Uno de los puntos esenciales que hacen a la Sagrada Tradición Primordial es el enigma referente a MELQUISEDEC, mencionado por la Biblia como Sumo Sacerdote del Dios Altísimo. Nos proponemos hoy en este estudio encarar este gran Misterio vinculándolo con otro aún mayor, como lo es todo lo relativo al Rey del Mundo.
Veremos como se vinculan y unifican en torno a este Misterio las Tradiciones Esotéricas de Oriente y Occidente.
Naturalmente basta tan solo mencionar al Rey del Mundo para que las mentalidades fanáticas e ignorantes piensen que se trata en realidad del Princeps hujus mundi (Príncipe de este mundo) del que hablan los evangelios como personificación del mal. Por supuesto no podría cometerse error más torpe y grosero pues, como veremos, el Rey del Mundo es en realidad, de acuerdo a la Tradición Esotérica, el Logos Planetario, es decir el más alto y puro principio espiritual que actúa a nivel terrestre.
Con René Guénon es menester señalar que este
tipo de errores (que se repiten una y otra vez, especialmente en
sectores dogmáticos y fanatizados) revelan precisamente una mentalidad "satanista"
que lleva a la inversión de los valores en forma completa, confundiendo
al Sumo Bien con el Sumo Mal (ver Guénon "Le Roi du Monde", Cap.III).
Bien entendido, nadie en sus cabales puede hoy admitir seriamente la
existencia de Satán o de entidades demoníacas más que en sentido
simbólico y figurado. Lo que se trata aquí es simplemente de marcar a
fuego a ciertas mentalidades cegadas irremediablemente por la venda
fatal de los errores de la ignorancia, el fanatismo y la superstición.
Estamos frente hoy a lo que Ferdinand Ossendowski designó adecuadamente como el "Misterio de los Misterios". Queremos encararlo desde el punto de vista de las tradiciones cristiana, musulmana, hebrea y, principalmente, hinduista.
Abraham ofrece el diezmo a Melquisedec
Presentaremos múltiples testimonios sin
privilegiar ningún punto de vista en particular. Cada uno será entonces
dueño de aceptar o rechazar el material expuesto o, mejor aún, de
profundizarlo ahondando en estas investigaciones. Esta actitud nuestra
se debe a que entendemos que todo dogma y todo sectarismo constituyen
obstáculos muy graves en la marcha hacia la verdad, penosa ya de por
sí. Tales cosas resultan, en último análisis, muestras de ignorancia
fanática. Quien en realidad sabe algo no necesita creerlo y es por ello,
precisamente, que la creencia y la ignorancia son hermanas inseparables.
Tan pronto adoptamos un dogma y lo tornamos idea fija estamos ya
confesando que no sabemos en realidad gran cosa respecto de su
contenido. Desde el punto de vista iniciático, que es el que nos
interesa aquí, la creencia sólo es útil en la medida en que genere
devoción en el aspirante hacia un aspecto de la Divinidad o hacia un
Maestro espiritual. Es por todo esto que mantener con celo la libertad
de conciencia y de pensamiento es uno de los sellos inconfundibles de
los auténticos buscadores de la Verdad. Además esta actitud resulta ser
una insoslayable necesidad ética pues no hay salvaguardia más eficaz
para evitar caer en la vorágine del fanatismo. Bien entendido
cómo pueden hablar de Fraternidad, de Unidad o siquiera de convivencia
los sectarios que pretenden ser depositarios y dueños de la más alta y
única verdad, convencidos de que todos los que no piensan como ellos se
hallan en el error?
Naturalmente
las posiciones espirituales de tales personas en realidad no son más que
tristes caricaturas de lo que es verdadera elevación interior cuando no
simulaciones siniestras que encubren la intolerancia más extrema. Si hoy
en día, felizmente, ya no existen tantas hogueras para quemar a los
heterodoxos es porque el mundo progresa y las religiones van perdiendo
poder temporal. De lo contrario nada habría cambiado...
Por una elemental razón de orden comenzaremos
nuestro arduo tema de hoy trayendo a colación las citas bíblicas
pertinentes. En el Antiguo Testamento hay dos pasajes y uno en el Nuevo
Testamento que aluden a Melquisedec,
a saber Génesis 14:18-24, Salmo 110 y la Epístola a los Hebreos de San
Pablo 7:1-4. Estas son las fuentes que podríamos llamar canónicas dentro
de la tradición judeo-cristiana.
Melquisedec en la Tradición Budista
Comencemos pues por el Génesis: "Abraham retorna tras vencer a Kedorlaomer y a los reyes aliados de éste. Entonces Melquisedec, rey de Salem (Paz, la aclaración es de San Pablo) ofrendó pan y vino pues era sacerdote del Dios Altísimo (El-Elyon) y le bendijo diciendo: “Bendito sea Abraham por el Dios Altísimo, Creador de Cielos y Tierra y bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus enemigos en tus manos. Y dióle Abraham el diezmo de todo".
Precisamente, en este entregar el diezmo se
reconoce una actitud de obediencia y sumisión de parte de Abraham hacia
Melquisedec.
Como señalan René Guénon y Jean Tourniac (en sus grandes obras sobre el
tema que nos ocupa) esto es evidente de acuerdo al texto mismo y permite
rechazar de plano la opinión contraria de algún exégeta hebreo como ser
M. Cassuto (citado por
Tourniac). Pero esto no es todo.
Aquí hay otros aspectos aún más importantes. En
primer lugar Abraham reconoce, como adorador del Dios Todopoderoso (El-Schaddai
o Emmanuel) que Melquisedec
adora a un aspecto más elevado del Dios único como es el Dios Altísimo
(El-Elyon). Vemos además que
Melquisedec es a la vez sacerdote y rey de
Salem. Pero Salem no es un lugar físico ni era, como a veces
se cree, el nombre primitivo de Jerusalem (Ese
nombre era Jébus). Salem es un lugar ideal, un arquetipo celeste de la
Jerusalem terrestre. Esto equivale a decir con Guénon que, según la
terminología tradicional usual, Salem era el "Centro del Mundo" a nivel
espiritual o, al menos, un centro secundario y subordinado a aquel. Esta
hipótesis se robustece cuando, por converger en
Melquisedec el poder
temporal y la autoridad espiritual, se lo sindica como Alto Iniciado en
los Misterios. Abraham, cuya autoridad no rebasa el marco de lo
meramente religioso y exotérico se subordina al Sumo Sacerdote y Rey y
es iniciado a su vez. Esta hipótesis se va a robustecer cada vez más a
la luz de las consideraciones que siguen. Pasemos ahora al Salmo 110,
del cual la cita es muy breve. Hela aquí:
"Tú eres por siempre sacerdote según la Orden de Melquisedec".
Aquí hemos corregido deliberadamente el artículo "el" que figura deliberadamente en las Biblias sectarias, sustituyéndolo por "la Orden de Melquisedec". También las razones de esto se harán evidentes luego.
Por último hallamos en la Biblia el pasaje de San Pablo el que resulta, si se nos admite la expresión, el más sensacional a este respecto. Dice allí: "y que penetra más allá del velo, adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre".
Continúa luego San Pablo:
"En efecto, este
Melquisedec, rey de Salem... sacerdote del
Luego se refiere el Apóstol a Levi, indicando que
este ya
Resulta claro en primer lugar que Pablo se
empeña a poner a Cristo a la altura de
Melquisedec y no a la inversa como sería dable
esperar. Desde luego este hecho merece especialísima atención. Pero,
además, en las citas
Con René Guénon es menester sostener que el
esoterismo es la dimensión interna, el corazón y la médula vivificante,
en suma el principio legitimador de todo exoterismo (incluyendo en esto
último a las co rrientes religiosas convencionales). Lamentablemente ni
el autor citado, iniciado en el sufismo y ya antes en corrientes
esotéricas occidentales, ni tampoco Jean Tourniac, también iniciado en
diversas formas tradicionales, lo fueron en el esoterismo hindú. Por
esta causa les resultó a las claras imposible un planteo integral del
problema que nos ocupa, en el sentido de contar con más amplia
y profunda información doctrinal al respecto. Este hubiera sido un paso
muy grande y deseable en cuanto a perfilar más y más nítidamente la
unidad de base de la Tradición Primordial en base a una mejor
comprensión del enigma de Melquisedec.
Es más, a la "ecuación" que plantea Tourniac:
MELQUISEDEC
= TRADICION PRIMORDIAL ,
Obviamente nosotros aquí, por razones de
espacio, nos debemos limitar a lo esencial, remitiendo a "Le Roi du
Monde" de Guénon y a "Melkitsedeq" de Tourniac para hallar abundancia de
citas en lo tocante a la tradición judeo-cristiana.
Aquí resumiremos esa información para
detenernos en cambio con gran detalle en la tradición hindú que ellos
omitieron por completo. Existe además una fuente siria importantísima
que se remonta a los primeros siglos de la era cristiana y que estos
autores eminentes también omiten mencionar. De este texto existen
también versiones árabes y una versión alemana, debida a Carl Bezold,
fue publicada en Munich en 1883 y posteriormente vertida al
castellano por Andreas Faber-Kaiser. Se trata de "La Caverna de los
Tesoros" (Ed. Obelisco, 1984). Aquí aparece una nueva clave que veremos
repetirse una y otra vez. Cito al texto:
"Y le dijo Sem a
Melquisedec: Tú eres el servidor del Altísimo
Dios, porqué a tí solo Dios te eligió para que sirvieras ante El en
este lugar".
En esto no hay nada nuevo respecto del texto
bíblico salvo la aparición de Sem, hijo mítico de Adán y Eva. Esto es
una forma de resaltar el origen atemporal y extra-histórico del
sacerdocio de Melquisedec.
Pero luego se agrega el hecho anunciado que sera un leitmotiv
constante del tema en las más diversas fuentes y tradiciones:
Melquisedec en su
apariencia externa es un muchacho joven y por siempre conservará tal
aspecto y mantendrá su función sacerdotal y real. Desde luego esto evoca
de inmediato al Rey del Mundo en la Tradición hindú. Allí se lo venera
con el nombre de SANAT-KUMARA, literalmente "El Eterno Muchacho", así
denominado en su aspecto de Maha-Brahma por los más sagrados textos del
esoterismo de la India. Luego veremos que la gran vidente alemana Anna
Catherina Emmerich se refiere a Melquisedec
haciendo exactamente las mismas apreciaciones, como también el
LAS TRADICIONES MUSULMANA Y HEBREA
Para poder desembocar de lleno en el testimonio
más importante y completo para esclarecer este misterio, es decir en la
tradición hindú, entendemos que antes es necesario revistar al menos
someramente los aportes de las tradiciones musulmana y hebrea.
La redacción de esta parte del presente estudio
se ha visto grandemente facilitada por la erudición volcada por Jean
Tourniac en su obra ya citada.
En primer lugar debe señalarse que ni en el
Korán ni en sus principales comentarios se hace mención explícita de
Melquisedec.
Sin embargo hay referencias en la literatura shiita, las que han
merecido el análisis de un estudioso de la talla de Henry Corbin. Este
autor identifica a Melquisedec
con el Imán Oculto de la Tradición shiita (el XII),
añadiendo que su parusía (aparición pública) marcará la realización
espiritual completa del hombre integral del futuro. Hay dos textos
iraníes-islámicos antiguos que deben ser citados en relación a nuestro
asunto y en los que se designa a
Melquisedec como Malik Solem, Maliku's Salam o
bien Malik Yazdaq, tratándose inequívocamente por lo demás del mismo
personaje.
Estos textos son
el "Hafi Bab-I-Sayyidna" y el "Kalam-I-Pir". En ellos se
aclara que tales nombres se aplican al bendito Maulana,
promulgador de la Ley Eterna y Revelador de los Misterios. Y aquí
nos debemos detener con redoblado asombro y respeto pues, evidentemente,
es más que una coincidencia que este nombre de Maulana se aproxima mucho
al que los Iniciados hindues emplean para designar al Rey del Mundo en
su aspecto de Protector del Mundo (Maha-Vishnu) y Promulgador de la Ley
Eterna (Sanatana Dharma). Este Nombre Sagrado que pronuncian en sus
alabanzas los Siddhas y Mahatmas como también los Devas es NARAYANA
Su significado es: "El que anda sobre las
aguas" simbolizando así que El permanece sereno e imperturbable ante
el perpetuo cambio en el devenir de los acontecimientos terrestres.
Recuerda esto sin duda al Génesis en donde menciona que “El Espíritu de
Dios flotaba sobre las aguas”. Ya diremos algo más en lo que sigue al
respecto.
En la tradición hebrea aparecen menciones de Melquisedec en distintos libros tales como el Zohar y el Midrash-Rabba. En general tales menciones poco agregan al texto bíblico, constituyendo sólo paráfrasis del mismo. Las referencias completas pueden verse en la obra de Tourniac. Entre tales textos, sin embargo, hay uno que encierra un gran secreto iniciático en forma velada y que, además, contradice explícitamente a San Pablo, afirmando que el sacerdocio de Aarón es según la Orden de Melquisedec, cosa que como hemos visto Pablo reservaba exclusivamente para el sacerdocio de Jesucristo y sus continuadores. Este texto se halla en el Zohar III, sección Metzora 53b y puede también hallarse en Tourniac.
Sumo Sacerdote judio Melquisedec
El ya mencionado Dr. Ferdinand Ossendowski, un
ilustre viajero, hombre de ciencia y escritor narra lo siguiente en su
ya clásica obra de viajes "Bestias, Hombres y Dioses", (1924). Al
atravesar la caravana que él comandaba las estepas del Asia Central
cerca de Tzagan-Luk, el guía mongol exclamó de pronto: "Alto, deteneos",
y acto seguido se arrojó al suelo desde su camello musitando el clásico
mantra budista "Om mani padme hung". Algo increíble sucedía en
ese momento. El aire vibraba dulcemente y traía consigo como una canción
de amor y paz que llegaba en el acto al corazón. La tierra y el cielo
parecía como que contenían el aliento. Hasta los animales lo percibían:
los pájaros cesaban en su vuelo y se posaban, los camellos paraban las
orejas, los caballos permanecían inmóviles y atentos, los perros cesaban
en sus ladridos y los yaks se echaron al suelo. Todos los portadores
mongoles se arrodillaron y oraron fervorosamente mientras que esa paz
absoluta hasta el viento incesante de la región cesaba de soplar. Era un
estado de cosas portentoso, una calma y paz inusitadas sobre todo para
los occidentales.
Cuando el éxtasis colectivo cesó los mongoles
explicaron a Ossendowski lo que sucedía. Se habían acercado al Misterio
de los Misterios, al reino subterráneo del Rey del Mundo en el momento
justo en que éste se hallaba en meditación.
Como es fácil comprender no es mucha la
información que Ossendowski pudo obtener de aquellos hombres tan
incultos y primitivos. Aquellos mongoles sabían que los lamas guardaban
celosamente el secreto del Rey del Mundo y castigaban con severidad a
quiénes divulgaban tales cosas. Pero, y aquí hay un misterio más, el
testimonio recogido por Ossendowski en aquella oportunidad coincide
notablemente con lo expuesto en el libro "Mission de l'Inde" por el
Marqués Saint-Yves d'Alveydre (1910) y también con lo narrado por un
autor mucho menos prestigioso y serio, Louis Jacolliot, en "Les Fils de
Dieu" y "Le Spiritisme dans le Monde" (citados por René Guénon).
Los tres autores mencionados se refieren al Agharti o Agharta, nombre
que recibe en lengua tibetana el misterioso reino subterráneo donde
reside el Rey del Mundo.
Paralelamente, y
al parecer sin que Guénon y Tourniac tuvieran conocimiento de ello, otro
viajero famoso, Nicolás Roerich, escribió extensamente al respecto de
este reino misterioso en otro libro clásico: "El corazón de Asia". El
designa a este reino con el nombre hindú de una de las localidades del
mismo, Shamballah. Además confunde a esta localidad con otra distinta
del mismo reino que es Kalapa.
Curiosamente
las fuentes en que se informó Roerich son tibetanas y así vemos que
designa al Rey del Mundo con el nombre de Rigden Jyepo. En rigor esto
contrastaría con el término Shamballah que es hindú salvo, claro esta,
que exista una tradición uniforme al respecto. Nos consta que los lamas
se refieren continuamente a Shamballah en sus disciplinas
espirituales como el Centro Espiritual por excelencia en el que desean
renacer.
Debe señalarse que si bien Roerich dedica considerable espacio a esta cuestión, en su mayor parte se dedica a repetir habladurías superficiales provenientes de diversos lamas.
Posteriormente nuevos textos han aparecido en
Occidente. Albert Grünwedel publicó en alemán en 1915 un escrito hasta
entonces secretísimo (obra del tercer Panchen Lama) titulado "El camino
hacia Shamballah". Una versión francesa de esta obra apareció en Arché,
Milán en 1983. Este libro pretende describir un itinerario geográfico
real para llegar a Shamballah y carece de contenido doctrinal, es decir
de enseñanzas espirituales.
Una
adición interesante a la bibliografía se produce en 1980 cuando Edwin Bernbaum
publica "The Way to Shamballah".
Este autor pasó varios años en el Tibet trabajando
en un proyecto para la conservación de manuscritos antiguos.
Paralelamente llevó a cabo una prolija investigación respecto de
Shamballah y realizó escalamientos en los Himalayas. Su obra, si bien de
fácil lectura, está escrita desde la perspectiva de un erudito y sitúa
al tema en un contexto puramente mítico y simbólico. Vale la pena
transcribir aquí una vieja narración tibetana que allí figura:
Un joven empeñado en llegar a Shamballah, cruzó
por muchas montañas y desiertos. Al fin llegó a la caverna donde vivía
alejado del mundo un anciano ermitaño. Este le interrogó acerca del
destino de su viaje. "Voy en la búsqueda de Shamballah" replicó el
joven. "Ah, no deberás viajar muy lejos - replicó el anciano - pues
Shamballah se halla en tu propio corazón".
El
tema ha servido de inspiración incluso a un novelista, James Hilton,
cuya obra "Horizontes perdidos" ha sido dos veces llevada al cine.
Andrew Thomas en su obra de divulgación sobre el tema reproduce
excelentes obras de arte tibetanas inspiradas en Shamballah y otro tanto
hace Bernbaum.
La Cámara de Iniciación
Conviene
recopilar aquí, a manera de síntesis, lo más importante de las
informaciones recogidas por Osendowski.
Como se ha dicho, estas coinciden sustancialmente
con lo dicho en sus libros por Saint-Yves d'Alveydre y Jacolliot.
Lo interesante es que estos dos últimos autores
jamás visitaron el Tibet o los Himalayas y que, además, publicaron sus
obras bastante antes que Ossendowski. Se agrega a los anteriores el
problema de esclarecer como obtuvieron tales informaciones...
Dice Ossendowski:
1º.- El reino misterioso de Agharti tiene accesos
distribuidos en el mundo entero (incluyendo en esto al continente
americano).
2º.- En ese reino interior no existen el mal ni
el crimen.
3º.- Existen una serie de poblaciones o ciudades
en el Agharti que rodean al lugar central. 4º.- Allí mora el Rey del Mundo o Brahmatma asistido por el Mahatma y el Mahanga los que, respectivamente, predicen los acontecimientos mundiales y dirigen la marcha de tales acontecimientos.
René Guénon, con su justeza y perspicacia
habituales, se apoyó en estos pocos datos para enunciar algunas
conclusiones de enorme interés. El centro espiritual de Salem donde
reina Melquisedec
está conformado a imagen y semejanza del Centro del Mundo o Sede y
Morada del Rey del Mundo. A este reino inaccesible le corresponden,
según la Tradición Iniciática Hindú (que después veremos con algún
detalle), veinticuatro centros secundarios en el mundo. Al Centro del
Mundo, situado en los Himalayas los iniciados hindúes lo denominan
Badari-Vana (nombre de la foresta en que se halla situado) y los
tibetanos, como hemos visto, Agharti.
Melquisedec
Es
curioso que algunos Centros secundarios llevan el nombre de la Sede
del Rey del Mundo y otros estrechamente ligados a ésta. Así, con
sorpresa, hemos hallado a un Badari en Egipto y a un Nara (nombre de
inmensa importancia en la tradición esotérica hindú) en el Japón. El
hecho de que Salem, necesariamente, debía ser un Centro secundario de
Badari-Vana fue señalado por Guénon, con intuición genial, en 1927 o sea
tres años después de la aparición del libro de Ossendowski. Guénon
señaló entonces con gran justeza que el sacerdocio perpetuo de
Melquisedec es,
precisamente, la expresión de lo que en el hinduismo se conoce como
Sanatana Dharma, la Ley Eterna. En realidad, traducir Dharma por Ley no
es adecuado y una definición más correcta de este vocablo es la
siguiente: "conjunto de medios correctos y eficaces, necesarios y
trascendentes para alcanzar el bien y evitar el mal".
Precisamente, lo que ni Guénon ni Tourniac
conocieron fue la existencia de un amplísimo tratado sánscrito en cuatro
volúmenes titulado "Sanatana Dharma Dipika" o sea "Luz sobre la Ley
Eterna". En esta obra monumental se exponen para los iniciados las más
completas explicaciones relativas al Rey del Mundo y al sublime grupo de
Maestros Espirituales que lo acompaña, como también en lo que concierne
al misterioso reino de Badari-Vana o Agharti. Con gran esfuerzo hemos
podido procurarnos tres de los cuatro volúmenes en versión inglesa
restringida a círculos muy estrechos. (El cuarto tomo está reservado
solo a Maestros del más alto rango) y nos proponemos dar a continuación
una apretada síntesis de aquello que es dado revelar. Los tiempos han
llegado en que se planteen estas cuestiones a la luz de auténticas
fuentes iniciáticas. Esto servirá, tal vez, para que muchos comprendan
cuán torpes y desautorizadas son las obras al respecto de los autores
teosóficos tales como Besant, Leadbetter, Alice Bailey y Vicente Beltrán
Anglada las que, desde un punto de vista genuinamente esotérico no son
más que supercherías y falsificaciones. No debemos olvidar que René Guénon
calificaba al teosofismo de seudo-iniciación y que, incluso,
sospechaba que este movimiento pudiera encubrir cosas aún peores,
pudiendo ser incluso un medio del que se vale la contra-iniciación para
sus fines. Vale la pena la lectura de su obra "El Teosofismo", a la que
nos remitimos.
Nosotros,
sin embargo, consideramos que estas afirmaciones son demasiado
tremendistas y que, simplemente, la Teosofía no debe ser tomada
demasiado en serio. Como bien afirmaba ese altísimo Iniciado que fué el
Swami Subrahmanyananda, último Parama Gurú de la Jerarquía Blanca,
sostener que la Teosofía es Yoga Brahma Vidya es, simplemente, una
afirmación no verdadera. Aclaremos que la Yoga Brahma Vydhia o Ciencia
Sintética de lo Absoluto es la designación que emplean los Maestros
hindúes para designar al Conocimiento Metafísico e Iniciático.
En suma, la información proveniente de tales
fuentes iniciáticas genuinas es taxativa: el Rey del Mundo, llamémosle
Narayana o Melquisedec
es una realidad augusta. El encarna la Tradición Viviente, la Ley
Eterna. Es el dios de la Tierra y Dios en la Tierra.
LA TRADICIÓN HINDU
NOTABLE GRABADO HINDÚ PROVENIENTE DE
EN BADARI VANA FRENTE AL
Observese al Maestro NARA con el arco Gandhiva que empleó cuando encarnó como ARJUNA y
a SRI HAMSA
YOGUI al pie del árbol banyan exponiendo el
A la izquierda se
hallan los cuatro KUMARAS.
La Enseñanza de los Maestros hindúes es que cada Galaxia, cada sistema solar, cada mundo, astro o planeta en el cosmos está guiado en su evolución por Jerarquías Espirituales de Grandes Seres, muchísimo más elevados que el ser humano corriente. Esta guía o dirección tiene lugar tanto en lo que hace a lo espiritual como a lo material, tanto en los planos sutiles como en la materia densa. Cada Jerarquía se halla a la vez subordinada a otras de mayor rango estableciéndose así un orden total en el cosmos hasta llegar a la Causa Primera, el Parabrahman o sea el Dios Altísimo, el Dios del Universo. Nuestra Tierra no es una excepción al respecto. Existe en ella, aún cuando la mayoría de las personas lo ignoren completamente, una Augusta Asamblea de Maestros, a la que se suele denominar en Occidente la Fraternidad Blanca. El Cristianismo primitivo conocía este hecho y ello se hace referencia en el Credo cuando se menciona a la Comunión de los Santos. Posteriormente la Tradición relativa a la Jerarquía fue ocultada y las explicaciones actuales de las iglesias cristianas al respecto ya no guardan relación alguna con su verdadero origen y significado. No obstante, debe señalarse que la expresión "Comunión de los Santos" es particularmente feliz por cuanto la Tradición enseña que esta Jerarquía está formada por los Grandes Seres y Santos de todos los credos y también por aquellos que no pertenecieron a grupos religiosos. Son todos los seres puros y elevados que nos han precedido en el camino de la evolución, los que integran la Jerarquía Planetaria o, bien, para decirlo con las palabras de "Luz en el Sendero", son los zapadores de la raza humana, sus auténticos pioneros en los mundos espirituales.
NARAYANA en la Tradición Hindú
Los escritos de Helena Blavatsky y Arthur Sinnet localizaban la morada de los Maestros integrantes de esta Hermandad en un lugar que no precisaban entre el Tibet y la India. Estos autores hacían referencia al Jefe de los mencionados Maestros con los nombres de Señor del Mundo, el Iniciador Unico, la "Base Raíz" de la Jerarquía de los Arhats de la Neblina de Fuego, el Siempre-Vivo Banyan humano pero sin mencionar nunca Su Nombre y aún enfatizando, como lo hace Blavatsky en el tomo primero de "La Doctrina Secreta" que este Gran Ser debía permanecer innominado. Muchos recordarán la belleza imperecedera y la elevación espiritual del siguiente párrafo que transcribimos de dicha obra: "El es el Iniciador Unico llamado también el Gran Sacrificado. Pues sentado en el umbral de la Luz de cuya naturaleza participa, El mira en ella desde dentro del círculo de la oscuridad que El no cruzará, abandonando Su puesto, hasta el último día de este ciclo de vida.
Por qué permanece el Solitario Vigilante en el puesto que escogió El mismo?, Por qué se sienta junto a la fuente de la Sabiduría Original de la cual ya no bebe puesto que El ya no tiene nada que aprender que no sepa ni en esta tierra ni en su cielo? Debido a que los solitarios peregrinos de pies adoloridos en su camino de retorno al Hogar nunca están seguros hasta el último momento de no perder la dirección en este desierto ilimitado de ilusión y de materia llamado vida terrestre. Porque El, que es un exilado voluntario, desea indicar el camino a esa región de libertad y luz a cada prisionero que ha logrado librarse de las ligaduras de la carne y de la ilusión. Porque, en suma, El se sacrifica por amor a la humanidad aún cuando sólo unos pocos escogidos puedan obtener provecho de este Gran Sacrificio".
El Santísimo Ser al cual hacía referencia Helena
Blavatsky en el pasaje citado es el Dios de la Tierra, el Anima Mundi a
quién los Iniciados se refieren, como ya se ha mencionado antes, con el
nombre de SRI BHAGAVAN NARAYANA, en su aspecto de Protector del Mundo (Maha-Vishnu).
Narayana significa literalmente como ya se ha dicho antes "El que anda
sobre las aguas". En rigor este nombre hace a las tan elevadas funciones
que El desempeña. En el Cosmos hay millones de Narayanas, cada uno de
los cuales es un "amsa" o fragmento del Parabrahman, del Dios Altísimo y
Unico. La Tradición Iniciática hindú refiere que nuestro Narayana llegó
a este mundo hace más de dieciocho millones de años en calidad de
Avatara (palabra que significa literalmente descenso) del Maha-Vishnu.
En esa joya única de la literatura espiritual que es el Sanatana Dharma Dipika ("Luz sobre la Ley Eterna") dice de Si mismo el Bienaventurado Señor Narayana: "Yo soy un amsa de Brahman, radiante con Su Luz, que ha descendido de Vishnu a Badari-Vana para la salvación del mundo". Badari-Vana es la extensa región secreta en los Himalayas donde tiene su morada la denominada (por los teosofistas) Fraternidad Blanca. Es muy importante para nuestro propósito aquí señalar que a Sri Bhagavan Narayana, siempre de acuerdo a la Tradición, se lo designa también con los Nombres de Sanat-Kumara (o sea EL ETERNO MUCHACHO) cuando El actúa en Su aspecto de Maha-Brahma y de Dakshinamurti en Su aspecto de Maha-Shiva.
Y subrayamos lo de ETERNO
MUCHACHO deliberadamente, citando al texto hindú Suta Samhita Sloka al
respecto: "Se encuentran sentados al pie del árbol banyan los discípulos
y el Gurú. Los primeros evidencian larguísimos años y este último se
muestra como un muchacho. El Gurú, oh portentoso milagro! enseña por
medio del silencio y las dudas de los discípulos se desvanecen".
Naturalmente este párrafo se refiere al Señor Narayana mismo en su
aspecto de Sanat Kumara, eternamente joven, impartiendo Sus enseñanzas a
los Grandes Seres que tienen el raro y excelso privilegio de recibirlas
directamente de El mismo.
La naturaleza de esta exposición destinada al
gran público, nos hace imposible aquí dar mayores detalles respecto de
aspectos de la Tradición Sagrada y Primordial que están reservados para
los Iniciados exclusivamente. Solo cabe por un lado prevenir a los
lectores que se interesen en estos temas respecto de las increíbles
fantasías e invenciones que han publicado al respecto autores como Alice
Bailey, Vicente Beltrán Anglada y muchos otros sin olvidar a Annie
Besant y al "Obispo" Leadbetter... La verdadera Tradición Esotérica hay
que buscarla en otras fuentes ciertamente más serias. Cabe, eso sí,
mencionar un hecho esencial que proviene de las más elevadas y
esclarecidas fuentes: es absolutamente imprescindible señalar que todas
las grandes Encarnaciones Divinas que el mundo venera son Avataras
("Descensos") o Encarnaciones del Dios de la Tierra, del Señor Narayana
mismo. Es a Sri Bhagavan Narayana o sea a
Melquisedec a
quiénes los humanos veneramos (las más de las veces sin saberlo) en
Rama, Krishna, Orfeo, Enoch, Hermes, Kapila, Chaitanya, Gobila, Shankara,
Jesús llamado el Cristo y tantos otros Grandes Seres que dieron al
mundo enseñanzas acordes a lugar, tiempo y circunstancias para conducir
a todos los seres a la verdadera y eterna felicidad.
Cabe agregar aquí otro dato de interés que
normalmente se desconoce. En Badari-Vana existen cinco localidades
secretas y multitud de ashrams donde se agrupan los Maestros de
la Jerarquía. En Badari del Norte o Uttara Badari donde se hallan las
localidades de Brahmala y Sankhala. En Visala Badari, situada hacia el
oeste se halla la localidad de Pamala. En Dakshina Badari, hacia el sur,
se hallan Shamballah y Kalapa. Tales lugares son totalmente inaccesibles
para las personas que no hayan sido autorizadas por los Maestros para
visitar tales lugares sagrados.
CONCLUSIONES
Para llegar a una conclusión clara es menester afirmar algo claramente. Si aceptamos las Revelaciones a nivel histórico es menester ipso facto concluir que estas no son necesariamente cosa del pasado y que pueden de nuevo acontecer ahora o en el futuro (por más que ello pueda intranquilizar a algunos). Dios puede manifestarse a los hombres según convenga a Su Plan ayer, hoy y siempre. Negar esto no es más que ingenuo fanatismo. Tras los Upanishads, la Biblia y el Corán hubo otros autores que nos dejaron textos a los que, legítimamente, puede considerárseles también como Revelados, tanto o más que los ya mencionados.
Quiero llamar la atención sobre dos de estos autores. Una es la monja alemana Anna Catherina Emmerich, famosa por sus visiones. Nacida en Westfalia en 1774, nos ha legado una obra inmensa describiendo tales visiones. Su obra ha sido muy mutilada por la censura eclesiástica. En ella nos habla de Melquisedec y de la Salem que es la Jerusalem Celestial (tal como señala Guénon).
En el tomo I (3era. parte) dice explícitamente: "Melquisedec
aparece ante mi como un joven de veinticinco años. Se me aparece en
distintas épocas pero
El otro autor que merece especialmente ser recordado aquí para concluir es el austríaco Jakob Lorber, un modesto músico de la ciudad de Graz, quién tuvo a partir del 15 de marzo de 1840, grandes experiencias espirituales. Según sus palabras Dios mismo, desde su corazón, le obligó a escribir al dictado. Su misión de escribir de este modo duró veinticuatro años durante los cuales jamás corrigió una sola línea. Su obra impresa alcanza a diez mil páginas. Su inspiración y Revelaciones habían sido predichas, según se afirma, por el famoso Emmanuel Swedenborg en carta al Pastor Oetinger.
Mucho es lo importante en la obra de Lorber pero
destaquemos aquí solamente lo siguiente:
Libro de la Infancia de Jesús, T.I,169,11-16:
"El Rey de Salem fue el Señor mismo pero, a
excepción de Abraham, nadie debía saberlo".
"Jesús dijo a los escribas:... Quién era
Melquisedec, el
único GRAN SACRIFICADO, el Rey de Salem? Qué ha sido de sus Enseñanzas y
Leyes de Sabiduría dadas para todos los hombres?"
Idem, Vol. X, 60, 3-4
"Jesús dijo: En cuanto al Rey de Salem, el estaba
allí desde antes de los tiempos, antes de todas las criaturas y bien
antes que Noé".
Idem, Vol. X, 179-15
"Y apareció en el
cielo una escritura luminosa que decía:
Melquisedec
es el verdadero Rey de Reyes y el Gran Sacrificador de los grandes
sacrificadores,
Estas citas
podrían ser multiplicadas dada la gran cantidad de puntos importantes
que contienen tanto las obras de Anna Catherina Emmerich como las de
Jakob Lorber. Pero no es necesario. Tampoco queremos imponer a persona
alguna nuestros puntos de vista y, mucho menos, polemizar con nadie.
Dejemos
simplemente que los hechos aquí expuestos hablen por sí solos a
la intuición y al corazón de cada uno.
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