Es notable de qué modo muchos mitos tienen su explicación científica. La
abundancia de relatos sobre el diluvio, por ejemplo, tendría una base
real. Robert Ballard, el oceanógrafo que descubrió las coordenadas del
Titanic, se basó en la obra de los geólogos William Ryan y Walter Pitman,
quienes encontraron pruebas de que el Mar Negro sufrió una violenta
subida hace unos 7.500 años. Por entonces, después de la última Edad de
Hielo, la temperatura de la Tierra subía constantemente. Este ascenso
producía un derretimiento que elevaba los niveles de los mares en todo
el mundo. La prueba que encontró Ballard fue el hallazgo de dos especies
de plantas, ya extintas, de agua dulce (originalmente el Mar Negro era
un espejo de agua dulce), que habían vivido entre 7.460 y 15.500 años
atrás. La subida del Mediterráneo entonces habría afectado a todas las
civilizaciones de su cuenca, originando el mito del diluvio en egipcios,
fenicios, sumerios y caldeos, entre otros.
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