Reflexiones de un Lugareño
Había suficientes
advertencias. Escuchamos el trueno a muchos kilómetros de
distancia y vimos las nubes oscuras cubriendo nuestro pueblo al
mediodía. Vimos los patrones climáticos cambiar
drásticamente. Sentimos la tierra temblando bajo las sandalias
de nuestros pies mientras corríamos hacia los sabios para que
nos dijeran qué era lo que estaba pasando. Los templos de
cristal se llenaron a tope cuando nos apiñábamos dentro para oír
las palabras reconfortantes de nuestros líderes. La política de
nuestro tiempo estaba ocultando el misterio, los oficiales
estaban extrañamente callados. Su silencio nos alarmó. Nosotros
éramos campesinos que trabajábamos duro, cultivando los campos,
orando a nuestros dioses y diosas, cuidando a nuestras familias.
Sabíamos que algo estaba pasando, pero no sabíamos qué era.
Durante años nuestras preguntas permanecieron sin respuesta,
nuestros miedos no fueron apaciguados.
Templo de cristal atlante. Jardin
de Alineamientos.
Había otras
advertencias también. Se vieron actividades extrañas en los
cielos nocturnos. Luces resplandecientes surcaron rápidamente el
cielo oscuro. A veces encendieron colores luminosos como para
enviar señales, ¿pero a dónde? ¿A quién? Nuestra tierra era tan
inmensa que sólo unos pocos de nosotros viajamos alguna vez de
un lado al otro. Había porciones grandes de tierra no disponible
para nosotros. Los cercos altos nos impidieron acercarnos
demasiado a los grandes edificios que sólo podríamos ver en la
distancia. Edificios que eran un misterio. Sus formas eran
extrañas, no eran las de los edificios cuadrados usuales con las
espirales cristalinas en la cima. Estos edificios que estaban
fuera de nuestros límites eran realmente diferentes. Estaban
orientados a partir de formas geométricas, de seis lados, de
ocho lados y los más prominentes de todos tenían cinco lados.
Estos edificios extraños emitían rayos de luz muy alto en el
cielo, parecían hacer brillar un claro patrón a las estrellas.
Nosotros nos preguntábamos qué significaba todos esto.
El Templo Azul. Desde la
Conciencia distante.
Los Sacerdotes de
Templo ofrecieron poca ayuda a nuestros dilemas cotidianos.
Ellos también se volvieron distantes e incluso parecían
temerosos. El secretismo de aquellos que nos gobernaron sólo nos
puso más intranquilos. No había nadie que nos explicara las
luces, el clima, ni los fenómenos que estaban teniendo lugar.
Había momentos en que los lugareños éramos presas del pánico,
era cuando la tierra se agitaba como para recordarnos que lo que
estaba pasando estaba fuera de nuestro control. Nosotros sólo
podríamos ir a nuestros Templos de Cristal a orar, pidiendo
comprensión, pidiendo paz.
Oímos hablar de muchos
levantamientos en otros pueblos lejanos. Había inquietud por
todas partes en la isla. Todos podríamos sentirlo y estábamos
desconcertados, incluso asustados. ¿Nuestras oraciones no eran
suficientes para traer paz a nuestra isla? ¿No éramos dignos de
la paz que buscábamos? ¿No éramos suficientemente buenos para
sobrevivir? Nosotros éramos gente simple, ninguno de nosotros
logró salir nunca de la clase obrera. Excedíamos en número a los
más evolucionados, los Científicos, los Líderes que gobernaban
quienes nos dijeron que ellos eran los mensajeros de las
estrellas. La luz más luminosa de todos era El Uno. El Uno era
responsable de nuestro ser mismo. El Uno era la luz que instiló
la vida dentro de nosotros. Ciertamente El Uno oiría nuestras
oraciones y traería paz una vez más a nuestras tierras y a
nuestra gente.
Había rumores por
todas partes. El gobierno controlaba nuestras vidas. Los
Científicos eran exaltados incluso más allá de los Dioses.
Supimos de los experimentos, de los implantes de ordenador en
los cuerpos de los lugareños. Vimos cómo nuestros amigos
empezaron a cambiar. El miedo estaba por todas partes. Vimos
nuestros sueños marchitarse en el cielo nocturno cada vez más
lleno de luces. La tierra continuó agitándose. Las nubes oscuras
cubrieron nuestros pueblos y nuestros corazones. Nos sentíamos
desesperados. Nos sentíamos responsables. Nos sentíamos indignos
incluso de recibir la luz de El Uno.
Los cristales fueron grandes
mediadores en nuestra antigüedad. Para lo bueno y para lo malo.
En definitiva, lo que tenia que
ser. No moralicemos.
La caída
Ese día las nubes
llegaron temprano. ¡La tierra estaba gritando, igual que
nosotros! Los edificios empezaron a desmoronarse. Los templos de
cristal estallaron. Todos corrimos buscando resguardo, pero no
había ninguno. De repente el cielo se llenó de naves metálicas
grandes que haciendo brillar sus luces luminosas a través de las
nubes parecían decir a la tierra debajo: 'Es tiempo de
retirarse'.
Conforme cada uno de
las grandes naves emitió su rayo de luz a la tierra, pudimos ver
desde la distancia miles de almas que eran alzadas en su luz
hacia la nave. ¡Nosotros estábamos intimidados por lo que
veíamos! ¿Quiénes eran aquellos que estaban siendo salvados por
las naves? Ciertamente no eran nuestros lugareños, ni siquiera
los Sacerdotes que mantuvieron cautivos nuestros espíritus. Eran
los misteriosos que nosotros raramente vimos, los Líderes y
Científicos que ahora nos gobernaban. Durante un momento nos
olvidamos de nuestra propia condición, viendo lo que pasaba
rápidamente ante nosotros. Entonces en el océano se levantaron
olas gigantescas, olas que lavaron la tierra y se llevaron con
ellas nuestras parcelas, nuestras casas, nuestras familias.
Fuimos consumidos por el miedo y la desilusión aplastante de que
nosotros no éramos lo bastante buenos para ser salvados.
Nosotros asumimos el fracaso en nuestras almas.
Los lugareños no
fueron los únicos que asumieron el síndrome de la Atlántida. Los
sacerdotes que se suponía que eran el eslabón entre los líderes
y los lugareños estaban desesperados tratando de encontrar una
manera de tender un puente para cruzar el hueco que cada vez se
ensanchaba más. Ellos supieron lo que los Científicos estaban
haciendo, pero no podían explicar o incluso entender el cambio
de los líderes que estaba disminuyendo su poder sobre las
personas. Ellos no tenían respuestas para las preguntas de los
lugareños, no podrían abatir el miedo que estaba asolando la
tierra. Ellos, también, pensaron que habían fallado. Que incluso
le habían fallado a El Uno, quién debía sentirse muy defraudado
por ellos. Ellos no eran lo bastante buenos, lo bastante sabios
o lo bastante dignos como para ser salvados. ¡Así es que cómo
podían ellos salvar a los lugareños! Sacerdotes y Sacerdotisas
abandonaron los Templos. Algunos fueron a unirse con los
Lugareños en oración y servicio, otros corrieron detrás de los
Científicos intentando salvar sus vidas.
El caos reinaba por
todas partes, en la tierra, en los lugareños y en los Templos. Y
parecía que también, entre los Líderes.
La Pirámide espiral atlante.
Los Científicos se
volvieron los Líderes. Después de todo, ellos tenían todas las
soluciones... Ellos mantuvieron el poder en sus manos, las
mismas manos que estaban manipulando la materia, controlando la
conducta a través de la tecnología de la computadora y
manteniendo en privado la información que venía de otras
dimensiones del Universo. Ciertamente, ellos eran los nobles,
los dignos, los que merecían ser 'levantados' de la isla por las
mismas naves que los trajeron a la tierra y continuamente les
suministraban conocimiento avanzado. Pero también había
disensión entre ellos. Sus experimentos estaban fallando y
también ellos. Si sólo hubieran trabajado más arduamente y
durante más tiempo, vigilando más estrechamente, haciendo un
mejor trabajo, quizás ellos podrían haber salvado la Atlántida.
¿El hueco era demasiado ancho, habían perdido contacto con la
humanidad mientras perseguían su tecnología y poder? A pesar de
toda su sabiduría, ellos sentían que también le habían fallado a
la Atlántida. Ellos simplemente no eran lo bastante buenos.
Cuando los mares
recobraron la calma, la isla ya no estaba.
Muy lejos de la
superficie del ahora pacífico océano quedaron los restos de una
isla llena de esperanzas y sueños.
Se fueron todos los
grandes edificios de luz, los magníficos edificios.
Se fueron los miles de
Lugareños, los Sacerdotes y los Científicos.
Se fueron los templos
dorados que sostuvieron nuestras oraciones, nuestra devoción,
nuestra confianza.
Se fueron los
Lugareños que retuvieron los miedos, el sufrimiento y el pánico
en sus mismas almas, para nunca vivir de nuevo. ¿O si?
Profundamente
enterrados quedaron los edificios prohibidos, los Científicos y
sus laboratorios, sus secretos que nunca serán revelados. ¿O sí?
¿Eres un
Atlante?
Profetas de todos los
tiempos han hablado del resurgimiento de la Atlántida. Ellos han
visto emerger de nuevo la gran isla del mar con toda su energía
cristalina intacta. Ellos predijeron el día en que la gran
civilización de la Atlántida tomaría su lugar una vez más entre
las naciones poderosas del mundo. ¿Qué significaban sus visiones
realmente? ¿Podría ser que el resurgimiento de la Atlántida
marque el retorno de los muchos miles de almas que perecieron
allí? ¿Y estas almas todavía están cargando y sufriendo los
patrones del miedo y el fracaso? ¿Son estas las almas de
nuestros días las que están recreando la Atlántida de nuevo?
Esto es lo que
escucharás decir a un Atlante: No importa qué tanto me esfuerce,
nunca funcionará. No importa lo que haga, nunca será bastante.
Yo no soy lo suficientemente fuerte, lo suficientemente bueno,
lo suficientemente poderoso, lo suficientemente espiritual, lo
suficientemente digno de ser amado... lo suficientemente
cualquier cosa... como para tener éxito, para sentirme digno,
para efectuar el cambio que necesita mi mundo.
Éstos son los "clientes" que vienen, sintiéndose severamente bloqueados. Ellos sienten
que no pueden lograrlo, que no son lo suficientemente buenos,
que no se merecen nada. La mayoría de ellos podrían considerarse
"adictos al trabajo": dirigidos por alguna fuerza silenciosa que
continúa diciéndoles que no están haciendo lo suficiente.
Usualmente tienen un alto grado de estudios, se esfuerzan
demasiado, y de repente se dan cuenta de que en verdad no son
'lo bastante buenos', de forma que muchos de ellos crean alguna
enfermedad debilitante que les impide seguir intentándolo.
Éste
es el pensamiento poderoso. Su creencia sobre quiénes son y lo
que deben hacer tiene su origen en los tiempos de la Atlántida,
en los tiempos en que su alma asumió los sentimientos de
fracaso. Éstos no son pensamientos conscientes. Éstos son los
pensamientos del Alma, reviviendo el patrón una y otra vez,
reafirmando la creencia en el fracaso, intentando superarlo con
cada nueva vida. Las Almas de la Atlántida reaccionan muy
personalmente y a menudo con mucho miedo frente a las
condiciones mundiales. Ellos perciben la falta de conciencia en
sus compañeros humanos. Ellos temen el secreto gubernamental
acerca de la investigación científica, mucha de la cual es
altamente secreta, clonando animales, introduciendo chips de
computadora en animales y niños. Claro que todos vemos estas
cosas y reaccionamos ante ellas. Pero para un Atlante, éstas
crean un terror severo, disparando rápidamente los antiguos
recuerdos contenidos en su campo de energía. Todo regresa a
ellos aunque concientemente no entiendan sus sentimientos o sus
fuertes reacciones. Ellos no ven lo que los impulsa tan
duramente a tener éxito y luego prepararse para el fracaso. Los
viejos patrones los jalan rápidamente. ¡Una y otra vez los
Atlantes regresan a la tierra, pensando cada uno de ellos que
son responsables de la caída de una civilización!
Cientos de clientes y
cartas prueban el resurgimiento de la Atlántida. No vendrá
físicamente, vendrá enérgicamente. Se elevará de nuevo a través
de todos nosotros que repetimos los modelos en nuestras vidas,
vida tras vida. Las sesiones curativas de cristales son tanto
para sanar el pasado como para sanar el presente. Un evento
traumático poderoso en una vida se desparramará encima de la
próxima, y el modelo se repetirá hasta que sea sanado. El tiempo
y los ambientes pueden alterar las circunstancias, pero el
patrón del alma permanece fuerte. Los cristales seleccionados en
una sesión cuentan la historia, e incluso pueden mostrar donde
se presenta el patrón en la vida actual de los clientes. Juntos
miramos los recuerdos: ¿Qué les pasó a ellos en la Atlántida?
¿Cuál fue su papel? ¿Qué estaban pensando y sintiendo cuando
murieron allí? ¿Qué creencias adquirieron en esa vida que son
tan poderosas como para impactar todas las otras? ¿Cómo podemos
mirar esa vida ahora y cambiar ese punto de vista? Sana la
creencia, sana el recuerdo, mira la Atlántida como lo que era:
una civilización que acabó por razones que van más allá del
pensamiento consciente. ¡Date cuenta de que entonces, como
ahora, todos hacen lo mejor que pueden!
¿Eres un Atlante?
¿Estás reviviendo esos patrones? ¿Trabajas tan duramente que no
ves tus éxitos? ¿Sientes que no eres lo bastante bueno, lo
bastante fuerte, lo bastante sabio, lo bastante algo?
¿Reaccionas emocionalmente ante los cambios de la tierra? ¿A
veces te sientes sobrepasado por las circunstancias, agobiado,
incluso desvalido? ¿Te sientes espiritualmente inadecuado?
¿Sientes que es tu responsabilidad sanar este mundo? ¿A menudo
te sientes bloqueado, incapaz de continuar tu viaje espiritual?
Si estas preguntas activan una contestación en tu mente o en tu
corazón, tú puedes ser un Alma de la Atlántida, que lleva un
patrón de alma directamente relacionado con la vida y la muerte
que experimentaste en la Atlántida. PERO, tú estás aquí en el
planeta ahora, en compañía de muchos, muchos espíritus afines de
la Atlántida, intentando encontrar su camino a través de la
vida. Vosotros sois los heraldos de la Nueva Era, buscando paz,
comprensión y sabiduría. Vosotros sois los exploradores de la
metafísica, intentando que un mundo insensible cobre sentido,
intentando traer paz a un mundo no pacífico, intentando
permanecer equilibrados en un mundo desequilibrado. Vosotros
sois los que estáis forjando nuevas sendas de aprendizaje,
buscando la Luz y al Creador. Lo que pasó hace tiempo ya pasó,
esto es ahora. Vosotros nunca podréis entender o ver totalmente
lo que era en verdad la Atlántida. Vosotros lleváis sólo una
memoria fragmentada, una memoria que se sale de proporción
cuando permitís que tome control sobre vuestros pensamientos y
cierre vuestros corazones.
Vosotros podéis sanar
vuestro pasado mirando cómo entra a en vuestro presente y no
permitiéndole impactar vuestro futuro.
|