Sostenía García Bellido al estudiar todas estas cuestiones que la manía de ciertos autores helenísticos, Estrabón uno de ellos, que considerar a Homero como un historiador y geógrafo digno de crédito implicaba aceptar lo que no eran sino fantasías que la critica moderna había de rechazar de manera decidida, citando expresamente entre esas fantasías la noticia que facilita Asclepiades y Estrabón transmite de una ciudad de nombre Odysseús en la sierra granadina. Con relación a esas hipotéticas excursiones micénicas por tierras de nuestra Península, anteriores en varios siglos a los tiempos de la formación de la cultura tartésica en Andalucía, va a ser muy difícil obtener, en el hipotético caso de que las mismas hubieran sido reales, alguna prueba documental que pudiera ser estudiada por la moderna Arqueología. Jaime Alvar, no obstante, matizaba recientemente que "hace veinticinco años ningún investigador en sus cabales hubiera defendido la existencia de una presencia permanente de micénicos en Italia y hoy, incluso, se han excavado algunos de sus enclaves".
En fechas también recientes, con motivo de las excavaciones llevadas a cabo por Martín de la Cruz en el Llanete de los Moros, en Montoro (Córdoba), se han identificado fragmentos de cerámica micénica fechada en la primera mitad del siglo XIII a.C., mucho tiempo antes de que los comerciantes fenicios arribaran a las costas del sur de España. Es imposible precisar el modo en que esa cerámica llegó a nuestro país. Se trata del único caso detectado y no permite ofrecer, salvo que se trate de meras hipótesis aventuradas, ninguna relación con algo que pueda implicar una presencia más o menos continuada de micénicos o aqueos en el Valle del Guadalquivir. Esa cerámica llegó a la Península traída por gentes del Mediterráneo Oriental, pero poco más podemos matizar en estos momentos, salvo que el poblado ubicado en el Llanete de los Moros debía recoger las producciones de minerales procedentes de la zona de Cardeña, en la serranía cordobesa. El mineral era, precisamente, lo que atraía a los viajeros orientales.
|
Ídolos calcolíticos del sur de la Península, según Müller-Karpe. Están estrechamente relacionados con los encontrados en las costas e islas del Egeo. |
Para profundizar en el conocimiento de la presencia micénica o de otros pueblos del Mediterráneo Oriental en los siglos que anteceden al nacimiento de Tartessos habrá que prestar especial atención a la evolución de la investigación arqueológica en los próximos años, sin olvidar, además, la importancia de profundizar en el estudio de los barcos representados en el abrigo de Laja Alta (Cádiz), sin duda navíos de origen oriental, así como de interpretar adecuadamente los elementos que decoran las denominadas estelas funerarias de guerreros propias del sur de nuestra Península en los tiempos del Bronce, elementos en los que muchos investigadores ven reflejadas las creencias funerarias propias del mundo griego antiguo.