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Paleoantropologia .
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ESPECIAL "EL HOMBRE DE ORCE" EN TARTESSOS.INFO

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LOS PRIMEROS HABITANTES DE EUROPA
 
 
 
 
    Andalucía en la investigación del Paleolítico Inferior.
     
    El Paleolítico Inferior de Andalucía alcanza su verdadera dimensión interpretativa en una perspectiva general del mundo cuaternario peninsular, continental europeo y circunmediterráneo africano y asiático. Presentamos seguidamente el panorama actual de su investigación, a escala peninsular Ibérica.
     

    Enrique Vallespí
     
El auge actual y la renovación y tecnificación de los estudios del Paleolítico Inferior, comprometidos sus investigadores en la interpretación de los grandes temas de los comienzos de la historia humana, contribuye además al planteamiento filosófico renovado de la posición del hombre en el universo, un tema clave del pensamiento permanente.
Efectivamente, en la totalidad de la historia del tiempo hasta el presente (historia del universo, de la Tierra y de la vida en la Tierra), el Paleolítico constituye su punto de inflexión radical, porque supone el paso de la historia natural a la historia cultural, la historia de la humanidad. Del mismo modo, la consideración del legado paleolítico (formación del tipo antropológico del hombre moderno, poblamiento de la ecúmene y encauzamiento del proceso cultural posterior) evidencia el sentimiento dinámico que debemos dar a su interpretación, entendida así la historia como la gravitación del pasado en nuestro presente, con toda su universalidad, de modo que estamos vinculados, vital y conscientemente, todos entre nosotros mismos y con nuestro pasado universal.

Conviene, por lo tanto, que estos pensamientos del significado del Paleolítico en su totalidad de la historia y en nuestra propia naturaleza personal presidan siempre nuestra consideración de los estudios paleolíticos, tanto si se trata de síntesis generales como de los aspectos sectoriales o regionales, cuya interpretación sólo cobra su pleno sentido en una perspectiva general.

Sirva esta consideración previa de llamada de atención sobre el alcance del conocimiento de la historia paleolítica en el mundo actual del pensamiento.
 

Andalucía en el panorama peninsular ibérico.
En consonancia con sus perspectivas generales, conviene recordar que la historia del Paleolítico Inferior de Andalucía y de la totalidad de la Península Ibérica corresponde a la gran epopeya de los comienzos de la expansión intercontinental del poblamiento humano, que continúa sus comienzos africanos y al que pertenecen, junto a otros testimonios eurasiáticos y norteafricanos, las más antiguas evidencias controladas de la Depresión de Guadix-Baza y del complejo de Atapuerca.

En una visión sintética, la clave que define el estado actual de investigación del Paleolítico Inferior de nuestra península la constituye el conocimiento de una serie de estratigrafías geoarqueológicas en diversos yacimientos regionales, metódicamente elaboradas en los últimos veinticinco años, que en el momento presente permiten una ordenación fiable del proceso, de alcance peninsular, con relevancia de la investigación de Andalucía.

En efecto, con el establecimiento de paralelismos secuenciales entre los yacimientos de la Depresión de Guadix-Baza y de Atapuerca, y los de las depresiones fluviales del Duero y Tajo y del Bajo Guadalquivir, es posible la estructuración de una secuencia general del Paleolítico Inferior de la Región Central y del Sur, con la que pueden correlacionarse diversas estratigrafías locales de las Periferias Septentrional y Occidental y los peculiares registros secuenciales de la Periferia Levantina. Tal es la trama geocronologíca de una vertebración científica del proceso paleolítico inferior de la Península Ibérica. Se trata, en definitiva, de armonizar los registros paleolíticos de las secuencias estratigráficas clave del Cuaternario Antiguo y Medio de las regiones peninsulares en una ordenación de alcance peninsular.


El resultado de estas investigaciones presenta el siguiente panorama espacio-temporal:

1* La primera gran etapa del proceso, entre un millón trescientos mil 
  y los setecientos mil años, lo constituyen los testimonios más 
  antiguos de la Depresión de Guadix-Baza, en Orce, y de Atapuerca, 
  que, con su distanciamiento geográfico evidencian la existencia de 
  cierta dispersión geográfica de los primeros grupos humanos en la 
  Península.
2* Su continuidad aparece evidenciada en las propias secuencias de 
  Guadix-Baza y de Atapuerca y de otros yacimientos con los que deben 
  relacionarse, en las terrazas altas y medias altas de las grandes 
  secuencias fluviales de la Depresión Inferior del Guadalquivir y de 
  la Región Central, del Duero, Tajo y Guadiana, así como en zonas de 
  la Periferia Occidental y en el Noreste, referentes a un poblamiento 
  humano extendido y algo más densificado, entre los setecientos y los 
  trescientos mil años, que constituye lo que podemos denominar la 
  Iberia del Achelense Antiguo (relativizando su catalogación de 
  antiguo a su ámbito peninsular y occidental).
3* Con el impulso del proceso al Pleno Achelense, se comprueba la 
  generalización, desde los años trescientos mil, del poblamiento a 
  toda la vertiente atlántica de la Península (Noroeste y Periferia 
  Septentrional, con algunas evidencias anteriores), valle del Ebro y 
  Sudeste y Alta Andalucía, mientras en la zona mediterránea central, 
  Levante valenciano principalmente e interior turolense, aparecen 
  testimonios arqueológicos diferenciados, prefigurando una facies 
  regional levantina no achelense, aunque debe tratarse de los mismos 
  poblamientos generales.
4* Desde antes de los cincuenta mil y hasta los años treinta mil, con 
  cambios antropológicos y redistribuciones poblacionales regionales, 
  en las grandes depresiones fluviales del Centro y Sur de la 
  Península, se evidencia un fenómeno de perduraciones técnicas e 
  instrumentales líticos, cuyo desarrollo paralelo al de los complejos 
  musterienses clásicos determina la existencia de un Paleolítico Medio 
  dual, de musterienses en cueva en ambientes de montaña y litorales y 
  de postachelenses en campo abierto de ámbitos fluviales, con 
  préstamos recíprocos en sus equipos instrumentales y un epígono 
  achelense terminal, en tiempos ya del Paleolítico Superior Antiguo.


Las claves de la investigación del Paleolítico Inferior de Andalucía.
En este resumen del proceso espacio-temporal de los primeros habitantes de la Península Ibérica se evidencia la importancia de la aportación de Andalucía, proyectada como hemos señalado, a un amplio marco intercontinental. A escala peninsular, a la que reducimos este comentario, su presencia aparece, sin interrupción, en las cuatro etapas señaladas del desarrollo temporal del proceso, desde los testimonios iniciales, hace más de un millón de años, y durante todos los tiempos achelenses, hasta los tiempos del Paleolítico Medio, en los que se inicia el asentamiento humano permanente en zonas restringidas de su amplio territorio. Resulta pertinente, por lo tanto, concluir esta exposición con una referencia a las bases científicas actualmente disponibles de tan importante aportación.

Con la perspectiva siempre abierta a futuros descubrimientos, las claves actuales de esta aportación se sustancian en las investigaciones en curso de dos espacios locales, relacionables entre sí, vertebradores del Paleolítico Inferior de la región e imprescindibles también para la estructuración de la secuencia general de la totalidad de la Península y más amplia proyección. Las depresiones de Guadix-Baza y del Gualdalquivir Inferior constituyen los dos complejos de yacimientos clave que aludimos:

La actualización científica de la Depresión de Guadix-Baza, con sus yacimientos conocidos (Fuente Nueva y Barranco León, Cúllar-Baza y Solana del Zamborino), sus importantes novedades y la impresionante aportación ambiental del Cuaternario Antiguo y Medio de su secuencia estratigráfica, programada en el Congreso Internacional y la Exposición PRIMEURO, sobre los primeros habitantes de Europa, estos días en Granada, remite esta reseña a las aportaciones de su equipo de investigación y a las colaboraciones presentes en este mismo Diario.

La Depresión Inferior del Guadalquivir presenta sus registros paleolíticos más antiguos controlados en el interior de los depósitos del primer nivel con polaridad magnética normal, que inicia su complejo de terrazas altas, relacionable, geocronológicamente, por lo tanto, con el episodio transicional y comienzo del Cuaternario Antiguo de la secuencia de Guadix-Baza. Esta secuencia del Bajo Guadalquivir constituye una continuidad de registros paleolíticos en el interior de todos sus niveles, las siete terrazas del Cuaternario Medio y una terraza transicional, del Riss-Wüurm, hasta sus niveles más bajos, asimismo con registros paleolíticos terminales. En la misma depresión se desarrolla la secuencia asimilable del Guadalete; el Corbones, en cambio, presenta una secuencia asimilable en su incidencia en el Guadalquivir, peros con peculiaridades en el curso medio-alto.

Queda además la cuestión de los vestigios achelenses en la base de alguna estratigrafía musteriense en cueva, enriqueciendo las perspectivas de investigación del Paleolítico Inferior de Andalucía, cuya dimensión en la gran secuencia regional conjunta de la Depresión de Guadix-Baza y del Bajo Guadalquivir, pretende evidenciar este comentario.


Enrique Vallespí, Profesor de Prehistoria de la Universidad de Sevilla.  Aunque aragonés de nacimiento, ha desarrollado la mayorparte de su vida profesional en Andalucía. Fue pionero en el estudio de las terrazas del Guadalquivir, donde se han encontrado importantes asociaciones líticas achelenses.