Pero el hallazgo más sorprendente es un enorme megalito de forma cilíndrica similar a una gran bala o proyectil que presenta por su cara plana varios agujeros circulares, tallados de manera casi perfecta, como si hubieran sido perforados con grandes taladros modernos, sin embargo, los arquitectos e ingenieros navales del Instituto Marítimo consultados, confiesan que no se corresponden con ninguna construcción conocida de los tiempos modernos. A este misterio hay que añadir el hecho de que todos estos megalitos se encuentran entre -18 metros y -20 metros de profundidad, distribuidos de manera caótica, y algunos partidos o agrietados, como si hubieran sufrido un fuerte terremoto.

Díaz-Montexano no es geólogo ni es arquitecto, por lo que no tiene otra alternativa -de momento- que confiar en el criterio de los expertos. Habrá que esperar unos meses para saber el resultado definitivo sobre estos hallazgos. En cualquier caso, no cabe ninguna duda que son obra humana y no de la naturaleza, y de momento, nadie ha encontrado una explicación para estas extrañas estructuras que se hallan sumergidas justamente en el área donde Díaz-Montexano lleva pronosticando desde hace años que podría ser descubierta la acrópolis o ciudad principal de Atlantis.