Como arquitecto,
considero que para que un lugar en la desembocadura del Guadalquivir
pudiera ser considerado como válido para la construcción de una
ciudad, debería cumplir una serie de condiciones (estar a salvo de
posibles crecidas, estar razonablemente bien defendido, estar bien
comunicado con el interior, etc.), de las cuales la más obvia es la
de estar situado a una cota que permitiera estar permanentemente por
encima del nivel del agua. Un río como el Guadalquivir, que tiene
una pendiente reducida durante un tramo final muy largo, tiende a
arrastrar gran cantidad de sedimentos ligeros (arena). Dichos
sedimentos acaban precipitando frente a la desembocadura, formando
barras arenosas en medio del cauce, situadas perpendicularmente a la
corriente. A medida que aumentan los sedimentos, la barra va
bloqueando el flujo de agua, por lo que a menudo el río divide su
cauce para verter al mar por dos o más bocas, cada una de las cuales
puede formar a su vez, con el tiempo, una barra nueva. En el
Guadalquivir, existe un límite geográfico inferior muy definido, que
va de Sanlúcar a Lebrija. El río tiende a apoyarse en ese límite
natural, por lo que desde tiempos anteriores a Tartessos existe una
definida barra costera, desde matalascañas al cerro del trigo, que
el río supera únicamente por el lado de Sanlúcar. Tal vez en tiempos
antiguos otro brazo pudo salir por el valle del Rocío hacia Huelva,
dejando la barra como isla; pero la cota del valle actual y sus
características geológicas indican que esa conexión, de existir, se
cerró ya mucho antes de la existencia del reino. Schulten consideró
que esta barra debió ser la isla de Tartessos, de ahí sus
excavaciones en el Cerro del Trigo.
La barra de
Matalascañas supone, pues, el cierre entre el lago Ligustino y
el mar. En el antiguo área del lago, de cota muy homogénea entre
+2 y +5 metros, el río serpentea en cauce indeciso. Abramos
ahora el grifo, y llenemos de nuevo el lago.
Para poder hacer el trazado, lo primero sería necesario obtener
un buen plano topográfico de la cuenca baja del Guadalquivir, es
decir, del triángulo aproximado Huelva - Sevilla - Sanlúcar,
acompañándolo de un buen plano geológico (ideal si fuera de la
historia geológica de Doñana). Buscando en Internet, he podido
localizar un topográfico nacional, gestionado por un programa
que combina ortofotos con una base de datos de nivel, y un
escaneado de los topográficos del instituto geográfico nacional.
He localizado algo de información geológica, pero a escala muy
general. Para localizar las zonas de sedimentos que puedan haber
variado en los 12.000 años desde el origen de la cultura
tartésica, seguiremos el criterio de dibujar la cota de nivel
+7,5 (*) en un cartográfico general, localizando posibles zonas
(islas) que puedan superar ese nivel, para luego definirlas con
mayor precisión en el cartográfico, más detallado, del IGN. El
artículo de W(*) me había animado a utilizar el Google Earth,
sin poder localizar las estructuras señaladas por éste.
Navegando por zonas cercanas, creí localizar algunas zonas
sugerentes, en las que se observaban aparentes estructuras, el
tramas no alineadas con los cultivos. Lo cierto es que no sabia
ni qué aspecto podría tener lo que buscaba visto desde el aire,
pero seleccioné algunos lugares que me parecieron sugerentes y
que esperaba confirmar o refutar con el trazado del lago. La
mayoría e encontraba en el centro de la marisma (Isla mayor,
etc.).
Comencé pues por
utilizar el programa de planos mas general, que me permitía
"generar" un plano de curvas de nivel para todo el triángulo
Sevilla - Huelva - Sanlúcar. Lo saqué impreso en un papel y con
un lápiz de color tracé lo que sería una curva de +7,5 metros
sobre el nivel del mar, obteniendo lo que sería el contorno del
lago.
(Vínculo a imagen 1200 pp.)
Lo primero que
comprobé es que el perímetro del lago no coincidía con el
trazado que se suele asignar. Era evidente que el plano que
circula por la red tiene más de estimación gruesa que de trazado
hecho con un mínimo de rigor; imprecisión se pone de manifiesto
de modo evidente en la ya comentada conexión entre el
Guadalquivir y Cádiz vía Jerez. El perímetro obtenido a partir
de las curvas calculadas por la aplicación resultaba mucho más
coherente con el entrono geográfico. ¿Y qué hay de las posibles
"islas"? Bien, el trazado dejaba por encima de la cota elegida
una amplia barra que abarcaba la zona norte de Isla Mayor, lo
cual vendría, aparentemente, a apoyar la localización que me
sugería el Google. Sin embargo, la cota era apenas de +9 ó +10,
es decir, muy poco por encima de la cota elegida. Esto sugería
que la barra de Isla Mayor ha sido siempre un conjunto de
sedimentos no excesivamente sugerentes para la construcción de
una ciudad. Además, hay que considerar que Tartessos, si bien
una ciudad "interior", debía tener acceso fácil desde el mar, y
ello no parece probable en el entorno de Isla Mayor, en el que
los terrenos inundados debieron tener poca profundidad.
Entonces, ¿dónde? Bien, al trazar el lago sobre el cartográfico
general, inmediatamente me llamó la atención que apareciera una
pequeña isla muy cerca de Sanlúcar. De acuerdo con el llenado
del lago, la isla quedaría rodeada por dos brazos del río, de
los cuales el situado al oeste de la isla correspondería con el
actual. En este caso, la "isla" tenía, aparentemente y siempre a
partir de ése cartográfico inicial, una cota de hasta +15
metros, y acceso directo desde el mar siguiendo el cauce actual
del río. Lleno de curiosidad, comencé a seleccionar las hojas
del cartográfico del IGN correspondientes a la "isla", que
resultaron ser las denominadas (*). Para mi sorpresa, la zona
era, precisamente, el pinar de la Algaida. Me dispuse, por
tanto, a investigar la zona con más cuidado. Miré primero la
zona en Google Earth, pero para mi desgracia no es una zona que
aporte muchos detalles. En primer lugar, por que está cubierta
de pinos, con una densidad asombrosa, lo que no permite adivinar
la topografía subyacente. No deja de llamar la atención el hecho
chocante del pinar situado en medio de la marisma, aislado de
todo lugar similar, lo que podría indicar un terreno de
naturaleza diferente a los sedimentos de arena del resto (*qué
tipo de terreno necesitan los pinos, pinares cerca de dunas). En
segundo lugar, el mosaico de fotos del programa tiene,
precisamente, una discontinuidad entre dos de ellas justo en
medio del pinar.
Bien, entonces decidí seguir con el cartográfico del IGN. Saqué
impresas cuatro hojas de la zona del pinar a mayor escala, y
para mi sorpresa el terreno no sea en absoluto plano, a
diferencia del de las marismas circundantes. Me puse entonces a
trazar sobre un papel de croquis las zonas que superaban una
determinada cota, 7 metros sobre el nivel del mar (también tracé
la de 10 m), y de pronto surgió el trazado de la ciudad.
Vínculo a imagen a 1200 pp.)
¿La ciudad de Tartessos? No lo sé, lo cierto es que a mi vista
fueron surgiendo una serie de terrazas, elementos lineales y
abruptos, inusuales en aquella zona. No logro identificar su
forma global, pero ahí debajo hay algo singular. Ahí dejo los
dibujos; ya he quedado con mi familia en coger, un verano de
estos, una pala, y…