MUSEO
DE LA CIUDAD DE HUELVA |
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Se ha
organizado esta exposición en cuatro espacios museológicos,
optando por considerar cuatro períodos, enmarcados
cronológicamente con cierta amplitud, en los que se ordena
esta muestra: |
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I.-MEGALITISMO (V-II milenio a. C.).
A partir del IV milenio a. C. se produce en el suroeste peninsular
la sedentarización de los grupos humanos en poblados de cabañas que
ocupaban grandes territorios y construían monumentos funerarios
colectivos. La mejora de la alimentación y algunos avances
tecnológicos permitieron el aumento en su calidad de vida.
Entre aquellas aparece la minería y la metalurgia, aunque no muy
extendida, ya que solamente algunos grupos tenían capacidad para
aprovechar los yacimientos superficiales de cobre. Antes de
generalizarse el uso del cobre, estos grupos trabajaron otros
metales como el oro y la plata. En relación con la minería de la
plata se hallan los portadores del Fenómeno Cultural del Vaso
Campaniforme, gentes nómadas, buenos metalúrgicos y comerciantes,
que difundieron las técnicas metalúrgicas que se inicia en Andalucía
oriental en el III milenio a. C., pero que perdura al menos hasta el
1800 a. C.
En
nuestra provincia, como en el suroeste, hay que destacar el fenómeno
cultural del megalitismo, como modelo arquitectónico que está
asociado al Neolítico Final y Calcolítico (Edad del Cobre y Bronce
I) de los constructores de sepulcros colectivos de tipología diversa
que se conocen genéricamente como dólmenes, de los que en nuestra
provincia hay más de doscientos y los de Soto (Trigueros), Pozuelo (Zalamea),
Los Gabrieles (Valverde)y La Zarcita-Cabezo de los Vientos (Sta.
Bárbara) son los más conocidos.
II.-EL FINAL DE LA PREHISTORIA (la
cultura de las cistas o Bronce Pleno).
En torno al comienzo del II milenio (1800 a.C.) tiene lugar en el
occidente andaluz la "cultura de las cistas" o Bronce Final, que
representa el final de la Prehistoria. En este ámbito cultural los
enterramientos son individuales, en cajas (cistas) de lajas o
pizarra agrupadas en conjuntos (necrópolis), que pueden corresponder
a una organización en clanes. Sus poblados son poco conocidos y
tienden a localizarse en lugares de paso y en zonas mineras,
presentando una economía diversificada en la que se va imponiendo la
minero-metalurgia. Mientras que en la cultura material se
caracteriza por la generalización del bronce y de la metalurgia del
oro y la plata, la pervivencia de útiles líticos tallados y una
tipología cerámica caracterizada por las carenas pronunciadas.
Su desarrollo finaliza en el final del segundo milenio o comienzo
del primero aproximadamente, cuando la península es conocida en el
Mediterráneo oriental y desde estas culturas tenemos las primeras
noticias escritas sobre nuestra tierra.
III. LA EDAD OSCURA (1200-800 a. C.).
Durante la llamada Edad Oscura conocida comúnmente como el
Bronce Final, Andalucía occidental aumenta poco a poco su
población dando lugar a un territorio políticamente
estructurado, al mismo tiempo que se incrementa el tráfico de
metales con el Mediterráneo central y oriental. Es un período de
gestación y evolución definido por una sociedad que vive en
poblados de cabañas, se dedica a la minería y a la metalurgia y
se entierra colectivamente bajo túmulos de tierra. En cerámica
aparece la cerámica geométrica con decoración pintada o bruñida.
La economía es diversificada, aunque con un fuerte componente
minero y metalúrgico.
IV. TARTESSOS (800-400 a. C.).
LA SOCIEDAD TARTÉSICA: Durante los siglos X y IX a. C. la
sociedad local, gracias al desarrollo de nuevas formas
económico-sociales relacionadas con su incorporación a los
circuitos comerciales extrapeninsulares, posee una estructura
territorial de tipo urbano.
El enclave costero de Huelva se convertirá, por su atractivo
para los comerciantes orientales, en lugar para la
comercialización de metales y en el punto de entrada de nuevas
técnicas y nuevos modos de vida. Así lo demuestra la cantidad y
calidad de piezas del hallazgo de la "Ría de Huelva"(1923), que
evidencian las relaciones comerciales entre el Atlántico y el
Mediterráneo.. Sin embargo, la llegada de los fenicios, y del
comercio griego posteriormente, no producirá un progreso
generalizado en Tartessos y su economía siguió basada en la
agricultura, la ganadería y la pesca, pues los beneficios del
comercio y de la metalurgia quedaban en manos de sectores
sociales minoritarios, a pesar de que el modo doméstico de
producción metalúrgica mantuvo una amplia pervivencia en
poblados estacionales como San Bartolomé de Almonte o Cerro
Salomón (Riotinto) El desarrollo producido durante el siglo VII
a. C. en las comunidades tartésicas permite la creación de
centros de poder en los que convergen las funciones religiosas,
de redistribución de bienes (económico-fiscales) y de control
territorial (política) y que podían ser asimilables al concepto
de '|santuarios" o "centros palaciegos".
MINERÍA Y METALURGIA: Son numerosos los yacimientos de la región
en los que la presencia de escoria de plata y cerámica constata
un nuevo modelo de producción metalúrgico organizado a partir de
determinados centros (Huelva, Niebla y Aznalcollar) capaces de
cubrir las necesidades de cobre, bronce y plata de los
asentamientos del bajo Guadalquivir. A partir del siglo VIII a.
C. atraería la llegada de los comerciantes fenicios a nuestras
costas y su posterior establecimiento en la Bahía de Cádiz. Esto
producirá el abandono de la minería del cobre en favor del
bronce y la plata y la aparición de nuevos centros metalúrgicos:
Riotinto, Tharsis, Tejada la Vieja, San Bartolomé de Almonte y
Pozancón (Trigueros) entre otros, que se incorporan a este
comercio con la llegada de los fenicios.
La Huelva de entonces se convierte desde los siglos X-IX a. C.
en un puerto comercial o emporio, entendiendo por este término
el lugar donde concurren gentes de diversas naciones para
comerciar, lo que es también asimilable a "puerto de comercio",
de carácter neutral, sin amurallar y autorizado por el poder
local. Ello hará que fenicios, griegos y quizás etruscos,
pudieran establecerse aquí para realizar sus intercambios.
En el ámbito tartésico aparece la escritura en España. Los
restos epigrafiados más antiguos, proceden de las excavaciones
de los cabezos de Huelva, aunque las estelas portuguesas o la de
Siruela, (Badajoz) sean las más completas.
LOS GRIEGOS: La historia comenzó con un mito: Herakles,
Hércules, que viaja al occidente. Sus riquezas y ganados serán
conquistadas por el héroe. Un aura de misterio envuelve también
la llegada de los navegantes griegos a la Tartessos, que estaba
gobernada, según la leyenda, por monarcas sabios y longevos, a
la manera oriental.
Pero pronto la utopía se convierte en realidad y el mito en
historia. A partir del siglo VIII a. C. este occidente fabuloso
será frecuentado por los navegantes jonios que, a cambio de los
metales tartésicos dejan sus cerámicas de lujo, sus
manufacturas, sus vinos y aceites y, poco después, también su
forma de construir y sus creencias religiosas. El objetivo
principal era el emporio de Tartessos, pero también establecen
relaciones de intercambio con los fenicios de la costa malagueña
y con Gadir.
NECRÓPOLIS TARTÉSICAS DE HUELVA: Hasta el momento se conocen las
de El Palmarón, (Niebla), La Joya y Parque Moret, ambas en
Huelva capital. La primera, ocupaba un túmulo que se construyó
aprovechando una de las colinas más elevadas de la zona llamada
El Palmarón. Contenía un solo cadáver incinerado y como ajuar,
tenía unas armas de hierro, una jarra, un brasero y una espada
de bronce así como una fuente ovalada de plata.
La Joya, es sin duda uno de los lugares claves para conocer el
periodo tartésico. Por el simbolismo religioso de los hallazgos
de algunas de sus tumbas. Los montadores y arqueólogos de esta
exposición piensan que en ella se enterraron los personajes que
controlaban el comercio onubense de entonces. El carro de la
tumba 17, reconstruido gracias a la labor de Manuel Rosa Yánez,
es una de las piezas más espectaculares de esta exposición.
La necrópolis de túmulos del Parque Moret de Huelva se halla en
proceso de estudio de los materiales procedentes de su
excavación, es por ello que sólo se muestran las fotografías de
algunos aspectos de su excavación cedidas por el Pr. Garrido
Roiz.
SANTUARIOS Y RELIGIOSIDAD EN EL PERIODO TARTÉSICO: En los
últimos tiempos se ha detectado la intervención de los templos
fenicios en la colonización en el Mediterráneo, al ser soportes
económicos de esa actividad. Muchos enclaves fenicios rendirán
culto Melkart, aunque otros estarían consagrados a Astarté y a
otros dioses. Lo que sí sabemos es que tanto en Oriente como en
el mundo griego, Se conoce la costumbre de prometer a los dioses
el diezmo de las ganancias y erigir estelas, altares y
santuarios en determinados enclaves. Estos lugares de culto, con
mayor o menor entidad constructiva, existen sin duda desde los
primeros momentos de la presencia fenicia y llegaría convertirse
en centros aglutinadores de todo tipo de intereses
político-económicos. Puesto que la presencia de los santuarios
señala los primeros puntos de contacto con el mundo indígena, es
obvio que las actividades comerciales se desarrollarán en su
proximidad, proporcionando éstas, una doble seguridad en sus
transacciones comerciales, tanto para los indígenas como para
los propios comerciantes fenicios.
Estos santuarios se instalaban en los fondeaderos o puertos,
donde un barco podía acercarse sin temor a ser recibido con una
lluvia de piedras o flechas. Para crear un puerto, para asegurar
su neutralidad, había como consagrarlo a las divinidades. El
santuario es el elemento clave para articular el funcionamiento
de un emporio o puerto de comercio. El de Huelva sería uno de
ellos.
MUSEO DE HUELVA
Dirección: Alameda
de Sundheim, 13
Código Postal:
21003
Localidad: Huelva
Provincia: Huelva
Teléfono: 959 25 93
00
Fax: 959 28 55 47
Director/a:
Francisco Torres Rodríguez
email:
museohuelva.ccul@juntadeandalucia.es
Web:
http://www.juntadeandalucia.es/cultura/museohuelva
Horario:
Lunes: cerrado.
Martes:de 14,30 a 20,30 horas.
Miércoles a sábado: de 9,00 a 20,30
horas.
Domingos: de 9,00 a 14,30 horas.
Festivos abiertos: de 9,00 a 14,30
horas.
El museo permanecerá cerrado los
siguientes festivos:
16 de agosto.
8 de septiembre.
1 de noviembre.
6, 24, 25 y 31 de diciembre.
El museo abrirá los siguientes
festivos:
28 de febrero.
8 de abril.
3 de agosto.
12 de octubre.
8 de diciembre.
Entrada/precio:
Gratuita para españoles y demás
ciudadanos de la UE acreditados.
Otros países: 1,50 euros. Visitas en
grupos: Concertadas con antelación
por correo o mediante llamada
telefónica al propio Museo o a
través del Gabinete Pedagógico de
Bellas Artes (Teléfono: 959 25 74
54)
Descripción:
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Creado por iniciativa de un grupo de
intelectuales bajo el título Museo
Provincial de Bellas Artes, fue
incorporado al Estado en 1922,
contando con unos fondos que
procedían en casi su totalidad de
particulares y de un pequeño lote de
maestros de los siglos XIX y XX
depositados por el entonces Museo de
Arte Moderno de Madrid. Con la
Guerra Civil, gran parte de estas
obras se devolvieron a sus
propietarios, almacenándose el resto
en el edificio del Instituto de
Enseñanzas Medias La Rábida. El
núcleo originario de la Sección de
Arqueología se debe a la intensa
labor de Carlos Cerdán y en un
principio estaba formado por
materiales procedentes de las
excavaciones realizadas en El
Pozuelo y La Zarcita y de otras
intervenciones de la provincia. El
incremento de la colección y la
necesidad de exponer adecuadamente
sus fondos pictóricos almacenados
permitieron que el actual Museo se
inaugurara en 1973. Estructuradas
sus colecciones en dos secciones, la
primera dedicada a la Arqueología,
muestra el origen del Universo, la
historia paleontológica y geológica
de Huelva y la actividad humana y la
historia de sus pobladores desde el
Paleolítico. La sección de Bellas
Artes se centra en el arte en Huelva
en el siglo XX, facilitando la
bipolaridad entre exposiciones
temporales y exposición permanente.
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