La Nueva Tierra - capitulo 4
Nuestro Yo Superior y Guías
Como ya se
explicó, empezamos nuestra larga jornada evolutiva
como "chispas de Espíritu" en evolución, creadas a
partir de y formando parte del propio Ser de nuestro
Creador, partículas de Su propio Espíritu y Fuerza
de Pensamiento. Cada una de las chispas de Espíritu
creada de la Mente de Dios se convierte también con
el tiempo en “Padre/Madre” de un alma como extensión
de ella misma y, por tanto, se convierte en aquel
que origina una “familia” más de unidades de alma
que están íntimamente relacionadas. Esta relación
familiar con el “Yo Superior” original permite una
interconexión e intercomunicación intuitiva más
cercana entre los planos superiores e inferiores de
existencia. También hay un continuo compartir de
experiencias, no solamente desde los planos
inferiores hacia los superiores, sino también desde
el nivel superior hacia el más bajo. La advertencia
que se transmite del nivel más alto intuitivo hasta
el nivel físico inferior ayuda a evitar que las
almas individuales se enreden en determinada área de
evolución y puedan perder el sentido general de
dirección. El “Yo Superior” continuamente trata de
mantenerlas en el camino evolutivo correcto.
Así, se establece un grupo elevado de
"Altas Super-Almas", también conocidas como "Yo Superior"
o "Presencia Yo Soy". A cada uno de estos Yo
Superior se le permite, entonces crear o dar a luz
otro grupo de 12 "Extensiones de Alma Primarias"
para, de ese modo, ampliar la experiencia de vida
hacia mundos próximos al Plano de Luz Espiritual.
Luego, a estas 12 Extensiones de Alma Primarias se
les autoriza a crear otro grupo más de 12 almas o "extensiones de alma inferiores" para que puedan
vivir sus experiencias en mundos aún más densos.
Así, finalmente puede surgir un gran "Grupo de
Almas de la misma Familia" de hasta 144 "Compañeros
de Alma" íntimamente relacionados, todos ellos
ligados al mismo “Yo Superior”.
Este Grupo de Almas de 144 no se encarna en el
mismo tiempo, o en el mismo nivel de vibración o
dimensión particular, sino que puede manifestarse en
toda la Galaxia, en muchas otras dimensiones o
planetas. Sin embargo, todos los miembros del grupo,
bajo su "Yo Superior" común, permanecerán unidos en
sus largos viajes evolutivos como un grupo de "Compañeros Alma”, a veces encarnando en un mundo en
particular como pareja o como amigos, o formando
parte de una extensa familia.
No obstante, la superalma Yo Superior debe
respetar siempre las Leyes del Karma fundamentales
que exigen que todos experimentemos en su totalidad
la relación causa-efecto de cada una de nuestras
acciones y su resultado. Así, el Yo Superior
respetará siempre la auto-determinación o libre
albedrío de cada extensión de alma inferior
individual y separada. El Yo Superior únicamente
ayudará cuando se le pida asistencia directamente, y
nunca intervendrá kármicamente para aliviar aquellas
difíciles lecciones que cada alma debe aprender por
sí misma.
A medida que las extensiones de alma descienden
hacia mundos inferiores de materialidad, desarrollan
aún más su separación en dos grandes polaridades,
la positiva y la negativa; cada una de ellas
expresando cada vez más fuertemente la polaridad
masculina (fuerza positiva, activa, extrovertida) y
la femenina (fuerza negativa, que nutre,
introvertida). Esto forma parte del Plan del
Creador, que proporciona así al alma un mayor
equilibrio entre estas dos grandes polaridades de la
Creación, y le otorga una gran fuerza para regresar
a la Unidad en la Mente de Dios.
De este modo se crean dos
"Almas Gemelas" o "Llamas Gemelas" como parte de un solo espíritu a un
nivel más alto, permaneciendo como dos partes de una
misma extensión-de-alma, unidas eternamente. Después
de descender y ascender juntas a través del Ciclo
Evolutivo, se les destina finalmente a reunirse al
final de su larga jornada, como un Ser completo y
andrógino (es decir, masculino/femenino unido),
siendo por siempre dos almas-en-una, conservando
incluso un elemento de sus dos polaridades así como
sus individualidades.
Cada Alma Gemela individual, dotada durante su
descenso hacia la materia de una polaridad
predominantemente masculina o femenina, actúa de
esta manera como una fuerza que equilibra a la otra;
una mostrando la fuerza inherente masculina y su
característica mundana, activa, extrovertida y
positiva; y la otra con una característica más
femenina, receptiva, introvertida espiritualmente y
de naturaleza educadora o nutritiva. Esta división
inherente en dos polaridades opuestas que se atraen
magnéticamente no solo ofrece el ímpetu necesario
para la próxima re-unificación de sus dos almas,
sino que promueve el deseo en todas las almas
individuales de buscar la unidad con las demás
almas, y de esta manera su eventual retorno a la
Unidad colectiva de la Mente de Dios.
A medida que progresan en su evolución, las Almas
Gemelas aprenden gradualmente a desarrollar un mayor
equilibrio entre sus dos polaridades o géneros. A
veces un Alma Gemela cambiará de género en una
encarnación en particular con objeto de conocer las
cualidades inherentes de la otra polaridad o género.
Esto explica las diferentes dificultades en la
identidad sexual que muchas personas experimentan
aquí en la Tierra después de que escogieron en los
planos espirituales encarnar en un cuerpo terrestre
bajo un género opuesto y "desacostumbrado". Por
ejemplo, un alma de características
predominantemente femeninas al encarnar en un cuerpo
masculino estará, por naturaleza, más atraída al
sexo opuesto, es decir, a otro género masculino. De
la misma manera, un alma predominantemente masculina
que encarna como una femenina, seguramente buscará
la intimidad de la polaridad de atracción opuesta,
otra femenina. Los cambios de sexo que muchas
personas han estado impulsadas a hacer mediante una
cirugía, muestran un ejemplo extremo de esta
inhabitual posición en el género opuesto.
Por esta razón, las Almas Gemelas aprenden a
equilibrar la cualidad de sus polaridades: la
positiva (masculina), extrovertida/fuerte, con la
negativa (femenina), receptiva/nutritiva. Así,
finalmente estarán en condiciones de quedar
totalmente reunidos como partes equilibradas de un
alma andrógina (masculina/femenina), aunque cada
una como parte de un ser superior unido, conservando
una cierta individualidad y un elemento de su
polaridad original.
Cuando un Alma Gemela encarna en un planeta de un
nivel físico más bajo, como puede ser la Tierra, la
otra generalmente permanece en un plano más elevado
para poder suministrarle una conexión espiritual más
próxima con el mundo superior. Existen ocasiones,
sin embargo, en que las Almas Gemelas se ponen de
acuerdo para encontrarse y compartir una encarnación
a nivel físico, como cuando deben cumplir una misión
conjunta en la Tierra. En tales ocasiones, a menos
que hayan escogido nacer como familiares cercanos o
gemelos en la misma familia, el tiempo y el lugar de
su primer encuentro en el denso nivel físico siempre
está previsto y pre-concertado a Nivel Espiritual.
De tal manera que cuando se encuentran sobre la
Tierra a veces experimentan una sensación de "amor a
primera vista" instantáneo y profundo, en el que
intuitivamente recuerdan su antigua conexión amorosa
al igual que reconocen su encuentro pre-concertado a
nivel espiritual. Tal "encuentro" siempre provoca
una nota de nostalgia en todos nosotros, y se
muestra en muchas de las grandes historias de amor
románticas de la Tierra.
Aún cuando no estemos destinados a encontrar
nuestra Alma Gemela o Llama Gemela aquí en la
Tierra, es posible que en lugar de eso
experimentemos una íntima asociación con uno de
nuestros propios Compañeros de Alma Familiar -
Espiritual, un miembro de nuestro amplio Grupo de
Almas. También podemos haber estado íntimamente
asociados con ese Compañero de Alma en particular en
una vida pasada, ya sea como miembro de la misma
familia o como un amigo íntimo durante una
experiencia previa en la Tierra.
Durante el largo ciclo evolutivo, cuando las
almas descienden a mundos inferiores de "materia" y
luego se vuelven a elevar, el Yo Superior permanece
en el nivel espiritual más alto, acumulando y
grabando constantemente todas las experiencias
evolutivas vividas por aquellas extensiones-de-alma
en evolución en los planos inferiores. Este
conocimiento acumulado se hace accesible para ellos
-vía el Yo Superior- como la voz interna de la
conciencia, siempre presente para ayudarlos a tomar
el camino correcto para su desarrollo futuro.
Por lo tanto, con la intención y el entrenamiento
apropiados, podemos tener acceso a todo este
conocimiento espiritual acumulado vía nuestro Yo
Superior, simplemente dirigiendo nuestros
pensamientos hacia nuestro interior durante una
silenciosa contemplación y buscando la conexión con
nuestra "Presencia Yo Soy".
Este almacén de conocimiento y habilidades
evolutivas acumuladas por el Yo Superior también
provee a cada una de las almas inferiores encarnadas
de un trasfondo de rasgos, talentos y habilidades
adquiridas durante las vidas pasadas. Esta
continuidad de desarrollo y logro explica porqué
algunas personas nacidas sobre la Tierra muestran
talentos naturales inusualmente excepcionales en el
campo de la sanación o la ciencia, o quizá se
muestre como un genio científico o un niño-prodigio
musical.
Si intentamos visualizar la naturaleza y
apariencia de un "Yo Superior", tenemos una muy
buena descripción del primer encuentro entre Shirley
MacLaine y su propio Ser Superior. El encuentro fue
conducido a través de una exploración psíquica con
su amigo Chris Griscom. Shirley escribe en su libro
titulado "Dancing in the Light" [Bantam l985]:
“Respiré profundamente hacia mi propio centro
como si estuviera logrando mi equilibrio psíquico.
Luego una imagen surgió en mi mente, al principio
difusa, pero luego muy clara. Fue absolutamente
impactante. Vi la forma de un Ser Humano muy alto,
extremadamente confiado, casi andrógino. Un suave
manto color crema, plegado, flotaba sobre su figura
de casi dos metros de alto, con largos brazos
reposando calmadamente a los lados. Dedos aun más
largos al final de sus brazos. La energía de esta
forma me parecía más masculina que femenina. La piel
del Ser era rojiza y su cabello, a la altura de los
hombros, era castaño. La cara mostraba altos pómulos
y una nariz recta como cincelada. Los ojos eran de
un azul intenso y la expresión era de bondad
suprema, aunque de gran fortaleza. El ser levantó
sus brazos como dándome la bienvenida. Sentí que
algo muy oriental emanaba de este gesto, más
oriental que occidental. Y tuve la intuición de que
era extremadamente protector, lleno de paciencia,
pero capaz también de mostrar un gran enojo. Era
simple, pero tan poderoso que parecía "saber" todo
lo que era necesario saber. Me quedé sin habla ante
lo que estaba viendo y lo que sentía acerca de este
ser.
“¿Quién eres?” – le pregunté, temiendo escuchar
lo que me diría, temiendo vivir esta experiencia
dimensional. ¡El Ser me sonrió y me abrazó!
“Soy tu Yo Superior Ilimitado”, dijo.
“¡Oh Dios mio!”, me escuché decir estúpidamente.
“¿Realmente estás ahí?”
Sonrió de nuevo.
“Si,” dijo, “He estado siempre aquí. He estado
aquí contigo desde el inicio del tiempo. Nunca me
alejo de ti. Yo soy tú. Soy tu alma ilimitada. Soy
el tú ilimitado que te guía y te enseña a través de
cada encarnación”.
“Escucha”, le dije, “¿por qué tienes una forma y
por qué te ves de esta manera?
Volvió a sonreír.
“Porque”, dijo, “debes verme en la forma de una
dimensión del plano de la Tierra. La forma del alma
es la forma del cuerpo humano, en todo caso. La
única diferencia es que el alma es una forma sin
masa. Pero si tú pudieras ver la forma-de-Luz de un
alma, verías una cabeza, dos brazos, un cuerpo y dos
piernas. El alma es luz de alta frecuencia sin masa.
Esa es la única diferencia.”
“Bien pero, ¿por qué me pareces tan masculino?,
le pregunté.
“Solamente parezco más masculino que femenino
porque soy poderoso. La energía del alma es
poderosa, pero también es andrógina. Es decir,
existe un equilibrio perfecto entre la energía
positiva, que es masculina, y la energía negativa
que es femenina, o yin (femenino) y yang
(masculino). La energía positiva masculina es
impulsiva y activa. La energía femenina negativa es
receptora y aceptadora. Ambas son igualmente
necesarias para lograr la vida, una no puede obrar
sin la otra.”
La imagen del Yo Superior permaneció calmada y
centrada. Tenía la impresión que no se manifestaría
a menos que estuviera motivada a hacerlo. Miré por
la ventana, hacia un árbol afuera. Se mecía con la
brisa.
“Escucha”, dije, “si te pidiera que me ayudaras a
detener el movimiento de un árbol, lo podríamos
hacer?
“Pruébame”, dijo el Yo Superior.
“Bien”, dije. “Ese árbol afuera. Vamos a impedir
que se balancee.”
“Muy bien”, dijo el Yo Superior. “Siente mi poder
convertirse en tú poder. Asume que juntos podemos
lograr cualquier cosa.”
Me conecté con la energía de mi imagen del Yo
Superior y me fundí en ella.
“Ahora”, dijo, “pídele permiso al árbol para
controlar su movimiento.”
“¿Pedirle permiso al árbol? Le pregunté, dándome
cuenta de pronto de las refinadas sutilezas de una
interacción kármica.
“Por supuesto”, dijo el Yo Superior. “Todo tipo
de vida debe trabajar en armonía, equilibrio y
respeto por otra vida. No puede existir abuso de
poder sin que haya una desastrosa consecuencia. Vas
a escuchar al árbol responderte. Conocerás cómo se
siente acerca de esto.”
“¿Los árboles sienten?”, pregunté.
“Desde luego,” dijo el Yo Superior. “Toda vida
vibra con sentimiento. Y el estado natural del
sentimiento es amor. El estado de amor se logra
simplemente siendo. La naturaleza es una
manifestación del estado de simplemente “ser”. Así
es. Y lo que es, en el sentido más puro, es el
perfecto equilibrio.”
Shirley, una vez que exitosamente detuvo el
movimiento del árbol con la ayuda del Yo Superior,
continúa:
Miré hacia arriba al Yo Superior en mi mente. Los
brazos bajaron suavemente. “¿Te das cuenta?”, dijo.
“Tú hiciste eso. Tú puedes usar tu energía para
cualquier cosa. Pero debes reconocerme para poder
hacerlo.”
“Entonces, ¿cuál es la diferencia entre tú y
Dios?”, pregunté.
“Ninguna”, dijo. “Yo soy Dios, porque toda
energía está conectada a la misma fuente. Somos
cada uno aspectos de esa Fuente. Todos somos parte
de Dios. Somos reflejos individualizados del Origen
de Dios. Dios es nosotros y nosotros somos Dios.”
“Y tú eres yo”.
“Correcto”.
“Luego, ¿todos tienen su propio Yo Superior
Ilimitado?”
“Exactamente,” dijo el Yo Superior. “Y cada Yo
Superior está en contacto con cada uno de los Yo
Superior. Todas las almas ilimitadas resuenan en
armonía una con la otra. La razón por la cuál no
reconocéis esa verdad en el plano de la Tierra es
porque no estáis en contacto con la energía del alma
individual de vuestros Yo Superiores. Pero habréis
de llegar allí porque no existe otro lugar en donde
lograr la paz. La paz en el exterior proviene de la
paz en el interior. La paz interna surge de la
comprensión de que todos somos Dios.”
[“Dancing in the Light”, por
Shirley MacLaine – Bantam Books, Inc. l985]
Cada uno de nosotros tiene varios Guías y Ángeles
Guardianes que trabajan desde los Mundos
Espirituales para guiarnos y cuidarnos durante
nuestras encarnaciones aquí en la Tierra. Cuando
nacemos, nuestros Ángeles Guardianes mantienen un
cuidado especial sobre nosotros cuando encarnamos
por primera vez en un cuerpo físico, especialmente
hasta los siete años. Los niños pequeños, cuya vista
etérica generalmente funciona todavía, ciertamente
son capaces de ver a los Ángeles Guardianes cuando
están por encima de ellos, protegiéndolos y
guiándolos.
Además de nuestros Ángeles Guardianes, existen
otros Seres en el Plano Espiritual con los que
usualmente hemos tenido una conexión en el pasado,
que también actúan como nuestros Guías, guiándonos y
protegiéndonos conforme vamos recorriendo nuestro
sendero en la vida.
Este tipo de Guía es generalmente un “hermano
mayor”, un alma de una evolución considerable, una
que probablemente ha vivido muchas vidas anteriores
aquí en la Tierra y que puede, por tanto, comprender
muy bien la naturaleza y las dificultades de la vida
a nivel físico. Nuestro Guía – él o ella - puede
estar adquiriendo experiencias evolutivas de
aprendizaje adicional muy útiles al observar nuestra
vida y aprender de nuestras lecciones.
Sin embargo, al tiempo que nuestros Ángeles
Guardianes y nuestros Guías están listos para
aconsejarnos y asistirnos en todo momento, existen
dos limitaciones para esta ayuda. Primeramente;
ellos normalmente no van a interferir a menos que
solicitemos directamente su ayuda; ellos deberán
siempre respetar nuestro libre albedrío y por lo
tanto no despojarnos de las importantes lecciones
que debemos aprender por nosotros mismos. Y segundo:
no debemos asumir que “cualquier cosa que pidamos
nos será otorgada”, porque debemos recordar que los
Seres Superiores tienen una mayor y mejor visión, y
no nos van a ayudar a hacer algo que no sea para
nuestro “bien supremo”. Sería fácil para nosotros
sentir, cuando nuestras más fervientes oraciones no
parecen ser respondidas, que nuestros Guías
Celestiales nos han “fallado”. Pero debiéramos
entender que los lazos entre nosotros y nuestros
Guías fueron formados y existen en un nivel superior
del Alma. En este nivel ellos saben – y también
nosotros reconocemos cuando visitamos los planos
superiores durante el sueño - lo que es mejor para
nuestro “bien supremo”.
Aparte de la ayuda y consejo personales que
podamos recibir como individuos, la sabiduría y la
guía también se hacen evidentes a nivel terrestre en
su sentido más amplio a través de otros Seres
Superiores conocidos como “Maestros”.
“Un Maestro puede dar su consejo sin ser visto,
quizá guiando la voz o la mano de un profeta; o un
Maestro puede encarnar sobre la Tierra, ofreciendo
con su vida un ejemplo para la humanidad. Un Maestro
encarnado sobre la Tierra puede incluso quedar
“ensombrecido” por un Maestro todavía más grande,
quien, con el consentimiento del “menor” actúa y
habla a través de éste. El Maestro Jesús-Sananda fue
"ensombrecido" de esta manera durante los últimos
años de su ministerio por El Cristo, la encarnación
más alta del Creador. Por lo tanto, “Jesucristo” no
debe ser pensado o hacerse referencia a él como una
sola “persona”, sino como el Maestro Jesús-Sananda,
que por un tiempo fue "ensombrecido" por El Cristo.
Los Maestros como parte de la Jerarquía
Espiritual de la Tierra, son Seres altamente
evolucionados, con un grado de sabiduría y
conciencia completamente desarrollado. Ellos
realizan el Servicio Universal. Generalmente no
están ligados a ningún alma individual sobre la
Tierra como son vuestros Ángeles Guardianes y
vuestros Guías. Sirven a una causa mucho mayor, y
cuando vienen a esta Tierra, ellos vienen no tanto
para el individuo sino para la Humanidad como un
todo. A veces hablan a través de canales entrenados
e inspirados para dar mensajes a la Humanidad.
Cuando encarnan sobre la Tierra vienen para poder
servir a la Humanidad y para traer sabiduría y
conocimiento para la Tierra como un todo. No están
preocupados por el individuo tanto como por el Gran
Plan. Es por medio de los Maestros que el
Conocimiento para esta Tierra es revelado y
entregado a la Humanidad, y el Plan Divino para esta
Tierra es revelado y ejecutado”.
[The Master RAMALA – canalizado por el Centro
Ramala, Glastonbury.]
En verdad hay una gran cantidad de ayuda y apoyo
para aquellos que la buscan en la paz de su mente y
en la humildad del espíritu. El conocimiento
espiritual enseña que a través del proceso de
iluminación del cuerpo, del desprendimiento del
egocentrismo, y del desarrollo consciente de la
Unidad Universal, podemos abrirnos a mundos que
están más allá de nuestra limitada percepción de la
“realidad” y aprender a recibir el “Conocimiento
Superior”, la sabiduría de nuestros Guías y de los
Grandes Maestros. Y puede decirse sin miedo a la
exageración que "necesitamos todo tipo de consejo y
asistencia que podamos obtener" pues las
encarnaciones que experimentamos aquí en la Tierra a
nivel físico son las que nos ponen a prueba y las
más difíciles de todo nuestro viaje evolutivo.