DESCUBIERTA ESTATUA DE POSEIDÓN EN SANTANDER

 

RIVERO MENESES      PRINCIPAL

      Jorge Mª Ribero-Meneses

Fuente: http://www.iberiacunadelahumanidad.net/estatuaPoseidon.htm

26-11-2006

El Diccionario Geográfico-Histórico de Pascual Madoz documenta la existencia de una escultura del Dios del Mar, Neptuno-Poseidón, en el punto en el que afloran las aguas termales de Campo Giro y allí donde se abre una impresionante poza de perímetro rigurosamente circular y en torno a 70 metros de diámetro. Retirada de su primitivo emplazamiento por el Ejército cuando éste se hizo con la propiedad del antiguo Recinto Sagrado hace alrededor de un siglo, la estatua en cuestión, de dimensiones considerables, parece haber sido salvajemente troceada, habiéndose descubierto enterradas, hace algún tiempo, la cabeza y el torso de la misma. Aquélla había sufrido la consiguiente decapitación.

Las investigaciones históricas realizadas por el prehistoriador, filólogo y antropólogo Jorge Mª Ribero-Meneses que promueve la presente denuncia, han producido como resultado la conclusión de que la heredad santanderina de Campo Giro, rodeada antaño casi íntegramente por el mar y recogida en el interior de la Bahía de Santander, fue idealizada por el hombre de la Prehistoria como el punto en el que manaban las primeras aguas de la Tierra, origen de la vida y caudal del que se habían nutrido todos los mares y ríos. Todo ello merced a la supuesta intervención del Dios del Mar, Neptuno-Poseidón-Tamaris, que había perforado con su Tridente la que llegaría a ser reverenciada como la Fuente de la Vida. Pueril interpretación para el hecho sorprendente de que un manantial termal formado por tres caudales distintos naciese en una península rodeada por las frías aguas del mar y a la vera misma de una fuente de aguas gélidas. Esos tres caudales de agua caliente son los que Plinio y Pausanias documentan con los nombres de Fuentes TAMÁRICAS y Tri-Jarenas.

El conocimiento de la existencia de la estatua de Neptuno-Poseidón-Tamaris fue posterior a todos los descubrimientos antedichos y venía a refrendarlos rotundamente, al ser del todo coherente que la figura del Dios del Mar apareciese reproducida en el punto de alumbramiento del manantial en el que se ubicaba la Fuente que, supuestamente, alimentaba los caudales del Mar.

Estado actual de la escultura de Neptuno

Todos los intentos realizados para que el Ministerio de Defensa autorizase al autor de estos estudios para recorrer detenidamente la Quinta de Campo Giro, resultaron baldíos. No sólo se impidió su acceso a la finca, sino que no se le informó de que una parte de la escultura del Dios del Mar permanecía a la intemperie en un punto de las instalaciones que el Ejército ocupa en dicho predio. Los responsables de Defensa, como hubiera sido su deber inexcusable, no facilitaron tampoco información alguna a los medios de comunicación sobre la existencia de esa valiosísima escultura, interesados en la venta y privatización de la finca y conscientes de que la presencia de esa escultura de Neptuno en Campo Giro constituía una prueba arqueológica de primera magnitud, que podía malograr el aberrante proyecto de construcción de viviendas promovido por el Partido Socialista en Cantabria, contando con todas las bendiciones del Gobierno de España.

La posición oficial que, para hacer posible su proyecto inmobiliario, niega la existencia de un yacimiento histórico en Campo Giro, se ve escandalosamente desautorizada por el hallazgo en esa heredad de una escultura de incalculable trascendencia histórica y cuya antigüedad se pone de manifiesto en el hecho de que esculturas y dibujos de divinidades celtas, griegas, tracias, latinas e incluso egipcias que han llegado hasta nosotros, sigan fielmente el modelo del Neptuno-Poseidón de Campo Giro. La mayor antigüedad de éste se hace patente en el hecho de todas las recreaciones del Dios de Occidente que se han pergeñado en los últimos tres milenios, a pesar de mostrarse claramente influenciadas por el modelo descubierto en Santander, no alcanzan a parangonarse con él ni en su calidad artística, ni en su escalofriante expresividad, ni en la estremecedora hondura de su mirada, ni -en fin y sobre todo- en su SIMBOLOGÍA. En cuanto a la influencia clásica que sólo desde la más monumental ignorancia podría atribuirse a esta escultura, se ve rotundamente descartada por las impresionantes facciones nórdicas del Poseidón santanderino, fieles a las que fueran comunes entre los antiguos habitantes de Cantabria, exterminados en su mayor parte por Roma. (La antigua Kantabria se vio repoblada por gentes llegadas en su mayor parte de la Meseta, lo que explica el nulo arraigo y la ausencia de una profunda querencia hacia su tierra evidenciada por los actuales habitantes de dicha región y que tanto contrasta con las de sus vecinos Asturianos y Baskos. Los habitantes de Santander permanecen totalmente indiferentes a la destrucción sistemática de la que su ciudad viene siendo objeto, sin que pueda reconocerse en ellos otra pasión y otra seña de identidad que su equipo de fútbol, financiado, por cierto, por el Gobierno de Cantabria, en una Comunidad en la que no hay dinero para realizar excavaciones arqueológicas...).

Primer plano de Neptuno

El Poseidón de Campo Giro -Poseidón era el dios de la Atlántida- ciñe su cabeza con una corona vegetal que se bifurca a la altura de la frente, formando un triángulo sobre ella, similar al que desde tiempos inmemoriales ha representado a la divinidad solar. Pues bien, la existencia de ese sorprendente triángulo tan magistralmente diseñado sobre la frente de Neptuno-Poseidón, basta por sí mismo para acreditar la extraordinaria antigüedad de esta escultura, así como la de aquellas, aún más remotas, a las que ésta remeda sin duda. Porque no se ha conservado escultura antigua alguna en la que pueda reconocerse un triángulo similar, siendo obvia sin embargo su influencia sobre las tallas de héroes y divinidades antiguas cuyas frentes se rematan con gorros frontalmente triangulares...

Tradicionalmente se ha representado al Sol, a Dios, como un triángulo. Con toda coherencia, es precisamente un triángulo el que dibuja la letra D mayúscula en el alfabeto griego. Por la elementalísima razón de que DIOS, escrito con un triángulo como inicial, es el nombre helénico de Zeus = Iobe = Júpiter, a la sazón, nombres indistintos de la Deidad Solar cuya versión marina, en la Mitología clásica, que no en la hibérica, fuera Neptuno-Poseidón. En la mitología hibérica, más antigua, Zelus, Iobe, Hércules, Gerión, Mercurio, Neptuno o Poseidón son nombres indistintos de una misma divinidad. La misma que presidiera la Quinta de Campo Giro y cuya frente aparecía señalada con un triángulo. Léase, con una D mayúscula que acreditaba que ésa era la imagen de DIOS. Nada similar existe en la escultura clásica, probándose con ello la mayor antigüedad del Neptuno conservado en Campo Giro.

La corona vegetal que simboliza la Realeza del Dios Tamaris que presidía el punto de nacimiento de las Fuentes Tamáricas, da fe además de que se atribuía a ese dios la generación de la vida y la fundación del primer poblamiento humano. Lo que conviene a la perfección con las conclusiones de la investigación realizada, en relación con la primogenitura histórica que las gentes de la Antigüedad atribuían a ese manantial santanderino y al Recinto Sagrado surgido en torno a él.

Como quiera que el significado de la corona vegetal que ciñe las sienes del Neptuno-Poseidón de Santander (y que está documentado por un antiguo poeta español, Jerónimo Arbolanche, completamente olvidado), se ha desconocido por completo desde hace siglos, queda refrendada con ello la antigüedad de esta escultura, así como por el hecho de que esculturas o pinturas cuya antigüedad alcanza o incluso supera los tres milenios, hagan lecturas más o menos burdas de esa impresionante corona, llegando incluso a presentarse como meras cintas dispuestas sobre la frente del Dios del País del Ocaso. La imagen tópica de Cristo rematada con una corona de espinas, es una lectura más, siniestramente adulterada, de la figura ancestral del Dios de Occidente. La huella y la influencia del Neptuno de Campo Giro se hace escandalosamente patente en toda la riquísima iconografía castellana relacionada con la figura de Cristo: Ecce Homos, Cristos yacentes, Cristos atados a la columna, Crucificados...

El más antiguo mapa conocido, plasmado en un papiro y descubierto en una momia egipcia, incluye una representación del Dios de Occidente claramente inspirada en el Neptuno de Campo Giro. Con toda coherencia, por cuanto en ese mapa egipcio, conocido hoy como Papiro Artemidoro, aparece representada, exclusivamente, la PENÍNSULA IBÉRICA. Los antiguos Egipcios estaban firmemente persuadidos de que al producirse su muerte, su alma volaba -metamorfoseada en ánade- hacia algún lugar del Occidente de IBERIA del que eran originarios. En lo que resulta ser, pues, el primer mapa turístico conocido, esa momia egipcia afrontaba el viaje hacia el País del Ocaso, bien pertrechada del mapa correspondiente para no extraviarse en su periplo.

Si los antiguos Egipcios se referían a su divinidad suprema, Ossyris, como El Señor de OCCIDENTE y si los antiguos Griegos estaban firmemente persuadidos de que todos sus Dioses procedían del Extremo OCCIDENTAL del mundo conocido, identificado SIEMPRE con el Norte de España, ¿no resulta de una lógica aplastante que sea en aquel Último Confín ibérico en donde aparezca la versión más antigua, fiel y rigurosa del Dios de OCCIDENTE?

¿Cuántos tesoros de toda índole no esconderá el subsuelo de Campo Giro, cuando antes ya de efectuar excavación alguna, este yacimiento ha proporcionado una obra artística de la trascendencia de la descrita?

¿No existen razones más que sobradas para afrontar una excavación arqueológica en profundidad en la Quinta de Campo Giro, supeditando cualquier actuación o proyecto a los hallazgos que en ella puedan producirse?

La aparición en escena de la escultura de Júpiter-Poseidón, merced a las fotografías aportadas el día 22 de Noviembre del presente año 2006 por un ciudadano que desea permanecer en el anonimato, convierte en real y no en hipotético el DELITO DE PREVARICACIÓN en que el Presidente del Gobierno de España, su Ministro de Defensa, el Presidente, Vicepresidenta y Consejero de Cultura del Gobierno de Cantabria y el Alcalde de Santander han incurrido ya, al ocultar esta prueba monumental en el contencioso que se ha planteado respecto a la IMPOSIBILIDAD LEGAL de poner un solo ladrillo en la finca en litigio, sin que antes se lleve a cabo una EXCAVACIÓN EXHAUSTIVA, supervisada por el descubridor del yacimiento. Porque ocultar pruebas fundamentales en una causa, es sinónimo de fraude.

 

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