Uno texto griego del siglo V-IV
BC, afirma que Homero llegó a Ithaca proveniente de la península
Ibérica, poco antes de decidirse a escribir sus inmortales obras la
Ilyada y la Odissea.
Este revelador texto puede confirmar la teoría del investigador
hispano-cubano Georgeos Díaz-Montexano - célebre por la teoría de
Atlantis como un Imperio Ibero-Mauretano de la Edad del Bronce – de que
Homero se inspiró en el reino de Tartessos y en sus célebres anales
históricos de más de 8000 años de antigüedad, en especial para redactar
las aventuras del héroe Odiseo (Ulises) en el Océano, en la Isla Ogyggia
y en la isla Scheria.
Díaz-Montexano ha estudiado con profundidad el texto griego que es un
fragmento de una historia biográfica sobre Homero. El autor del texto es
desconocido; por el estilo algunos piensan que podría tratarse del mismo
Herodotos (IV BC), pero otros especialistas sospechan incluso de
Teágenes (VI BC).
Con independencia de quién sea su autor, lo verdaderamente importante es
que en dicho texto se afirma que Homero venía de Iberia, lo que lo sitúa
en el escenario geográfico que Díaz-Montexano considera fue utilizado
por Homero para su descripción de las Islas Ogyggia y Scheria.
En la isla Ogyggia, reinaba Calipso, hija del poderoso Atlante o Atlas,
el que sujetaba el cielo; más adelante, en los tiempos de Solón, se
tiene noticias - por vía egipcia - de una civilización Atlántica cuyo
rey principal es denominado Atlante o Atlas. Platón en el Timeo y en el
Critias ubica el imperio Atlante justo ante la boca del estrecho de los
Pilares de Hércules (Gibraltar) y afirma que una parte o región de
Atlantis se llamaba Gadeira (Cadiz), por lo que la isla o península
Atlantis es la misma península de Iberia. La isla o península Atlantida
tenía una acrópolis rodeada por muros cubiertos de varios metales, entre
ellos el bronce. Y la Isla Scheria también tenía una ciudad con muros de
bronce. Hay otros muchos puntos en común entre el relato de Atlantis de
Platón y las aventuras de Odiseo en las Islas Ogyggia y Scheria que se
muestran en el estudio de Díaz-Montexano.
Sin embargo, lo más revelador es la hipótesis que propone el
investigador hispano-cubano sobre la posibilidad de que Homero fuera de
origen Ibérico o al menos que hubiera pasado gran parte de su infancia y
juventud en Iberia.
A primera vista parece una idea absurda, sin embargo, Díaz-Montexano
muestra evidencias razonables como por ejemplo, unos documentos
medievales atribuidos a un Chronicón de origen hispano-romano, fechado
en los primeros siglos de la era cristiana (actualmente ilocalizado o
desparecido), donde se afirma que Homero era hispano, y por otra parte,
el propio documento griego citado, pues en este mismo documento se
afirma que Homero llegó a la isla de Ithaca procedente de Tursênia,
después de haber venido de Iberia.
En el documento - que se presenta como una biografía de Homero - se
afirma que en realidad Homero fue el nombre de autor que adoptó
Melêsigénes después de su enfermedad. El nombre podría traducirse como
“descendiente de Melêsio”, o también como “de la raza (tribu o clan) de
los Melêsios” y los textos medievales de Irlanda denominan a los
pobladores antiguos de Iberia o España con el nombre de Milesios o
Melesios, mientras que ni Grecia ni en todo el Egeo se conoce de la
existencia de un pueblo con ese mismo nombre.
Otros datos que sustentan las hipótesis de Georgeos Díaz-Montexano se
hallan en autores de mayor peso como el propio Estrabón, quien afirmó
que las aventuras de Odiseo tuvieron lugar en la península de Iberia y
que después Homero las adaptó y modificó para crear su epopeya. También
Eustacio, Crates de Malo, Erastótenes, Posidonio y Asclepiades de Mirlea
siguen la misma opinión.
“… quizás nunca podamos demostrar que Homero fue de origen ibérico o que
se educó en Iberia, pero algo es cierto: nadie sabe con exactitud cuál
fue la patria original de Homero, por eso se disputan su cuna varias
ciudades, los datos que existen son tan contradictorios y confusos que
incluso muchos autores han llegado a defender que Homero era una mujer o
que nunca existió. Por consiguiente, mi hipótesis, que se sustenta en
datos, es decir, en documentos, no será menos probable ni más
descabellada que las actualmente existentes…” – puntualiza Díaz-Montexano.
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