TARTESSOS

 
                                                     

TARTESSOS: INTRODUCCIÓN

 

 

    OLGA ALVAREZ HERRERO  - http://www.dearqueologia.com/colonizaciones.htm.

 

 

 POBLAMIENTO

Los emplazamientos de los poblados en el ámbito del Bronce Final Tartésico, se produce en zonas elevadas, aunque no es característica definitoria. Lo que sí lo es, es su proximidad a las vías marítimas y terrestre que intercomunican puntos metalúrgicos. Las viviendas de estos poblados esta formadas por cabañas de planta oval y circular con alzado de adobe o tapial y cubrición con material vegetal y, por tanto, perecedero.

Este tipo de edificaciones se ha constatado en la mayoría de los yacimientos tartésicos protagonista de la época como son Setefilla (Sevilla),  San Bartolomé de Almonte (Huelva), Carambolo (Sevilla), Castillo de Doña Blanca (Cádiz). Poblados fundados entre los siglos X y IX a.C.

En este período precolonial no hay un urbanismo definido dentro de los poblados, las casas se levantan sin ningún trazado previo no hay una división funcional por la que dependiendo del tipo de edificio o actividad se levante en un lugar y otro, y se pueden considerar como “unidades domésticas aisladas”[1], independientes unas de otras, sin una planificación previa que cree calles y plazas. Lo que sí se atestigua en estos incipientes poblados es la presencia de cabañas de mayor tamaño que las demás como por ejemplo las cabañas de Montemolín (Sevilla) o San Bartolomé de Almonte (Huelva).

Plano de Setefilla, Bonsor, George Edward 1931. The Archaeological Expedition along the Guadalquivir 1889-1901. Hispanic Society of America. New York.

Hablemos un poco de este último yacimiento: Es un poblado distribuido en cuatro elevaciones en las que de observa distintos núcleos de viviendas ¿Tal vez diferenciación social a través de linajes?. Las cabañas siguen la tónica ya comentada de planta oval o circular alzado en tapial y cubrición de masa vegetal. No se aprovecha el espacio pues cuando una cabaña ya no es útil o se derrumba no se construye encima sino al lado. 

 

Reconstrucción de cabaña,

San Bartolome de Almonte

 

MURALLA URBANISMO

 

Vista aérea de Tejada la Vieja, diputación de Huelva (ampliar)

 

El interior de las viviendas no está diferenciado mediante tabiques, por lo que no hay una especialización espacial. Todo se realiza en un mismo espacio: actividades productivas, de consumo y vivienda. Junto a estas cabañas se levantan otras construcciones más pequeñas que harían las veces de almacén, lo que delata la existencia de un excedente. También se han hallado cabañas de mayor tamaño y mayor riqueza de materiales en su interior así como materiales de prestigio (aunque no es la única que contiene dichos materiales) según el Prof. Barceló, por lo que se puede hablar de una diferenciación económica, aunque ¿Es posible que se trate de una diferenciación en el uso?, es decir ¿ Se podría hablar de una cabaña, esta de mayor tamaño, en la que se hacen trabajos para el grupo poblacional?, ya que cuenta con bastantes restos de metalurgia y de cerámica a torno (ya estaríamos hablando de época orientalizante). No lo sabemos, aunque lo que no cuadra en esta idea es la aparición de materiales de prestigio. Por lo tanto hay una posible diferenciación económica, aunque esta se produce al final de la vida del poblado, ya que el mismo se abandona, según los investigadores a fines del VII a.C. 

Con la entrada en la Edad del Hierro, y la época orientalizante los poblados, más concretamente las cabañas, sufren una gran transformación: se pasa de la planta oval o circular simple, sin diferenciación espacial en su interior, a una construcción rectangular, formada por varias estancias, con muros encalados y enlucidos, con suelo a no de tierra apisonada sino de arcilla roja. La construcción en adobe y tapial deja un hueco a la piedra, por lo menos para los cimientos ya que ahora se van cimentando en piedra para luego utilizar el tapial y adobe como alzado. Todo ello no quiere decir que la planta oval desaparezca bruscamente. Muy al contrario, convive con las nuevas técnicas constructivas hasta por lo menos el s. VI a.C.. No obstante, a pesar de esta profunda transformación, los datos no nos permiten, hasta ahora, hablar de urbanismo claro y predeterminado, es decir, las nuevas estructuras siguen construyéndose de forma independiente, sin atender a una planimetría predefinida. Ni siquiera en el yacimientos de Montemolín (Sevilla) se puede hablar de ordenación espacial a priori a pesar de la aparición de grandes edificios que dan pie a la idea de una posible funcionalidad determinada del mismo. En concreto, encontramos 4 edificios que nos atreveríamos a llamar “singulares” y que se superponen unos a otros en el tiempo y espacio.

Este yacimiento, al igual que San Bartolomé, se divide en varios cerros (tres en concreto). Pero  no todos se ocupan durante el mismo espacio de tiempo ya que según los materiales hallados, mientras que en el Tell artificial situado al norte, denominado Vico, la ocupación va desde el Bronce Final hasta el imperio romano, en Montemolín, la ocupación no llega más allá del s. III s.C., por lo que una explicación a tal hecho la hallaríamos, según los Profs. De la Bandera, Chaves, Ferrer y Bernáldez [2]en que el núcleo estable se situaría en Vico, mientras que los edificios singulares de Montemolín “serían los edificios más importantes y emblemáticos del núcleo orientalizante”. Todos, excepto el primero (denominado B) tienen la misma orientación NO-NE. Los cuatro – como ya adelantábamos - se superponen unos a otros, ocupando, más o menos, el mismo espacio que el anterior. Lo que induce a pensar en un uso continuado para una función específica. Todos tiene divisiones interiores, excepto el segundo cronológicamente (llamado A) y que, además, tiene la singularidad de retomar la planta oval de épocas anteriores. Aunque no los materiales ni la técnica constructiva ya que sigue la norma de zócalo de piedra y alzado de tapial.  

De las divisiones que hemos comentado, hay una, la mayor, que se ha interpretado como patio o estancia abierta que daría paso a las restantes. Esta característica nos lleva, inmediatamente a pensar en influencias del Mediterráneo oriental y según estos autores, en Siria concretamente. 

Planimetría de Torre de Doña Blanca

Interesante es también el análisis de los materiales hallados, por lo menos en el último de los edificios que, debido a la continuidad con los anteriores se puede hacer extensivo a los mismos. Aunque aquí no vamos a hacer un análisis exhaustivo de los materiales, sí nos vamos a quedar con la idea de que parece haber una diferenciación de usos de las distintas estancias: En la habitación mayor se descubren cerámicas, en su mayoría a mano, aunque también hay a torno. También se documentan ceniza, huesos y señales de fuego. En el espacio precedente, el panorama es diferente pues aparecen cerámicas de gran calidad, técnica y decorativa, de origen fenicio.

De las otras dos habitaciones podemos decir que en una aparece un horno y, de nuevo, vajilla cerámica y la siguiente contaba con poco material cerámico. Por la disposición de los edificios, los materiales cerámicos y los huesos que los análisis descubrieron eran de vaca, cerdo y cabra, los arqueólogos han llegado a la conclusión de que dichos edificios responden a las nuevas técnicas que llegaron del otro extremo del Mediterráneo. Hablan de “urbanismo”, pero sólo para esos edificios (se construyen con una orientación y en un espacio determinado) y una funcionalidad que no es de hábitat doméstica ni palacial, sino en conexión con algún tipo de ritual de sacrificio de dichos animales, ritual que podría ser también de reparto de la carne entre la población.


 


[1] “Sociedad y economía en el Bronce Final Tartésico”, Barcelo, J.A.. Actas del Congreso Tartessos, 25 años después  1968 – 1993 Jerez de la Frontera (Cádiz)

[2] “El yacimiento tartésico de Montemolín” Actas del Congreso:  Tartessos, 25 años después 1968 – 1993 Jerez de la Frontera (Cádiz).