No pocos investigadores que trabajan en el entorno tartessio y pretartessico, sugieren a otros investigadores recientes, que en el tratamiento en general con la Junta de Andalucía a la hora de solicitar diferentes permisos para la exploración, investigación, etc. de yacimientos arqueológicos, tener preparadas ideas que sirvan para el "turismo" y una "salida turística al proyecto de investigación" y que este sea el "lenguaje" (el turístico) con los políticos "más que saturarlos de datos propios de la investigación...".  Y que al ser "este el sistema en Andalucía" la investigación está "invertebrada desde las universidades hasta la última Asociación".

 La doctora Ana Mª Vázquez Hoys del Departamento de Historia y Prehistoria Antigua de la UNED clama por una revisión en lo tartéssico y fechas. En los hallazgos de Vinça, en el Danubio se cifran signos escritos en el 7.000 a.C; son escrituras anteriores a las tablillas mesopotámicas y a los jeroglíficos; y semejantes a "un puñado de letras indescifrables supervivientes a lodos, años, olvidos" en una vitrina del Museo de Huelva Veinticuatro signos, de escritura lineal o cuadrada -la más fácil de representar- que se repetían en torno a un 'pulidor de flechas' encontrado en el dolmen de San Bartolomé, y tres signos más, en el borde de una navecilla de arcilla del megalito de La Zarcita.

Ambas datan del III-IV milenio a.C. -señala Vázquez Hoys- Sólo con eso, se adelantaría tres mil años la aparición de la escritura en la Península.

No sería descabellado, además, que se encontraran escrituras similares en Cádiz: 'Al fin y al cabo -concluye la historiadora- Tartessos estaba en la desembocadura del Guadalquivir. 'Hablamos constantemente de los fenicios -indica Vázquez Hoys- pero aquí había ya mucho antes de los fenicios: tenemos todos los mitos griegos que recurren a Occidente, los ecos de la Atlántida y, por supuesto, la mítica Tartessos'.... ir pensando en cambiar la clásica Ex Oriente Lux por Ex Occidente Lux'.

En 1974, en la zona «Llano de los Tesoros» de Ríotinto (Huelva), donde abundan las galerías subterráneas, máquinas excavadoras horadaron accidentalmente la cubierta de una cueva sellada, extrayendo con su pala huesos humanos, cerámicas y esculturas, que fueron llevadas a Torrecampo por el geólogo Esteban Márquez Triguero para ser estudiadas.

Estas esculturas rupestres, bustos o estatuillas están "semiescondidas" en Torrecampo (Córdoba), en la Casa-Museo Posada del Moro. Bustos de criaturas de todas las razas,  simios, negroides, orientales.... fechadas por las universidades de Córdoba y Granada (Dpto. mineralogía y petrología) de hace 11000 años por difracción de Rayos X y Espectroscopia de inducción de Plasma. Dice el informe:

"La roca de la que están labradas procede de las antiguas canteras del Mioceno Superior de Niebla (al este de Huelva) y su cortificación exterior está compuesta por óxidos y sulfatos de las aguas residuales del área minera, así como por una gama de elementos químicos de los criaderos minerales, tales como hierro, cobre, plomo, cobalto y otros que se asocian a ellos, como el litio, vanadio, bario, lantano y zirconio, procedentes, tal vez, de la actividad humana, tanto minera como metalúrgica. La analítica realizada en Córdoba de las muestras de estas esculturas describe el material con que fueron elaboradas como una arenisca calcárea rica en restos de fósiles marinos.