CAPITULO IX. ¿DONDE ESTABA TARTESSOS? Mis investigaciones sobre la situación que ocupaba Tartessos, arrancan del año 1910. Entonces recorrí el trecho entre la desembocadura actual del Betis y Torre Carbonera (18 kilómetros), buscando la desembocadura occidental del río que, según Estrabon, se hallaba a 100 estadios (18 kilómetros) de la desembocadura oriental, única que hoy queda. El resultado fue que en Torre Carbonera no se encuentra rastro alguno de antigua desembocadura. En los anos siguientes, la terminación de las excavaciones de Numancia me impidió continuar mis pesquisas acerca de Tartessos. Vino luego la Guerra Mundial. En el primer viaje que hice después de la guerra —1919-20— visite por segunda vez la playa de Tartessos. A principios de 1920 recorrí, acompañado del Sr. Claus, el trecho entre Huelva y Torre del Oro, creyendo entonces que la desembocadura del Río del Oro seria el antiguo brazo occidental. Pero el resultado de mis observaciones fue también negativa En 1921, acompañado por el general Lammerer, y utilizando una canoa automóvil puesta a nuestra disposición por las autoridades del puerto de Sevilla, hice el recorrido del Guadalquivir desde Sevilla hasta Bonanza, con el objeto de fijar la situación del lago ligur y conocer los diferentes cauces del río . En otoño de 1922 lleve a cabo otra investigación, acompañado por el geólogo doctor Jessen. Este estudio dio por resultado grandes progresos en nuestro conocimiento. El Dr. Jessen pudo apreciar que la desembocadura oriental era antiguamente mucho mas ancha que hoy, y llegaba hasta Torre Salazar; de manera que la orilla occidental de entonces iba desde Pico Carío por el Cerro del Trigo hasta Salazar. El limite del aluvión antiguo seria la la posición de la antigua orilla y la tierra que se extiende entre Salazar y la actual orilla occidental esta constituida por aluvión reciente. Así, pues, Tartessos no podía estar en la Marismilla, junto a la orilla actual, como antes yo creía; había que buscarla entre Carío y Salazar281. Otro de los resultados fue el reconocimiento, al norte del Cerro del Trigo, de un establecimiento romano que debía de guardar, al parecer, alguna relación con Tartessos. Una pequeña excavación de ensayo dio por resultado el hallazgo de unos muros bien conservados. En vista de los resultados obtenidos, remití a fines de 1922 al Excelentísimo señor duque de Tarifa, propietario del Coto de Doñana, una memoria sobre Tartessos y su probable emplazamiento, rogándole que autorizara una excavación y pusiese a mi disposición los medios necesarios. Ambas cosas me fueron concedidas, y
en otoño de 1923 pudo realizarse una excavación y una investigación de cinco
semanas. Tomaron parte en estos trabajos el general Lammerer, que saco un mapa
exacto de la región, y D. Jorge Bonsor, el meritísimo explorador de la
necrópolis de Carmona y de los sepulcros cupulares andaluces. Bonsor se había
ocupado ya de Tartessos y había realizado notables progresos en la indagación de
la ciudad desaparecida, encontrando el brazo occidental del río, aunque se
equivoco emplazando la ciudad a orillas del citado brazo occidental282. Ya hemos visto que Tartessos se hallaba a orillas del Guadalquivir y, según Estrabon y Pausanias, entre las dos desembocaduras. Debemos, pues, ante todo definir exactamente el estado en que por entonces se encontraba el delta del Guadalquivir. El periplo dice solamente que el río sale del lago ligur por tres brazos, y corre en cuatro brazos al sur de la ciudad de Tartessos. Luego veremos que esos cuatro brazos deben considerarse como ramas del brazo principal oriental. El periplo no menciona el brazo occidental, a no ser indirectamente, al hablar de la isla Cartrare. la isla formada por los dos brazos. Los mas antiguos y mas importantes testimonios en pro de la doble desembocadura están en Posidonio (v. Estrabon, 148), que dice que entre las dos desembocaduras existió antaño una ciudad llamada Tartessos283, y en Artemidoro (v. Estrabon, 140) que comunica que las dos desembocaduras distaban una de otra 100 estadios. A lo cual observa Estrabon que, según otras fuentes (¿Posidonio?), la distancia era mayor aún. Mas siendo así que tanto Artemidoro como Posidonio recorrieron en persona la costa, el dato es valido para su tiempo, esto es, 100 a. J. C. En esta época, pues, tenia el río todavía sus dos desembocaduras. La desembocadura occidental, que luego desapareció, existía por lo tanto aun. Se ha confirmado la referencia de Artemidoro sobre los 100 estadios de distancia, pues desde Salazar, orilla occidental de la desembocadura oriental, hasta Torre Higuera, donde estuvo la antigua desembocadura occidental, hay unos 18 kilómetros (véase mas adelante). Plutarco (Sertoho, 8), siguiendo a Salustio, refiere que Sertorío fue lanzado por el mar [poco mas arriba de la desembocadura del Betis]. Pero no debe suponerse que el plural έκβολών signifique doble desembocadura, sino simplemente desembocadura, acepción frecuente (v. Estefano, Thesaurus, pag. 380); por lo cual este pasaje de Plutarco no nos dice en realidad nada. Mela no había tampoco de doble desembocadura, sino solamente de dos cauces a la salida del lago ligur. Dice así (3, 5): Baetis... diu sicut nascitur uno amne decurrit, post, ubi non longe a marl grandem lacum fecit, quasi ex novo fonte geminus exorltur quantusque simplici alveo venerat tantus singulis effluit. [El Betis, desde su nacimiento, corre por un solo cauce; pero después, habiendo formado un gran lago no lejos del mar, parece como si saliese de nueva fuente y el agua que venia por un solo cauce fluye ahora por dos]. El verbo effluit (sc. ex/aa/J significa, paralelamente al exoritur, la salida del lago, y no la desembocadura en el mar. Según el periplo, el río sale del lago por tres brazos. Mela, en cambio, solo conoce dos. Por lo tanto, el tercer brazo ha debido desaparecer en el tiempo que media entre el Periplo y Mela. Ese tercer brazo es la desembocadura occidental, pues los otros dos brazos existen todavía y son el brazo principal y el brazo Torre. También Pausanias testimonia la doble desembocadura (en 6, 19, 2) al referir, con ocasión de los bronces tartesios en Olimpia, que «se dice que hay un río Tartessos en tierra de los iberos, que desemboca en el mar por dos cauces, y la ciudad del mismo nombre estuvo situada entre las dos desembocaduras. Pausanias toma estas noticias de Tartessos de fuente antigua; por lo tanto, no son aplicables a su tiempo (hacia 150 d. J. C). Además de estos datos, el único que testimonia expresamente la doble desembocadura es Ptolomeo (150 d. J. C), que indica una posición de la desembocadura oriental y, por lo tanto, conoce también una occidental. Ptolomeo (1,12,10) cuenta desde el cabo Sagrado (2°30') hasta el Betis, es decir, hasta la desembocadura occidental, 2°30', y otro tanto desde aquí hasta Gibraltar (7°30'; 2, 4, 6). Coloca, pues, la desembocadura occidental a 5 mientras que la oriental se halla a 5°20' (2, 4, 4), de suerte que la distancia entre ambas desembocaduras es de 20' « 7 ° = 170 estadios = 32 kilómetros. En realidad, la distancia es solamente de tinos 18 kilómetros (v. mas arriba). Puede reconocerse aun hoy la desembocadura occidental por una cadena de lagunas de cuatro kilómetros de larga, que se dirige hacia el oeste desde el Palacio de Doriana, y demuestra que el brazo occidental desembocaba entre Matalascañas y Torre Higuera. El merito de haber descubierto la desembocadura occidental pertenece al Sr. Bonsor. Luego Jessen y Lammerer han comprobado que, efectivamente, la cadena de lagunas representa la desembocadura occidental, y Lammerer ha sacado un mapa de las lagunas a la escala 1:5.000. Salvo las citadas lagunas, el brazo occidental ha desaparecido hoy por completo. Hemos visto que ya en tiempos de Mela estaba así. La desaparición ha sido causada por aluviones que han llenado por completo el brazo occidental, y estrechado considerablemente el oriental. En la época de Tartessos el brazo occidental debía estar ya muy disminuido, pues el periplo no lo menciona. El Rocío (Canaliega) y el Guadiamar son dos pequeñas desviaciones del brazo occidental que, una vez desaparecido este, se han hecho independientes alimentándose de las aguas septentrío nales. Plinio (3, u, de Varron-Artemidoro) da testimonio de su antigüedad al hablar del río Maenuba que viene de la derecha, es decir, del Oeste, y afluye al Betis mas abajo de Caura-Coria; este no puede ser otro, en efecto, que el Carío de Brenes, afluente de la derecha, formado por el Rocio y el Guadiamar. 2. LA DESEMBOCADURA ORIENTAL Según Estrabon, la distancia entre las dos desembocaduras era de 100 y mas estadios, unos 18 kilómetros. Hoy, desde Matalascañas hasta la actual desembocadura, hay 25 kilómetros. Por lo tanto, se han verificado también cambios en la desembocadura oriental. Es merito del Dr. Jessen el haber explicado la antigua configuración de la desembocadura, y al mismo tiempo el desenvolvimiento del delta. El lector puede ver su exposición en Archaologischer Anzeigerde 1922. En la época diluvial, el río desembocaba por Coria en un gran golfo en forma de embudo, que llegaba desde Sanlúcar hasta Torre Higuera, limite del terreno diluvial. Tenia, pues, unos 25 kilómetros de anchura (mapa 1). Este golfo fue Llenándose poco a poco en dos direcciones: por el interior, mediante los depósitos del Betis y de los demás riachuelos que desembocaban en el golfo, y por la costa mediante los depósitos de aluvión que la corriente del golfo procedente del noroeste acumulo junto al terreno diluvial. Así, pues, el golfo fue estrechándose poco a poco por el noroeste. Pueden distinguirse dos terrenos de aluvión, uno mas antiguo y otro mas moderno. El viejo aluvión se extiende hasta la línea Pico Cano Trigo-Salazar. El terreno formado al sur de esta línea es aluvión joven. De esta suerte, el golfo quedo reducido en el interior al lago ligur que comenzaba en Coria y llegaba casi hasta la desembocadura. El río entraba en el lago por Coria y salía de el formando varío s brazos. En la costa, el golfo quedo relleno por el aluvión quedando solo dos bocas, una de unos diez kilómetros de anchura, la oriental y otra mas estrecha, de unos dos kilómetros; son las dos desembocaduras del río (v. mapa). No cabe duda de que, en la época de
Tartessos, el viejo banco aluvial existía ya. En efecto, en el se encuentra un
establecimiento romano, construido con las piedras de Tartessos, que, por lo
tanto, se hallaba cercana. Este lago o estuarío pasaba por ser el lago de los infiernos, a causa del color rojizo de sus aguas, tenidas asi por las minas de hierro que hay en el Tinto superío r287. La aldea de Palos ha tornado su nombre de palus erebea. Del puertecito de Palos salieron las carabelas de Colon. El lago aparece también en los mitógrafos griegos con el nombre de [laguna averna] (v. cap. V) colocado en la comarca de Tartessos, lo cual, como veremos, es efectivamente exacto. Puesto que la palus erebea tomaba su nombre de la ciudad de Erbi, resulta que, esta ciudad debía estar en la colina de la Rábida, que quizás conserva el viejo nombre288. El río Hiberus (río Tinto) era el limite occidental del territorio tartesio. Después, es decir, al oriente del río Tinto, cita el periplo (Avieno, 255) en su camino de Occidente a Oriente, la isla Cartare289. Habitada antaño por el pueblo de los cempsos, que fueron luego expulsados por los iberos (Avieno, 256), la isla de Cartare debió ser grande. No puede corresponder, par lo tanto, a la islita de Saltes, frente a la desembocadura del Tinto, como sostiene Sieglin (Atlas ant, hoja 29, 1). Cartare parece ser mas bien la isla formada por los dos brazos que antaño tenia el río Tartessos y de la que dice Avieno (283):
... Sedinsulam envuelve en su curso por todas partes la isla.]
Después del mons Cassius, el periplo nombra en seguida la desembocadura oriental con Tartessos. Pasa, pues, por alto la desembocadura occidental. Ello se explica por su desaparición a causa de los depósitos aluviales y las dunas. En el ano 500 no debía tener ya importancia alguna para la navegación. Ya hemos visto que Mela no la cita y Ptolomeo solo de pasada. A continuación del mons Cassius
viene el fani prominens, es decir, el promontorio del templo (Avieno, 261-263);
Y luego la arx Gerontis, Castillo de nuestro antiguo conocido el rey
tartesio Geron. Entre estas dos señales de la costa hallábase el sinus
tartessius, que es la actual desembocadura, ría de dos kilómetros de ancho292.
De igual modo, a la ría del Tajo la llama el periplo sinus (Avieno, 174). En la
época del periplo la apelación sinus era aun mas justa, porque entonces la
desembocadura oriental tenia una anchura de 10 kilómetros. La relación
topográfica en que se hallaban el fani prominens, la arx Gerontis y el sinus
Tartessius queda perfectamente precisada en dos lugares del periplo-. Lo primero era, pues, el templo en la orilla septentrional de la desembocadura, o sea en la lengua de terreno aluvial que hay entre Salazar y la Marismilla. De igual suerte, el castillo de Geron debe buscarse al sur del río . No cabe duda de que estuvo en el banco de Salmedina, entonces península, hoy aislado y sumergido, pero que a marea baja sobresale del agua. En todas las viejas descripciones de la ría se encuentra este banco, muy temido por los marinos. En el banco se hallaba sin duda el faro293 que mas tarde, en el ano 139 a J. C, construyo el cónsul Caepion. Y acaso la obra de ese faro fuese hecha con restos del antiguo castillo. El banco de Salmedina, que el mar rodea por todos lados —la [roca rodeada de mar], de Estrabon— parece como hecho ex profeso para ciudadela o fortaleza marina. Se ve claramente que el castillo de Geron tenia por objeto defender la entrada del río y el acceso a la ciudad que, como veremos, estaba poco mas arriba de la desembocadura. Podemos, por lo tanto, identificar con el Castillo de Geron el castillo que los cartagineses destruyeron antes de la caída de Tartessos. Por la furia del mar, la isla de Salmedina ha perdido unos dos metros de su superficie y hoy no se ve ninguna serial ni del castillo de Geron ni del faro de Caepion. Es un sitio salvaje, pero con grandes recuerdos. Como entonces el fani prominens y la arx Gerontis, constituyen hoy todavía los faros de la punta del Malandar y de Chipiona, las señales para la entrada en el Guadalquivir (Handbuch., pagina 173). Una vez descrito el sinus tartessius,
o sea el golfo formado por la desembocadura oriental y flanqueado por el fani
prominens y la arx Gerontis, el periplo pasa a nombrar la ciudad de Tartessos: Avieno, 266: De la enumeración y del adverbio hie se infiere que Tartessos estaba situada en el brazo oriental. La distancia del Guadiana a Tartessos, calculada hasta la desembocadura oriental demuestra también que Tartessos estaba en esta. El refundidor del periplo confunde a Tartessos con Gadir; error entonces general, pero en este caso necedad insigne, porque el periplo describe el Betis, y el interpolador debiera saber que Gades no esta en este río .
Tras una digresión acerca del culto
de Hércules en Gades (versos 273-83), Avieno describe los distintos brazos del
río . El río sale del lacus Ligustinus y rodea la isla (Cartare) por todas
partes; al salir del lago tiene tiene tres brazos, y luego por cuatro brazos
baña la parte sur de la ciudad (283-290):
[Mas el río Tartessos, saliendo del
lago Ligustino y corriendo Yor la llanura, envuelve en su curso por todas partes
la isla. Pero no sale del lago por un solo brazo ni surca por un solo cauce el
césped del suelo, sino que entra en los campos por tres bocas de la parte de
Oriente y baña el Sur de la ciudad por cuatro cauces]. Si el
río salio del lago por tres brazos, hay que situar el lago por encima de
la separación del brazo occidental. El lago llegaba, pues, por el sur hasta mas
allá de la confluencia del río Sanlúcar, y aun quizás mas al sur todavía. Mela
señala el limite norte del lago, cuando dice que el río al entrar en el va por
un solo cauce. El lago llegaba, pues, por el norte hasta el comienzo del delta,
esto es, hasta Coria. En efecto, en Coria empiezan las riberas a hacerse cada
vez mas bajas294, y a partir de Coria, hacia el sur, se observan en
los taludes de las orillas claramente unas ocho capas horizontales de tierra,
que deben ser los depósitos de tierra y plantas dejados por el lago ligur, el
cual no podía ser muy profundo. Sin duda, el lago estaba contenido mas abajo por
una barrera transversal que el río taladro; el brazo principal fue poco a poco
comiendo esa barrera y secando los otros brazos, hasta que por ultimo logro
vaciar el lago mismo y aun ahondar su cauce en el antiguo suelo de dicho lago. A
la desecación del lago hubo de contribuir sin duda también la marea que llega
hasta Sevilla, obligando al río a depositar sus residuos en el fondo del lago.
El Mito de las tres cabezas o de los tres cuerpos de Ceryon, personificación del
río , testimonia que, en efecto, el río salía del lago por tres cauces. Los tres
brazos son: 1.°, el oriental; 2º, el brazo de Torre; 3º, el occidental. La mayor dificultad es la que plantea el pasaje: El periplo y los demás testimonios
nos permiten afirmar que Tartessos estaba situada en la antigua orilla
occidental del brazo oriental a cierta distancia de la costa. En efecto, en
situación algo apartada del mar, la ciudad estaba perfectamente protegida contra
el Océano y los piratas, y, sin embargo, tenia fácil acceso al mar, ya que la
marea llega muy arriba. Así vemos que todos los emporío s del Océano occidental
no están construidos junto al mar, sino en el fondo de las rias: Hispalis, Olba,
Olisipo, Burdigala y Corbilo, Londres, Amberes, Rotterdam, Brema y Hamburgo.
Estrabon, repetidas veces, insiste sobre las ventajas que tiene la posición en
el fondo de una ría (142, 143297,152). Por fortuna, la situación del terreno permite precisar mas aún el emplazamiento de la ciudad. Nos enseña, en efecto, que Tartessos no pudo estar sino en los terrenos aluviales y en la isla, pues la tierra de mas arriba era y es aun región de inundación, marisma. Todavía hoy el terreno al este de Trigo esta inundado desde noviembre hasta mayo, y forma una gran laguna. Y entonces estaba alii el lago ligur que evidentemente tenia agua, incluso en verano. El periplo y Mela dan testimonio del lago que existía, por lo tanto, aun en tiempos de Mela. No pudo, pues, Tartessos hallarse ahí, sino solamente en el terreno aluvial, que ofrecía suelo firme y a cubierto de las inundaciones, puesto que se halla cuatro metros por encima de la marisma. Para fijar el emplazamiento de Tartessios hay pues, que circunscribirse a la parte septentrional, a la parte mas antigua del terreno aluvial situada al norte de Trigo, puesto que la parte meridional es aluvión reciente. Ese emplazamiento sobre el aluvión antiguo esta confirmado por el periplo, ya que los cuatro brazos que corrían al sur de la ciudad son las salidas del río entre tres islas formadas por el aluvión reciente. Hay que buscar, pues, a Tartessos en el aluvión antiguo y en el borde Sur del mismo, puesto que la ciudad se hallaba en la orilla occidental de la desembocadura oriental. Esta orilla occidental puede en cierto modo determinarse. El río , que al final de su curso se dirige hacia occidente, parece haber alcanzado la isla aluvial en Pico de Cano; el cauce de entonces parece determinado por el Carlo de Figuerola y la gran laguna situada al este de Pico del Cano. Desde Cano hasta unos mil metros al sur del Trigo, la orilla del río esta señalada por el borde de la marisma, que es al mismo tiempo el borde del aluvión antiguo. Mas hacia suroeste falta toda indicación clara del borde, porque el aluvión en esta parte se halla cubierto de dunas. Pero puede admitirse que la orilla occidental dibujaba una curva en forma de S, como la orilla oriental. La orilla occidental puede, pues, ser definida por una línea curva sobre Cafio-Trigo-Salazar. Esta disposición de la antigua orilla esta confirmada por el establecimiento romano situado al norte de Trigo298. Se trata de una aldea de Pescadores, pues se han encontrado en ella cuatro piletas para salar el pescado. Siendo una aldea de pescadores, ha debido estar situada muy cerca de la orilla. Las ruinas se encuentran hoy a 500 metros del borde de la marisma, esto es, de la antigua orilla, la cual estaba, por lo tanto, situada algo mas al oeste. El establecimiento romano no solo determina la antigua orilla, sino que ofrece la prueba de que Tartessos se hallaba en sus proximidades. Se puede demostrar, en efecto, que la aldehuela pesquera estaba construida con las piedras de Tartessos, pues las piedras de la dicha aldea proceden en gran parte de lejos, de la Sierra Morena, y es imposible que los pobres Pescadores se tomaran el trabajo de ir tan lejos en busca de las piedras, cuando tenían en frente, en Bonanza, excelentes materiales pétreos. No; las piedras no han podido ser traídas a este lugar sino por los tartesios, que por su industria minera navegaban continuamente por el río y les era fácil trasladarlas. Además se comprende que los Pescadores, encontrando tan a mano el material mas a propósito, el material ya tallado, hayan preferido construir aquí su aldea, en esta región desértica, mejor que en la orilla frontera de Bonanza. Ahora bien: si la aldea de Pescadores esta construida con piedras de Tartessos, es que las ruinas de Tartessos no deben hallarse lejos. Tartessos no se hallaba en el mismo sitio, pues si así fuera, al excavar el establecimiento romano, se hubieran encontrado restos y cimientos de Tartessos. Tartessos debe encontrarse, pues, en las proximidades del establecimiento romano, probablemente algo mas al suroeste, al sur de Trigo, y mas cerca de Trigo que de Salazar, pues Tartessos estaba seguramente en la parte oriental del terreno aluvial para guarecerse de los temporales del noroeste. La aldea romana, construida con las ruinas de Tartessos, no tiene solamente importancia por señalar las proximidades de la vieja ciudad, sino también porque debe conservar piedras tartesias, trozos de arquitectura, inscripciones, etc. Es cierta, pues, una perspectiva de gran valor, que impone la obligación de excavar a fondo esta aldea, que por si misma carece de interés. Ya se han encontrado pequeños fragmentos de arquitectura, que parecen proceder de Tartessos, pues los Pescadores no han debido utilizar otras ruinas. El hecho de que los Pescadores romanos hayan utilizado las ruinas de Tartessos demuestra que estas, en los anos hacia 200 d. J. C. no se hallaban todavía cubiertas por las dunas, como lo están hoy. Debemos, pues, representarnos la isla, en la época de Tartessos, como tierra abierta, propia para el pastoreo, lo cual coincide con la leyenda de los toros de Geryon. Además de los pastos, la isla tenia también agua, que se encuentra a dos metros bajo tierra. Aparte de estas ventajas, poco provecho ofrecía desde luego la isla, porque su arena no era adecuada para la agricultura y faltaban las piedras para edificación. Pero los tartesios con sus naves dominaban el mar y el río y podían traer a su ciudad cuanto les fuere necesario . También Londres esta en una isla pobre y se halla atenida a la importación para sustentar a sus millones de habitantes. Podría preguntarse porque los tartesios no construyeron su ciudad en la orilla oriental. Dos motivos hay para ello: 1° en la orilla occidental, en la isla, hallábanse perfectamente protegidos contra todo ataque procedente del interior; 2° los principales cauces del río —y este es seguramente el motivo decisivo— corrían junto a la orilla occidental (Arch. Am., 1922, 25). En cuanto al brazo occidental, no debió entrar en línea de cuenta, porque en tiempo de Tartessos ya estaba medio cegado. En la época de Mela había desaparecido por completo. Hay que buscar, pues, la ciudad de Tartessos al suroeste de la aldea romana. Desgraciadamente, el terreno al sur y al oeste de la aldea romana esta cubierto de altas dunas, lo que naturalmente ha de dificultar mucho la busca de Tartessos. Pero entre las dunas hay algunos valles (corrales) que llegan hasta el suelo antiguo y, por lo tanto, permiten verificar sondeos. En el próximo otoño (1924) se harán taladros, y si se consigue encontrar una parte de la vieja ciudad, lo demás es ya cuestión de dinero. Pero seria un gran resulta-do el poder determinar solamente el emplazamiento de Tartessos. Los Pescadores romanos construyeron su aldea, como hemos visto, con las ruinas de Tartessos; pero no habrán empleado todos los materiales y quedara bastante aun, porque Tartessos era grande y la aldehuela de Pescadores, en cambio, harto exigua y reducida. Hay, pues, probabilidades de hallar
la vieja Tartessos. Sin duda, la lucha con las altas dunas será una labor
hercúlea. Pero precisamente Hércules, de cuyas hazañas fueron testigos estas
tierras, puede enseñarnos que una voluntad esforzada no encuentra nunca
obstáculos insuperables. NOTAS 281. Véase el relato por Jessen y por mi, en Archaol. Anzeiger, 1922, y el mapa I. 282. Boletín de la Academia de la Historia, 81,152.
283. [siendo dos las desembocaduras
del río , dicen que hubo antaño en la comarca intermedia una ciudad que se llamo
Tartessos).
285. Según Sieglin (Arch. Arcz.,
1902, 43), la cueva existiría aún con dos cámaras y un banco de piedra negra,
como la pintara Avieno; lo cual es falso, pues las
palabras penetral cavum adytumque coecum (cueva interíor y retiro oscuro)
son una repetición pleonástica del mismo concepto, figura a que Avieno es muy
aficionado. En 1920 y 1922 visite yo el convento de la Rabida. Por intervención
del Sr. Albelda, subdirector del Puerto de Huelva, logre que se abriera la
cripta. 286. Sieglin identifica el lago con el «Lago del invierno-, a 20 kilómetros de la Rabida, creyendo que este lago debería llamarse propiamente lago del infierno. Pero este lago se halla demasiado lejos de Erbi-La Rabida para haber recibido de esta su nombre. 287. Véase la descripción de las minas en Wegener Herbsttage in Andalusien (1903), pag. 135. 288. A no ser que Rabida venga del árabe rabita [convento] (vease Dozy: Olossaire des mots esp. etportugais derives de I Arabe). Es muy posible que así sea, pues el convento es del siglo XIII, es decir, de época árabe. 289. ... Cartare post insula est, Eamque pridem, influxa et est satis fides, Tuere cempsi, proximorum postea Pulsi duello... [Luego viene la isla Cartare, y hay bastante fundamento para creer que antaño la ocuparon los cempsos, que fueron después expulsados por guerra con sus vecinos]. 290. Hesiodo:[Erytheia rodeada de agual; Estrabon, 140; el relato gaditano de Estrabon, i70;Escol.Lycophr, 643: [Tartessos... isla]; (v. cap. V). 291. Handbuch der Nord-und Westkusfe Spaniens und Portugal, 2/ parte: Portugal und Sudwestkuste 5pan/e/7s (1913), pag. 166.
292, Estrabon la llama άνάΧυσις (140, 142, 143, etc.); Plinio, aestuarium
(j, 11). 294. Handbuch, pag. 174:« Coria a Sevilla las riberas suben poco a poco.» 295. Véase mi edición de Avieno, pag. 19. 296. Podría tomarse el bis gemino al pie de la letra y considerar entonces la expresion como una alusión a las dos parejas: 1, brazo principal y brazo de Torre; 2, Canalieca y Guadiamar. Pero no concuerda con el uso continuo del idioma; pues siempre que aparece en otros pasajes la expresión bis geminus (perífrasis muy corriente en el idioma de la poesía posterío r, como bis seni por 12, y bis seni por 20: Thesaurus ling, lat., II, 2009) significa cuatro, y nunca dos parejas de a dos. Compárese con lo que dice Avieno en Aratect.. 710: quattuor inlustrat facibus rubor aureus adque bis gemino discreta situ mica ignipotens lux. [El rojo áureo ilumina con cuatro hachones y la luz dividida brilla poderosa en cuatro partes]. Así también usan la expresión Paulino de Nola, e. 5, 8; 32,17 y 18; carm. 27, 378 y Sidonio Apolin., carm. 2, 220 (vease Thes. ling, lat., II, 2008).
297. [Así, pues, cuando los hombres
hubieron conocido la naturaleza de los lugares y que los brazos de mar sirven
igual que los río s, fundaron en ellos ciudades... como a orilla de los ríos]. 298. Véase sobre este punto Arch. Am., 1923. Las ruinas se hallan en la parte del aluvión no cubierta aún por dunas; feliz casualidad, pues en otro caso no hubieran sido halladas, y, desde luego, no hubieran podido ser desexcavadas con comodidad. 299. Como Tartessos, también Vineta es una realidad histórica que después de su destrucción se ha convertido en legendaria. Vineta es el gran emporio eslavo dejumme —corrompido luego en Jumneta, Vineta— que estaba en la extremidad Noroeste de la isla Usedom, extremidad que el mar cubrió mas tarde. Adán de Bremen la visito y describió en 1075 con brillantes colores (2,22). Fue destruida por los daneses entre 1075, fecha en que Adán la conoció, y 1175, fecha en que fue compuesta la crónica eslava de Helmold que refiere su destrucción (v. Leutz-Spitta en Mannud, 1917, 270; Hennig, Hist. Zeitschr., 1916, 16; Walt. Vogel, Geschichted deutschen Seeschiffahrt, I (1915), 153).
300. Sitz. d. Berl. Akad.,
1910,1103.
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