Un difunto es conducido ante Osiris (Museo Egipcio de Turín).
"Adoración a Osiris por el Supervisor del Ganado de Amón, Amenmesés y la Señora de la Casa Nefertari. Él dice:
"¡Salve, Osiris!, señor de la Eternidad, rey de los dioses, de múltiples nombres, de sagradas manifestaciones, de secreta imagen en los templos...
Dios primordial de todo el Doble País, sustento y alimento frente a la Enéada de Dioses, espíritu eficaz entre los espíritus, para quien Num vierte sus aguas, para quien sopla hacia el sur el viento del norte, para cuya nariz el cielo genera el aire, de forma que su corazón queda satisfecho.
Las plantas crecen según su deseo; los campos producen para él su sustento. Le obedecen el cielo y sus estrellas. Las Grandes Puertas se abren para él, señor de alabanzas en el cielo meridional, adorado en el cielo septentrional. Las (Estrellas) Indestructibles están bajo su control; las (Estrellas) Infatigables son su hogar.
Para él sale la ofrenda, tal como Geb ha ordenado. La Enéada de Dioses le venera; los que están en el más allá besan el suelo; los que están en la necrópolis se inclinan (?); los antepasados se regocijan cuando le ven; los que están allá le temen.
El Doble País reunido le rinde veneración, cuando su majestad se aproxima, el más noble entre los nobles, de función duradera, de gobierno estable, el buen jefe de la Enéada de Dioses, de semblante amable, que ama a aquel que mira hacia él, que inspira temor en todas las tierras, para que ellas proclamen su nombre como el primero, y que todas le hagan ofrendas.
Señor del recuerdo en el cielo y en la tierra, rico en vítores en el festival Uag, a quien al unísono aclama el Doble País, el grande, el primero de sus hermanos, el primogénito de la Enéada de Dioses, que establece firmemente a Ma'at en las Dos Orillas, que coloca al hijo sobre el trono del padre, alabado por su padre Geb, querido por su madre Nut.
Grande y poderoso cuando derriba al rebelde; de brazo fuerte cuando mata a su enemigo, que inspira terror a su adversario, que ha vencido a los que tramaban maldades, firme de corazón cuando pisotea a sus víctimas, que ha heredado de Geb la realeza del Doble País. Cuando él vio su excelencia, le encomendó conducir las tierras hacia venturosos fines. Ha puesto en su mano esta tierra, sus aguas, su viento, sus plantas, todo su ganado, todo lo que vuela y todo lo que se posa, sus reptiles, sus antílopes del desierto, que han sido presentados al hijo de Nut. El Doble País se regocija por ello.
Cuando aparece sobre el trono de su padre, como Re alzándose en el horizonte, dispone la luz sobre las tinieblas, ilumina las sombras por medio de sus dos plumas, inunda el Doble País como Atón al amanecer. Su corona penetra en el cielo y se mezcla con las estrellas. Es el guía de todo dios, eficaz de mandato, alabado por la Gran Enéada de Dioses, amado por la Pequeña Enéada de Dioses.
Su hermana es su protección, la que aleja a los enemigos, la que reprime los disturbios por medio de la eficacia de su boca. De lengua excelente, cuya palabra no se equivoca, eficaz de mandato, Isis la benéfica, protectora de su hermano, buscándolo sin desfallecer, que vagó por esta tierra lamentándose, sin tomar reposo hasta que lo encontró. Hizo sombra con su plumaje, produjo viento con sus alas y haciendo gestos de júbilo se unió con él. Alejando la languidez de aquel, que tenía el corazón cansado, recibió su semilla y concibió un heredero.
Crió al niño en la soledad, sin que se conociera el lugar en que estaba. Cuando su brazo fue fuerte, lo presentó en la Gran Sala de Geb. La Enéada de Dioses estaba exultante: "¡Bienvenido, hijo de Osiris, Horus, de corazón firme, justificado, hijo de Isis, heredero de Osiris!". El Tribunal de Ma'at se reunió para él, la Enéada de Dioses, el mismo Señor del Todo, y los Señores de Ma'at (?), unidos en ella, que evitaron la maldad, sentados en la Gran Sala de Geb, para entregar la dignidad (real) a su señor, la realeza a aquél a quien justamente pertenece. Horus fue encontrado justificado. Se le entregó la dignidad (real) de su padre, y salió coronado (?), de acuerdo con lo que Geb ordenó. Recibió el gobierno de las Dos Orillas, quedando la corona blanca fijada en su cabeza. Le fue adscrita la tierra como posesión suya; el cielo y la tierra se hallan sometidos a su autoridad. Le ha sido encomendada la gente, los nobles, el Pueblo del Sol, la Tierra Amada y los Hau-Nebu. Lo que Atón rodea está bajo su gobierno, el viento del norte, el río, las aguas, el árbol de la vida, y todos los vegetales. Es Nepri, que da la hierba y el sustento de los campos. Él da la saciedad y la proporciona a todas las tierras.
Todo el mundo se regocija; los corazones están felices, y los pechos llenos de júbilo. Los rostros se alegran, y todo el mundo venera su bondad: "¡Qué dulce es su amor por nosotros!, su gracia envuelve los corazones. Su amor es grande en todos los seres". Han presentado a su adversario, que cayó ante su poder, al hijo de Isis. El perturbador ha sido lastimado. Su destino alcanza al que cometió la ofensa. El hijo de Isis ha defendido a su padre. Su nombre es sagrado y distinguido. La majestad ha reposado en su lugar, La magnificencia se ha establecido según sus leyes. Los caminos están libres, las rutas están abiertas. ¡Cómo se regocijan las Dos Orillas! La maldad ha desaparecido, la injusticia se ha alejado. La tierra está en paz bajo su señor. Ma'at ha sido instaurada para su señor. Se ha vuelto la espalda a la mentira.
¡Alégrate, pues, Un-nefer! El hijo de Isis ha recibido la corona. Le ha sido adscrita la función de su padre en la Gran Sala de Geb. Re ha hablado; Thot ha tomado nota; el Tribunal quedó satisfecho. Tu padre Geb ha dado orden en tu beneficio, y se actuó de acuerdo con lo que él hizo".
|