El propósito
central que unifica todas las experiencias de una
vida es la evolución y su proceso de aprendizaje
inherente.
Más concretamente, en este tiempo en particular,
la Humanidad en la Tierra ha alcanzado el punto de
regreso ascendente sobre el Gran Arco Evolutivo, el
punto donde podemos empezar a trabajar hacia la
unidad con todas las formas de vida y finalmente con
nuestra Fuente Creadora. Este es un giro desde el
descenso involutivo que el alma experimenta cuando
se separa del Creador, desde su individualidad,
desde su auto-centrismo y su motivación desde el
ego, en un regreso hacia la cooperación y la unidad
con los demás seres.
La posición evolutiva colectiva de la humanidad
en este tiempo sobre la Tierra es manifestarse como
una vuelta, lenta pero muy significativa, hacia el
equilibrio a medida que la balanza comienza a
inclinarse, casi imperceptiblemente, hacia el lado
del Espíritu en oposición a la Materia, hacia la
Unidad en oposición al Yo.
De esta manera, el esfuerzo individual que todos
debemos hacer para manifestar la compasión y la
consciencia de las necesidades de los demás,
equilibrado por la autodisciplina y la eficiencia
-requisitos fundamentales del proceso evolutivo-,
adquiere un significado particular en estos
momentos.
El causar daño o herir a los demás, explotar a
los demás para sacar provecho de sus debilidades,
han sido elementos importantes en la pasada historia
de la humanidad, según viajábamos hacia un cada vez
mayor egocentrismo. Ahora, a medida que empezamos a
cambiar de dirección, nuestra nueva orientación se
vuelve hacia la cooperación, el respeto mutuo y,
finalmente, al "amor incondicional" que es el que se
expresa universalmente en los niveles superiores.
En particular, debemos buscar el desarrollo de
una nueva conciencia y respeto por otras formas de
vida con las que compartimos este planeta,
particularmente con el Reino Animal que tanto ha
sufrido por nuestras manos en el pasado, sin olvidar
nuestro gran Ser Planetario Tierra, cuyo cuerpo ha
sido destrozado y contaminado indiscriminadamente a
través de las eras de la humanidad.
El camino de regreso a la Unidad requiere estar
cada vez más a tono con las Leyes Naturales del
Universo, en especial en este momento de cambio
evolutivo, mientras los hábitos de nuestro pasado
egocéntrico todavía están tan activos. Un cambio de
dirección siempre resulta difícil, particularmente
cuando somos tironeados por los restos residuales de
nuestro pasado egocentrista, el cual no es apropiado
para nuestro nuevo movimiento ascendente hacia
niveles vibracionales más altos.
"Cada uno de vosotros, según el punto de
consciencia y evolución de vuestra alma, deberá
estar a tono con la grandes Leyes Naturales del
Cosmos y deberá llevar la vida de acuerdo con esas
leyes, sin importar las tentaciones físicas o
materiales que se os presenten. Seréis puestos a
prueba en el ejercicio de esas leyes.
Hoy día son principalmente los Reinos Animal,
Vegetal y Mineral los que están siendo esclavizados
y explotados. La humanidad siente que tiene el
derecho de comprar y vender las diversas
manifestaciones de estos Reinos. ¿Cómo vais a
responder a esta prueba? No importa lo que hagan el
resto de las personas que haya a vuestro alrededor.
Vosotros debéis tomar vuestra propia decisión
basandoos en vuestra comprensión de las Leyes
Naturales. Todo lo que hagáis en relación con estos
tres Reinos de Materia deberá estar a tono con la
Ley más alta, la Ley del Cosmos, la Ley de la
Armonía y el Equilibrio, la Ley del Orden Natural."
[The Master RAMALA, canalizado por el Ramala
Centre, Glastonbury.]
Durante siglos el hombre ha concentrado su
atención en las relaciones con el prójimo. Al
principio, los Fuertes, aquellos que poseían mayor
poder e influencia, sostenían el dominio; luego,
aquellos que se veían a sí mismos como los Débiles
sin privilegios, empezaron a luchar por sus derechos
por medio de la fuerza númerica superior, a veces
sometiendo a sus antiguos amos. En ambos casos, la
pelea estaba, y todavía está, motivada meramente por
el propio interés en ambos casos. Ahora que las dos
partes están llegando a una posición de
casi-igualdad en fuerza, toda una nueva base moral
para la interacción social, basada en la igualdad y
el respeto, debe ser establecida para el futuro. Lo
más difícil sin embargo, y que requiere un punto de
vista moral aún más elevado, es el otorgamiento de
derechos y justicia por parte de los que están en
posiciones superiores hacia aquellos que no están en
posición de luchar o incluso de pedir. Ni los
animales ni las plantas, ni el "medio ambiente" o el
nonato, pueden luchar ni exigir; si van a recibir
justicia ésta debe serles dada voluntariamente. Este
es nuestro reto presente, una de las mayores pruebas
para el futuro como colectividad.
A medida que nos hacemos más conscientes de la
necesidad de mostrar un mayor respeto por nuestro
medio ambiente y el Reino Animal, muchas personas
están tomando la decisión de convertirse en
vegetarianos rechazando la carne como alimento,
rechazando la carne de las aves, los peces y los
animales y volviendo al concepto vegetariano de no
matar la vida con conciencia.
Aquellos que deseen avanzar más aún pueden
convertirse en "Frutívoros" y vivir a base de una
dieta de frutas, nueces y granos, "frutos de la
Tierra" que nos son "dados" libremente con el fin de
procrearse con más eficiencia. Una lechuga, una col
o una zanahoria, que están en proceso de crecimiento
y de experimentar la vida sin importar cuan limitada
nos parezca, tiene que ser matada y sus experiencias
de vida encarnada acortadas ¡antes de que la puedas
comer!. Las semillas y los granos representan una
vida en potencia pero hasta que hayan germinado no
se han embarcado en el recorrido del espíritu
evolutivo experimentando la vida física. La fruta,
por el contrario, es ofrecida al hombre en forma
gratuita, a los animales y a las aves para que
puedan distribuir sus semillas a los cuatro vientos.
Si podemos aprender a practicar el mayor respeto
por el Reino Animal estaremos retornando, ahora con
una mayor conciencia, a la condición que existía
hace mucho tiempo en la Tierra:
"El hombre, que vivía en la perfección, no poseía
ni controlaba a los animales, a las aves en el aire
o a los peces del mar. Los reconocía como chispas de
la creación que no estaban tan evolucionados como
él, y por lo tanto era consciente de su
responsabilidad hacia ellos. Se daba cuenta de que
de ninguna manera debía ser un ejemplo para el Reino
Animal que pudiera degradarlo o descarriarle. De
ninguna forma debía dañar a los animales puesto que
uno no daña a un alma menos evolucionada: uno la
ayuda llevándola a su punto de conciencia. El hombre
no necesitaba matar ninguna especie del Reino Animal
para proveerse de alimento, porque era frutívoro y
vivía enteramente de los frutos de la Tierra".
[The Master RAMALA, canalizado por el Ramala
Centre, Glastonbury.]
El respeto por otras formas de vida está en total
sintonía con la adquisición de nuestra propia
conciencia y la conciencia grupal. Hacer ejercicio,
llevar una dieta saludable a base de frutas, sin
grasa ni productos de animales, bajo una rutina de
vida disciplinada y viviendo una "vida limpia", todo
ello se combina para elevar la frecuencia vibratoria
y en general el nivel del ser. Somos muy
dependientes de nuestro cuerpo físico, que es
nuestro vehículo para manifestarnos en este denso
plano sobre la Tierra. Un cuerpo desprovisto de
salud y mal usado puede rápidamente convertirse en
una carga y ser un verdadero detrimento para el
progreso evolutivo; desde hace tiempo se ha
reconocido que el espíritu puro reside más
confortablemente en un cuerpo puro y saludable.
A través del proceso de comer más ligero y de una
vida saludable, de calmada reflexión, de estar a
tono y escuchando a nuestro Yo Superior, podemos
profundizar en la comprensión de nosotros mismos, de
nuestro universo y de nuestro plan evolutivo.
También podemos desarrollar una mayor conciencia y
respeto hacia otras formas de vida y hacia nuestro
planeta; podemos establecer, y posteriormente
reforzar, el contacto vital entre el Yo de la Tierra
y el Yo Superior; podemos empezar a alinearnos con
"el flujo", sirviendo a los demás al igual que al
Yo, y llevando nuestras vidas de acuerdo con la
Sabiduría Superior y la Leyes Naturales del
Universo.
De esta manera todos los individuos y la
Humanidad en general podemos asumir el reto desde
nuestro actual punto evolutivo conforme hacemos el
giro desde el Yo hacia la Unidad. Las enseñanzas y
la guía están ahí en abundancia; depende de nosotros
buscarlas y ponerlas en práctica.
Muchos grandes Maestros han encarnado en el plano
físico de la Tierra y por sus vidas y su trabajo han
demostrado su comprensión de las grandes Leyes
Naturales del Universo. Esto se refleja en
enseñanzas tales como: "Haz por los otros lo que
quieres que otros hagan por ti"; "Como el hombre
piensa en su corazón, así es"; y "Aquello que das
libremente al Creador de toda Vida siempre te será
devuelto multiplicado por diez".
Si estás en sintonía con las Leyes Naturales,
entonces vivirás en paz. El estado de paz no es la
ausencia de guerra sino, más bien, el estado de
alineación con las Leyes Naturales. Si asumes estas
Leyes en cualquier nivel – individual, nacional o
globalmente – estarás en paz, porque estarás
viviendo según las Leyes del Espíritu Infinito."