Un ESPAÑOLITO llamado TUTANKAMON… (El MAPA más antiguo del Mundo…)

Cuando en Abril de 1984 Jorge Mª Ribero-Meneses descubre que la Humanidad racional y la Civilización nacieron a orillas del Kantábrico, TODOS los antropólogos del orbe defendían que nuestra especie se gestó en África hace “40.000 años”, fruto de la evolución sufrida por el homo erectus y el hombre de Neanderthal.

 

Introito 228-{. Sábado, 17 Septiembre 2011, Jorge Mª Ribero-Meneses Lázaro

La Biología Molecular (a través del estudio del ADN), las excavaciones en ATAPUERCA  y una cadena constante de descubrimientos arkeológicos y antropológicos que se han precipitado desde el año 1995, han acabado demostrando que neanderthales e incluso erectus, fueron especies coetáneas del HOMO SAPIENS y que el solar más antiguo de la Humanidad RACIONAL se encuentra en el NORTE DE ESPAÑA, allí donde Ribero-Meneses lo situó hace casi 28 años, para sorpresa de todos y escándalo de aquellos que han pasado de denostar al investigador español…, a plagiarle sin rubor alguno.


El último eslabón de esa cadena constante de confirmaciones de las Tesis del investigador castellano, ha sido el descubrimiento en el año 2010 del origen OCCIDENTAL y presumiblemente HIBÉRICO de numerosos FARAONES EGIPCIOS, entre los que se cuenta el reformador AMENOPHIS IV (también llamado AKENATHÓN) y su heredero y sucesor TUTANKAMON
 
Ribero-Meneses viene defendiendo el origen hibérico de los Faraones egipcios desde el año 1984 y significativamente, el Faraón AMENOPHIS IV es recordado por su radical reforma religiosa, que impuso el culto al SOL DE PONIENTE, ASTERIÓN > ASTRÓN > ATHÓN (adorado por los pueblos hibéricos), a la Sociedad egipcia…
 
SUMARIO:
 
TUTANKAMON y el origen HIBÉRICO de los antiguos EGIPCIOS…
El MAPA más antiguo del Mundo…
El Papiro Artemidoro…
Un cúmulo de despropósitos…
Una guía para el camino hacia el Más Allá…
Apostilla sobre el nombre de TUTAN-KAMON…
  

 

 
PASAN las polémicas Verdades como puños al epílogo de los Introitos, como materia final de reflexión ÉTICA, y ocupa su lugar ese imprescindible recordatorio, que pienso mantener hasta que se me ocurra otro más pertinente que pueda sustituirle y que refresque la memoria a todos aquellos desmemoriados que tienen tendencia a olvidarse de que el galopante progreso de los actuales conocimientos sobre los orígenes del Ser Humano y de la Civilización, tienen su arranque y su raíz en los datos que han quedado muy sucintamente expresados y resumidos en el párrafo precedente…
 
 
 
TUTANKAMON y el origen HIBÉRICO de los antiguos EGIPCIOS…
 
El lunes 12 de Septiembre, a las 19,28 horas, recibo un SMS de uno de mis lectores, SANTIAGO NOVO, al que todavía no conozco:
 
Querido Jorge, te envío esta trascendental noticia, al no haber encontrado referencia alguna a ella en tus Introitos: TUTANKAMON perteneció a una variante genética presente en el 70% de los Españoles y de los Británicos y sólo en el 1% de los Egipcios. (Publicado por el Laboratorio Igenea). De nuevo, felicidades por tu genial acierto. SANTIAGO NOVO.
 
Dos de vosotros, el basko JOSÉ LUIS ETXANIZ, alias Txiz-Txiz, y el andaluz XOSÉ BARGAS PEDROTE, alias Bargas con B, me enviasteis semanas atrás esta misma información, acompañada incluso de un enlace en el que se aportan mayores pormenores de esta sorprendente noticia. He reproducido ese enlace al final de este Introito, pero vaya por delante lo más granado de esa interesantísima información… Y quiero recordaros previamente que los estudios del ADN de los habitantes de las ISLAS BRITÁNICAS, corroboraron ya en el año 2007, que TODOS LOS BRITÁNICOS PROCEDEN DEL NORTE DE ESPAÑA. Y si digo corroboraron es porque yo escribí sendos libros e impartí una Conferencia en LONDRES en 1988, en los que demostré esa filiación KANTÁBRICA de Ingleses, Galeses, Escoceses e Irlandeses, a partir del estudio de las viejas fuentes históricas y de la Toponimia Antigua de las Islas Británicas…
Un 70% de los españoles, pariente de Tutankamón

 

Hasta un 70% de los varones británicos y españoles y la mitad de los de Europa están emparentados con el faraón egipcio Tutankamón, según un grupo de genetistas suizos. El centro de genealogía iGENEA, de Zurich, ha reconstruido el perfil de ADN del faraón (que llegó al trono a los nueve años), de su padre Akenatón y de su abuelo Amenhotep III, basándose en un documental realizado para Discovery Channel.

Los resultados mostraron que Tutankamon pertenecía a un perfil genético conocido como haplogrupo R1b1a2, al que pertenecen más de un 50% de los varones de Europa occidental, lo que indica que comparten un ancestro común. Paradójicamente, este haplogrupo constituye menos de un 1% los egipcios actuales, según iGENEA.

«Fue muy interesante descubrir que pertenecía a un grupo genético que se da en Europa. Había muchos posibles grupos en Egipto al que podría pertenecer el ADN», ha señalado Roman Scholz, director del centro iGENEA.

Alrededor de un 70% de los españoles y un 60% de los franceses también pertenecen al grupo genético del faraón que gobernó Egipto hace más de 3.000 años. «Creemos que el ancestro común vivía en el Cáucaso hace unos 9.500 años«, explica Scholz. {Este señor todavía no se ha enterado de que la Región del Caúcaso se llamaba IBERIA en la Antigüedad y que está archidocumentado por los historiadores griegos, HERÓDOTO entre ellos, que los IBEROS del Cáucaso procedían de la PENÍNSULA IBÉRICA, y no a la inversa como hubiera sido el caso si HISPANIA no hubiera sido la CUNA DE LA HUMANIDAD…}

Los genetistas, sin embargo, no tienen claro cómo el linaje llegó a Egipto desde su región de origen. {Pues yo se lo aclaro encantado: navegando a través del MEDITERRÁNEO desde los Puertos de TARRAGONA, CARTAGENA o TORTOSA…}

El centro está empleando ahora pruebas de ADN para buscar los parientes vivos más cercanos del faraón niño. «Sólo se ha publicitado durante tres días, pero hemos apreciado mucho interés», añadió Scholz.

Para encontrar las raíces de esta información tenemos que remontarnos al verano del año 2010 y a cierto SMS que me envió PEDRO PABLO G. MAY desde su retiro gaditano, recomendándome la lectura de una revista española que se hizo eco de cómo había trascendido (merced a un despiste de las autoridades arkeológicas egipcias y a una astuta treta del Canal de TV norteamericano Discovery Channel), que los resultados de los análisis del ADN de TUTANKAMON y de toda su ascendencia, habían revelado que procedían del OCCIDENTE DE EUROPA y, de forma mucho más concreta, del NORTE DE ESPAÑA… Lo que constituye un refrendo APLASTANTE para todas mis Tesis, habida cuenta de que estamos hablando de la antigua EGIPTO, reconocida hasta hoy como la matriz indiscutible de la Civilización…
 
Con una NOBLEZA que hoy suele brillar por su ausencia tanto en el ámbito periodístico como en el científico, aquella revista española tuvo la hidalguía de reconocer mi paternidad sobre el descubrimiento de la ascendencia HIBÉRICA de los FARAONES EGIPCIOS. Os recuerdo aquel SMS de PEDRO PABLO (alias Presque Juan), que tanta cola ha traído:
 
Revista MÁS ALLÁ del mes de Agosto (número 258): La familia del faraón AKENATÓN, padre de TUTANKAMON, era ASTURIANA. Además, te citan en el artículo y reproducen la portada de CANTABRIA, CUNA DE LA HUMANIDAD en la página 75.
 
Puedo aportaros todos estos datos sin necesidad de rebuscar en mis archivos, merced a que el propio PEDRO PABLO G. MAY, como ya os he contado, ha tenido la deferencia y la generosidad de COMPENDIAR toda mi ya extensa producción Introital y de reunirla en SEIS VOLÚMENES dotados de los correspondientes índices y a los que ha dado como título general el de EL FENÓMENO DEL INTROITISMO que, como sabéis, he decidido adoptar como Cabecera para todos mis Introitos. Gracias a esos Índices, pues, puedo concretaros que consagré a este asunto los Introitos 159 y sucesivos y que, con los paréntesis inevitables para ocuparme de otros asuntos que reclamaban mi atención, mantuve esa misma temática hasta los Introitos 177 y 178, titulados El ISLAM también nació en OCCIDENTE y El MESTIZAJE (y el Racismo), a examen Posteriormente han sido varios los Introitos en que he retomado ese asunto, siendo algunos de ellos los siguientes: 193, 194, 195, 204, 205, 207
 
Al Introito 193 corresponden estas palabras, que tan a cuento vienen en este momento:
 
{Llegados a este punto, tengo que recordaros todos aquellos Introitos escritos el pasado verano, en los que aporté pruebas concluyentes de que muchos de los FARAONES EGIPCIOS eran RUBIOS y PELIRROJOS, y procedían del NORTE DE ESPAÑA… Y omití deciros entonces que el propio nombre de los FARAONES o Reyes egipcios procede de ESPAÑA y recuerda a nuestro supuesto primer Monarca, FARONEO, recordado en el basko FORONDA y en el nombre de los FOROS, de las FERIAS y de los FUEROS… Así como en el de los FAROS, porque aquel Primer Rey o FARAÓN ibérico, no era otro que nuestro supuesto Progenitor la ESTRELLA Solar.
 
¿No resulta lógico y coherente que si España se llamaba SEFARAD, sus Reyes acabasen respondiendo al nombre de FARAONES?}
 
Bien, pues en su día os demostraré que FARAÓN no es una palabra egipcia sino KALÓ y que, por consiguiente, fue creada por los Jitanos españoles que, todavía hoy, siguen llamando FARAONA a una famosa cupletista de su raza, ya desaparecida.
 
Mis dos primeros Introitos sobre la materia, respondieron a estos elocuentes títulos…: Su ADN revela que TUTANKAMON era de origen ASTURIANO y El silenciado origen HIBÉRICO de TUTANKAMON
 
Bueno, pues el caso es que todo este asunto del origen HIBÉRICO de los FARAONES egipcios, le confiere mayor interés aún, si cabe, a otro Descubrimiento de primera magnitud que, por mor del profundo complejo de inferioridad de los Españoles, no ha merecido ni toda la atención mediática ni todo el interés general que se merecía. Retomémoslo…
 
 
El MAPA más antiguo del Mundo…

 
La noticia de su descubrimiento saltó en 1999 y desde entonces ha ido haciendo sucesivas apariciones en escena que nos han permitido conocer nuevos detalles sobre este fascinante asunto. Porque si en un primer momento y por espacio de muchos años se habló sólo de que se había descubierto en Egipto el MAPA más antiguo que nos es conocido hasta la fecha, en el que aparece representada la Península Hibérica, poco a poco hemos ido conociendo nuevos datos que le confieren a este hallazgo una trascendencia infinitamente mayor. Porque el dato crucial y verdaderamente revelador en relación con este hallazgo, nos lo ocultaron sus descubridores hasta el año 2005. ¿Cuál era ese dato al que concedo tan enorme trascendencia y al que los demás historiadores no han otorgado importancia alguna? Pues el hecho de que este primer mapa conocido, en el que aparece representada una porción de HIBERIA, se haya descubierto plegado en torno al vendaje de una momia egipcia. Con todo lo que ello sugiere a quienes sabemos que los antiguos Egipcios creían que sus almas, tras superar el tránsito de la muerte, volaban o navegaban hacia el País de Occidente metamorfoseadas en ánades. Ánades como la que, por cierto, aparece reproducida en el mapa al que me vengo refiriendo…
 
Eso del País de OCCIDENTE, citado y representado en los jeroglíficos de innumerables tumbas egipcias, les suena a música celestial a los investigadores e historiadores de todo el planeta, confortablemente aposentados en la más crasa de las ignorancias respecto al pasado remoto de la Humanidad. Nadie se ha tomado, pues, muy en serio todas esas recurrentes menciones al País del OCASO y, por consiguiente, nadie ha tenido demasiado interés en interrogarse respecto a cuál pudiera ser la identidad de ese enigmático país del que los antiguos Egipcios se sabían originarios, existiendo constancia, incluso, de algunas expediciones efectuadas a él por naves egipcias
 
Cuando tantísimo dilettante se postula como egiptólogo y cuando tantísimos miles de libros se han escrito y escriben sobre el antiguo Egipto, no deja de resultar chocante que a nadie se le haya ocurrido preguntarse por la verdadera identidad de ese enigmático País de PONIENTE que había engendrado al pueblo egipcio y en el que, además, moraba su divinidad suprema Kam = Ossiris = Amón. ¿Se ha obviado esa nada secundaria cuestión porque se intuye que ese país sólo podía ser España y nadie ha tenido demasiado interés en destapar un asunto que da al traste con todo cuanto se cree saber respecto al origen de la Civilización y de la propia Humanidad? No me cabe la menor duda de que así ha sucedido. En el caso de los investigadores europeos y norteamericanos, por razones obvias, y en el de los estudiosos españoles, lamentablemente, por causas no menos obvias, al ser el español el pueblo con mayor complejo de inferioridad de todo el Planeta…
 
 
El Papiro Artemidoro…
 
¿Qué es ese Mapa al que todos conocen hoy como el Papiro Artemidoro? La respuesta nos la ofrece este resumen que he confeccionado con algunas de las informaciones periodísticas que han circulado sobre él a lo largo de la última década…:
 
Expertos del Departamento de Papirología de la Universidad alemana de Tréveris, han llegado a la conclusión de que un papiro del geógrafo Artemidoro de Éfeso, hallado como «envoltorio» de una momia egipcia en el año 1997, representa a la antigua IBERIA y constituye el más antiguo mapa de Occidente conocido. Porque se sabe de la existencia de numerosísimos mapas de época clásica, confeccionados por Griegos y Romanos, pero ninguno de esos mapas ha llegado hasta nosotros. La única excepción, el denominado «Mapa de Peutinger» que se conserva en la Biblioteca Nacional de Viena, es sólo romano por el modelo y los datos, porque la versión que ha llegado hasta nosotros la realizó un monje alsaciano el año 1265. El valor de la carta geográfica descubierta es, pues, tanto mayor cuanto que es única en el mundo y constituye el primer ejemplo de cartografía propiamente dicha que se conoce en la Historia.
 
Bautizado con el nombre de Papiro de Artemidoro, este documento único, tras una larga peripecia que concluiría en Tréveris en el año 1980, fue adquirido más tarde por la Fondazione per l´Arte della Compagnia di San Paolo, establecida en la ciudad italiana de Turín. Esta sociedad tiene la intención de donarlo al Museo Egipcio de dicha ciudad, considerado como el museo de arte y cultura egipcias más importante del mundo después del Museo de El Cairo.
 
Los fragmentos recuperados presentan un gran río y su afluente, así como un pueblo situado en una península, una ciudad amurallada más al Norte y una tercera villa, todas ellas próximas al litoral.
 
La profesora Bärbel Kramer, directora del mencionado Departamento, ha manifestado que «el resultado del estudio del Papiro de Artemidoro defraudará a los arqueólogos españoles, porque no aparece en ese remoto mapa de Iberia ninguna de las cosas que ellos esperarían que aparecieran». Para Bärbel no existe la menor duda de que se trata de un mapa de la antigua Hispania, aunque esa certeza dimana exclusivamente del estudio del contexto. Porque el propio papiro incluye un fragmento del geógrafo Artemidoro de Éfeso en el que describe España. Por otra parte y pese a la certeza de que se trata del más antiguo mapa de la Península Ibérica que nos es conocido hasta la fecha, cuantos lo han estudiado admiten que «no es posible identificar en él ninguna ciudad conocida».
 
Claudio Gallazzi, catedrático de Papirología de la Universidad de Milán, entiende que «nos hallamos ante una carta geográfica auténticamente científica que reproduce un segmento de la imagen geográfica del mundo en su tiempo. El mapa parece una representación de la parte meridional de la Península Ibérica. Se distinguen los grandes ríos al sur del Tajo que discurren de este a oeste y desembocan en el Océano Atlántico, y los que lo hacen en el Mediterráneo. También se aprecia el dibujo de colinas en zonas montañosas. Las ciudades y otras localidades menores aparecen sin nombre y se indican mediante pequeños iconos». Por último, unos cuadraditos que aparecen alineados en el mapa podrían representar las mansiones o puestos militares distribuidos a lo largo de los caminos.
 
Pero las interpretaciones son para todos los gustos. Otros ven en el mapa una representación de Hispania desde los Pirineos hasta Cartago Nova, incluyendo la ciudad de Kastulo y las fuentes del río Betis o Guada-al-Kibir, así como la comarca de Cádiz. Y unos terceros, por el contrario, pretenden que el mapa representa una porción de la cuenca del río Duero, entre Septimanca (Simancas), Oxama (Osma), Segontia (Sigüenza) y Segovia. Para estos últimos, parece claro igualmente que en el propio mapa aparece representado un tramo del río Tajo o, por lo menos, un afluente suyo.
 
Con notable optimismo, el profesor Simon Keay de la Universidad británica de Southampton, se atrevió a vaticinar en relación con este hallazgo: «Este mapa transformará el conocimiento actual de la geografía de España durante el período romano más temprano», augurando «el descubrimiento de calzadas, ciudades y pueblos romanos desconocidos hasta ahora».
 
La historia de este papiro se inicia hace alrededor de 2100 años en Éfeso y tiene como protagonista a Artemidoro, autor de una monumental obra geográfica que constaba de once volúmenes y que se ha perdido íntegramente, salvo en aquellas partes en las que bebiera Estrabón, geógrafo griego nacido hace 2068 años, varias décadas después de Artemidoro. También Plinio el Viejo, Herodiano y Esteban de Bizancio nos han transmitido noticias sobre aquella Geographia perdida.
 
En el anverso del papiro, con tinta negra y en caracteres griegos, fue copiado el inicio del Libro Segundo de Artemidoro, que empieza con una declaración de principios metodológicos en la que el autor describe la Geografía como «una ciencia silenciosa que habla con sus propios teoremas», y al geógrafo como «un estudioso infatigable que carga con su trabajo como Atlante con el peso del mundo».
 
Gallazzi y Kramer sostienen que el papiro fue concebido para incluir un segundo mapa que nunca llegó a dibujarse, habiéndose aprovechado ése y otros espacios para dibujar algunos rostros humanos y varios animales, reales unos y netamente fabulosos otros. En opinión del especialista italiano, «se trata de ejercicios de estilo y bocetos artísticos, realizados en el mismo taller al que fue encargada la confección de los mapas pero en época posterior. Alguien aprovechó el papiro -que nadie había reclamado- como cuaderno de prácticas y bocetos, utilizando los espacios vacíos disponibles».
 
En el anverso del papiro aparecen magistralmente dibujadas ALGUNAS EXTREMIDADES DEL CUERPO HUMANO, particularmente MANOS Y PIES. En el reverso, por el contrario, la temática cambia sustancialmente y el resultado es un repertorio de figuras zoomorfas: ánades, linces, muflones, jirafas y peces por una parte…, junto a varios animales fantásticos entre los que se incluye el grifo.
               
Como hemos podido comprobar, es poco o nada lo que se sabe de cierto sobre este extraordinario documento histórico, envuelto hoy en un auténtico marasmo de especulaciones y conjeturas. Hipótesis que afectan tanto a lo que aparece reproducido en él como a la peripecia que ha vivido en el decurso de los dos milenios que han transcurrido desde que fuera confeccionado. De tal modo que los mismos responsables de su estudio que han concebido la peregrina especie de que el mapa fue reutilizado como cuaderno de prácticas de dibujo al no ser reclamado por la persona que había encargado su confección, sostienen la no menos estúpida hipótesis de que, en esa misma línea de supuesto abandono y orfandad de esta maravilla cartográfica, el papiro fue a parar a las manos de un embalsamador de gentes de alcurnia que decidió reutilizarlo, una vez más, usado como cartonaje en la máscara funeraria de una momia cualquiera…:
 
«El artesano logró de este modo dar un nuevo uso a aquel fragmento de papiro abandonado a la espera de mejor suerte: con pericia, lo dobló varias veces, lo prensó, le dio forma y lo pintó para que un dignatario egipcio tuviera un hermoso sarcófago de cartonaje para su tránsito al Más Allá. El hábil artesano realizó un buen trabajo, tal vez sin saber que entre los pliegues de aquel objeto reciclado se hallaba el precioso legado de Artemidoro. Y es en ese momento de la historia cuando el papiro desaparece de la mirada de los hombres, para no volver a aparecer hasta cerca de dos milenios más tarde…
 
En algún momento del siglo XIX la máscara funeraria emerge de nuevo a la luz, no sabemos dónde ni cómo. Sólo nos consta que a finales de ese siglo es adquirido a un mecenas egipcio por un europeo, quien se la lleva consigo al Viejo Continente. A partir de ese momento, la pieza cambiará de propietario varias veces sin que ninguno de sus dueños se percate de que en su envoltorio hay algo infinitamente más valioso que en su interior.
 
Es un coleccionista alemán, último propietario privado de la máscara, quien en la década de 1970 e intrigado por los extraños caracteres en lengua griega que se aprecian en las zonas del cartonaje donde la pintura ha desaparecido, decide sacrificar la máscara y llevarla a Stuttgart para que extrajeran el papiro».
 
El siguiente paso ya lo conocemos: a finales de la década de 1980 los fragmentos del papiro serán depositados en la Universidad de Tréveris, apareciendo descritos por vez primera en 1998, en la revista científica Archiv für Papyrusforschung.

 
Un cúmulo de despropósitos…
 
Cualquier parecido entre la interpretación que los “científicos” han hecho del Papiro Artemidoro y la realidad, es pura coincidencia. Y es que los papirólogos Gallazzi y Kramel, no han dado ni una en el clavo. Lo habitual, en suma, en el mundo de los hallazgos arkeológicos: se descubren piezas importantes pero como la falta de formación histórica de quienes tienen que interpretarlas es de magnitudes siderales, alumbran unas hipótesis cuyo común denominador es el esperpento y cuyo índice de error acostumbra a ser de + – 99,999%. Como sucede en este caso.
 
Vamos a ver, para empezar y ante un mapa de alrededor de 2100 años que incluye un variado repertorio de dibujos, anatómicos en unos casos y zoomorfos en otros, el papirólogo italiano (el nombrecito ya, por sí solo, tiene delito…) y su homóloga germana, han dado en imaginar una auténtica novelita infantil que debería sonrojarles y que nos permite calibrar en qué niveles se mueven hoy las ciencias humanísticas a escala universal. Y al decir humanísticas no sólo me quiero referir a la Historia sino también al Periodismo, porque ya me dirán ustedes cómo se justifica eso de que la revista de divulgación de mayor tirada del mundo, National Geografic, se trague sin rechistar la sarta de despropósitos concebida por esa pareja de papirólogos y se preste a darle la mayor difusión imaginable a lo largo y ancho del planeta, sin hacer siquiera una observación respecto a sus reservas respecto a semejantes patrañas.
 
El caso es que Gallazzi y Kramel suponen la existencia de un adinerado egipcio que encargó la realización del mapa a un taller y después se olvidó de ir a recogerlo, quedando la desairada carta geográfica arrinconada en cualquier cajón del estudio de trabajo del cartógrafo que la ejecutó, hasta que un montón de años más tarde alguien que pasaba por allí se encontró con ese soberbio papiro en el que aparecía representada la remota y por los Egipcios sacralizada HIBERIA. Algún tiempo después y, otorgándole nulo valor a semejante joya (que cualquier persona con dos dedos de frente, entonces y ahora, se habría desvivido por hacer suya y por conservar como un tesoro), ese mismo alguien decidió convertirla en una especie de cuaderno de apuntes o de deberes, talmente como hoy hacemos muchos de nosotros cuando, para economizar papel, recurrimos al papel ya utilizado para realizar anotaciones en sus partes en blanco…
 
¡Es sencillamente demencial! ¿Cómo se pueden alumbrar dislates semejantes y además (y esto es lo más grave), desde respetables y codiciadas cátedras universitarias? ¿Qué persona dotada hoy de un mínimo nivel cultural, convertiría en papel de notas un mapa original que cayese en sus manos por azar con una antigüedad de un siglo más o menos? Sólo el más palurdo de los palurdos reaccionaría como suponen que reaccionó el autor de los dibujos que ilustran el mapa y cuyo nivel cultural no podía ser bajo, cuando por una parte demuestra ser un extraordinario dibujante y, por otra, posee unos conocimientos notables de Zoología y Mitología. Lo que, insisto, convierte en disparatada la hipótesis de que ese artista, mostrando una necedad y una insensibilidad descomunales, hubiera despreciado un mapa de ese calibre para reciclarlo como vulgar borrador de sus bosquejos.
 
Bien, pues si la interpretación precedente es sencillamente idiota, ya me diréis cómo podemos calificar el cuenterete que sigue: tras permanecer abandonado durante un tiempo, nuestro flamante papiro, ornado con excelentes dibujos y presidido por un soberbio mapa de Hiberia y por un texto de un geógrafo ilustre, va a parar a manos de un embalsamador que, dotado de un coeficiente intelectual todavía inferior al del supuesto dibujante espontáneo, le otorga tan nulo valor a esa joya cartográfica que, ni corto ni perezoso, alumbra la genial idea de plegarla cuidadosamente y de utilizarla como cartonaje para la fabricación de la máscara funeraria de un finado egipcio. Es decir que, pasando del mapa, de Hiberia, de los dibujos y del supuesto Artemidoro, el artesano de marras opta por reciclar y por convertir en cartón lo que entonces, como sucedería ahora, tendría un valor económico elevado.
 
Como no me canso de repetir, una de las cosas más irritantes y estúpidas de las muchas de este cariz que distinguen a la sociedad contemporánea, es esa maldita tendencia a considerar deficientes mentales a las generaciones que nos han precedido, atribuyéndoles comportamientos estólidos que nosotros no nos reconocemos y dando por sentado que su nivel intelectual y cultural era infinitamente menor al que nosotros creemos poseer. Porque esto es así y porque esta infumable SOBERBIA preside todos nuestros razonamientos en relación con el pasado de la Humanidad, la inmensa mayoría de las hipótesis acuñadas por la Arkeología contemporánea será recordada por la Historia como el mayor compendio de BURRADAS que haya sido parido jamás por generación alguna. ¿Acaso habría alguien hoy tan absolutamente estúpido como para coger un mapa original de un metro de largo, preñado de dibujos atractivos, y utilizarlo como papel de embalaje para enviar un paquete de turrón a la familia por Navidad? Pues si hoy no existiría alguien tan rematadamente idiota, ¿por qué hemos de suponer que hace veinte siglos sí que lo había? Y vuelvo a repetir lo mismo que ya he dicho sobre el dibujante: un embalsamador como el que confeccionó la máscara funeraria a la que vengo refiriéndome, ni podía ser un zote ni tampoco una persona desprovista de barniz cultural alguno. Porque el trabajo que realizaba era, en definitiva, un trabajo artístico.
 
Como vemos, toda la argumentación sobre la que se funda la tesis de nuestros desnortados papirólogos, no resiste el más piadoso análisis. Porque lo que no es de recibo es elaborar tesis sobre el pasado de la Humanidad en las que se parte del supuesto de que nosotros somos los únicos seres realmente inteligentes que han existido, en tanto que los demás, hasta que nosotros tuvimos a bien honrar este mundo con nuestra esclarecida presencia, fueron unos borregos de padre y muy señor mío….
 
Los especialistas que han estudiado el Papiro Artemidoro han incurrido en dos errores garrafales: el primero es el que ha quedado descrito y el segundo el que paso a comentar ahora sucintamente. Y en este sentido tiene una importancia decisiva el hecho de que uno de los responsables de todo este asunto sea un Italiano. Porque conocida la mezcla de fobia y de envidia que buena parte de los Italianos sienten hacia la vecina y durante muchos siglos despreciada España, resulta fácil imaginar con qué disgusto habrá encajado el bueno del papirólogo signore Gallazzi eso de que, habiendo sido tan estrechos los vínculos entre Italia y Egipto hace dos milenios, venga a suceder que el mapa más antiguo que nos es conocido, descubierto precisamente en Egipto, no represente a la Península Itálica como podría parecer más lógico, sino a la ignorada, desdeñada y hace dos mil años, además, machacada Península Hibérica. Y machacada, por cierto, por la bota italiana. O por la sandalia romana, que viene a ser lo mismo…
 
Al signore Gallazzi le ha caído como una bomba eso de que el mapita de marras represente a la sucursal hispana en vez de a la Italia romana y, por consiguiente, en lo último que ha querido pensar es en la posibilidad de que ese mapa de Hiberia no se hallase en el envoltorio de una momia egipcia por accidente sino deliberadísimamente y con una intencionalidad clara, precisa y concreta. No, el signore Gallazzi no ha querido pensar ni un segundo que las cosas pudieran haber sucedido así (como resulta de la lógica más elemental aun desconociéndose lo que voy a desvelar a continuación), y ello le ha llevado a elaborar esa disparatada película de sobremesa de sábado en la que lo único que no pinta absolutamente nada es, justamente, la protagonista absoluta de todo este esperpéntico asunto: la Península HIBÉRICA o aquel sector de su geografía que aparece reproducido en el mapa recientemente descubierto. Mapa que, para empezar, ni siquiera sabemos si fue realizado en Egipto, como se supone, o en la propia Hiberia… ¿Acaso las gentes de nuestra generación no volvemos a nuestras patrias de origen trayendo con nosotros los mapas de los países extranjeros que visitamos? Pues en la Antigüedad ocurría exactamente lo mismo. De todos modos, quién fuese el autor de ese mapa es lo que menos importa en este caso. Lo verdaderamente trascendental es el hecho de que, por vez primera en la Historia, se haya descubierto una MOMIA que incorporaba un MAPA a su ajuar. Lo que debe llevarnos a sopesar la posibilidad de que pueda haber otras muchas momias que cuenten también con ese inesperado ingrediente, no descubierto hasta aquí porque, dado el enorme valor histórico que tienen, a nadie se le ha ocurrido el dislate de dedicarse a despanzurrar momias egipcias. Y de hecho, todo este asunto habría permanecido inédito si no fuera porque el deterioro del envoltorio de la momia que nos ocupa, dejó al descubierto algunas de las letras griegas del texto reproducido en el mapa. Una persona normal no le habría concedido a este hecho mayor importancia y habría dado prioridad a la momia sobre el posible escrito antiguo encerrado en ella pero, por fortuna y para beneficio de la Ciencia, el propietario alemán de esa momia viajera decidió cargarse su máscara con el fin de satisfacer la curiosidad que esas letras habían despertado en él. Y para sorpresa y enorme complacencia suya apareció lo que apareció…
 
 
Una guía para el camino hacia el Más Allá…
 
La realidad y la verdad del Papiro Artemidoro es la que ha quedado esbozada en la crítica que acabo de realizar de las hipotesis de quienes lo han estudiado. Porque cuando se conoce lo que paso a exponer de inmediato, se entiende maravillosamente bien que ese Mapa de Hiberia fuera a parar a la máscara funeraria de un hombre o mujer del antiguo EGIPTO, país que, a diferencia de las ENGREÍDAS Grecia y Roma, se mantuvo siempre extraordinariamente FIEL a la memoria de su ascendencia HIBÉRICA, sacralizando esa memoria y mostrando una manifiesta querencia por la perdida cuna de sus antepasados y de sus dioses.
 
¿Qué tiene de extraño y de sorprendente que se descubra un mapa de Hiberia en lugar destacadísimo de una momia egipcia, cuando se sabe que todos los Egipcios creían ciegamente en el retorno de sus almas, metamorfoseadas en aves acuáticas, al país OCCIDENTAL del que partieron sus antepasados? ¿Qué tiene de raro que, dentro de la infinita ingenuidad que es consustancial a todas las creencias religiosas y en particular a aquellas relacionadas con el Más Allá, el ajuar de una momia egipcia incluyera una guía o carta turística como las que hoy nos acompañan en todos nuestros viajes?
 
¿No es deliciosamente ingenuo, a la vez que deliciosamente hermoso, el hecho de que algunos difuntos egipcios especialmente cultos y cultivados (amén de adinerados), quisieran proveer a su cuerpo momificado de una especie de guía u hoja de ruta para que les mostrase el camino a seguir? Porque dándose por sentado que el ALMA volaba o navegaba, mudada en ÁNADE, hacia un determinado lugar del Occidente de HIBERIA (que es el que aparece representado en ese MAPA y cuya identificación sólo yo conozco) ¿no era medida prudente y cabal ésa de dotar al cuerpo de un mapa que pudiera facilitarle la búsqueda de ese enclave al que el ÁNADE-ÁNIMA sería capaz de volar siguiendo su memoria atávica y sin necesidad de asistencia o información alguna?
 
¿Acaso no están las tumbas antiguas -y las egipcias muy particularmente- literalmente repletas de objetos dispuestos en ellas con el fin de auxiliar a sus dueños en la vida de ultratumba? ¿Y si esto es así, no es rabiosamente lógico que se dotase a una momia de un mapa de HIBERIA, cuando ningún Egipcio ignoraba que el destino final de su alma se hallaba en algún lugar del remoto y exótico País de OCCIDENTE?

 
¿No es meridianamente obvio que la presencia de ese MAPA DE HIBERIA en la momia a la que vengo refiriéndome, lejos de tener nada que ver con la abracadabrante historia imaginada por los especialistas de turno, constituye una refrendo arkeológico colosal para todos los MILLARES de alusiones al País del Ocaso que aparecen plasmadas en las pinturas de las tumbas egipcias y profusamente reproducidas en los jeroglíficos?
 
¿Y no es igualmente patente que sólo la monumental ignorancia de los arkeólogos contemporáneos ha sido la responsable no sólo de que este trascendental hallazgo haya sido tan torpemente interpretado, sino de que a estas alturas de la historia de la Civilización, siga desconociéndose a nivel general algo tan rotundamente claro y cierto como es el hecho de que los antiguos Egipcios, como todos los pueblos de las riberas del Mediterráneo, eran originarios de la Península Hibérica?
 
Por eso me dispongo a cargarme ese ridículo nombre que los señores papirólogos han decidido otorgarle al extraordinario MAPA que el destino, inadecuadamente, ha puesto en sus manos. Pues hasta en eso se le ve el ramalazo antihispano al signore Gallazzi… ¿O es que no es absolutamente idiota denominar Papiro Artemidoro al que en rigor y para hacer justicia a su contenido, deberíamos conocer como PAPIRO DE HIBERIA?
 
Una vez más, y van cien mil, un extraordinario hallazgo arkeológico ha acabado viéndose empañado por una interpretación torpe, sesgada y ramplona. Porque, lamentablemente, en la Ciencia (como en casi todos los órdenes de la vida…), la verdad acaba viéndose relegada por las debilidades y por las carencias humanas, mostrándonos todos mucho más propicios a defender, a cualquier precio, la verdad que a nosotros nos interesa, que a luchar hasta las últimas consecuencias para arrancarle a nuestra ignorancia la única verdad que debería importarnos: aquélla –objetiva, escueta, desapasionada…- que nos ofrece la REALIDAD HISTÓRICA.
 
 
Apostilla sobre el nombre de TUTAN-KAMON…
 
Quiero abundar en la filiación hibérica de TUTANKAMON, con algunos datos sobre su verdadero nombre, TUTÁN, que haríais bien en relacionar con el de los Primeros Seres Racionales o TITANES: los habitantes de la ISLA ATLÁNTIDA = TITANIA = TRETONIA, recordada todavía en la población de TREZEÑO (vecina de San Bizente de Labarkera), y en la Laguna TRETONIA > TRETÓN > TRETO (que baña las poblaciones de Santoña y Laredo, siempre en la Provincia de Santander). Todos estos nombres son hermanos de TÁRTARO, antigua denominación del Mar que baña las Costas del NORTE DE ESPAÑA y cuya huella descubrimos tanto en la antigua TARTARIA asiática, también conocida como SIBERIA, como en aquel Monasterio armenio de TATEV sobre el que he escrito recientemente, en el Introito 224…
 
¿Por qué se le llamó TUTÁN al sucesor de AKENATHÓN…? Bien obvio resulta que para dejar constancia ante la posteridad de su ascendencia OCCIDENTAL, KANTÁBRICA, así como de su condición de descendiente directo de los primeros Seres Racionales o TYTANES, reconocidos por las más antiguas fuentes históricas como los indiscutibles PADRES DE LA HUMANIDAD. Por esa misma razón existieron  cuatro Faraones egipcios que respondieron al nombre de TUTMÉS o TUTMOSIS
 
 
Amén del PPs, os adjunto el enlace anunciado sobre la noticia de la filiación hibérica de TUTANKAMON…: