La
rigidez relativa del lenguaje, comparada con la realidad mas flexible y
cambiante es otra limitación para la comunicación. Cuando se inventan
palabras para representar algo, suelen permanecer estáticas, en tanto
que la realidad del evento continua cambiando. El lenguaje puede
reflejar la realidad actual en forma inadecuada.
La incapacidad para señalar la cualidad especifica de algo debe
indicarnos el pensar en términos de probabilidad o de grado. Con
frecuencia uno debería ser menos dogmático en las locuciones o
evaluaciones. Ser equitativo con uno mismo y con los demás. Las
limitaciones del idioma y la necesidad de abstraer hacen imposible
contar con una comunicación totalmente precisa.
Otro problema del lenguaje en la comunicación es la repetida confusión
de dos o mas niveles de abstracción. Por ejemplo, el nivel del objeto
puede ser confundido con el nivel de la palabra. El uso de la palabra
“es” describe gran parte de este problema.
Por ejemplo, uno podría decir “John es un estudiante”, y tender a
olvidar que John también puede ser clasificado en muchas otras cosas -
un jugador de tenis, un metodista, un buen bailarín, un fanático de
básquetbol, un coleccionista de música folclórica, etc.. En
consecuencia, cuando se dice que algo o alguien es, están siendo
abstraídas muchas otras cualidades y características.
O pongamos otro ejemplo más claro, cuando decimos a alguien: "Eres un
estúpido", esa persona está interpretando que es estúpida en todos los
niveles de su vida, un "estúpido integral". Y no lo interpreta como "una
estupidez momentánea" de su acción. No hay grados en nuestro idioma que
impliquen este matiz. Solemos juzgar las cosas en términos de blanco o
negro, bueno y malo, sin matices, debido en gran parte al uso imperfecto
e impreciso del idioma.
El lenguaje puede conducir a otra trampa, cuando determina una selección
de palabras que implica que los objetos, personas, o eventos, poseen en
verdad las cualidades particulares que el que habla usa para
catalogarlos. Alguien que es desagradable, una película que es
divertida, o un partido de fútbol que es excitante para una persona
puede ser exactamente lo opuesto para otra. En consecuencia, las
cualidades son producto de las relaciones entre el observador y lo que
es observado; no se describe ninguna cualidad que exista en estado puro
en la realidad. Esto es cierto porque se emplean símbolos imperfectos
para describir a esta ultima. Las formas y palabras del lenguaje que
implican que existen cualidades en personas, objetos y acciones, son con
relación a la persona que hace la observación; las descripciones pueden
diferir considerablemente entre varios observadores."
Fuente:
http://www.conocimientosweb.net/portal/html.php?file=espejos/mirror18.htm