TARTESSOS

 
                                                     

LOS PUEBLOS DEL MAR

 

  Sebastián Celestino Pérez (Profesor de Arqueología Universidad Autónoma de Madrid)

 

 

 

Se entiende por Pueblos del Mar un importante movimiento de gentes que, en torno al año 1200 a.C., lograron desestabilizar política y económicamente las regiones del Mediterráneo Oriental. Sólo los egipcios han dejado constancia de su existencia, al mencionarlos en las fuentes como “los que proceden del medio del mar”, refiriéndose así a las campañas bélicas que Ramsés III debió emprender contra ellos para defenderse de la invasión. La irrupción de estos pueblos coincide, pues, con la época de transición entre las Edades de Bronce y de Hierro, una época muy inestable que derivó en un nuevo equilibrio político en todo el Mediterráneo. La drástica desaparición de las culturas del Egeo, y sobre todo de la pujante cultura micénica, sumerge a la zona en la denominada época oscura, que coincide con el hundimiento del Imperio Hitita tras la destrucción de Hattusa, su capital. La destrucción de Ugarit sumió en el cataclismo a otros centros importantes del área palestina, donde se asentaron nuevas gentes que introdujeron, como rasgo cultural más significativo, el rito de la cremación, desapareciendo del Mediterráneo Oriental la inhumación, característica durante toda la Edad de Bronce.

 

Bajorrelieve del templo de Medinet Habu, que representa a prisioneros filisteos derrotados por Ramsés III.  Los filisteos, junto a los licios, libios y dorios, formaban parte de los Pueblos del Mar.

 

Sólo Merneptah y más tarde Ramsés III pudieron contener las acometidas de los Pueblos del Mar, que  en última instancia tuvieron que dispersarse por el Mediterráneo Central y, tal vez, por algunos puntos del Occidental, y muchas veces sólo la etimología de sus nombres ha servido para identificarlos en diferentes lugares del Mediterráneo. Entre los que se instalaron en el Levante destacan los peleset, los filisteos de la Biblia que ocuparon Palestina, de donde derivarían sus respectivos nombres. También los lukka permanecerían en la zona más septentrional, identificándose con los licios históricos. De mayor interés son los pueblos que se dispersaron por el Mediterráneo, como los akawasha, identificados con los aqueos; los shardana, que desembocarían en la isla de Cerdeña; los shekelesh, que llegarían a Sicilia; o los tursha, que algunos identifican con los etruscos y otros —como Schulten o Montenegro— que identifican con los tartesios, hecho difícil de aceptar, aun que sí parece clara la repercusión que todos estos movimientos debieron tener en Occidente de manera indirecta.