Hace mucho tiempo el Mediterráneo era un valle fluvial lleno de cultura y esplendor
Hace mucho tiempo el área que ahora cubre el mar Mediterráneo era una tierra seca y fértil. El río Nilo se conocía como el río Stix y fluía a través de África como lo hace actualmente, pero continuaba hasta un lago en el valle del Mediterráneo. Desde el lago, el río avanzaba hacia el océano Atlántico en las columnas de Heracles. Leyendas dicen que durante la época de Atlántida el pueblo osirio vivió alrededor del gran lago en este atractivo valle. Mas de 200 de las construcciones megalíticas de los osirios son visibles hoy día en el fondo del Mediterráneo.
Se sabe poco de esta civilización, aunque se supone que la religión osiria de Egipto, que era enfocada alrededor de Osiris, tuvo su origen con dicho pueblo. Osiris, dios egipcio de los muertos, es mostrado como una momia con sus manos fuera de las envolturas y con los símbolos de un soberano. Mitos sobre Osiris a menudo lo relacionan con el agua, ahogándose en el Nilo o sumergido en ella, y luego saliendo con humedad dadora de vida y poder fecundador. Tal ves esto simboliza el destino de los osirios. Cuando los niveles oceánicos se elevaron alrededor de 10.000 a.C. y los terremotos cambiaron la tierra en el estrecho de Gibraltar, agua del océano Atlántico inundó las ciudades. Quienes pudieron rápidamente se trasladaron a áreas más altas de Egipto y otras tierra circundantes.
La isla de Malta, ruinas antiguas brindan evidencia del pueblo avanzado que una vez vivió ahí. Numerosos monumentos y estructuras grandes, construidos con bloques de piedra enormes, a veces aparecen dispuestos en patrones. Antiguos caminos en Malta fueron hechos en las rocas sobre áreas planas e incluso en laderas. Los caminos forman una red en toda la isla, y algunos de ellos descienden directamente al mar hasta los restos de ciudades osirias. Como vías férreas, los misteriosos surcos son paralelos y equidistantes, siempre curvándose y enderezándose juntos. Escritura no descifrada sobre las tablillas de piedra en Malta, inevitablemente darán información sobre los extraños caminos y quienes lo hicieron.
Bajo los ojos de Osiris (extraído web de Malta Turismo)
Enfrente de La Valleta, del otro lado del Grand Harbour, reposan las tres ciudades fortificadas de Birgu -o Vittoriosa, Cospicua y Senglea.
Se las conoce también como Cottonera, en honor del gran maestre Nicolás Cottoner, que hizo construir esta línea de bastiones considerada como el ejemplo más llamativo, en Europa, de la arquitectura militar de su tiempo.
Es difícil recorrer Birgu sin perderse por sus calles angostísimas y, en general, peatonales.
Pero no hay de qué preocuparse, el laberinto siempre tiene salida. Y si desemboca en las inmensas murallas, el viajero no podrá menos que emocionarse con las vistas de las magníficas construcciones de color pálido que rodean al gran puerto.
Un paseo en dghajsa -embarcaciones tradicionales tipo góndolas- al atardecer tiñe el persistente amarillo de las sólidas fortificaciones con los brillos rosados y opacos del crepúsculo.
Tanto las dghajsa como los luzzu -botes de pescadores- de la principal villa pesquera de Marsaxlokk tienen meticulosamente tallados y pintados, en la proa, los ojos de Osiris.
Los jóvenes pescadores casi no se cuestionan acerca de esta antigua tradición y simplemente se limitan a perpetuarla en sus barcos de color azul, amarillo, verde y colorado intenso.
Tal como cuenta la leyenda, los ojos de Osiris eran pintados por los egipcios en sus veleros del Nilo, como un talismán, para proteger a los navegantes.
La sabiduría popular destaca la superstición como una característica propia de los pescadores.
Y en la isla de Malta, donde es común que sople el gregale, el mismo viento tan temido que provocara el hundimiento del barco del apóstol San Pablo hace dos mil años, cualquier excusa es bienvenida para ahuyentar la mala suerte.
Reacio a las leyendas ancestrales y sin embargo temeroso de romper la tradición, Frank, un joven pescador de 20 años, elaboró su propia teoría y pinta los ojos en la proa sólo para que le marquen el camino a seguir.
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