CAPÍTULO 6:
EL
HOMBRE DE CRO-MAGNON. LOS EGIPCIOS.
¿A qué familia podemos vincular la raza de los "portadores" de la
civilización egipcia? Todas las observaciones tenderían a demostrar
que se trataba de hombres del tipo Cro-Magnon.
Este tipo, predominante dentro de la aristocracia, habría
desaparecido de las esferas dirigentes de Egipto en los
alrededores de la XVIII dinastía, al acabar mezclándose con los
inmigrantes semitas y negroides.
Sir Wallis Budge, en los años treinta, basándose en la
observación de numerosos cuerpos no momificados pero bien
conservados por las arenas del desierto afirmaba que "los
egipcios predinásticos pertenecían a una raza blanca o de piel clara
con cabello claro; eran en muchos aspectos parecidos a los antiguos
libios".
Esta misma raza puede apreciarse también en muchas recuperadas de
las tumbas no expoliadas y en representaciones de los faraones y
miembros de su séquito plasmado en los templos y monumentos
funerarios del Egipto Dinástico. En siglos pasados, estos rasgos
llamarían la atención de los egiptólogos, sorprendidos por hallarlos
en una región africana.
El padre de la egiptología, Sir Flinders Petrie, fue uno de
los primeros en señalarlo en 1901: "La fisiognomía manifiesta una
conexión decisiva y pronunciada entre el Egipto prehistórico
y la antigua Libia, y por su parte la antropología apoya los
numerosos testimonios arqueológicos que denotan una conexión cercana
entre Egipto y Libia. Hoy día resulta raro que los libios antiguos
fueran blancos y rubios, pero los escritores latinos de la
antigüedad ya lo habían reseñado, al igual que Escílax,
navegante y geógrafo griego del siglo VI. Por su parte, el escritor
griego Plutarco se había referido al pueblo de Seth, regente
de Egipto durante la Primera Dinastía (3.100 a.C.), como formado por
hombres pelirrojos, al igual que los libios. A principios del siglo
XX, el historiador egipcio Maspero indicó que "este rey del Alto
Egipto estaba asociado con el desierto de Libia y los libios. De
hecho, se le identificaba con el dios libio Ash". El idioma egipcio
es muy parecido al libio.
Años antes el antropólogo A. Pietrement se había referido en un
ensayo publicado en 1883 a las enseñanzas que las antiguas pinturas
egipcias aportaban a los naturalistas, etnógrafos e historiadores.
En dichas pinturas los libios eran hombres y mujeres blancos con
pelo rubio, ojos azules y rasgos faciales nórdicos. El
antropólogo Carleton Coon, de la Universidad de Harvard,
avanzó en 1939 interesantes hipótesis basándose en los testimonios
arqueológicos. En su obra "Las razas de Europa", hacía referencia a
un testimonio: "La reina Hetep-Heres II de la IV Dinastía, hija de
Keops, aparece en los bajorrelieves de su tumba con el pelo de color
rubio, mechas horizontales pelirrojas y la piel blanca". La citada
hija de Keops no era la única pelirroja de la familia. También su
esposa y su cuñada lo eran, al igual que muchos otros miembros de la
clase regente. La esposa de otro faraón, Kefren, era pelirroja con
ojos azules, según se observa en las representaciones, al igual que
en la tumba de la esposa de Faraón Zoser, (2800 a.C.) de la III
Dinastía, que también era rubia pelirroja.
Por las observaciones de Coon sobre los libios es más que
probable que todos ellos tuvieran antecedentes en este antiguo
pueblo: "Hace 3.000 años, durante el Paleolítico Superior un grupo
de Cromagnon –los llamados hombres de Afalou– vivieron en el norte
de África y los libios descienden de ellos. Muchos de ellos fueron
pelirrojos dado que este rasgo todavía persiste en la zona… En la
actualidad, los rasgos de este tipo humano se encuentran sobre todo
en Noruega, Irlanda y el Rif marroquí. Los
modernos bereberes descienden de los antiguos libios". No se
trataba de una mera hipótesis. Coon se hallaba en lo cierto. Las
investigaciones de Cavalli Sforza y otros genetistas de la
Universidad Princetown confirmaron mediante pruebas de ADN
efectuadas en los años noventa que los bereberes están más próximos
a los británicos que a cualquier otro grupo racial africano o
europeo. También existen otros datos confirmatorios relativos al
tamaño y forma de los cráneos de Cromagnon encontrados en Afalou bou
Rummel (Argelia), que son iguales a los encontrados en Dinamarca y
Suecia. Coon también habló de una "raza de constructores de
megalitos" que se situaba entre la nórdica y la de Cromagnon, que
tras haber construido templos astronómicos como el de Stonehenge o
pirámides subterráneas como Silbury Hill en Inglaterra, al igual que
en numerosos alineamientos en la Bretaña francesa como los de Carnac
(nótese la semejanza lingüística con Karnac egipcio) y muchas otras
construcciones principalmente por el Occidente de Europa, llevó
consigo su saber al Mediterráneo, norte de África, Libia y Egipto.
A mediados del siglo XX, el antropólogo Raymond A. Dart realizó
una serie de trabajos sobre cráneos egipcios fósiles que, al
parecer, poseían rasgos exclusivamente nórdicos. Asimismo rastreó
cuatro grandes invasiones nórdicas en Egipto (la anterior fue previa
a las conocidas dinastías) y afirmó que "el tipo faraónico egipcio
era de procedencia nórdica como lo prueba la cabeza del faraón
Ramsés II, cuyo cráneo era elipsoide pelágico, es decir, nórdico".
Faltaba un análisis del pelo de este faraón, pero en 1993, los
antropólogos G. Elliot, B. Smith y W.R. Dawson lo analizaron con
microscopio y confirmaron que era nórdico, igual que su
cráneo. También efectuaron medidas antropológicas en 25 grupos de
esqueletos distintos de todo el mundo y concluyeron que los faraones
constructores de pirámides descendían de esta "mítica raza
megalítica" de la que habla Coon: "En conjunto, muestran lazos
con el neolítico europeo, el norte de África, la Europa moderna y
más remotamente, la India… El grupo de esqueletos que más se
aproxima a los antiguos egipcios es el del neolítico francés".
Precisamente, los constructores de los mencionados megalitos
prehistóricos.
No sólo eran rubios o pelirrojos muchos faraones. Son numerosos los
restos arqueológicos y paleoantropológicos que reflejan la
existencia de egipcios rubios, pelirrojos, de ojos claros y de raza
blanca en el antiguo Egipto. Seguidamente destacamos algunos de
ellos reseñados en diferentes fuentes antropológicas (B. Smith y W.
R. Dawson) o aqueológicas (Sir Wallis Budge y Sir Flinders Petrie):
- Una momia pelirroja, bigote y barba rojas cerca de las pirámides
de Saqqara.
- Momias pelirrojas en las cavernas de Aboufaida
- Una momia rubia en Kawamil, junto con otras muchas de cabello
castaño.
- Momias de pelo castaño encontradas en Silsileh.
- La momia de la reina Tiy tenía pelo ondulado y castaño.
- Cabezas pelirrojas en una escena rural en la tumba del noble
Meketre (alrededor del año 2000 a.C.).
- En la tumba de Menna, al oeste de Tebas (XVIII Dinastía), se ven
en una escena pintada en una pared a jóvenes rubias y a un hombre
rubio supervisando a unos trabajadores de piel oscura cosechando
grano.
- Estela funeraria del sacerdote pelirrojo Remi.
- Talismanes con un ojo azul llamado el ojo de Horus.
- Egipcios pelirrojos con ojos azules en pinturas de la III
Dinastía.
- Una pintura en la tumba de Meresankh III en Gizeh (alrededor del
2.485 a.C.) muestra personajes pelirrojos de piel blanca.
- Una pintura de la tumba de Iteti en Saqqara muestra un hombre
rubio de aspecto nórdico.
- Pinturas de gente pelirroja con ojos azules en la tumba de Bagt,
en Beni Hassan.
Pero es que existen además, muchos otros restos arqueológicos que
representan a individuos de raza blanca en el antiguo Egipto. Así,
el museo egipcio de El Cairo alberga miles de tesoros y entre ellos,
las estatuas de Rahotep y Nofret tienen rasgos blancos y los ojos de
color azul. En la misma sala en la que se conservan estas dos
esculturas podemos ver otras representaciones del mismo período que
lucen ojos azules o grises. Es el caso del famoso escriba Morgan, o
de la estatua de madera de Seikh el Beled. El Museo del Louvre en
París conserva entre sus tesoros la estatua del famoso escriba
sentado (2500 a.C.), descubierta también por el francés Mariette en
el Serapeum de Sakkara en la década de los 50 del siglo XIX. Todos
ellos tienen las mismas características. Como ya hemos dicho, la
presencia de estos rasgos de raza blanca, se dan básicamente en las
primeras dinastías.
Los guanches