p890:5 80:2.1 La
primitiva expansión de la raza violeta en Europa fue interrumpida por
ciertos cambios climáticos y geológicos relativamente repentinos. Con el
retiro de los hielos del norte los vientos cargados de agua del oeste
cambiaron dirección hacia el norte, tornándose así gradualmente las grandes
regiones abiertas de pastoreo del Sahara en un desierto desnudo. Esta sequía
dispersó a los moradores más pequeños, morenos de ojos negros y cabezas
alargadas, que habitaran la gran llanura del Sahara.
p890:6 80:2.2 Los elementos índigos más puros se trasladaron
hacia el sur a los bosques de África central, donde permanecieron desde
entonces. Los grupos más mezclados se dispersaron en tres direcciones: las
tribus superiores del oeste migraron a España y de allí a las zonas
adyacentes de Europa, formando el núcleo de las futuras razas mediterráneas
de cabeza alargada y color atezado. El grupo menos progresista del este de
la llanura del Sahara emigró a Arabia y de allí a través de la Mesopotamia
del norte y de la India al lejano Ceilán. El grupo central se trasladó al
norte y al este del valle del Nilo y penetró en Palestina.
p890:7 80:2.3 Es
este substrato sangik secundario que sugiere cierto grado de parentesco
entre los pueblos modernos que se encuentran en el Dekán, a través de Irán,
Mesopotamia y ambas orillas del mar Mediterráneo.
p890:8 80:2.4
Por las épocas de estos cambios climáticos en África, Inglaterra se separó
del continente, y Dinamarca emergió del mar, mientras que el istmo de
Gibraltar, que protegía la cuenca occidental del Mediterráneo, cayó como
resultado de un terremoto, de manera que este lago interior se elevó
rápidamente al nivel del Océano Atlántico. Acto seguido se sumergió el
puente terrestre siciliano, creando de esta manera un solo Mar Mediterráneo
y conectándolo con el Océano Atlántico. Este cataclismo de la naturaleza
inundó decenas de asentamientos humanos y ocasionó la mayor pérdida de vidas
por inundación de la entera historia del mundo.
p891:1 80:2.5 Esta
inundación de la cuenca del Mediterráneo limitó inmediatamente los
movimientos de los adanitas hacia el oeste, mientras que el gran influjo de
saharianos los llevó a buscar salidas para su población en aumento hacia el
norte y el este de Edén. A medida que los descendientes de Adán se
trasladaban hacia el norte desde los valles del Tigris y del Eufrates, se
encontraron con barreras montañosas y con el por entonces más expandido Mar
Caspio. Y durante muchas generaciones los adanitas cazaron, atendieron sus
rebaños y trabajaron la tierra alrededor de sus asentamientos desparramados
por todo Turquestán. Lentamente este pueblo magnífico amplió su territorio
hacia Europa. Pero ahora los adanitas penetran a Europa desde el este y se
encuentran con la cultura del hombre azul, miles de años más primitiva que
la de Asia puesto que esta región ha estado casi enteramente aislada de la
Mesopotamia.
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