Inicio | Eventos | Códigos Luz | Nueva Tierra | Foro | Indalo | Nueva Conciencia | Canal  | Noticias | Otra Tartessos | Gnóstico | Místico | Bereber | Ligures | Arqueología Psíquica | Links | Boletines | Momentos | T. Oficial

IBERIA CUNA DE LA HUMANIDAD


La senda aborigen. Una re-visión de la prehistoria


Autor: Guillermo Piquero

 

III parte.

En busca de la lengua aborigen. Siguiendo el rastro del euskera

 

“El euskera es una reliquia de las antiguas lenguas de Europa occidental, no sólo prerrománica, sino pre-indoeuropea. Es la única lengua autóctona que ha podido superar las invasiones e influjos culturales de los últimos 3000 años. Los vascos han demostrado una gran capacidad para integrar esos influjos sin perder su personalidad cultural. Constituyen, de hecho, la gran excepción de las leyes de la historia política y cultural de Europa

Marija Gimbutas, “Civilization of the Goddess”.

 

Capitulo I

La antiquísima comunidad Cantábrico-Pirenaica

“Presumiblemente, los europeos sólo pudieron sobrevivir al frio glacial refugiándose en las zonas donde el clima era algo más benigno; de ellas, las dos más notables estaban una en Ucrania y otra en el sudoeste europeo. Como hemos mostrado una parte considerable de los grupos que volvieron a poblar el oeste y norte del continente después de la glaciación (según la datación genética, hace unos 10.000-15000 años) procedían del sudoeste de Europa, pues los vascos y el resto de los europeos se diferencian geneticamente en solo un 25%”

Elisabeth Hamel y Peter Foster. “American scientfic”

 

 

 

 

 

1) LOS ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS, GENÉTICOS Y ARQUEOLÓGICOS “CLAMAN A VOCES”

“No por azar ni por casualidad, el foco desde el cual se produce la proyección del lenguaje humano, coincide puntualmente con la región en que se gesta el arte paleolítico y la arquitectura megalítica. O, lo que es lo mismo, las primeras manifestaciones culturales de la humanidad “

Rivero-meneses

 

La edición española de la revista norteamericana Scientific American (Investigación y ciencia), en su numero de Enero del 2003 publicaba un artículo firmado por Elisabeth

Hamel (especialista en pre-historia y protohistoria) y Peter Foster (Doctor en biología y profesor de la Universidad de Cambridge) bajo el título: “Tres cuartos de nuestros genes proceden de los protovascos” (este estudio es una parte de los dos que componen “La lengua originaria de los europeos prehistóricos”). En dicho artículo afirman: “Tres cuartos de los europeos proceden, por vía matrilineal, de una población europea del periodo preglacial y están estrechamente emparentados con los vascos. Muchas líneas genéticas se expandieron después de la glaciación, desde el sudoeste europeo hacia el norte y el este”.

 

También la revista “Proceedings” del mes de marzo del 2001 afirmaba: “Expertos británicos y norteamericanos han determinado que el cromosoma Y de los primeros Galeses e Irlandeses, es idéntico al de los baskos”.

 

Todas estas conclusiones, que para much@s resultarán sorprendentes y para otr@s much@s estrambóticas, son las mismas a las que llegó hace veinte años Jorge Mª Rivero- Meneses. La diferencia estriba en que él llegó a esas conclusiones a través de un complejo estudio multidisciplinar, en el que la lingüística comparada actuaba como eje vertebrador de otras muchas ciencias, mientras que ahora se ha llegado a ese mismo resultado descifrándolo a través de la biología molecular. Y otra diferencia importante radica en que desde entonces se le condenó al ostracismo y al descrédito científico, mientras que a Hamel y a Foster se les puede leer en “prestigiosas revistas científicas”.

 

A este respecto, y en un artículo del periódico cántabro “Alerta”, del 2 de febrero del 2003, Rivero-Meneses comentaba:

“La revista “Investigación y ciencia”, edición española de “Scientific American”, en su número correspondiente al mes de Enero, ha reproducido el artículo (publicado previamente en Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los países europeos) en el que se da cuenta de los estudios genéticos y filológicos que establecen que Europa tuvo su cuna en el Norte de España, habiéndose proyectado inicialmente por ambas vertientes de los Pirineos. Varias regiones españolas se ven, pues, directamente implicadas en esta revolucionaria tesis que supone la rotunda confirmación de las que, en este mismo sentido, vengo defendiendo desde el año 1984 y que he desarrollado hasta la fecha en ochenta libros y en más de medio millar de artículos periodísticos. Asturias, Cantabria, Euskadi, el norte de Castilla y León y de Navarra, prolongándose por el Oeste hasta Galicia e incluyendo por el este a Aragón y a Cataluña (junto con todas las regiones del Sur de Francia) se convierten así, en la matriz de Europa y de cuantos pueblos pueblan este continente”

 

Si comparamos ambos estudios, vemos que existe una diferencia entre las tesis de Meneses y las de Hamel-Foster, mientras que el primero sitúa la matriz de la repoblación humana Paleolítica de Europa en una cultura común cantábrico-pirenaica, los segundos hablan de “vascones”.

 

Sobre esta diferencia Rivero-Meneses afirma en el diario “Alerta” del 5 de enero del 2003: “Ha querido el azar que la publicación de ese descubrimiento se produzca un

mes después de que yo presentase a la UNESCO, como base de mi propuesta, el libro titulado: “La región Cantábrica-Pirenáica, cuna del lenguaje humano”. En efecto, apoyándome en pruebas arqueológicas y en mis propias investigaciones, vengo defendiendo que la cuna del lenguaje y la civilización se encuentra en el Norte de España y en el Sur del Pirineo, siendo la mayor evidencia de ello el hecho de que la región Cantábrico-Pirenaica se concentren los más antiguos, notables y numerosos yacimientos de pintura rupestre de todo el planeta. Este hecho ha determinado la reciente constitución en el sur de Francia de la asociación “Le berceau du langage” (la cuna del lenguaje), nacida para respaldar y difundir mis investigaciones.

 

Origen y expansión del arte prehistórico. Mapa extraído de “Euskal Zibilizazioa”. Alfontso Martínez Lizarduikoa.

 

He debido sufrir casi veinte años de ostracismo por defender la tesis del origen cantábrico de toda la población del continente europeo, probada ahora a través de los estudios de biología molecular. Este descubrimiento crucial (calco y refrendo del efectuado por mi hace dos décadas) acaba de publicarse en la revista “Pour la Science”, edición francesa de la estadounidense Scientific American. En ese reportaje se difunden los resultados de sendas investigaciones genética y filológica llevadas a cabo por científicos europeos, de las que se desprende la trascendental conclusión de que la mayoría de los pobladores del continente europeo proceden del Norte de España. Más concretamente del País Basko, aunque no debe concederse mayor importancia a este dato, dado el total desconocimiento que los investigadores de todo el mundo tienen respecto a la extensión de la antigua Baskonia=Bizkaya=Kantabria=Asturia que se extendía desde el Hebro hasta el Cantábrico y desde los Picos de Europa hasta el Pirineo.

 

A partir de las conclusiones que se desprenden de mis estudios de filología comparada, complementados con investigaciones paralelas en los campos de la arqueología, la historiografía, la etnología, la antropología y la mitología, ya en el año 1984 llegué a conclusiones idénticas e incluso más precisas que las obtenidas ahora por los investigadores europeos autores del estudio que acaba de ver la luz en Francia y Estados Unidos.

 

Porque, como acabo de decir, estos investigadores desconocen que el foco de irradiación cantábrico desde el que se produjo el poblamiento de Europa en el decurso

del último periodo glaciar, no estaba centrado exclusivamente en el País Basko sino que incluía a Cantabria, Asturias, Nabarra y todas las comarcas septentrionales de Castilla y León, con prolongaciones en ambas vertientes de los Pirineos”

 

Y no se queda hay la cosa. Según un reciente estudio, gran parte de los indígenas “americanos” también podrían descender de esta antigua comunidad Cantábrico-Pirenaica.

 

Leamos lo que R. Martínez de Rituerto escribió en el año 2000 en las páginas del periódico El País:

“Colón partió de España para descubrir América en 1492, pero no fue el primer vecino de la Península Ibérica en pisar aquel continente. Los primeros habitantes de América, culturalmente emparentados con los que pintaron las cuevas de Altamira, llegaron al otro lado del Atlántico hace unos 20.000 años, según el paleoantropólogo Dennis Stanfórd, director del Departamento de Antropología del Museo de Historia Natural de Washington.

 

Stanford presentó ayer (7-4-2000) su tesis de que los americanos tienen tatarabuelos ibéricos, en un congreso celebrado en Filadelfia por la Sociedad Americana de Arqueología.

"Venían de la Península Ibérica, no de Siberia ", dice.

Standford ha dedicado su vida de investigador a buscar a los primeros americanos. La tesis convencional señala que los cazadores de mamuts llegaron hace unos 14.000 a América desde Asia, cruzando sobre los hielos del estrecho de Bering para extenderse, con el paso de los milenios, por todo el continente. El que se tiene como el yacimiento arqueológico más antiguo de Estados Unidos se halla en Clovis (Nuevo México), en el suroeste del país, y siempre se ha trabajado en él pensando que, fue un asentamiento de aquellos viajeros asiáticos. Pero si sus ocupantes procedían de Siberia, en Asia debería quedar algún tipo de vínculo Los restos de Clovis, imposibles de relacionar con Asia, son a ojos de Stanford indistinguibles de los del período Solutrense que, en su momento más brillante, produjo los grabados incisos y el centenar de pinturas de bisontes, caballos, jabalíes y ciervos de Altamira. Lo que ayer defendió, Stanford es que los cazadores de Clovis derivan de Cactus Hill, donde se han hallado útiles y puntas que son otro calco del Solutrense ibérico, y que esos colonos de Cactus Hill, los primeros americanos, procedían de la Península Ibérica, convertida entonces en un refugio de los europeos que sufrieron la última glaciación.

 

"Sólo existe una cultura que era capaz de fabricar esas piezas bien pulidas con una tecnología similar: la Solutreuse", señala Standford. Esta cultura fue intensamente explotada por Cromagnones que habitaron la Península Ibérica hace 18.000 años. En las últimas décadas, los científicos han descubierto en numerosos yacimientos de la Península Ibérica, muestras de esta cultura. Puntas de lanza similares a las norteamericanas de la cultura Clovis, han sido encontradas en cuevas de Cantabria, Andalucía y una amplia zona del litoral mediterráneo.

 

Al margen de las similitudes tecnológicas, Dennis Stanford sostiene que los recientes hallazgos de fósiles humanos en Alaska y en el estado de Washington sugieren que los colonizadores del continente americano proceden de las poblaciones del suroeste de Europa que, paralelamente, también emigraron hacia las áreas más septentrionales de Asia.

 

El paleoantropólogo de la “Smithsonian Institution” está convencido de que los cazadores y pescadores ibéricos emigraron hacia el norte y el oeste siguiendo el borde de los hielos y que cuando no avanzaban a pie, lo hacían en barca.

 

El científico del Instituto Smithsonian apunta que las poblaciones ibéricas con tecnología solutrense podrían haber tenido los mismos conocimientos de navegación que los

actuales nativos del Círculo Polar. De esta forma, apunta que fueron capaces de navegar hasta América, en embarcaciones fabricadas con pieles de animales, aprovechando una meteorología favorable y las fuertes corrientes. "Estos antecesores de los españoles podrían haber cruzado el Atlántico en sólo tres semanas".

El quechua, hablado hoy en Perú y Bolivia, tiene más de un centenar de usos gramaticales que aparecen en el euskera. Por ejemplo: el infinitivo de ambas lenguas se forma con el sonido TU.

 

 

 

 

Algunos datos:

- Los restos arqueológicos que muestran una población estable de individuos a lo largo de decenas de miles de años son un claro indicativo de la antigüedad de dichos pueblos montañeses.

 

-La denominada Cornisa Cantábrica posee una de las mayores concentraciones de cuevas (sólo Cantabria tiene censadas 9.000) de Europa (dato muy importante, pues la

cuevas constituían un gran refugio durante la glaciación).

 

-El yacimiento arqueológico más importante del mundo se halla en Atapuerca (Burgos): restos de homínidos de hace casi un millón de años.

 

-En esta zona norte también se encuentran algunas de las obras más representativas del arte prehistórico mundial (Altamira es considerada la más importante muestra de arte prehistórico universal). Además, si se fuera preciso históricamente, el periodo conocido como “Magdaleniense” debería pasarse a denominar “Altameriense” (denominación desechada por los más de veinte años de injusto descrédito que sufrió Marcelino Sanz de Sautuola al afirmar en el Congreso de Prehistoria de Lisboa de 1880 que las pinturas pertenecían al periodo glaciar).

 

Sobre las cuevas de Altamira, Manuel Pereda de la Reguera nos comenta:

“Las pinturas de Altamira nos ofrecen la cima del arte prehistórico. El hecho de que en la zona cantábrica se alcanzara la meta cumbrera en la evolución del arte prehistórico, es también de trascendental importancia. Que son las obras cimeras de este arte nos lo confirman Breuil y Obermaier diciendo que “casi todos los problemas que se plantean en un arte que ha alcanzado su punto culminante han sido resueltos en la pintura de Altamira”.

 

Pero aún más ampliamente claro, es el profesor Pericot (“Sobre el arte rupestre Cantábrico”) que dice “Por rara fortuna, la primera revelación del arte prehistórico cuaternario ha sido y continua siendo la más portentosa, ni en belleza ni en antigüedad nada ha podido desbancar al arte Cantábrico. Con Altamira la pintura alcanzó una cima que no puede ser ya superada, sino sólo ampliada con temas y maneras distintas. Ella representa siempre la madurez genial de un arte primitivo, pero ya perfecto y constituye la prueba más decisiva de que quienes la pintaron poseían una mentalidad semejante a la nuestra, una inteligencia extraordinaria; en una palabra, la chispa divina que hace al hombre un ser que escapa a las ataduras de la materia”.

 

Como estamos viendo “hay cosas que caen por su propio peso”. Una vez más cedemos la palabra a Rivero-Meneses:

“¿No es de la más aplastante coherencia que la cuna del lenguaje coincida exactamente con la región en la que se gesta la pintura, la escultura, la arquitectura y, por consiguiente, la cultura y la civilización humanas? ¿No es abrumadoramente evidente que si la pintura, la escultura y la arquitectura comparten una misma cuna, sea ésta a su vez la que viera nacer las restantes manifestaciones culturales humanas, imposibles de documentar hoy por el hecho de que no fueran plasmadas sobre materiales imperecederos como la piedra?

¿No cae por su propio peso que fueron aquellos mismos pueblos del Norte de España y del Sur de Francia que acuñaron sobre piedra las primeras manifestaciones culturales que nos son conocidas, quienes crearon la Música, la Tragedia o la Poesía? ¿O es acaso concebible que quienes pintaron Altamira o Lascaux no poseyeran el nivel intelectual y artístico necesario como para componer melodías o poemas que, sin la menor duda, estarían a la altura de las magistrales composiciones pictóricas que nos han legado?

Y si el más elemental sentido común nos enseña que los hombres del Paleolítico Superior poseían ya un lenguaje cuyo nivel de desarrollo era, como mínimo, similar al de sus creaciones artísticas, ¿no resulta meridianamente obvio que la matriz del habla humana tiene que hallarse -necesariamente- en la misma región en la que -por espacio de decenas de miles de años- se desarrollara la más antigua civilización conocida, al tiempo que -con abismal diferencia respecto a las demás- la más longeva?

Por otra parte y no existiendo indicios en ningún otro lugar del mundo, de una cultura que hubiera podido servir de modelo a la gestada por los cromagnones cantábricos y

galos, ¿no tenemos elementos de juicio más que suficientes para deducir el carácter autóctono de estos pueblos y, por consiguiente, de la lengua por ellos creada?

 

Y si es manifiestamente obvio que la primera cultura de la Tierra -o, lo que es lo mismo, la primera Civilización digna de tal nombre- se fragua a orillas del litoral Cantábrico ibérico y en la región gala que se extiende entre el río Dordoña y el macizo de los Pirineos, ¿quién podrá rebatir con argumentos científicos de una mínima entidad que el lenguaje humano nació exactamente en el mismo punto en donde se forjan el Arte y la Cultura humanas?

 

¿No es una verdad indiscutible que la evolución intelectual del ser humano ha seguido un proceso paralelo al de la evolución del lenguaje con el que construía y expresaba

sus ideas? ¿Y no es igualmente incontrovertible que el artista que pintó los bisontes de Altamira, tenía que poseer -inexcusablemente- un alto grado de desarrollo intelectual? De donde se deduce que si, efectivamente, poseía ese elevado coeficiente intelectual, tenía que poseer, a la fuerza, un lenguaje altamente evolucionado. Porque resulta risible y al propio tiempo patética, las ideas que las nefastas películas sobre la Prehistoria han inducido a la sociedad, respecto al salvajismo y brutalidad de los hombres y mujeres  que vivieron en las cuevas del Norte de España y del Sur de Francia, poniendo los cimientos de la civilización de la que, todavía hoy, somos hijos y beneficiarios.

 

Las investigaciones sobre los orígenes del lenguaje, que vengo desarrollando desde el año 1984, han corroborado abrumadoramente todos estos extremos que acabo de dejar expuestos, pudiendo demostrarse, inapelablemente, que la Lengua Baska que todavía se habla en el Norte de España y en el Sur de Francia es, con enorme diferencia, la que más fiel se ha mantenido al lenguaje de las gentes que protagonizaron el alumbramiento de la cultura en ese mismo ámbito geográfico. Y esto es perfectamente constatable hoy, tanto merced al estudio de dicha lengua como ahondando en el estudio de los nombres geográficos del área cántabricogala o galocántabrica”

 

Por su parte el santanderino M .Pereda de la Reguera afirma “Son importantes las investigaciones que han aludido a las raíces paleolíticas del vascuence, como el profesor Fc. Hawkes, en su “Prehistoric Foundations of Europe”, que recoge Tovar, a la par que cita el planteamiento hecho por algunos antropólogos como R. Lafón, de la posibilidad de relación del vascuence con el período azilense, y expresando que se comprende que no faltan quienes pretenden señalar en el magdeleniense los orígenes más remotos del vascuence, como Fouche y Boseh, quién dice que “la cultura pirenaica debió formarse sobre un “substratum” muy primitivo que se halla en la misma base de la lengua eusquera y que representan acaso nombres de lugar a lo largo de todo el macizo cántabro-pirenaico”. “Cantabria raíz de España”.

 

Del libro “Euskal Zibilizazioa”, de Alfontso Martinez Lizarduikua, extraemos está comparación de mapas. El primero nos muestra las cuevas con arte prehistórico en la zona

que nos ocupa y el segundo la zona con toponimia claramente euskérika. Vemos como la zona de ambos mapas coinciden en una grandísima parte.

 

Incluimos a continuación un artículo de Victoria Cabrera y Federico Bernaldo de Quirós, directores de las excavaciones de la Cueva del Castillo, en Puente Viesgo (Cantabria).

 

Fue publicado en un especial de National Geographic titulado “La evolución del hombre (sic)”.

 

HACIA UNA MENTE SIMBÓLICA

Las excavaciones realizadas (en la Cueva del castillo) a principios del siglo XX por Hugo Obermaier y Henri Breuil, bajo los auspicios del Instituto de Paleontología Humana

de París, ofrecieron una amplia y completa secuencia estratigráfica de todo el paleolítico medio y superior, la mayor de Europa.

 

Las excavaciones realizadas desde 1980 se han centrado especialmente en una etapa crítica para la humanidad, la que abarca los últimos neanderthales y la llegada de los humanos modernos. A lo largo de los últimos veinte años se han investigado los vestigios de hace entre 50.000 y 36.000 años. En esta franja cronológica se observan las primeras muestras de mentalidad simbólica. En un nivel de ocupación neanderthal de unos 50.000 años de antigüedad, apareció un canto de cuarcita tallado, en cuyo córtex se aprecian cinco cavidades rítmicas, realizadas intencionadamente y sin utilidad práctica alguna.

 

Unos 10.000 años más tarde, otro grupo humano abandonó el extremo de un hueso largo utilizado como cincel, que presenta en el borde izquierdo una serie de trazos

cortos, realizados con buril y repetidos rítmicamente. Por último, el nivel auriñaciense de hace 38.500 años, está proporcionando al equipo de excavación auténticas joyas de arte mueble de una antigüedad insospechable.

 

Estos avances humanos, tímidos pero seguros, coinciden también con el inicio de la expresión simbólica. Así lo atestigua el hallazgo que tuvo lugar en 2001, en las capas

de 45.000 a 50.000 años de antigüedad, de un artefacto de cuarcita en el que se habrían practicado cinco pequeños impactos cincelados, o cúpulas, cuatro alineados y

uno opuesto, claramente intencionales y con una estructura rítmica. Curiosamente en el nivel 20c, de hace unos 45.000 años, se halló un premolar de neanderthal adulto

entre restos de cenizas y carbón, residuos de hogares de más de un metro de diámetro.

 

En el nivel 18c, correspondiente al auriñaciense (...) han aparecido motivos simbólicos sobre un pequeño fragmento de cincel y sobre un hueso. Varias dataciones de las

muestras recogidas en las distintas campañas, a profundidades diferentes y en puntos diversos, ofrecieron un promedio de 40.000 años de antigüedad, la fecha más antigua para el comienzo del paleolítico superior en Europa occidental. Las primeras dataciones, publicadas en 1989, inauguraron un apasionado debate científico que todavía sigue abierto en nuestros días, ya que hasta esa fecha la comunidad científica situaba el inicio del paleolítico superior en Europa hace sólo entre 35.000 y 30.000 años.

 

En el nivel correspondiente a los 38.500 años salieron a la luz tres dientes de dos individuos infantiles de diferente edad, de atribución incierta y dos piezas de arte mueble

con grabados muy definidos. Una de ellas constituye un descubrimiento excepcional por su rareza: se trata de un hueso de ciervo con el cuarto delantero de un cuadrúpedo grabado y tal vez pintado. Por la datación media del nivel, se trata de la primera muestra de arte naturalista de Europa occidental. La otra pieza, que parece tener una simbología femenina, es un segmento de arenisca recortado en forma triangular y en el que aparecen grabadas una serie de lineas profundas que parecen representar el sexo femenino. Este tipo de representaciones se encuentran en antiguos paneles de arte rupestre”.

 

Para Rivero-Meneses esa “serie de lineas profundas” representan dos antiquísimas letras, las más antiguas halladas hasta ahora. Así en la revista “Los Cántabros” (verano

2004) comenta:

“ […] Aunque un segmento del trazo izquierdo de la A del amuleto de El Castillo aparece parcialmente borrado, el hecho de que la incisión llegue hasta el borde mismo del

triángulo, prueba que la letra fue grabada completa. De todos modos y si no hubiera sido así, seguiríamos estando ante la representación de una A. Porque en la escritura

ibérica y por mor de la perdida de ese mismo trazo izquierdo, nos encontramos con letras A que se asemejan a un 4 ligeramente inclinado. De hecho, el numero 4 es una A mayúscula privada del tramo final de su trazo izquierdo.

 

En otro orden de cosas, el hecho de que la línea horizontal que divide la A en dos mitades, rebase el trazo derecho, no solo es común en el diseño del numero 4 sino que

encontramos A con esas mismas características en la escritura ibérica. Las personas interesadas en efectuar esta verificación, podrán comprobarlo en las inscripciones de

Bemsafrim y de la Piedra de la freguezia de Ourique.

 

La A del amuleto triangular de El Castillo, en suma, es una A perfectamente homologada y plenamente integrada en el contexto cultural ibérico. Tanto, que podría pasar por una letra de la escritura ibérica..., si no fuera porque es algo así como ¡35.000 años! más vieja que sus modernísimas descendientes. ¡Qué antigüedad no tendrá el lenguaje humano, por consiguiente, cuando vemos que hace ya 40.000 años existían letras perfectamente configuradas y que han permanecido invariables hasta nuestros días!

 

Sin duda no existían todas las letras que hoy conocemos cuando la A de El Castillo fue grabada, pero no abrigo ni la menor duda de que el alfabeto que conocían los habitantes de Kantabria hace 40 0 50 mil años, tenía ya decenas de miles de años de antigüedad.

 

No es, pues, la primera palabra de la Historia la que he descubierto. Es una más de las muchas que sin duda ya habían sido escritas con anterioridad a ella. Futuros hallazgos lo irán confirmando.

 

En el único esquema filológico que acompaña a estas paginas, fruto de mis investigaciones para reconstruir la forma como se produjo el nacimiento del lenguaje, destaco

los fonemas A y B como primogénitos del lenguaje humano. Y, junto a ellos y habiendo seguido una evolución distinta a la de vocales y consonantes, señalo a la conjunción de las vocales I + A como la raíz de varias consonantes que de ellas se han originado.

 

En seguida conoceremos la trascendencia de este hecho, aunque antes de seguir adelante, considero obligado decir que el esquema en cuestión -que he mantenido en secreto por espacio de veinte años-constituye el cimiento mismo de la ciencia filológica.

 

Sin ese esquema, sin conocer la forma como han evolucionado los sonidos o fonemas y, por ende, las letras que los representan, no hay Filología posible. [...]

Esquema manipulado “chapuceramente” por “la cresta de la simiente”

 

La Filología, como tal ciencia, ha nacido con el que he denominado “Esquema de la derivación de las consonantes. [...] Una ciencia que nos permite reconstruir la forma

como ha nacido el lenguaje humano y que, además, nos ayuda a saber qué idiomas son más antiguos que otros y, por ende, qué pueblos se han derivado de otros. De dónde resulta que merced al esquema aquí reproducido, la Filología puede recorrer, respecto a las palabras, un camino de investigación similar al que la Genética recorre

merced al estudio del ADN. Con la particularidad de que las conclusiones de la primera resultan ser tanto o más incontrovertibles que las que aporta la segunda. Por eso y

gracias a que he logrado construir ese esquema, sé con absoluta certeza que la lengua latina es la más moderna de las lenguas romances. [...]

 

Pues bien, la palabra que vemos reproducida en el triángulo de “El Castillo” es IA, pronunciada de este modo o con cualquiera de sus equivalentes: YA..., LLA..., JA... o GA.

 

Porque debemos partir del principio axiomático de que la proliferación de sonidos y, por consiguiente, de letras, del lenguaje que hoy conocemos, es extraordinariamente

moderna. Si retrocediésemos en el tiempo, iríamos viendo como fonemas y letras se reducen, hasta quedar reducidas a la mínima expresión ya señalada: ba/ya/baya...

 

Es, pues, absolutamente indiferente que pronunciemos ya/ia/lla/ja. Es indiferente, porque los matices de articulación que existen entre unos y otros sonidos son mínimos, casi imperceptibles. Y, además, relativamente modernos. Quiero decir con ello, que las palabras que hoy empiezan con esas raíces ya/lla/ja son derivaciones de otras voces más antiguas en las que no existía esta multiplicidad. De dónde resulta que todas esas palabras, nacidas de la misma, comparten significados análogos como denominaciones que son del la vulva y vagina de la mujer. Y..., ¡Cómo olvidar, a este respecto, las prodigiosas representaciones de éstas que encontramos en algunas cuevas cantábricas! [...]

 

El autor de este amuleto labró un triángulo como símbolo de la bulba femenina y, no satisfecho con ello, grabó en él la palabra con la que se designaba a ésta. Con la que se designaba...y, de hecho, sigue designándose. Porque son legión en todas las lenguas las palabras derivadas de ya-/lla-/ia-/ja-/ga-/ referidas al sexo femenino y/o a la propia actividad sexual. De dónde se deduce que para corroborar cuanto estoy afirmando, no tenemos necesidad de remitirnos a lenguas antiquísimas o a idiomas hablados hoy en regiones remotas. Nos basta con dirigir la mirada hacia nuestro propio entorno idiomático, para descubrir términos como eyacular... ¿Qué es eyacular?

 

Pues, lisa y llanamente, depositar el semen en la vagina femenina. Bagina o vagina a la que, sin la más mínima duda, se conoció otrora como yaga=yaka= yako=yaja= yaya. Y de ahí que sea yaya el nombre catalán de las abuelas, como homenaje a la mujer en cuya matriz tiene su raíz una estirpe familiar... De ahí el nombre castellano de las llagas, como aberturas en la piel que recuerdan enormemente a la abertura de la bulba... [...] y de ahí el verbo yacer, que no significa acostarse para dormir, sino acostarse para eyacular. [...] El propio término hacer que aún sigue vigente en la locución hacer el amor, es un derivado de yacer. Porque la consonante h suple siempre a una consonante perdida. Y es que la acción por antonomasia es la fornicación, concepto este al que todavía seguimos designando como el acto sexual... ¡Ay el antiquísimo nombre de ojal femenino...!

 

Algo tiene que ver cuanto acabo de desvelar con el nombre del mítico Patrón de España, pero no es este el momento de entrar en ese asunto. Como tampoco podemos extendernos ahora en recorrer todos los términos vascos surgidos de la radical ya-=ja- y cuyo significado tiene un carácter sagrado. Empezando por Jainkoa (Dios-a). O jayera (devoción). O jaurestu (adorar). Adorar... ¿a quién? A la divinidad, por supuesto, pero antes que a ella y por encima de ella, al órgano genital femenino. Aquel al que recuerdan las palabras baskas: jaio (nacer), jario (flujo), jarian (manar), jator (fértil), jatorri (genealogía, origen, linaje...)”

Jorge Maria Rivero Meneses. Revista “Los Cántabros”

(A todo esto nosotros añadimos que en el euskera de las estelas neolíticas Jaune es “señora”, posteriormente se invertiría este significado)

 

Kaló (gitanos):

Janrelle (organo genital),

jalar (amar, querer, hacer el amor),

jallipí (deseo, apetito sexual),

jalenar (enamorar),

jalí (amor, atracción, deseo),

jabe (agujero),

jabillar (penetrar).

 

Quechua (Perú y Bolivia):

Yaka (vagina),

yaikuy (penetrar),

yaikuna (puerta),

yaku (jugos y fluidos),

yajuy (copular),

jasaiak (mujer embarazada),

jaspa(vello rizado)

 

ANTERIOR ٭ ÍNDICE ٭ SIGUE

 

Hit Counter

Inicio | Iberia Cuna Humanidad | Foro |