundada en el año 1.200 a.
de C. y se llamó Tursa o Turta (ciudad de los Tirsenos); los
Fenicios la transformaron en Tarschich y los griegos en Tartessos.
Esta ciudad creó un gran imperio, que comprendía toda la España
Meridional. Era en la época del rey Salomón (970 a. de C.)[vii]
la meta de los Tirios fenicios, que fundaron en 1.100 a. de C. su
emporio de Gadir (Cádiz), cerca de Tartessos, para comerciar con él.
Los Focenses establecieron en el Imperio
de Tartessos dos factorías: Mainake y Puerto Menestheus. El rey de
Tartessos, Argantonio[viii],
guardaba amistad con los Focenses. En el año 535 a. de C., los
Cartagineses vencieron a los Focenses y destruyeron Tartessos y se
apoderaron de su Imperio.
En el año 535 a. de C. los Cartagineses
destruyeron Tartessos y se apoderaron de su imperio ya que
actualmente colocamos Tarschisce.
Platón[ix]
tomó de Tartessos muchos rasgos para la visión de su Atlántida.
Hubo relaciones entre Egipto y España
hacia el año 4.000 a. de C., explicada tal vez por el origen común
camita de Egipcios e Iberos pero es sólo hacia el año 1.100 a. de C.
cuando comienza a disiparse la obscuridad que envolvía estas
antiquísimas relaciones entre Oriente y Occidente, pues hacia el año
1.100 a. de C. fundaron los Tirios su emporio de Gadir (Gades) y en
la época de Salomón (hacia 970 a. de C.) nos informa el Antiguo
Testamento acerca de las expediciones de los Tirios a Tarschisch-Tartessos.
Respecto a la fecha de fundación de la
colonia tirsena de Tartessos nos encontramos que los Tirsenos
aparecen la primera vez hacia el año 1.200 a. de C. en Egipto con el
nombre de Turuscha. Su emigración fue originada probablemente a
causa de que las tribus europeas de Frigios, Misios, Tracios y
Griegos fueron desalojados de Europa e inmigraron al Asia Menor.
Por esto hacia 1.200 a. de C. se produjo
entre los habitantes del Asia Menor un gran movimiento que se
extendió por toda ella y el Mar Egeo. Por entonces el Imperio de los
Hititas ha sucumbido. Troya fue destruida y la cultura minoica de
Creta extinguida.
Expulsadas las tribus del Asia Menor y de
las islas del Egeo, se dirigieron, primero, a Egipto, con objeto de
establecerse allí, pero fueron rechazadas por Ransés II y III. Junto
a los Turuscha se mencionan los Luka (Licios), Scherdana (¿Sardes?),
Schakaruscha (¿Sagalassos en Licia?), Aqaiwascha (Aqueos), Danauna (Danaos)
y Pursta (Filisteos), entre otros. Parece ser que también los Elimos
y Carios se pusieron en movimiento y emprendieron el camino hacia
Occidente. Los Elimos vinieron de Troya.
Herodoto[x]
nos dice que los Tirsenos abandonaron Asia Menor por el año 1.200 a.
de C. por haber sido desalojados por el rey Atys, padre de Lydos
(último rey antes de la nueva dinastía de los Heraclidas). Y que los
Carios eran en la época de Minos el pueblo de mayor importancia del
Egeo, fechándose su diseminación por los mares después de la
destrucción de Troya, en 1.184 a. de C.; emparentados con los Carios
estaban los Misios, que también debieron viajar con ellos.
La época más importante de Focea es la
comprendida entre el año 650 y el 535 a. de C., cuando los Focenses
navegaron hasta Tartessos y fundaron allí Mainake.
El primer griego que llegó a Tartessos
hacia el año 700 a. de C. parece ser el Samio Kolaios. Nos lo cuenta
Herodoto de Halicarnaso. Kolaios, natural de la isla de Sacos
(frente a las costas del Asia Menor), navegando rumbo a Egipto, fue
desviado hacia el Oeste, viéndose obligado a tocar involuntariamente
en el islote de Platea, pegado a las costas de la que después se
llamó Kyrenaiké (nuestra Cirenaica).
Allí se encontraron con un tal Koróbios,
cretense, mercader de púrpura y guía de los oikistaí (como los
griegos llamaban a los colonos fundadores) de Thera, que querían
establecer en Libya (norte de África) una colonia. Socorrieron por
un año con víveres a Koróbios y los Samios, con Kolaios a la cabeza,
se embarcaron de nuevo hacia Egipto tomando rumbo Este.
Los Samios, empujados por el viento
apeliota (viento Este) se encontraron fuera de las columnas de
Herakles (Estrecho de Gibraltar) frente a las costas de Tartessos, a
las que llegaron aproximadamente en el año 660 a. de C.. Los
náufragos hicieron su negocio con los indígenas y emprendieron la
vuelta a Samos
Mainake, fundada por los Focenses antes
de la fundación de Marsella (antes del año 600 a. de C.), al igual
que Tartessos, fue destruida por los Cartagineses y desde entonces
quedó sepultada en el olvido hasta el punto de haber sido confundida
con Malaka, como Tartessos fue confundida con Gades.
Los Focenses establecieron una tercera
factoría en la costa oriental, junto a la frontera Norte del Imperio
taraseis: Hemeroscopeion, que se hallaba situada junto a la ibérica
Diniu (hoy Denia).
Mientras Mainake y Hemeroscopeion
proceden de la época de los viajes de los Focenses, las colonias
Emporion, Rhode, Alonis y Akrelenke fueron fundadas después del año
535 a. de C., después de la caída del poder marítimo focense, por
Massalia.
Tartessos tuvo un gobierno largo y feliz
con Argantonio, que gobernó ochenta años. Poco después de la muerte
del rey, sucumbieron sus amigos los Focenses a las fuerzas aliadas
de Etruscos y Cartagineses.
Sobre los viajes focenses tenemos el más
viejo documento que es el Periplo, la primera descripción del
Occidente y del Norte remotos y la primera segura noticia de España.
Es el principal documento sobre Tartessos escrito por un navegante
massaliota.
El Periplo se ha conservado en un
escritor latino posterior, Rufo Festo Avieno, que en su Ora
marítima compuesta hacia el año 400 de nuestra era, compuso una
descripción detallada del Mediterráneo, sacada de autores antiguos.
La batalla de Alalia, que tuvo lugar en
el año 535 a. de C., dio a los Cartagineses el dominio sobre el
Mediterráneo Occidental y les abrió la entrada a España. La batalla
fue fatal para los Focenses pero aún más para los Tartessios, pues
abrió a los Cartagineses el camino que conducía a Tartessos, siendo
los Cartagineses peores que los Tirios, destruyendo no sólo
Tartessos sino también Mainake y Sybaris (esta última fue destruida
por Crotón hacia el 510 a. de C.).
Pero aún hay otra catástrofe, si cabe,
mayor que la destrucción de Mainake: la destrucción de Mileto por
los Persas, a consecuencia de la batalla de Lade, en el año 496 a de
C. Parece que hay una relación interna entre la destrucción de
Mileto y la de Tartessos y Mainake, puesto que los Cartagineses y
los Persas eran aliados. La caída de Mileto fue inmortalizada por
Frínico.
La guerra entre Helenos y Bárbaros
(Persas, Cartagineses, Etruscos) tuvo varias decisiones, unas veces
en oriente (Maratón, 490; Salamina, 480; Micala, 479; Platea, 479;
Lade, 476), y otras en Occidente (Alalia, 535; Himera, 480; Kyme,
474). Según Diodoro la talasocracia focense no duró más que cuarenta
y cuatro años (los que median entre la caída de Tiro, 580, y la
batalla de Alalia, 535 a. de C.).
Por codicia y envidia comercial
destruyeron los Cartagineses a Tartessos y a Mainake. Por la misma
causa sucumbieron más tarde la propia Cartago y Corinto a la
potencia romana.
Tanto en tierra como en mar, Cartago fue
la heredera de Tartessos. El Estrecho de Gibraltar quedó cerrado
desde el año 500 a. de C. para todo navegante extranjero. Las
columnas de Hércules adquieren la significación del "Non plus ultra"
para la navegación.
Massalia (Marsella) fue fundada por los
Cretenses (Focenses). Luchó contra los Ligures. Los Massaliotas
supieron ocultar a los Romanos su tráfico de Estaño con Inglaterra a
través de Corbilo, el emporio del Loira, del mismo modo que los
Gaditanos su tráfico con Galicia.
La dominación de los Cartagineses sobre
el Imperio de Tartessos duró aproximadamente trescientos años (del
500 al 206 a. de C.). El año 206 a. de C. el Imperio que fue
primero tartessio y después cartaginés se convirtió definitivamente
en provincia romana. Formóse con él en el año 197 d. de C. la
provincia "Hispania Ulterior", cuyo límite en Cartagena correspondía
al del Imperio cartaginés.
En una inscripción asiria del rey
Asarhadón (680-668 a. de C.) se habla de los reyes del medio del
mar, entre ellos los del país de Tarsis, la legendaria capital
hispánica.
En la Biblia hay frecuentes referencias a
las naves que hacían el comercio de Tarshish, entre las más
antiguas, una de Isaías hacia el año 730 a. de C.. En los poemas
homéricos (entre 800 y 700 a. de C.) y especialmente en la Odisea,
se reflejan los terrores y misterios de la navegación a los remotos
países de Occidente.
En los confines de la tierra, el gigante
Atlas sostiene el cielo. Por allá llegó, en sus peregrinaciones
heroicas, el fuerte Herakles, que dio muerte a Orthos y al barquero
Euritión en las islas Erytheia, "situada en medio de las olas cuando
el héroe atravesó el Océano".
En el país entrevisto como un sueño más
allá del Estrecho, dominaba Crisaor y luego Gerión, su hijo, el de
las tres cabezas, rey pastor de ganados, a quien Hércules venció y
dio muerte.
Estos nombres míticos que Hesíodo recogió
en viejísimas leyendas de marinos, son los más antiguos nombres
personales que surgen entre las brumas de la protohistoria como
fantásticos pilares sobre los que hemos de levantar la más remota
historia de España
Los Cartagineses, aliados con los
Etruscos, vencen a los Focenses en la batalla de Alalia, después de
la cual Cartago ocupa Córcega y parte de Sicilia y mantiene en
Cerdeña una lucha desgraciada. Estas guerras favorecen la formación
de un poderoso partido militar.
Malco, el general derrotado en Cerdeña,
impone su autoridad en Cartago con los restos de su ejército. Su
sucesor Magón es cabeza de una dinastía de caudillos que había de
dominar en la república durante muchos años.
En este tiempo comenzaba a imponerse en
la Península itálica el vigor y la sabiduría del pueblo romano.
Firmó un tratado con Cartago en el año 508 a. de C. por el que se
prohibe a Roma y a sus aliados los Focenses de Marsella la
navegación por aguas españolas, ya incluidas en los designios
imperiales de la metrópoli africana.
En los planes de la oligarquía mercantil
y militar que gobernaba a Cartago, España jugaba papel tan principal
que en un segundo tratado con Roma (348 a. de C.) aún se fija el
cabo de Palos como límite a la posible expansión de las colonias
griegas aliadas de los romanos.
Las circunstancias hicieron que España
viniese a ser para Cartago la última esperanza de mantener un
imperio marítimo. Roma, convencida de que la guerra era inevitable,
se adelantó a plantearla en Sicilia y la supremacía marítima. Los
Iberos combatieron en esta primera guerra púnica al lado de los
cartagineses.
Pero, según parece, al mediar el siglo II
a. de C. los Iberos, aliados con los griegos de las colonias
dependientes de Marsella, habían expulsado a los cartagineses de
casi todas sus posiciones.
Almílcar Barca, jefe del partido militar,
después de sometida la sublevación de los mercenarios en África,
emprendió la reconquista. Sometió una gran parte de la Península
(seguramente el litoral Sudeste, hasta el cabo de la Nao).
A Amílcar le sucedió su yerno Asdrúbal y
a éste Aníbal, que sitió Sagunto, comenzando así la Segunda Guerra
Púnica, en que había de jugarse la fortuna de España y de toda
Europa. El Senado romano decidió atacar a los Cartagineses en el que
era realmente el corazón de su imperio: la Península hispánica. A
esta habilísima decisión se debe el que el año 218 a. de C. tenga
lugar la presencia de los romanos en España.
[i]
Arqueólogo alemán nacido en Eberfeld el 27 de mayo de 1870 y
muerto en Erlangen el 198 de marzo de 1960.
[ii]
Poeta griego que nació en Ascra (Beocia) en el siglo VIII a. de
C.
[iii]
Geógrafo, poeta, filósofo, músico, matemático y astrónomo griego
nacido en Cirene en el año 276 a. de C. y muerto hacia 195 a. de
C.
[iv]
Rufo Festo Avieno (buscarlo).
[v]
Profesor que hay que buscarlo.
[vi]
Dios del Olimpo (buscarlo)
[vii]
Segundo rey de Israel
[ix]
Filósofo griego discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles.
Se distingue por su mundo ideal o de las Ideas.