El Diccionario
Geográfico-Histórico de Pascual Madoz
documenta la existencia de una escultura del
Dios del Mar, Neptuno-Poseidón,
en el punto en el que afloran las aguas termales
de Campo Giro y allí donde se abre una
impresionante poza de perímetro rigurosamente
circular y en torno a 70 metros de
diámetro. Retirada de su primitivo emplazamiento por
el Ejército cuando éste se hizo con la
propiedad del antiguo Recinto Sagrado hace
alrededor de un siglo, la estatua en cuestión, de
dimensiones considerables, parece haber sido
salvajemente troceada, habiéndose
descubierto enterradas,
hace algún tiempo, la cabeza y el torso de la misma.
Aquélla había sufrido la consiguiente decapitación.
Las investigaciones históricas
realizadas por el prehistoriador, filólogo y
antropólogo Jorge Mª Ribero-Meneses que
promueve la presente denuncia, han producido como
resultado la conclusión de que la heredad
santanderina de Campo Giro, rodeada
antaño casi íntegramente por el mar y
recogida en el interior de la Bahía de Santander,
fue idealizada por el hombre de la Prehistoria como
el punto en el que manaban las primeras aguas
de la Tierra, origen de la vida y caudal del
que se habían nutrido todos los mares y ríos. Todo
ello merced a la supuesta intervención del Dios
del Mar, Neptuno-Poseidón-Tamaris,
que había perforado con su Tridente la
que llegaría a ser reverenciada como la Fuente
de la Vida.
Pueril interpretación para el hecho sorprendente de
que un manantial termal formado por
tres caudales distintos naciese en una
península rodeada por las frías aguas del mar y a la
vera misma de una fuente de aguas gélidas.
Esos tres caudales de agua caliente
son los que Plinio y Pausanias
documentan con los nombres de Fuentes
TAMÁRICAS y Tri-Jarenas.
El conocimiento de la existencia de
la estatua de Neptuno-Poseidón-Tamaris
fue posterior a todos los descubrimientos
antedichos y venía a refrendarlos rotundamente, al
ser del todo coherente que la figura del Dios
del Mar apareciese reproducida en el punto
de alumbramiento del manantial en el que se
ubicaba la Fuente que, supuestamente,
alimentaba los caudales del Mar.
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Estado actual de la escultura
de Neptuno |
Todos los intentos realizados para
que el Ministerio de Defensa autorizase al
autor de estos estudios para recorrer detenidamente
la Quinta de Campo Giro, resultaron baldíos.
No sólo se impidió su acceso a la finca, sino que no
se le informó de que una parte de la escultura del
Dios del Mar permanecía a la
intemperie en un punto de las instalaciones que el
Ejército ocupa en dicho predio. Los
responsables de Defensa, como hubiera sido su
deber inexcusable, no facilitaron tampoco
información alguna a los medios de comunicación
sobre la existencia de esa valiosísima escultura,
interesados en la venta y privatización de la finca
y conscientes de que la presencia de esa escultura
de Neptuno en Campo Giro
constituía una prueba arqueológica de primera
magnitud, que podía malograr el aberrante
proyecto de construcción de viviendas promovido por
el Partido Socialista en Cantabria,
contando con todas las bendiciones del
Gobierno de España.
La posición oficial que, para hacer
posible su proyecto inmobiliario, niega la
existencia de un yacimiento histórico en
Campo Giro, se ve escandalosamente
desautorizada por el hallazgo en esa heredad de una
escultura de incalculable trascendencia histórica y
cuya antigüedad se pone de manifiesto en el
hecho de que esculturas y dibujos de divinidades
celtas, griegas, tracias, latinas e incluso
egipcias que han llegado hasta nosotros, sigan
fielmente el modelo del Neptuno-Poseidón
de Campo Giro. La mayor antigüedad de
éste se hace patente en el hecho de todas las
recreaciones del Dios de Occidente que se han
pergeñado en los últimos tres milenios, a pesar de
mostrarse claramente influenciadas por el modelo
descubierto en Santander, no alcanzan a parangonarse
con él ni en su calidad artística, ni en su
escalofriante expresividad, ni en la estremecedora
hondura de su mirada, ni -en fin y sobre todo- en su
SIMBOLOGÍA. En cuanto a la influencia
clásica que sólo desde la más monumental
ignorancia podría atribuirse a esta escultura, se ve
rotundamente descartada por las impresionantes
facciones nórdicas del Poseidón
santanderino, fieles a las que fueran comunes
entre los antiguos habitantes de Cantabria,
exterminados en su mayor parte por Roma. (La
antigua Kantabria se vio repoblada por gentes
llegadas en su mayor parte de la Meseta, lo que
explica el nulo arraigo y la ausencia de una
profunda querencia hacia su tierra evidenciada por
los actuales habitantes de dicha región y que tanto
contrasta con las de sus vecinos
Asturianos y Baskos. Los
habitantes de Santander permanecen totalmente
indiferentes a la destrucción sistemática de la que
su ciudad viene siendo objeto, sin que pueda
reconocerse en ellos otra pasión y otra seña de
identidad que su equipo de fútbol, financiado, por
cierto, por el Gobierno de Cantabria, en una
Comunidad en la que no hay dinero para
realizar excavaciones arqueológicas...).
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Primer plano de Neptuno |
El Poseidón de
Campo Giro -Poseidón era el dios
de la Atlántida- ciñe su cabeza con
una corona vegetal que se bifurca a la altura
de la frente, formando un triángulo sobre
ella, similar al que desde tiempos inmemoriales ha
representado a la divinidad solar. Pues bien,
la existencia de ese sorprendente triángulo
tan magistralmente diseñado sobre la frente de
Neptuno-Poseidón, basta por sí mismo para
acreditar la extraordinaria antigüedad de
esta escultura, así como la de aquellas, aún más
remotas, a las que ésta remeda sin duda. Porque
no se ha conservado escultura antigua alguna en
la que pueda reconocerse un triángulo similar,
siendo obvia sin embargo su influencia sobre las
tallas de héroes y divinidades antiguas cuyas
frentes se rematan con gorros frontalmente
triangulares...
Tradicionalmente se ha representado
al Sol, a Dios, como un
triángulo. Con toda coherencia, es precisamente
un triángulo el que dibuja la letra D
mayúscula en el alfabeto griego. Por la
elementalísima razón de que DIOS, escrito con
un triángulo como inicial, es el nombre
helénico de Zeus = Iobe = Júpiter, a
la sazón, nombres indistintos de la Deidad
Solar cuya versión marina, en
la Mitología clásica, que no en la hibérica, fuera
Neptuno-Poseidón. En la mitología
hibérica, más antigua, Zelus, Iobe, Hércules,
Gerión, Mercurio, Neptuno o Poseidón
son nombres indistintos de una misma divinidad. La
misma que presidiera la Quinta de Campo Giro
y cuya frente aparecía señalada con un
triángulo. Léase, con una D mayúscula
que acreditaba que ésa era la imagen de DIOS.
Nada similar existe en la escultura clásica,
probándose con ello la mayor antigüedad del
Neptuno conservado en Campo Giro.
La corona vegetal que
simboliza la Realeza del Dios
Tamaris que presidía el punto de nacimiento
de las Fuentes Tamáricas, da fe además
de que se atribuía a ese dios la generación de
la vida y la fundación del primer poblamiento humano.
Lo que conviene a la perfección con las conclusiones
de la investigación realizada, en relación con la
primogenitura histórica que las gentes de la
Antigüedad atribuían a ese manantial santanderino y
al Recinto Sagrado surgido en torno a él.
Como quiera que el significado de la
corona vegetal que ciñe las sienes del
Neptuno-Poseidón de Santander (y que
está documentado por un antiguo poeta español,
Jerónimo Arbolanche, completamente olvidado), se
ha desconocido por completo desde hace siglos, queda
refrendada con ello la antigüedad de esta escultura,
así como por el hecho de que esculturas o pinturas
cuya antigüedad alcanza o incluso supera los tres
milenios, hagan lecturas más o menos burdas de
esa impresionante corona, llegando incluso a
presentarse como meras cintas dispuestas sobre la
frente del Dios del País del Ocaso. La
imagen tópica de Cristo rematada con
una corona de espinas, es una lectura más,
siniestramente adulterada, de la figura ancestral
del Dios de Occidente. La huella y la
influencia del Neptuno de Campo
Giro se hace escandalosamente patente en
toda la riquísima iconografía castellana relacionada
con la figura de Cristo:
Ecce Homos, Cristos yacentes, Cristos
atados a la columna, Crucificados...
El más antiguo mapa conocido,
plasmado en un papiro y descubierto en una momia
egipcia, incluye una representación del Dios de
Occidente claramente inspirada en el Neptuno
de Campo Giro. Con toda coherencia, por
cuanto en ese mapa egipcio, conocido hoy como
Papiro Artemidoro, aparece representada,
exclusivamente, la PENÍNSULA IBÉRICA.
Los antiguos Egipcios estaban firmemente
persuadidos de que al producirse su muerte, su alma
volaba -metamorfoseada en ánade- hacia algún lugar
del
Occidente
de IBERIA del que eran originarios. En lo que
resulta ser, pues, el primer mapa turístico
conocido, esa momia egipcia afrontaba el viaje hacia
el País del Ocaso, bien pertrechada
del mapa correspondiente para no extraviarse
en su periplo.
Si los antiguos Egipcios se
referían a su divinidad suprema, Ossyris,
como El Señor de OCCIDENTE y si los
antiguos Griegos estaban firmemente
persuadidos de que todos sus Dioses
procedían del Extremo OCCIDENTAL del mundo
conocido, identificado SIEMPRE con el
Norte de España, ¿no resulta de una lógica
aplastante que sea en aquel Último Confín
ibérico en donde aparezca la versión
más antigua, fiel y rigurosa del Dios de
OCCIDENTE?
¿Cuántos tesoros de toda índole no
esconderá el subsuelo de Campo Giro,
cuando antes ya de efectuar excavación alguna, este
yacimiento ha proporcionado una obra artística de la
trascendencia de la descrita?
¿No existen razones más que sobradas
para afrontar una excavación arqueológica en
profundidad en la Quinta de Campo Giro,
supeditando cualquier actuación o proyecto a los
hallazgos que en ella puedan producirse?
La aparición en escena de la
escultura de Júpiter-Poseidón, merced
a las fotografías aportadas el día 22 de Noviembre
del presente año 2006 por un ciudadano que
desea permanecer en el anonimato, convierte en
real y no en hipotético el DELITO
DE PREVARICACIÓN en que el Presidente del Gobierno
de España, su Ministro de Defensa, el Presidente,
Vicepresidenta y Consejero de Cultura del Gobierno
de Cantabria y el Alcalde de Santander han incurrido
ya, al ocultar esta prueba monumental en el
contencioso que se ha planteado respecto a la
IMPOSIBILIDAD LEGAL de poner un solo ladrillo en la
finca en litigio, sin que antes se lleve a cabo una
EXCAVACIÓN EXHAUSTIVA, supervisada por el
descubridor del yacimiento. Porque ocultar
pruebas fundamentales en una causa, es
sinónimo de fraude.