Fotos ortostáticas de una
figura de aspecto animal.
A una hora de Vigo y muy cerca de la frontera con Portugal, las montañas de
la Serra da Pene da, pertenecientes al concello luso de Melgaho, escondían un
tesoro arqueológico que hasta ahora había pasado desapercibido para los
estudiosos: una veintena de figuras de animales y rostros humanos conformados
por alineamientos de monolitos, que en algunos casos tienen más 300 metros de
largo y que sólo pueden ser distinguidos desde una posición elevada. Este tipo
de hallazgo arqueológico es totalmente novedoso en Europa y sólo se tienen
noticias de restos similares en el continente asiático y americano (ver la doble
página final).
Pablo Novoa, autor de reportaje junto a uno de los
alineamientos de la Serra da Peneda, al norte de Portugal
La mayoría de estas colosales figuras se encuentran situadas en las laderas de
las montañas cercanas al Parque de Lamas de Mouro y el pueblo de Cubalhao.
Después de siete años de investigaciones y tras explorar repetidamente la sierra
con ayuda de pastores y la guía del Parque, Silvie Amorín, pude determinar que
las formaciones de piedras «hincadas» no eran ningún tipo de muro y, tras
examinar numerosas ortofotos aéreas y comparadas con las tomadas en tierra,
llegué a la conclusión de que dichos restos arqueológicos dibujaban gigantescas
figuras de varias especies: aves, cuadrúpedos y anfibios, así como varios
rostros humanos, cuyo tamaño va desde los 50 a los 350 metros de longitud.
Muchas de las figuras pueden verse desde lo alto de las montañas vecinas, por lo
que no es probable que se hicieran para ser vistas únicamente desde el cielo, lo
cual descarta cualquier tipo de especulación en este sentido.
Parte de la figura megalítica
de una vaca de gran cornamenta.
En mi opinión, estas construcciones pudieron haber sido hechas hace más de cinco
mil años por pueblos de civilización megalítica, de los que se desconoce su
procedencia. Debido a lo novedoso del hallazgo, creo que estas figuras fueron
realizadas por pueblos pastoriles que establecían sus cotos bajo la figura de un
animal, según el clan al que pertenecían, siguiendo la costumbre de pueblos
americanos como los hoppis, cuyas comunidades vivían bajo el nombre de una
animal, como los conocidos clanes de la serpiente, el ciervo, el oso, el águila,
etc.
Foto ortostática aérea de la
figura de una gran ave de unos 400 metros de largo
Tras advertir del hallazgo, trabajadores del Parque Nacional de A Peneda y
varios arqueólogos portugueses se trasladaron a la zona y, pasada la sorpresa
inicial, han puesto el asunto en manos de los especialistas.
En el pueblo de Santo Antonio
de Vadepodros, en la Serra da Peneda,
todavía se mantiene la
tradición arquitectónica de los antiguos castreños que vivieron en la región
No han faltado tampoco voces críticas, como la del director del Parque
Arqueológico de Foz Coa, Martino Baptista, para quien las figuras serían
simplemente muros divisorios del siglo XVI. Sin embargo, otros expertos no
comparten su opinión. En una visita al lugar me acompañaron dos conocidos
arqueólogos de Lisboa, quienes encontraron allí restos de posibles herramientas
paleolíticas hechas de cuarzo que ayudarían a datar con fiabilidad el hallazgo.
Hasta allí han acudido también otros arqueólogos extranjeros, quienes
comprobaron la validez del descubrimiento, que convierte a esta región en uno de
los enclaves más destacados de Europa en arqueología megalítica. Por desgracia,
esta joya histórica podría desaparecer si, como está previsto, se construye en
el lugar un parque eólico. .
Varios megalitos que
conforman una de las figuras o monolitoglifos de la Serra da Peneda al norte de
Portugal
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