"Las enfermedades planean sin cesar sobre nosotros, con sus semillas llevadas por el viento, pero no germinan, a menos que el terreno les sea favorable", decía Claude BERNARD, famoso fisiólogo francés del siglo pasado. Tras haber sido considerado un genio, ahora está siendo muy controvertido.
En un diccionario corriente, en MALADIE (en francés, enfermedad) aprendemos que esta palabra procede del latín (mate habitus, mala costumbre), "es decir la alteración de la salud debida a una actitud contraria al bien, siendo su efecto un estado restrictivo, mal aceptado". PASTEUR, que se ilustró en la biología, había comprendido el significado de la palabra enfermedad. Cuando fue admitido en la Academia Francesa, en su discurso de entrada, citó varias religiones (con el fin de no favorecer a ninguna) que comprenden el aspecto de la curación. Destacó entonces que existe en los seres humanos "algo que los une al Universo", y luego habló del Dios interior (en-theos, palabra griega) que se traduce por: "el entusiasmo que quiere que nos consagremos a la divinidad". ¿Qué ha sido de todo ésto? Más cercano a nosotros, René DUBOS, gran investigador contemporáneo, considerado en este terreno el catalizador del pensamiento de la Nueva Era, dice que la medicina debe volverse ahora hacia una "ciencia de la conciencia", no en el sentido psicoanalítico, sino en el de los budistas tibetanos. Y propone, según las "Actas del Congreso de Córdoba", empezar por la conciencia del electrón, para abordar las dos "lecturas necesarias, a fin de acercarse realmente al Universo". En 1957, Alice A. BAlLEY publicó un libro: "La Conciencia del Átomo" que anticipaba esta actitud.La medicina ha cristalizado en el aspecto experimental de los fenómenos, de forma estática y demasiado específica. Un movimiento tiende cada vez más hacia una medicina integral y hacia otras formas de curación. Se dirigen al "ser humano total", que primero debe aprender a vivir en armonía en todos los planos a los que pertenece: físico, emocional, mental y espiritual. La actitud consiste en aceptar la enfermedad a fin de comprender su mensaje (que siempre contiene), y después, a actuar lo mejor posible para volver a encontrar el equilibrio y la alegría necesarios, a fin de pasar con éxito por la experiencia terrestre y darle un sentido. La Curación Esotérica se interesa particularmente en las fuerzas humanas y en las energías cósmicas. Se encuentran en el hombre, creando así, en función de la evolución permanente, el equilibrio llamado salud, o el desequilibrio llamado enfermedad. El conjunto descansa en vibraciones y ciclos, que actúan como espirales ascendentes. Periódicamente, el encuentro entre la fuerza negativa física, de tipo inferior pero necesaria, y la energía positiva superior, de tipo espiritual, base de cualquier vida que se exprese a través de varios niveles de Conciencia, debe crear la luz que nace del equilibrio. Y esta luz contiene la posibilidad de armonía, y por lo tanto de salud porque ilumina intuitivamente "la realidad de la vida". Su expresión, a través de la Conciencia del hombre, le lleva entonces a elegir opciones orientadas hacia el BIEN común. Esta es la actitud justa, que fue propuesta al hombre a través de todos los tiempos. Hoy en día la Ciencia y el Conocimiento pueden y deben aliarse en un encuentro claro, con el fin de conseguir la CURACIÓN del individuo, pero también y en primer lugar del primer conjunto, o Centro de Vida al cual pertenece, llamado Humanidad. El enfoque debe ser pues a la vez colectivo y personal, en la comprensión de las fuerzas y de las energías. Y ésto pasa por el aprendizaje de la LUZ que ilumina la constitución del hombre, con los Centros y las vidas que lo animan.
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