Control de la
Misión
En este momento de
transformación y de rápido cambio, en el que lo viejo deja paso a lo
nuevo mientras nosotros, que todavía estamos lidiando con lo viejo,
buscamos maneras de vivir en esta nueva energía, el mensaje que
recibo con mayor intensidad de mi Guía Superior es el de que busque
la Compasión y la Ternura.
Tal vez esto no
resulte fácil, ya que la vida puede parecer especialmente dura ahora
que tenemos que vérnoslas con el derrumbe del viejo sistema
económico. Pero, como nos insiste el Arcángel Miguel, la energía de
la Nueva Tierra es muy suave y tierna, por lo que la manera de
alinearnos con esta nueva energía es usar la ternura, la suavidad y
la amabilidad, que son las cualidades de la Nueva Energía Masculina.
Si seguimos viviendo en las viejas energías masculinas de dominación
y control, avasallando para conseguir lo que queremos, terminaremos
encontrándonos frustrados y enojados, porque eso ya no funciona. En
los últimos años hemos aprendido a entregar nuestras vidas al
Espíritu y a dejarnos conducir hacia el Flujo de la Abundancia y las
Bendiciones. Es un sendero suave en el que no hay cantidad alguna de
zarandeo capaz de hacer que las cosas sucedan con mayor rapidez de
la prevista. En este proceso, la Sincronía Divina lo es todo y, como
he aprendido en los años que llevo trabajando con el Arcángel
Miguel, hay espirales definidas de energía y de creación que están
ligadas al Gran Corazón del Cosmos, lo que hace que nuestras vidas
se desarrollen en sintonía con estas ondas de amor procedentes del
Gran Sol Central.
Por tanto, nuestro
papel consiste en ser tiernos con nosotros mismos y con los demás,
así como en cultivar la ternura en nuestras propias vidas. Estamos
aprendiendo a estar en paz con lo que hay y a aceptar que todo está
desarrollándose como es debido y en Orden Divino. Independientemente
de cómo parezcan estar las cosas en el exterior, podemos contar con
que, de alguna manera que puede no quedarnos clara ahora mismo, se
está sirviendo al Bien Más Elevado. Esto requiere tener fe y aceptar
que hay una Fuerza Superior que está dirigiendo tanto nuestras vidas
como el desarrollo de los eventos en la Tierra.
Ahora bien, esta
idea de ternura también está ligada a la idea de Compasión, ya que
la Compasión está en la naturaleza del Amor Incondicional y es la
Esencia de la Llama Dorada de la Abundancia y del Amor Ascendido.
Hace varios años, el Arcángel Miguel también me enseñó que la
Compasión significa dejar un espacio para el Bien Más Elevado en
cualquier situación. Esto me resultó interesante porque siempre
había pensado que la Compasión significaba conmoverse por la
situación de otras personas hasta el punto en que surgiera el deseo
de hacer algo por ellas. Bien, a eso se le llama “caridad” y es un
nivel de la práctica del Amor Compasivo, pero sólo es uno más. Creo
que, cuando aprendamos a trabajar con la Compasión y empecemos a
comprender plenamente la naturaleza del Amor Compasivo, seremos
capaces de alimentar esas “flores” de la Compasión en nuestras
vidas.
Así pues, si
Compasión significa liberar un espacio para que se manifieste el
Bien Más Elevado, la Compasión primordialmente es una Actividad
Espiritual en la que sostenemos y enfocamos Luz para que el Bien Más
Elevado pueda manifestarse en dicha situación. Esto no significa que
nuestro trabajo termine ahí, porque estamos aquí para traer el Cielo
a la Tierra, así que es posible que debamos “anclar” también ese
amor a nivel terrenal, y ahí es donde surge la idea de “caridad”.
Además, vamos a querer compartir lo que tenemos para que nos sea
posible llevar Luz en términos de aliviar el sufrimiento físico. En
la vieja energía, la Caridad era algo que la gente hacía cuando
sentía que tenía suficiente, por lo que podían dar a los que
tuvieran menos. En la Nueva Energía, esta necesidad de dar a los
demás vendrá motivada por el deseo de compartir, a fin de que pueda
mantenerse el equilibrio. En el pasado, el viejo concepto de
“caridad” se basaba en el preconcepto de “ricos” y “pobres”, en
virtud del cual los ricos le daban a los pobres. Ahora, al
derrumbarse dichas categorías, esta necesidad de ayudar a los demás
estará motivada por la necesidad de compartir como expresión del
Amor Compasivo. De la misma manera que compartes tu Luz con los
demás, también querrás compartir lo que tienes para que todos puedan
tener suficiente. Porque todos somos Uno, y la Tierra sólo estará
equilibrada cuando todos tengamos suficiente y seamos capaces de
vivir en la Abundancia. Mientras siga habiendo quienes tengan más de
lo que les hace falta cuando otros no tienen ni lo que necesitan,
habrá un desequilibrio que generará sufrimiento.
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