Cuando en 1981
el Dr. Hamer sufrió de cáncer en uno de sus
testículos, pudo percatarse de que la enfermedad se había originado después de
la muerte dramática e inesperada de su hijo Dirk. Tras reparar en el hecho, tuvo
oportunidad de subsanar el conflicto psíquico y el cáncer desapareció. A partir
de entonces, el doctor inició su búsqueda de los conflictos psíquicos que
originan las distintas manifestaciones de la enfermedad en el organismo humano.
Siendo jefe de
un servicio hospitalario en Alemania, Hamer tuvo oportunidad de observar que
siempre había una perfecta correspondencia entre los conflictos psíquicos que
reportaban haber sufrido cada uno de sus pacientes y los órganos afectados por
sus respectivas enfermedades. Posteriormente, puesto que el Dr. Hamer también es
diplomado en radiología, tuvo la inspiración de indagar que ciertas manchas
circulares halladas en las placas de los escáneres cerebrales de sus pacientes
los "artefactos" que hasta entonces se consideraban como fallos provocados por
las máquinas en realidad evidenciaban la existencia de un patrón de
correspondencias entre la zona cerebral donde éstas aparecían y los órganos
afectados por el cáncer. Al retomar todos los dossier de sus pacientes, el
doctor verificó la relación que había entre: a) los impactos psíquicos
provocados por conflictos de orden emocional, b) los órganos afectados por el
cáncer, y c) la localización de las manchas en los escáneres cerebrales
(llamados focos de Hamer desde
entonces). Con base en las correlaciones que pudo hallar al analizar
minuciosamente dicha información, el doctor Hamer estableció las siguientes
leyes:
1. Ley
Férrea del Cáncer
Todos los
tipos de cáncer tienen como origen un síndrome psíquico vivido en aislamiento
que nos pilla por sorpresa.
Esto significa que, si ante una situación vivencial, hay una respuesta cuyo
impacto emocional desequilibra psíquicamente a una persona -situación que
denomina Dirk Hamer Sindrom (DHS) en
memoria de su hijo muerto-, dicho impacto ocasiona también un impacto a nivel
cerebral y un impacto a nivel orgánico. En realidad este es el origen de toda
manifestación de enfermedad, sin embargo, para que se genere una manifestación
tan fuerte como el cáncer, Hamer observó que el impacto, además de ser
verdaderamente dramático y pillar a la persona completamente desprevenida, debe
ser vivido en aislamiento.
Madam Sixt: "Cotidianamente
vivimos en un ritmo denominado normatonía,
marcado por el día y la noche. Todos tenemos pequeños problemas, pequeñas
preocupaciones, pero por la noche nos vamos a la cama y dormimos. Esto es
normal. El DHS es una situación que deviene cuando ocurre un hecho inesperado
que nos pilla desprevenidos y que vivimos en aislamiento. Eso es muy importante
porque según los estudios del Dr. Hamer, no se trata de cualquier problema, ni
es una situación de la infancia lejana, siempre es una situación inesperada,
dramática, y vivida en aislamiento que se ha dado en un pasado reciente. El
desencadenante de las enfermedades que padecemos hoy es reciente. Seis meses,
máximo un año atrás, excepto en algunos casos de epilepsias o parálisis. Cuando
una situación es crónica desde hace mucho tiempo, tenemos que hay una situación
con recesivas, que es lo normal dentro de la situación que vive la persona. El
DHS tiene que ver con la forma de sentir de la persona, con la manera en que
vive y experimenta una situación conflictiva
que lo impacta. La misma situación
puede desencadenar un cáncer en diferentes órganos del cuerpo dependiendo de la
forma en que dicha situación es vivida por la persona. Es
el sentir de la persona lo que va a determinar la localización del impacto
cerebral y con ello el impacto al órgano afectado que corresponde a dicha
localización cerebral."
2. Ley
de la Simpacotonía y Vagotonía
Toda
aparición de un DHS es seguido por una etapa de Simpacotonía (fase activa del
conflicto), y otra de Vagotonía (fase resolutiva o curativa del conflicto). Esto
significa que tras la vivencia de un suceso que nos ocasiona un conflicto
psíquico, el organismo pone en marcha un sistema para procesar y resolver las
implicaciones de dicho conflicto a nivel biológico. En la primera etapa, también
llamada fase fría, el organismo se prepara para enfrentar el conflicto. Este
periodo de simpacotonía es
muy importante, pues permite a la persona sobrevivir a pesar del gran impacto
que acaba de sufrir. Normalmente cambia el carácter de la persona, puede estar
irritable, nerviosa, malhumorada; los familiares suelen notarla rara, dicen que
le ha cambiado el carácter. Come menos, duerme poco o no duerme, adelgaza, y las
palmas de las manos están muy frías. Por el contrario, durante la siguiente
etapa que es la fase de vagotonía o
fase caliente, el organismo va a llegar a la resolución del conflicto. Aquí es
donde empieza en realidad la curación, sin embargo hasta ahora se había estado
pensando que esto era la enfermedad, puesto que es aquí cuando aparecen los
primeros síntomas físicos evidentes que pueden ser desde ulceraciones hasta
tumoraciones cancerígenas, en función de la zona cerebral que haya sido afectada
durante el DHS.
Madam Sixt: "Es
muy importante comprender esta ley porque si se entiende bien, se entiende el
fundamento de esta nueva perspectiva. Tenemos un sistema biológico
extraordinariamente bien concebido para proteger la vida. El DHS, es más que un
simple estrés, se trata de una grave preocupación y este profundo impacto
cerebral, va a desencadenar en el organismo una reacción, una respuesta que se
llama de simpacotonía. A partir de la aparición del DHS todo nuestro organismo
entra en estado de emergencia para intentar buscar una salida a esta situación
tan dramática que nos agobia. En este combate que se inicia, toda nuestra
energía se va a centrar en un punto para encontrar una salida y eso va a hacer
que nuestro cuerpo se enfríe en esos momentos. La segunda fase, la de vagotonía,
va a llevar a la resolución del conflicto. Esta es la terapia natural que ofrece
la naturaleza. Esta es la fase de reparación. En la primera es donde se combate.
Ahora descansamos y nos recuperamos. Aquí es donde empieza la curación y
aparecen los primeros síntomas de la enfermedad, de lo que llamamos e
interpretamos como enfermedad. Aparece edematización en el foco de Hammer y en
el órgano afectado. Edematizar significa que el órgano se hincha de líquido,
está inflamado. El cerebro es como una esponja, cuando hay edematización, se
hincha de líquido y eso puede provocar dolor cerebral y a nivel del órgano
también. Los tres niveles, psíquico (emocional), cerebral (mental) y orgánico
(corporal), se reparan simultáneamente. Los dos niveles que podemos ver, el del
cerebro y el del órgano, aparecen hinchados y esto resulta muy evidente en un
tac (Tomógrafo Axial Computarizado). En esta fase va a haber fatiga,
pueden haber pérdidas de sangre, puede haber fiebre, pueden haber dolores,
sudoración... hasta el día en que aparece la crisis epileptoide o crisis de
curación que, dependiendo de la enfermedad, puede presentarse como un punto de
máximo agotamiento o de fiebre intensa en el que sube la temperatura hasta 40
grados, por ejemplo. Cada tipo de conflicto va a desencadenar una manifestación
diferente. Cuando hay conflictos que afectan la motricidad, la crisis no es
epileptoide sino epiléptica, con los espasmos conocidos. En la primera parte de
la vagotonía los síntomas son tolerables, en la segunda se incrementan y en la
tercera, parecen alarmantes. Es cuando se suele recurrir al médico. Cuando se
hacen análisis puede que los valores sanguíneos aparezcan alterados. Los
marcadores tumorales (las pruebas que se hacen ahora para el cáncer), pueden
estar disparados. Los médicos se alarman, pero no se asustarían tanto si
entendieran que es el principio de un proceso de curación. El mensaje de este
proceso biológico es "descansa, reposa, permanece en quietud". Desgraciadamente
en esta fase reparadora, que es donde hay más síntomas, es cuando más nos
alarmamos, y a veces lo que ocurre es que terminamos muriéndonos de miedo.
Cuando uno va al médico llega con un conflicto, pero sale con dos, el segundo es
que uno sale muerto de miedo. El médico trabaja con toda su buena voluntad, pero
no conoce esta perspectiva. Ahora vosotros la conocéis. Esta etapa de crisis
epiléptica o epileptoide es el estupendo sistema que ha encontrado la Madre
Naturaleza para poder evacuar los edemas a nivel cerebral, que es el nivel más
peligroso. En esta etapa de vagotonía, hay una breve parte en la que por algunos
momentos vuelves al estado de simpacotonía y ocurre una vasocostricción que
aprieta y ayuda a evacuar el edema, especialmente a nivel cerebral. En el
momento de estas crisis epileptoides, dependiendo de la magnitud, es posible que
la persona se orine encima. Va a haber un pico de fiebre alta y sudoración, que
son los medios naturales que el cuerpo tiene para refrescarse, para enfriarse
cuando ha habido esta situación. Para ayudar a pasar este momento a la persona,
las cosas pueden variar dependiendo del daño que hay y de los síntomas, pero por
ejemplo se puede ayudar aplicando compresas frías a nivel local y a nivel
cerebral. Podéis ver que en general no hacen falta medicamentos muy caros ni
procesos muy sofisticados."
3. Ley
del sistema de ontología de los tumores y enfermedades afines
Cuando el
DHS impacta una zona perteneciente al endodermo o mesodermo, durante la fase
activa del conflicto se generan proliferación celular o tumoraciones en los
órganos correspondientes, mientras que cuando se impacta una zona dentro del
ectodermo, durante la fase activa se generan necrosis o
ulceraciones en los órganos correspondientes. Cada
órgano que hay en el cuerpo tiene un relé cerebral,
o sea, una correspondencia con cierta zona específica del cerebro humano que
está dividido en tres capas: 1) endodermo (tronco cerebral y cerebelo), 2)
mesodermo, y 3) ectodermo (córtex cerebral). Dependiendo de la zona carebral
impactada durante el DHS, tendremos una manifestación diferente de dicho impacto
en el órgano correspondiente a dicha zona.
Madam Sixt: "Pensando
en las necesidades de los primeros mamíferos, que son las que tenía que
enfrentar el cerebro arcaico (el endodermo), tenemos que si al intestino llega
por ejemplo un trozo de hueso, el organismo pone en marcha un programa de
emergencia que se gobierna desde el tronco cerebral, quien ordena una
multiplicación celular en el punto donde se encuentra el atasco provocado por el
hueso. Esto significa que va a haber intestino de más, o sea, va a haber un
tumor que va a ocasionar que se produzca más ácido gástrico y este exceso de
secreción va a hacer que este hueso que se ha atascado pueda digerirse, pueda
evacuarse. El tumor tiene la
función de digerir el hueso o lo que está atascado. Y
lo mismo ocurre a nivel psíquico cuando no podemos digerir lo que nos ha
ocurrido. En un conflicto figurado, en una situación que dices "esto no me lo
trago, no lo puedo digerir" el intestino va a hacer una proliferación celular
para intentar digerir alguna situación que a la persona le parece indigesta. "Lo
que me ha hecho es una mala jugada, esto no lo digiero", esto no es objetivo, es
subjetivo, pero el intestino responde de la misma manera. Por ejemplo, el vecino
de una persona aparcaba siempre el auto en el camino que iba hacia su cochera.
Él le dijo un par de veces que no aparcara el auto en su parcela, y al cabo del
tiempo se enteró de que el jardín pertenecía a ambos, pero el vecino ya se había
ido al juzgado a poner una denuncia sin avisarle previamente a la persona. Esta
persona vive esto como una mala jugada porque él cuando le molestó el coche lo
avisó y lo intentó arreglar amigablemente, y el hecho de que el vecino se
hubiera ido directamente al juzgado sin intentar hacer un acuerdo previo, le
pareció una mala jugada. Para digerir esta situación subjetivamente indigesta,
su cuerpo respondió produciendo un temor. Mientras dura la simpacotomía, hay una
hiperactividad en el intestino hasta que encuentra una solución.
El tronco
cerebral que es la parte más interna, constituye el cerebro arcaico y está en
correlación con el tejido endodérmico, por lo que todos los órganos que
corresponden a esta zona, van a generar tumores en la fase activa del conflicto.
Por ejemplo, entre los relés que en un tac aparecen en la zona del tronco
cerebral encontramos alvéolos pulmonares, intestino, hígado, próstata y la
matriz, por lo que en la fase activa de un conflicto de sensibilidad en el que
se vean afectados estos órganos, va a haber proliferación celular, lo que
significa, aparición de una tumoración, que es tejido de más. Desde el punto de
vista del sentido biológico, este tumor es indispensable. También todos los
relés del cerebelo, al que corresponden las mamas y los tejidos de protección
como la pleura, el pericardio, peritoneo, meninges y la piel, generan
proliferación celular. Es increíble lo que la naturaleza ha dispuesto para
situaciones de protección ante las agresiones. Si alguien te insulta o habla mal
de ti a tus espaldas y es un hecho muy dramático de graves consecuencias, puedes
crear un melanoma en la espalda que es una proliferación celular de la dermis en
la espalda. La idea es la protección. Si hay ataques contra el corazón, lo
protege el pericardio; si hay un órgano que es importante proteger es el corazón
porque si éste no funciona, ya no hay vida. Para proteger mejor, el pericarpio y
éstos órganos se hacen más densos. El pericarpio por ejemplo, se llena de
pequeñas tumoraciones que hacen una capa más espesa, más gruesa para formar una
coraza, y eso ocurre en la fase activa del conflicto. Los órganos que tienen
relés en el ectodermo, tales como las vías biliares, durante la fase activa van
a hacer ulceraciones o necrosis de tejido. En una hepatitis viral, por ejemplo,
la persona está en vagotonía, está en resolución, se están limpiando las vías
biliares del hígado que pertenecen a la hoja embrionaria del ectodermo, el
conflicto es contrariedad, rencor en el territorio. La persona tiene dolor en la
zona porque las vías biliares se hinchan y la gran fatiga que acompaña a la
hepatitis es un requerimiento de la naturaleza para que la persona permanezca en
reposo ya que se necesita mucha energía en estos momentos para efectuar la
reparación de la zona dañada.
Les voy a poner
algunos ejemplos para que todo esto se entienda mejor. El primero es el caso de
una mujer a la que le diagnostican cáncer en la mama izquierda. Es una mujer
zurda que vive en la actualidad y de la que yo puedo dar testimonio. Cuando yo
recibo a esta señora, le digo: "Señora, de acuerdo al esquema de Hammer usted
tiene un conflicto con su pareja." Ella me dice: "No, no, no. Yo tengo un
conflicto con mi madre, no con mi pareja", y durante toda una hora me cuenta los
conflictos que tiene con su madre. Yo le digo: "Vale, efectivamente, usted tiene
un conflicto con su madre porque en el escáner cerebral puedo apreciar que
efectivamente hay un foco de Hammer en la zona que corresponde a la mama
derecha, lo cual indica que hay un conflicto latente con su madre, ese es un
conflicto antiguo que tampoco está curado; sin embargo, la mama izquierda es la
que en estos momentos está teniendo mucha sintomatología, lo cual indica que
está usted pasando por una fase de resolución de un conflicto de separación de
una pareja." Ella me dice nuevamente "No". Yo insisto y le digo "Ha perdido a un
compañero que es como si se lo hubieran arrancado de su pecho". Y en ese momento
la mujer reaccionó y me dijo: "¡Es cierto! Murió un hombre sobre mi pecho
izquierdo. Pero no era mi compañero. Era el marido de mi mejor amiga". Pero
resulta que ella estaba platónicamente enamorada de él y en el momento en el que
expiraba, ella sintió una gran desesperación y un imperioso deseo de retenerlo,
de querer darle vida, de querer nutrirlo. Y el impacto de que no pudo hacer nada
para evitarlo y de que además murió en sus brazos y no en los de su amiga, fue
un impacto biológico que vivió en soledad, y que no sabía como confrontarse con
esa vivencia. Eso duró seis meses, hasta que decidió irse de vacaciones con su
amiga y ambas finalmente se sinceraron, compartieron su dolor e incluso le
explicó a su amiga toda la verdad de lo que había pasado y cómo lo había
sentido. Y gracias a ello finalmente pudo liberarse de ese peso y solucionar ese
conflicto y fue cuando apareció el tumor en su mama izquierda.
Tenemos también
el caso de un hombre que era socio de una empresa dedicada a la fabricación de
PVC que vendía sus productos en distintos países. Vino a verme porque tenía un
cáncer en los testículos. En esta fase activa viene y me dice. "Me estoy
quedando sin testículo, ¿qué me está pasando?" Y yo le digo "Usted ha hecho un
conflicto de pérdida. Usted ha perdido a alguien, un ser muy querido". Y su
mujer que venía acompañándolo, me dice: ¡Oh, lo que ha perdido mi marido es
mucho dinero. Han cerrado varias sucursales por la situación económica tan
difícil y ha tenido una gran pérdida, pero económica." Y yo le digo: "Sí, pero
esto en el testículo tiene un matiz sexual y de una mala jugada", Yo pensé por
un momento que quizá el hombre había tenido una amante y dejé insinuar vagamente
esta posibilidad. Pero el hombre lo negó categóricamente. Entonces le dije: "A
lo mejor ha perdido usted un animal". Y el hombre se puso a llorar y me dijo:
"Sí, sí, he perdido a mi gato". Y allí estaba ese hombre tan grande y tan
influyente llorando por la muerte de un gato. Y uno piensa, este hombre que ha
tenido que despedir a tanta gente y ha perdido tanto dinero, ¿qué puede
representar para él la muerte de un gato? Pero no es exactamente la muerte del
gato lo que ha hecho la enfermedad. Él está de viaje y su mujer le telefonea
para decirle que el gato al que tanto afecto le tiene, ha muerto. Él le pide que
lleven al gato al centro veterinario para ponerlo en la cámara frigorífica para
que cuando él vuelva lo pueda enterrar. Él quiere enterrar a su gato, pero
cuando llega de viaje y se va directamente a la clínica, se entera de que el
veterinario no tiene ningún gato. Va a su casa y pregunta por su gato. Le dicen
que lo han enterrado en el jardín. En ese momento es cuando recibe el impacto
porque la esposa y los dos hijos le dicen que era una tontería, que no iban a
pasar vergüenzas en el veterinario porque él quería enterrar a un gato, que
simplemente lo enterraron y ya. Y es el dolor por esa falta de sensibilidad, de
atención a sus sentimientos, que le causa un impacto tremendo, ese es el momento
del DHS. Para él era una pérdida porque tenía un cariño muy especial a ese gato.
Y encima no han cumplido su voluntad... Eso es lo que le da el matiz de mala
jugada. Además constantemente le pedía a su mujer que fueran a buscar un gatito
porque él quería tener otro gatito en la casa, pero la mujer se negaba. Y yo les
dije: "Bueno, pues en este caso, hay que elegir: el testículo o el gato". Cuando
salieron de la consulta, la mujer todavía no quería tener a otro gato, pero
finalmente lo discutieron, lo hablaron, adquirieron otro gato y este hombre se
curó. Desde el momento del impacto hasta el momento que compraron otro gato, él
fue haciendo conflicto y perdiendo masa del testículo. Lo que genera el
conflicto, el DHS, visto desde afuera puede parecer algo muy anodino, pero para
este hombre, el animal era sumamente importante, era el que mantenía el clima de
familia, un animal crea un ambiente, crea un clima en la familia. Si hay una
disputa en la familia, de repente el gato, el perro entrar y te lamen, te dan la
pata y se para la discusión...
Otro caso muy
típico es del cáncer de hígado, que está vinculado al sentimiento de carencia
material, de carencia de dinero. Tenemos el caso de un hombre al que cuando le
faltan dos años para el retiro, el director de la compañía donde trabaja lo
llama a su despacho y le dice que ha pensado en darle un retiro anticipado para
incorporar personal más joven en la empresa. En ese momento el hombre sufre un
gran impacto ya que el preretiro implica una baja respecto a sus ingresos
regulares, y al pensar en sus cuatro hijos, se angustia porque siente que ya no
podrá pagar su educación. Biológicamente aquí es donde comienza su conflicto.
Comienza su lucha al pensar en cómo poder pagar los estudios de sus cuatro
hijos. Durante la fase de simpacotonía hace negociaciones con el director, va al
sindicato, intenta lograr un buen acuerdo. Y en esa fase de combate, un día se
presenta con toda su buena fe al director y le dice: "Bueno, está bien, yo
acepto este retiro anticipado, pero tú contratas a dos de mis hijos en la
empresa". El director dice "Vale, contrato uno, pero no los dos". Y el hombre
insiste en que no se saldrá hasta que contrate a los dos. El conflicto se
prolonga y finalmente llegan a un acuerdo, pero durante todo ese tiempo de
incertidumbre, el hombre genera un cáncer en el hígado. El sentido biológico del
hígado es hacer reserva mientras él lucha para encontrar una solución para el
futuro de sus hijos. Si este mismo hombre hubiese vivido el conflicto como una
pérdida de territorialidad, hubiese desarrollado una afección en las coronarias.
El hecho de que su primer pensamiento ante la noticia del retiro anticipado haya
sido "¿cómo voy a pagar los estudios de mis hijos?" en vez de pensar "¿qué voy a
hacer ahora sin trabajo?" determinó que el órgano afectado fuese el hígado y no
las coronarias."
4. Ley
del sistema de ontogénesis de los microbios y bacterias
Los
microbios, bacterias y virus colaboran con el organismo durante la fase de
curación. Si
el DHS ha afectado un relé que se encuentra en el endodermo o en el mesodermo,
durante la fase de resolución aparecerán hongos, microbacterias y gérmenes que
ayudarán a eliminar la proliferación celular o la tumoración que se produjo
durante la fase activa; mientras que si se afectó el ectodermo, durante la fase
de resolución aparecerán microorganismos y virus que ayudarán a restaurar las
necrosis o ulceraciones producidas en la fase activa del conflicto.
Madam Sixt: "Esta
ley cambia totalmente la creencia de que los microorganismos son perjudiciales,
pues bajo esta perspectiva, no producen la enfermedad,
sino que aparecen o proliferan durante la fase de reparación que pone en marcha
el organismo y colaboran en sus tareas de restauración. En la fase de curación
aparece el proceso inverso al que se desató durante la fase activa y se pone en
marcha un programa especial de eliminación de lo que se haya producido durante
la fase activa. Por ejemplo puede haber una citis en peritoneo, y lo que va a
hacer esa citis, ese líquido, ese edema, es favorecer la llegada de
microorganismo para la evacuación de todos estos pequeños tumores del peritoneo.
También tenemos a nuestros amigos los virus y ya sabéis hoy en día todo lo que
se les rehuye, todo lo que se habla sobre las enfermedades de origen viral y
toda la responsabilidad que se les hecha encima, cuando en realidad los virus
tienen principalmente un rol de transportadores de las proteínas y sustancias
nutritivas para rellenar las úlceras. Por ejemplo en una enfermedad de origen
viral como la rubéola, en la fase activa del conflicto hay como pequeñitas
lesiones, ulceraciones en la piel, y en la fase de curación, nuestros amigos los
virus vienen a hacer el relleno. Pero sólo causarán una enfermedad viral las
personas que lleguen a una fase de resolución, a una etapa de vagotonía. Nunca
habrá ninguna infección por ningún virus o microorganismo en la fase de
simpacotonía, siempre intervienen en la fase de vagotonía. Esta fase es la más
importante en todo el proceso. Después de la crisis epileptoide o de curación,
el cerebro conserva aún algo de edema. Este edema residual tiene un sentido
biológico muy profundo, especialmente en los casos donde aparecen tumores porque
va a permitir que se evacue o se enquiste la tumoración. Dependiendo de la hoja
embrionaria donde está asentada esta tumoración, hay algunos tumores que se
desprenden y se evacuan, otros se enquistan y quedan perfectamente bien
delimitados y enquistados. Sin embargo hay personas que pueden morir en esta
fase. Eso es una realidad, dependiendo de la gravedad y del órgano lesionado.
Por ejemplo, algo que puede ser mortal son las lesiones en las coronarias, donde
se muere de un infarto al miocardio. Cuando una persona muere por esta causa es
que ha tenido un conflicto que ha durado más de nueve meses y hay una importante
lesión. El edema es excesivo y en esa fase de crisis. Sólo
en caso de que el conflicto haya durado más de nueve meses afectado a las
coronarias hay un infarto mortal, si ha durado menos hay pequeños infartos
que afecta una zona determinada y la persona puede curativa no logra
desprenderse y allí hay un colapso que impide acceder a la normatonía sobrevivir
y solucionar su conflicto. Toda vez que se presenta esta crisis de curación hay
otras tres semanas en las que se observa una gran fatiga. Es una fase exudativa
en la que el cuerpo limpia o expulsa lo que no necesita. Como requiere mucha
energía para terminar de reparar y limpiar la zona dañada, impone un descanso
que resulta imprescindible. En esta fase el paciente debe estar muy bien cuidado
porque es una fase en la que está muy sensible, muy receptivo y es muy
vulnerable a caer nuevamente en otro conflicto. Evidentemente en esta fase puede
haber mucho dolor, como por ejemplo en el cáncer de huesos porque el periosto,
la capa que recubre el hueso, que es la única que está enervada, se despega
debido al edema y esto es extremadamente doloroso. En esta fase hay que ser muy
paciente. No tener miedo y no decir, "Sí, pero esto se está haciendo muy lago,
no sé..." No. Hay que entender lo que pasa, hay que saber que es natural y hay
que tener mucha paciencia, protegiendo y rodeando a esta persona durante un mes
o mes y medio para que esté tranquila y luego esto se supera y se vuelve a una
normatonía."
5. Ley
de la Quintaesencia o comprensión del sentido de la enfermedad
Toda
enfermedad es un programa especial que pone en marcha la naturaleza y tiene un
profundo sentido biológico. Debajo
de los malestares, dolores, trastornos y estorbos, la naturaleza nos brinda la
oportunidad de poder recuperarnos y compensar los desgastes provocados por los
conflictos biológicos que originan los conflictos psíquicos. Si observamos bien,
comprendemos y no tenemos pánico, volveremos de nuevo a estar curados y
regenerados.
Madam Sixt:
"Es
la quintaesencia, la deducción que se puede extraer de las otras cuatro leyes.
En esta nueva perspectiva de la Medicinad el Corazón, no hay benigno ni maligno,
sólo hay el profundo sentido biológico de la naturaleza, los ritmos de
normatonía, simpacotonía, vagotonía, normatonía... Y todo esto tiene un profundo
sentido. Es necesario advertir que esto es un esquema ideal, esto supone que la
persona soluciona el conflicto y todo va bien, pero por desgracia este esquema
no suele presentarse mucho aún porque el solo hecho de ir al médico provoca lo
que ellos llaman metástasis, una hipótesis que nunca ha sido probada, como pasa
con la mayoría de los conceptos de la medicina actual. O sea que el mismo cáncer
"se extiende" hacia más de un órgano, cuando lo que en realidad ocurre es que
hay más de un conflicto activo. Por ejemplo en el caso del señor con cáncer en
el hígado, si además de preocuparse por la subsistencia afectando su hígado,
también se hubiera sentido desvalorizado, podría haber afectado sus huesos y
presentar las dos afecciones. No obstante, como los médicos no comprenden esto,
piensan que el paciente está muy grave y al ofrecer tal diagnóstico generamos un
tercer conflicto provocado por el miedo: "Me voy a morir, de esta no me
salvo..." o "Me voy a morir y qué va a ser de mis hijos, estos niños tan
pequeños..." Entonces cuando la persona regresa al médico un mes después, ya no
sólo tiene cáncer en hígado y huesos, sino cáncer de pulmón."
Resumen de la
Conferencia de Madam Sixt: La
Nueva Medicina