a) El inicio:
El ingeniero belga Luis Siret, fue contratado en el año 1.880 por la Compañía minera de Sierra Almagrera, instalándose en la localidad de Cuevas del Almanzora y más tarde en la barriada de Las Herrerías desde donde orientó sus trabajos de minería y sus exploraciones arqueológicas durante un periodo que duraría 52 años y al que pondría fin su muerte el 7 de junio de 1.934. Cuando se inician las excavaciones de Los Millares, Siret ya lleva en España más de diez años, y hace cinco que había dado a conocer los resultados de sus estudios sobre la necrópolis del Argar, lo que sin duda le serviría tanto a él como a su capataz Pedro Flores de aprendizaje para abordar los posteriores trabajos en el yacimiento de Los Millares.
Todo parece indicar que la apertura de las trincheras para el trazado del ferrocarril Almería -Linares, fue lo que dio origen de forma casual al comienzo de la exhumación de sepulturas prehistóricas en el yacimiento de Los Millares. El conocimiento de dichos hallazgos llegaría a Siret a través de gentes del lugar conocedoras del interés del ingeniero belga por este tipo de hallazgos, que inmediatamente enviaría a su capataz y hombre de su plena confianza ya curtido en anteriores excavaciones para realizar las comprobaciones pertinentes.
La excavaciones en Los Millares comienzan el año 1892 a cargo de Pedro Flores, siempre supervisadas por Luís Siret desde Las Herrerías, que hace una descripción general del poblado basado en un detenido análisis topográfico del terreno y que da las orientaciones a su capataz para que proceda a la excavación de una de las casas del poblado, así como a la casi completa excavación de la necrópolis y a la recogida sistemática de los materiales más ricos y característicos del interior de las cámaras funerarias; siendo menos exhaustiva la excavación de otros sectores de las tumbas como los corredores, y olvidándose aspectos tan importantes como las características constructivas de los túmulos.
En el Museo Arqueológico Nacional se guardan una serie de cartas manuscritas por Pedro Flores y dirigidas a Luis Siret, en las que se da cuenta a éste de los trabajos que el capataz con ayuda de su hijo va realizando en la necrópolis. Así gracias a estas cartas fechadas en Gádor, lugar de residencia de Pedro Flores durante las excavaciones; podemos saber que entre el 30 de Enero y el 27 de Junio de 1.892 se habían excavado 24 tumbas, de las que se da una detallada información que se completa con un croquis de cada tumba indicando las medidas del diámetro de la cámara, la altura, y en algunos casos: la longitud del corredor, la longitud de algunas losas del mismo y de las lajas de pizarra de la cámara y otros detalles significativos.
No obstante Luis Siret debió visitar Los Millares en diversas ocasiones, pues los croquis del conjunto de sepulturas, fortines,etc., son de su propia mano corrigiendo las plantas realizadas por Flores y añadiendo datos sobre técnica constructiva que Pedro Flores no había tenido en cuenta; pero estas visitas las hizo siempre después de que su capataz hubiese realizado los trabajos de excavación propiamente dicha.
b) El primer trabajo científico:
Transcurrido casi medio siglo de las excavaciones de Siret en Los Millares, los materiales y documentación casi en su totalidad inéditos que se obtuvieron en ellas, van a ser directamente utilizados como método científico por el matrimonio Georg y Vera Leisner que los incluye en su publicación "Las necrópolis megalíticas del sur de la Península Ibérica" editada en Berlín en 1.943; materiales de la colección de Siret, que Los Leisner pudieron consultar en las Herrerías recibiendo además por parte del ingeniero belga todo tipo de información y ayuda complementaria para su análisis.
Aunque el matrimonio Leisner no realizó ninguna excavación ni en el poblado, ni en las tumbas; a ellos se debe el haber dado a conocer los trabajos de Pedro Flores y Luis Siret usando un método científico, así como el haber sido los primeros en establecer la periodización cronológica de Los Millares que viene siendo utilizada hasta nuestros días, ( tomando como base la progresiva complejidad en la construcción de las tumbas y el carácter de los ajuares subdividieron la secuencia del yacimiento en dos grandes fases, la primera de las cuales estaría dividida a su vez en cuatro subfases ).
c) De la destrucción del yacimiento al Congreso de Almería:
Es seguro que desde el año 1.892, en que Pedro Flores llevó a cabo sus trabajos de excavación, la destrucción de las ruinas del yacimiento de Los Millares avanzó enormemente, unas veces por obra de los buscadores de tesoros, otras por las riadas y en especial por que en la construcción de la carretera de Almería a Linares se empleó gran cantidad de piedras de las sepulturas, que fueron arrancadas por los contratistas de obra con permiso de los ingenieros del Estado, conocedores sin lugar a dudas de su procedencia y de su situación original.
La revalorización de Los Millares no tendría lugar hasta el año 1.949, con motivo de la visita que los asistentes al Congreso de Arqueología del sudeste, celebrado en Almería, realizaron al famoso yacimiento;( en el que apenas era perceptible un simple resalte como cerrando hacia el oeste la punta de la meseta, y sobre las tierras esteparias llanas algunos pequeños montículos similares a cráteres, restos de las destruidas tumbas de la necrópolis ) y que puso de manifiesto la consternación de varios investigadores por el lamentable estado de abandono y destrucción en que se encontraba.
En total se realizan cuatro campañas, siendo las aportaciones de mayor interés: la excavación realizada a lo largo de un tercio de la muralla exterior, la investigación de algunos sectores del habitat del poblado, (documentándose en una de las zonas estudiadas la superposición de varios fondos de cabaña de planta circular ), la excavación y publicación de 21 sepulturas aportando importantes datos sobre las técnicas constructivas y las características de los túmulos, la realización de un plano topográfico del yacimiento a excepción de las colinas exteriores y sus fortines, el estudio minucioso de alguna sepultura en la que aún existían zonas intactas que permitió establecer unas bases sólidas para el conocimiento del ritual de enterramiento, y por supuesto la publicación en 1.963 de una completa monografía que recoge de forma pormenorizada los resultados de dichas campañas.
e) Las recientes campañas de excavaciones:
En el año 1.978 y 1979 se reanudan las excavaciones en Los Millares a cargo de un equipo del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada bajo la dirección de los profesores Antonio Arribas y Fernando Molina, centradas en el estudio de los sistemas de fortificación para completar la excavación iniciada en campañas anteriores en la muralla exterior e iniciarla en el terraplén intermedio, que resultó ser un nuevo lienzo de muralla. También se realizan algunos trabajos de limpieza y levantado de plantas y alzado de diez tumbas ya excavadas en el 1.953, y la excavación de tres nuevas sepulturas ya documentadas por Siret, que no habían sido analizadas en campañas anteriores. Los trabajos en la muralla exterior permiten descubrir plenamente la forma y estructura de la puerta principal, así como un total de once torreones intercalados entre el lienzo de la muralla y adosados a la misma en la parte interior la planta, de seis cabañas circulares. Mientras que la excavación en la muralla interior, además de arrojar datos sobre la forma de construcción y su orientación, permite comprobar la existencia de tres torreones y otras cuatro cabañas en las proximidades de la muralla.
En el año 1.981 el mismo equipo de la Universidad de Granada inicia la excavación del perímetro de la tercera línea de muralla, así como de los fortines en las colinas próximas al poblado. Se realizan también en esta campaña trabajos de consolidación y restauración de determinadas estructuras, así como los correspondientes levantamientos topográficos.
En el año 1.985 se realiza una nueva campaña de excavación que aporta interesantes conclusiones sobre el trazado definitivo de las sucesivas líneas de muralla y sobre los fortines, haciéndose un estudio detallado del fortín número 1. Se realizan igualmente sondeos en puntos concretos de interés y sobre todo un trabajo sistemático de excavación en los sectores urbanos anejos a las fortificaciones. También se inician en esta campaña trabajos tendentes a la reconstrucción del paisaje vegetal de Millares durante la época del Cobre, en los que están interviniendo profesores e investigadores de otras universidades.
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