TARTESSOS

 
                                                     

EL TEMPLO DE HERACLES MELKART EN GADES Y

SU PAPEL ECONÓMICO

 

  A.Mª VÁZQUEZ HOYS

 

 

 

 

ISLA DE SANCTI PETRI - CÁDIZ

 

 

DE CARTAGO A OCCIDENTE:  EL PAPEL DE GADES

 

Entre las materias que interesaron al comercio fenicio conocemos la importancia que tuvieron los metales, la púrpura, la pesca del atún, las salazones y demás productos relacionados con esta industria. Podemos hallar algunas noticias de las materias importantes en Occidente en Herodoto, quien al referirse a los pueblos del extremo oeste de Libia comenta la existencia de salinas, minas y cordilleras de sal (Herodoto W, 181-185), también de oro (Heródoto IV, 196, 1-3), fieras y bosques, (Heródoto IV, 191), miel y un tinte de color bermellón con el que teñían sus cuerpos (Herodoto IV, 194).

 

Había asimismo en estas tierras, según el mismo autor, olivos y vides (Herodoto IV,195). Y es curiosa la noticia de que la púrpura, con la que se teñían sobre todo las vestimentas sacerdotales y que era muy apreciada por los semitas, según Pólux (1,45), fue inventada por Melkart, con lo que tenemos al dios púnico del comercio y las empresas marítimas relacionado con uno de los productos más cotizados en la Antigüedad, del que debían obtenerse sustanciales beneficios también para sus templos.

 

En nuestra opinión, el culto a Heracles-Melkart, adorado en todo el Estrecho fue un lazo de unión entre Cartago Nova y Mauritania (CIL 113409) ciudades en las que el Hércules adorado en ambas era el mismo (Vázquez Hoys 1990), también con Sagunto, donde existían unos sacerdotes los Salios, (a los que ya hace unos años atribuimos una importancia económica, aunque pensando que se trataba de sacerdotes de Marte,   y tal vez hay que plantearse si eran los sacerdotes de un Hércules Vencedor, como el de Tibur (Vázquez Hoys, 1982) y asimismo Cádiz, Lixus y los reinos del Norte de África (sin excluir, naturalmente puntos no costeros), siendo este culto la prueba de la existencia de unos circuitos comerciales fenicio-púnicos en el Mediterráneo occidental, uno de cuyos puntos capitales era Cádiz.

 

De esta ciudad sabemos por Estrabon ll, 3,4 que, aún a principios de nuestra Era, sus compañías navieras financiaban gran parte de las navegaciones del Mediterráneo. Que estas compañías no eran solamente "gaditanas", sino que debían estar financiadas por capital venido de Cartago, tras la destrucción en la III Guerra Púnica, tal vez se deduce de las escasas noticias que nos quedan de esta guerra en los escritores romanos.

 

Reconstrucción del templo fenicio posiblemente erigido en Montecristo en honor a Melkart. Según dibujo del profesor José Luis Ruz Márquez.Sobre la III Guerra Púnica no han llegado a nosotros los textos de Polibio y Tito Livio ni la vida de Escipion Emiliano de Plutarco. Acudimos sobre todo para encontrar noticias de esta época a la obra de Apiano, Lybica, que ofrece la mejor descripción que poseemos de Cartago y a los fragmentos del libro XXXI de Diodoro de Sicilia, que derivan de Polibio. Macrobio (III, 9,9-13) ha conservado la fórmula de la deuotio por la cual el suelo de Cartago fue maldito y sobre esta ciudad y sus territorios sabemos que la destrucción no fue inmediata (Di Vita, 1982). Conocemos por las fuentes que cuando los cartagineses se rindieron y hubieron entregado sus armas, Roma les ordenó que evacuaran la ciudad y se alejaran a diez millas del mar. Entonces Cartago intentó resistir, pero ya era demasiado tarde. Los recursos de sus arsenales y la movilización industrial le permitieron soportar un prolongado asedio de tres años, del 149 a 146 a.C., que terminó con la victoria final de Escipión Emiliano. Cartago fue destruida, reducida a escombros y su población vendida como esclava por los vencedores. Roma concedió a siete ciudades fenicias vecinas a ella la condición de ciudades libres (entre ellas Utica, Mrumetum y leptis) y con el territorio púnico se formó una provincia, cuyo propio suelo era Ager publicus. Sin embargo, los cartagineses dispersos llevaron a toda África del Norte su lengua y sus instituciones. Pero no solo a África, sino también al sur de Hispania.

 

Sin duda el capital púnico, salvado por los refugiados que huían del asedio y la destrucción romanas, a los que se había dado tiempo para poner a salvo sus negocios, se depositó, entre otros lugares, en alguno de los grandes santuarios del dios nacional tirio, Heracles-Melkart, uno de los cuales era el de Gades, y en los negocios que de él dependían , como los salazones y la fabricación de púrpura.

Los romanos conocían estos importantes negocios y la potencia económica de este santuario y sobre todo César, quien, curiosamente triunfo, como relata Suetonio, después de un sueño en el templo de Hércules-Melltart de Cádiz, en el que el dios le prometió el dominio de Roma, como Hércules había prometido, también en sueños, el dominio del mundo a Alejandro Magno (Tiano 2,18, 1-2; Quinto Curcio 4, 2,17; Plutarco, Ale. 24, 5; Goukowsky 1978 p.243 n.20), cuya estatua estaba en el santuario de Gades.

 

Y también resulta curioso, en dos circunstancias particularmente destacadas está presente Hispania, como "enmarcando" una especie de hitos, inicial y final, de la carrera política de César.

Se trata, en primer lugar, de sus inicios en la carrera político-militar, cuando recibe en suerte como cuestor la Hispania Ulterior. Y en segundo lugar, durante las luchas civiles, casi al final de su vida, que culminan en Munda. Suetonio, (Dinus lulius 7,1) refiere que apenas iniciada su carrera, César "recibió en suerte" el cargo de cuestor de la Hispania Ulterior. Y habiendo llegado al templo de Gades, ante la estatua de Alejandro Magno, sintió el deseo de emular su gloria y decidió optar a mayores empresas, por la favorable interpretación que se hace de los presagios que le anuncian que se alzaría con el imperio de las tierras del orbe: arbitrium terrarum orbis portendi tnterpretantes (Diuus lulius 7,2).

E inmediatamente, César parte hacia Roma, bajo el estimulo de aquel sueño, sin finalizar siquiera el periodo de su cuestura para "missionem continuo effqgitawt ad captandas quam primwn maiorum renLm occasiones in urbe.": acechar cuanto antes en Roma las oportunidades de mayores empresas".

Así pues, César volvió a Roma abandonando todos sus asuntos béticos y conquistó el poder de la Urbe, siendo ayudado, entre otros, por los miembros de una antigua familia gaditana: Los Balbos( Mart¡nez Gazquez, 1984, págs.44 y ss.; Diaz Regañ6n, 1984, págs. 5-24; Grotanelli,C. 1981, págs. 109-133.) cuyo nombre, curiosamente, lleva las consonantes BL, como Ba'al (aunque ningún especialista en lengua fenicia nos haya podido probar, por ahora, que tal nombre es una forma latinizada de un teónimo fenicio o púnico, lo que nos demostraría y probaría que esta familia gaditana no estaba solamente dedicada al comercio sino también, posiblemente, relacionados de alguna forma con el templo de Heracles de Gades y su economía Vázquez Hoys - Poyato Holgado, 1992).

 

La interpretación de este sueño, así como los diferentes prodigios que se sucedieron en la Bética con ocasión de las guerras contra los hijos de Pompeyo, parecen ser un reflejo válido de un difuso estado de opinión existente entre las gentes que vivieron aquellas peripecias y que los escritores y personajes más cultos concretan y visten bajo el aspecto de una "ayuda divina", escribe Martínez Gazquez.

 

César, heredero de la tradición de su estirpe, como quiere demostrar en la contraseña elegida para la batalla de Munda: Venus", también está unido a la Bética y a sus hondas raíces orientales por el augurio favorable a su victoria que une por igual a César y a su sucesor Augusto , ratificado por otro augurio que relatan también Suetonio, DiwAug. 94,11 y Dión Casio (43, 41).

 

 

Melkart
(Cartag
o) 

El dios del mar de los fenicios, cuyo nombre deriva de "harokel", "El mercader", llamado  Poseidon por los griegos, Neptuno por los romanos.

Esta figurita fue hallada en el mar, frente a Selinunte y se conserva en el  Museo Archeologico Regionale di Palermo.

 

 

 

Se trata del presagio que se obtuvo cuando al mandar César talar árboles para instalar el campamento , con ocasión de los preparativos de la batalla de Munda, los soldados romanos habían encontrado en medio del terreno una palmera, curiosamente símbolo de la gran diosa oriental de la que derivan Tanit- Juno - Astarté - Venus, representado en las monedas cartaginesas.

 

Y César, naturalmente, mandó respetarla. ¿Solo porque a la palmera le nació un retoño inmediatamente, como refieren los historiadores o se trataba más bien de un símbolo religioso de sus aliados gaditanos, cuyo dinero sufragaba la guerra y le dio la victoria? Ignoramos, en cambio la razón de por qué Suetonio dice que este prodigio fue uno de los que más influyó en el ánimo de César de "no querer como heredero a nadie que no fuera el hijo de su hermana". ¿Estaremos ante algún rastro de "derecho" matrilineal? El matrimonio entre hermanos aparece en los mitos de las sociedades matrilineales, conservados en algunos de ellas (Egipto, Iran, Persia), como un privilegio de la alta nobleza y las clases sacerdotales. Este sería el caso del hieros gamos de Zeus y Hera.El matrimonio entre hermanos, hijos de los mismos padres, es incompatible con cualquier tipo de estructura de parentesco; empero, para que se practique excepcionalmente no es necesaria la existencia de un sistema matrilineal sino que ello puede deberse a varias razones. Por ejemplo, debido a la existencia de una estructura avuncular matri o patrilineal, pues en ella el matrimonio entre hermanos, al hacer coincidir los roles del padre y el avunculus facilita la transmisión de la herencia o el poder, del padre al hijo, resolviendo de este modo una tensión entre los afectos padre -hUo- avunculus - sobrino, que es característico de este tipo de sistemas (Benveniste 1969,1, págs. 223-237). El avunculus desempeñó un cierto papel en el mundo indoeuropeo, aunque no puede sostenerse que en el mundo griego el poder se transmitiese en las casas reales de tío materno a sobrino (Bermejo Barrera 1988, págs. 7-24). También podemos preguntarnos qué unía abs Balbos, a César y a Augusto, además de la amistad y las finanzas.

 

En nuestra opinión, los negocios y capitales cartagineses, además de parte de la población cartaginesa misma, antes de la caída final de Cartago, se refugiaron, entre otros lugares con población púnica de Occidente, en Hispania. Y suponemos que uno de estos lugares que recibió en depósito capital cartaginés debió ser el templo de Hércules Melkart, ya que en Gades debieron refugiarse muchos de los cartagineses que huían de su patria. Y pensamos, asimismo, que de una forma u otra, fueron las finanzas fenicio-púnicas, gaditanas sobre todo, las que ayudaron a Cesar a hacerse con el poder en Roma. Y cerrando un circulo imaginario, podemos decir que, "con un sueño", finalmente Cartago conquistó Roma, porque la intervención de los dioses en los asuntos humanos a veces no fue tan "divina" como se nos quiere hacer creer en los relatos históricos, sino que los hombres intervinieron en los hechos de manera interesada haciendo suponer a la opinión pública y a la posteridad , que eran los dioses quienes dirigían tales empresas. Porque es evidente, y de todos conocido, que las fuentes literarias solamente reflejan aspectos parciales unidimensionales, a menudo fruto de una propaganda política sabiamente dirigida a las masas populares.

 

Pero, en el fondo de la cuestión estaba un amplio programa político financiero que contribuyó a dar a César el dominio de Roma, programa, elecciones y gastos de campaña electoral sufragados (al menos en parte) por el dinero del templo de Gades, sin que sepamos si otros templos, fenicios o romanos, estuvieron también implicados.

 

Como diría Malinowsky: "EL hombre, en situaciones iguales, responde de manera semejante". Y hoy en día estamos viendo guerras para dominar las fuentes de energía, petrolífera sobre todo, hábilmente disfrazadas de "guerras de religión".

 

Con el dominio de Roma por César, sin duda promocionado por capital gaditano, tal vez debamos pensar en una influencia económica de los fenicio-púnicos gaditanos en la Urbe y llegar a la conclusión lógica de que, finalmente, Cartago, vencida políticamente por Roma, conquistó a su vencedora con su potencial económico. Porque lo que sí es cierto es que Cartago no desapareció de repente. Y que sus mercaderes, ante el peligro inminente, pusieron sus capitales a buen recaudo.

 

También es evidente que, por lo menos, el capital "gaditano" de los Balbos contribuyó a que César se hiciera con el poder en Roma ,convirtiéndose así en uno de los hombres más importantes de la decadente República romana, al que sucedió su sobrino Augusto, también muy relacionado con los asuntos relativos a Hispania y el Norte de África. En estos asuntos, asimismo, intervendrían los miembros de la familia gaditana de los Balbos, unidos al Príncipe por indudables lazos de interés comercial, además de por afecto y amistad indudables, que, como en muchas otras ocasiones, no tenían por que estar separados; En el caso concreto de los Balbos, nos permite afirmar también que su importancia en el Círculo del Estrecho debió influir en la política hispano- africana de César y de los primeros Julio-Clau dios.

 

Una prueba material de que hubo esta emigración de potencial humano a Hispania tras la calda de Cartago nos la dan las ánforas prerromanas del tipo Maña C-2b, que relevan a las anteriores C-2a típicas de Cartago, tanto a nivel tipológico como cronológico. El subtipo Maña C-2a se comercializa en el siglo II a.C. y más concretamente en el segundo cuarto de este siglo es cuando tiene su máximo apogeo. La destrucción de Cartago en el año 146 supondrá el retroceso irreversible en su producción, tomando el relevo los talleres occidentales radicados a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, con los envases del subtipo C- 2b.(Guerrero Ayuso, 1992, págs. 50-53).

 

Los talleres del nuevo subtipo C-2b se localizan en el extremo occidental del Mediterráneo, lo que produce algunas variaciones en cuanto al tipo de arcilla o engobe. Según Guerrero Ayuso, su fabricación supone una ruptura brusca con las tradiciones morfológicas de los alfareros locales y tal vez vendrían a documentarnos la existencia de una oleada migratoria de artesanos cartagineses que, tras la destrucción de Cartago, pudieron instalarse en las ciudades del extremo Occidente del Mediterráneo, las cuales, a pesar de estar bajo dominio romano, gozaban de cierta autonomía y tenían población mayoritaria de origen étnico y cultural semita. A pesar de que Guerrero Ayuso niega la posibilidad de una fabricación de estos tipos en Cartagena,(Guerrero Ayuso 1992 p.51), creemos que el nexo de unión que hemos señalado de esta ciudad con el área del Estrecho (Vázquez Hoys 1990), permitirá, si no revisar la posibilidad a que se alude, si encontrar, tal vez, alguna relación entre Cartagena y Gades, no solo por el culto de Heracles- Melkart sino también por las relaciones comerciales que estas ánforas podrían probar. Así, como las C-2a halladas en el extremo Occidente son prueba de la continuación del comercio púnico en Iberia, con las C-2b estamos, en palabras de Guerrero Ayuso, ante una corriente comercial de flujo contrario, procedente de ciudades del Estrecho, que parece revitalizarse considerablemente tras la calda de Cartago. En realidad, reconoce este autor, el comercio púnico quedaría en manos exclusivas de los comerciantes de Ibiza y las ciudades libres del norte de África, a lo que añadiríamos la importancia de los gaditanos que hemos mencionado, así como el preponderante papel de Cartagena como centro redistribuidor que este autor señala (Guerrero Ayuso, 1992, p. 51).

 

Es importante asimismo hacer hincapié en la existencia de una corriente comercial hacia el Atlántico en esta época que difundiría las C-2b. Su presencia, bien documentada en Belo, asociadas a Dressel lc, Lamboglia-2 y campaniense A tardía y B de la primera mitad del siglo 1 a.C. llegando hasta época augusta, prueba la existencia en esta ciudad de un contingente de gentes púnicas, venido de Cartago, con el modelo de templo tripartito cuyo paralelo se encuentra en Sufetula, al que se ha dado en llamar Capitolio, aunque no exista ninguna prueba de ello, más que el hecho de estar situado en una ciudad romana. La prueba de que no se trata de un Capitolio puede ser que los tres templos que forman el supuesto Capitolio no han sido construidos en la misma época, como demuestran los últimos trabajos arqueológicos (Bendala 1989-90, p.17; Bonneville, J. N. - Sardaine, 5. - Didierjean, F.-Leroux P.­Silliéres, P. 1981, págs.403-420).

 

Este tipo de ánforas se utilizó tal vez para transportar salazón, y tanto en Belo como en Torre del Marlos ejemplares se asocian a la fabricación ín situ de garu~, y ello plantea de rebote, la posibilidad de que estos envases se fabricasen en la Bética y en la orilla Africana del Estrecho, posiblemente en Ceuta, pues los alfares para construir los envases industriales se sitúan siempre en los aledaños de las factorías productoras de salazón según el autor citado.

 

LA CONTINUIDAD HERACLES-MELKART PÚNICO-HÉRCULES ROMANO EN HISPANIA

 

Hace ya años, escribíamos que el culto del Hércules oriental en Hispania se sincretizó con el romano (Vázquez, 1974, pub. 1982), y lo reafirmábamos en publicaciones posteriores (Vázquez, 1981). Una opinión contraria expresa Oria Segura, (1989)' . Pero a nuestro modo de ver, los testimonios que pueden probar la relación de Hércules con un medio "no latino": indígena prerromano, oriental o púnico, son evidentes. Pueden darla, por ejemplo, el ara de Rosino de Vidriales, dedicada a Hércules por un militar norteafricano, que, además, dedica un templo a Hércules construido desde los cimientos (afundamentts).

Además, la causa y origen de la presencia de Hércules y su culto en época romana en Galicia, en nuestra opinión, habría que buscarla en la ruta del estaño atlántico, que Estrabón sitúa en manos gaditanas. O en las referidas ánforas Maña C-2b, que siguen su camino hacia Galicia.

 

El único problema para el estudio del culto de este dios en Hispania en época romana es que la epigrafía solo está escrita en latín. Y los indígenas romanizados utilizaban en sus dedicaciones este sistema de escritura. Pero no podemos averiguar su grado de romanización solamente por las inscripciones ni incluso por su onomástica. Ni fijarnos para estudiar el culto de un dios, bien sea Hércules o cualquier otro, solamente en la Epigrafía, sino que hay que examinar todos los materiales antes de emitir un juicio. Y, si es posible, compararlos con los resultados que ofrecen los estudios de los testimonios de otros dioses en las mismas circunstancias. En nuestra opinión, y lo hemos escrito en multitud de ocasiones, los testimonios del culto a los dioses romanos, en Hispania o en cualquier lugar del Imperio, son romanos( en el sentido de que pertenecen cronológica y culturalmente a la civilización en la que viven los fieles que los produjeron, evidentemente) pero no debe olvidarse el sustrato local anterior a Roma, porque los sincretismos entre las divinidades prerromanas y romanas sabemos que debieron ser muy fuertes, ya que la religión, al menos privada, es un sentimiento profundo que se transmite en el seno de la familia, y que no cambia fácilmente por invasiones o por decreto. (Vázquez Hoys 1987, 1988,1993).

 

 Aunque esta autora señala la existencia de bastantes inscripciones de Hércules, no encontramos en su trabajo un separación entre las dedicaciones a Hércules y Hércules Augusto (salvo cuando se refiere adías, p.270, ns4,5,3l), separación que nosotros hicimos en su momento, cf. Vázquez Hoys, 1974 (pub. 1982) (Y que debe hacerse, puesto que las divinidades del culto Imperial son completamente diferentes de las propiamente romanas), no incluyendo en nuestro catalogo (breve, pero hasta ahora, el Único, aunque incompleto, que se ha realizado, de todos los materiales epigráficos, arqueológicos y numismáticos relacionados con todos los dioses romanos en Hispania, que, obviamente, veinte años después de publicado, necesita una revisión, que la nueva generación de investigadores va haciendo por provincias), las inscripciones a Hércules Augusto ni a ninguna divinidad con este epíteto por haber sido estudiadas por Etienne. los materiales epigráficos romanos (o al menos escritos en latín) relativos al culto a Hércules conservados en Hispania, obviamente, son latinos. Además, su cronología es de época romana.

 

Lo que diferenció a la religión romana de la musulmana, por ejemplo, al menos en el caso de la Península Ibérica, fue precisamente que la romana se "sincretizó" con la indígena, prerromana( muy variada, según las diferentes regiones, debido al diferente origen del poblamiento prerromano hispano), de forma que, ya hacia el cambio de Era, debía ser muy difícil distinguir a las divinidades prerromanas de las romanas del mismo nombre y características similares, como estudiamos en el caso de Diana (Vázquez, 1993). Y además, hay que tener en cuenta que Hispania no era, al menos en las regiones más orientales, un país "atrasado" culturalmente, sino que la influencia púnica era "púnico-helenistica"~ porque también Cartago era un país helenístico . Y que también la civilización romana 10 era.

 

Tampoco debemos desestimar, al referirnos a Hércules, la ruta del estaño atlántica y la presencia de su culto en Galicia (como tampoco que el Hércules adorado en otros lugares de Hispania, como Segobriga (Saelices, Cuenca) posiblemente tenga alguna relación con divinidades centroeuropeas. No podemos dejar de considerar, al respecto de la relación Diana-Hércules y su culto en Segóbriga, las cuatro inscripciones dedicadas a este dios halladas en Cuenca y Segóbriga (número muy elevado en relación a otras zonas de la Península) y las "cabezas" representadas en la cantera situada frente al de lubro de Diana.

 

Entre los celtas, junto a Marte, conocemos algunos otros dioses de la guerra, entre los cuales ocupa un lugar destacado el conocido con el nombre latino Hércules, al que se designó en la Galia con el nombre de Andossus, ToLiandossus e Lannus, que fue concebido como una divinidad guerrera portadora de una maza y un rayo (Bermejo Barrera 1986, p.105: Devries 1963, p. 69).

 

Este dios puede ser identificado, en opinión de De Vries, con el designado por César (BC, V, 444-446) con el nombre de Taranis , derivado de la ralz tardn (trueno), lo cual le asimilaría al Donar germánico y al Indra hindú. Todas estas divinidades estarían, para De Vries, particularmente unidas a una clase social: La aristocracia militar. Por último, encontramos entre los dioses célticos de la guerra a Ogmios, sobrenombre de Hércules, según Lucano. Este término se podría relacionar con el griego herémony nos muestra al dios como general que conduce sus tropas, con lo que tendríamos así, junto al dios de la guerra propiamente dicho, una segunda figura mítica simbolizando la fidelidad de los ejércitos, en palabras de De Vries, repetidas por J.C. Bermejo. Los hallazgos galos de Roquepertuse, Glanum y Saint­Blaise revelan que en la región de Bou ches-du-Rhóne existía la costumbre de exponer los cráneos humanos. Pero es difícil saber si se trata de las cabezas de los enemigos muertos en combate o de un sacrificio humano (16 pez Monteogudo 1987, págs. 527-531:1987, p.248). P. M. Duval piensa incluso que la estatuaria del santuario de Entremont, en donde se descubrieron restos de una serie de grandes esculturas en piedra de guerreros, algunas cabezas humanas estilizadas y quince esqueletos de hombres adultos, parece estar en relación con el culto del jefe muerto, lo que revelaría una heroización (Duval, 1981). Algunos investigadores se inclinan por pensar que las "cabezas cortadas" serían un trofeo de guerra, basándose en la descripción que hace Luciano de un fresco del Valle del Ródano donde se representa a Heracles Ogmios arrastrando una fila de hombres encadenados por las orejas (Benoit 1952, p.103 y Ss.; Euzenat, M.-Salviat, F.-Veyne, P. 1968, p.70).

 

Según López Monteagudo (L6pez, 1987, p.249), de la Península Ibérica solamente existe un texto, el de Diodoro (XIII, 57,2), que habla de la costumbre de las tropas hispanas que tomaron parte en la conquista de Selinunte por los cartagineses, de cortar la cabeza de los enemigos y clavarlas en las picas. La arqueología confirma este uso entre los celtiberos en el monumento de Binéfar (Huesca), en donde se representan hombres sin cabeza ni manos, lo que coincide con el rito existente entre los celtas de consagrar a los dioses las cabezas y miembros del cuerpo (López, 1987 nota 15).

 

Sacrificios de animales en honor de Marte y Hércules se atestiguan también entre los germanos: HercnLem ac Martem concessis animalíbus pLacant (López Monteagudo 1989).

 

Pero, en nuestra opinión, es más interesante la acepción de Hércules Ogmios como psicopompo a la que se refiere Benoit (Benoit, 1952; id. 1963) por cuanto se trata de un Hércules funerario, que traslada a los muertos al reino de ultratumba, como Hermes-Mercurio. Y aunque su culto respondía a conceptos religiosos de los celtas, estaba enriquecido por las creencias y los mitos greco-itálicos. Y puede que en Galicia, finis terrae, su culto no estuviese muy lejos de este concepto, de dios que guía al hombre en lo desconocido del más allá. Y por eso el faro de Hércules alumbra con su luz las costas gallegas, último lugar del mundo conocido , guiando al hombre en un mar incógnito, inexplorado e incierto, como lo hace con las almas hacia al otro mundo. Por lo que tal vez haya que plantearse que el culto al Hércules "romano" adorado en Hispania no solamente tenía sus raíces en el Heracles gaditano sino también en el mundo centroeuropeo y debamos considerar las características de su culto según las diferentes regiones de Hispania.

 

Y de esta continuidad del culto a Melkart púnico en el del Hércules romano al menos en el sur de Hispania puede ser también una prueba una inscripción dedicada a Hércules en la Bética por L. Vibius Fetialis (Canto, 1974):

 

TEMPLVS HERCVLIS/ QVOT L. VIBIVS FETIIALIS/ REIP. OSQVENSI PROMISERAT/ AR.P.HS VI MILI L.VIBWS FIALIS NEPOS/ EIVS CVM SIGNO HERCVLIS D.

 

Esta inscripción tiene un error en sus línea 2: El lapidario, que no debía saber mucho latin, confunde quot con quod, el relativo referido al tiempo, tal vez la primera prueba de la "escasa romanización" de la zona, en una época que la autora señala para la inscripción como finales del siglo II o comienzos del III d.C.

Menciona la inscripción el cumplimiento de la disposición testamentaria de L Vibius FetiaLis, que lleva a cabo su nieto del mismo nombre, quien, además, dedica una estatua de la misma divinidad. Aparentemente no había razones especiales que determinaran la dedicación de un templo a Hércules en Osqua (hoy despoblado del Cerro del León, cerca de Antequera, de donde provienen varias inscripciones latinas (dos de Jerez, una de Mollina (Málaga) y otra de El Rocadujo(Carteia) [CIL 111303, 1304, 2058 y 1927J, además de esta en el interior (CIL 111650) (Cabez6n, 1964).

 

Para Oria Segura, las inscripciones dedicadas a Hércules en la Bética son catorce. Y como esta misma autora reconoce, esta cantidad de inscripciones dedicadas a Hércules en la Bética supone un concentración mucho mayor que en las otras dos provincias romanas de Hispania:

"Las muestras del culto a Hércules -escribe A. Cantó en este artículo- creemos que no tienen otra explicación que la pervivencia deL culto al Melkart púnico. la posteriormente llamada Via Hercúlea", desde Cartagena a Sancti Petri ("adHerculem") por La costa, no hace más que confirmarlo. En cuanto a Osqna, sabernos (Livio XXllI, 27, y Tova, A.: Iberische Landeskunde 1, 1974, p. 134) que fue baluarte de AsdrubaL en La Segunda Guerra Pánica y paso obligado de La vía inetaLárgica interior que iba de Cástulo a Málaga. Todo ello explica a La perfección -y seguimos citando la opinión de ~ Cantó- que corrobora nuestras afirmaciones, La permanencia de ese culto a MeLkart, convertido en Hércules en esta trascripción, Lo que nos parece un dato de apreciable valor. Pero este sincretismo de Hércules con divinidades indígenas no tiene lugar solamente en Hispania. Ya Toutain Moutain (1928) se refería a la problemática del culto de este dios en el norte de África, influenciado por cultos indígenas, lo que también sucedía en Dalmacia y la Galia (Jaczynowska 1981, p.657).

 

Y hay que tener en cuenta, asimismo, que será nuevamente otro Príncipe, Trajano, elevado al poder por un poderoso clan hispano, el gran propagador del culto a Hércules Melkart, como reconoce Rodríguez Cortés (Rodríguez Cortés 1991). Estamos, obviamente, ante un clan bético, detrás del que no dudamos, seguiría estando el templo de Gades aunque la propaganda imperial aprovechase todas las leyendas relativas al héroe para hacer de él el modelo del emperador. Así, Hércules, hijo querido de Júpiter, venido de Hispania a Roma con las tropas de Gerión para liberar las riberas del Tiber del ladrón Caco, ofrecía una imagen de Trajano que abre un camino a la identificación de Plinio en su "Panegírico" y Dion Crisóstomo de Prusa en el primero de sus "Discursos" sobre la realeza, en los que ambos autores comparaban a Trajano con Hércules. Y su mérito, como dice J. Beaujeau será el haber transferido (En realidad utiliza la frase: ~ a transfusé it L'Hercále romain le sang vivtfíant da Melqart de Gadés au Lien de remodeler son image"(Beoujeau 1955, p.86.) al Hércules romano la savia vivificante del Hércules Gaditano, dando con ello a Hércules el papel más importante que jamás había tenido hasta entonces y que duraría hasta el final del paganismo.

 

También en la época de su sucesor, Hadriano, las monedas exaltaron al Hércules Gaditanus, representando al dios con sus atributos habituales, rodeado de unas figuras femeninas, llegando este Emperador a representarse él mismo con los atributos de Hércules, revestido con la piel de león, anunciando la asimilación del emperador a este dios que tendrá lugar con Commodo (Gagé, 1981). 

 

LA MONEDA ACUÑADA POR LOS TEMPLOS FENICIOS, LOS ATUNES Y HERACLES-MELKART EN GADES

 

Ya hemos apuntado en otra ocasión la posibilidad de la existencia de una moneda emitida por el templo de Lixus ( Vázquez Hoys, 1989). Esta ciudad emitió monedas con leyenda púnica y figura en el anverso con cabeza de Chusor-Phtah imberbe o barbado. Y en los reversos uno o dos racimos de uvas y la leyenda KS MBAL o MBALT. En las monedas con leyenda bilingüe vemos en el anverso dos espigas con la leyenda Lixus, en el reverso dos atunes con la leyenda LKS M BAl; altar y leyenda U~ en anverso y dos racimos de uvas y LKS MBAL en la leyenda del reverso; efigie de Chusor Phtah y en el reverso ara y leyenda LL~; anverso igual al precedente pero reverso dos racimos de uvas y la leyenda LKS MBAL.

Pero falta por ubicar definitivamente la ceca que en ciertas monedas aparece con el nombre de MKM SMS. Sus acuñaciones, siempre con leyenda púnica, presentan dos iconografías en los anversos: Una de efigie barbada de perfil, con o sin capuchón, que recuerda las acuñaciones de Bocchus. Y la otra es una efigie barbada, de frente, seguramente Baal- Melkart. La leyenda en anversos y reversos es MKM SMS.

 

Según Fevrier (Fevrier, 1960-61, págs.33-36), la palabra maqom define un recinto sagrado, ya sea un templo con sus instalaciones anejas o una zona sagrada reservada a sepulturas o bien un santuario con su temenos incluido. Este dato sirve a Marion para considerar que las acuñaciones a que nos referimos pertenecían al "templo del sol " de Lixus, seguramente acuñadas por los sacerdotes del templo, como demuestra lo anárquico de sus series. Su destino sería servir de ofrendas o para asegurar el pago de tasas debidas a los sacerdotes por los sacrificios.

 

Según Acquaro, entre otros templos fenicios que también debieron emitir moneda, se encuentra el de Melkart en Cerdeña, del que se conoce una moneda (Acquaro, 1988, págs. 187-189).

 

Existe, sin embargo, el problema de si el templo de Gades acuñó moneda y de hacerlo, cual pudo ser y cuales fueron los tipos elegidos. En nuestra opinión, de existir unas monedas emitidas por el templo de Gades, estas pudieron ser solamente aquellas en las que figura Hércules-Melkart ,las que llevan representados uno o dos atunes , o tal vez las que llevan ambos tipos, estudiadas por Chaves y Marín Ceballos (Chaves -Marín Ceballos, 1981).

 

Hay que resaltar el hecho de que ni las monedas ni otras figuraciones de Heracles gaditano reproducen la iconografía del Melkart fenicio-púnico, también conocida por las representaciones en los sellos (Culican, 1960-61; Dussaud, 1946-48; Du Mesnil Du Bu¡sson 1963; Picard 1964; Seyr¡ng 1963)

 

Las primeras imágenes de Hércules en la Península Ibérica aparecen en las monedas anepígrafas gaditanas, hacia la mitad del s.III a.C. En ellas, el dios se cubre con la piel del león de Nemea y lleva la clava (Rodríguez Ferrer 1988, vol. II, págs. 101-110.).

 

Recordemos también que -Heracles-Hércules-Melkart- y Cádiz fueron el soporte ideológico del imperialismo bárquida en la Península Ibérica, y después, desde el año 206, los gaditanos fueron fieles aliados de Roma, lo cual aseguraría a ésta el control inmediato de la Bética en general y de su franja costera. Gades también centralizaba el comercio con el Norte de África, según Estrabón (III, 4, 3) y Plinio (NH II, 168), a la vez que mantenía el monopolio del estaño atlántico y el control del distrito minero del SE., según Estrabon (III, 5,11).

 

Y Gades emitió, con el sistema metrológico de Rhode y Emporion, una serie de monedas con la figura de Hércules, con la clava y la piel de león y atunes en el reverso, vehículo propagandístico del culto de este dios y del prestigio de la ciudad, pilares sobre los que descansó la influencia de los Bárquidas sobre el mundo indígena, luego sustituida por la de Roma, que aprovechó al implantar su dominio en Hispania los circuitos comerciales cartagineses (Rodríguez Ferrer 1988 p. 104).

 

En lo que se refiere a Gades, tal vez podamos intuir que la rápida firma de un foedus con Roma se debió a la política de expolio sistemático de los templos gaditanos que había llevado a cabo el cartaginés Magón, relatada por Livio (Livio, NH XXVIII, 36,1), lo que explicaría el paso por parte de los gaditanos de la alianza púnica a la romana. El territorio controlado por Gades, desde la firma del foedus hasta la reorganización de Augusto fueron las ciudades de Bailo, Carteia, Asido, Lascuta, Iptuci, Carmo, Calle t-Detumo, Carisa y Salacia. Todas ellas imitaron los tipos de la ceca de Gades (Rodríguez Ferrer 1988, p. 109, n. 57).

 

En cuanto a las monedas norteafricanas, recuerda S. Ripoll que sólo las de Lixus llevan representaciones de atunes (Ripoll, 1988)

Y recordemos también que el santuario de Lixus fue reedificado, construyéndose un ábside, un altar sobre un podio situado en el centro de un patio y otros recintos anexos, en el reino de Juba II, durante el siglo 1 a.d.Cr.

En esta ciudad hemos hablados de las monedas "del templo del sol". Y en Abdera se acuñaron varias series con la cabeza de Tiberio en el anverso y en el reverso un templo tetrástilo, alternando en el centro dos atunes y dos columnas en los extremos, de las que algunas tienen representadas en el tímpano un sol (Alfaro Asins, 1986). Y todos los autores están de acuerdo en que el tipo de los atunes en las monedas es original de Gades, inspirando las monedas de esta ciudad las de Sexi y Abdera, confiriéndole además F. Chaves un significado religioso (Chaves, 1981).

 

Además, S. Ripoll afirma, respecto al templo con el sol de las monedas de Abdera, que podría pensarse en una síntesis del culto a una divinidad solar y a un dios protector de las pesquerías. Posiblemente, en nuestra opinión, de Heracles­Melkart, del que la misma autora señala al principio de su trabajo, sin recordarlo después, que conservó en Gades su carácter solar y marino, por lo que debemos preguntarnos ante lo evidente de las pruebas, si no sería que las pesquerías del Circulo de Estrecho, tanto las peninsulares como las del Norte de África, eran uno de los negocios controlados por el capital del templo de Heracles de Gades, notablemente engrosado por capitales púnicos escapados de la destrucción de Cartago.

 

Recordemos a este propósito que, tras muchos años de falta de datos arqueológicos en Cádiz para el estudio del tema de las salazones, recientemente se han descubierto, como era de esperar, varias pesquerías y fábricas de salazones que comenzaron su actividad ya en el siglo Va. C. (Muñoz Vícente-Defrutos Reyes- Berr¡tua Hernández 1988).Y recordemos también que, según estos autores, tal vez los salazones se descubrieron en Occidente, lugar donde se pescaban los atunes en gran cantidad, y donde existía la necesidad de conservarlos.

 

En nuestra opinión, si los romanos aprovecharon los circuitos comerciales púnicos, los púnicos también aprovecharon los circuitos comerciales romanos. Y los dioses, y sobre todo Heracles- Hércules- Melkart y su potencial económico se aprovecharon de ambos.

 

Y en lo referente a las monedas acuñadas por el templo de Heracles Melkart de Gades, los estudios de L. Manfredí, Chaves Tristan y García Vargas (Manfredi 1987; Chávez Tristán - García Vargas 1991) suponen, primero, la existencia de esa comunidad económica en torno al templo y, además, que la moneda emitida por el templo de Heracles-Melkart puede ser la que tiene por tipo los atunes, a la que en otros trabajos nos hemos referido, apuntando tal posibilidad Vázquez, 1989; id. 1990; Poyato Vázquez, 1992).

Esta tipología basada en los tipos de Melkart con atunes se detecta también, según estos autores, en otros puntos del área del Estrecho y el Mediterráneo con las mismas características que Gades: establecimiento de origen fenicio, templo de Melkart como centro y protector de las actividades de la ciudad y relación con la industria pesquera y de salazones, pues están en la "ruta" que siguen los atunes del Atlántico al Mar Negro: Lixus, en el Norte de África, Solus, en Sicilia y la pequeña isla de Lopadusa, frente a las costas de Cartago.

 

Pero esta marca de los atunes no se conoce solo en las monedas, sino que la pareja de atunes, en la misma disposición que en las emisiones monetales, también aparece como marca de un ánfora de la necrópolis gaditana de Asdrúbal, tal vez relacionada de alguna forma con el templo de Melkart (Guerrero, 1992, p.35) y sus circuitos económicos.