TARTESSOS BEREBER |
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EL ESTADO ACTUAL DE LA INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA DEL NORTE DE ÁFRICA Y DEL SAHARA.
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ALMAGRO BASCH, Martín. Instituto de Estudios Africanos, Madrid. | ||
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LA INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA Y LA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL ÁFRICA DEL NORTE
El Paleolítico Medio en el África del Norte
Ya en el último período
glaciar, el Wurmiense, penetra en el tell del Magreb la cultura
Musteriense, que fue desarrollada por el hombre de Neanderthal. Esta
raza está presente en Marruecos ya en época temprana, como lo
prueban sus restos fósiles hallados en Rabat, de aspecto muy
primitivo, a los que se han añadido los de Djebel Irhoud.
(Marruecos) y los muy tardíos del Mugaret-el Aliya, en Tánger y los
de Haua Fteath, en Cirenaica. La industria Musteriense aparece sólo
en las zonas costeras de Marruecos con yacimientos como el de Kifan
bel Gomari y Taforalt, en Argelia, con el de Retaima en Marruecos y
en Túnez con los de Sidi Zin; Ain MIrotta; Ain Meterchen; Sidi
Mansur. Es importante el de El Guettar, en Ued Akarit (Túnez), donde
la industria Musteriense se desarrolló con un clima más fresco y
húmedo que hoy, favoreciendo a una flora de selva mediterránea con
fresnos, olmos, cipreses, álamos blancos, etc... Sin embargo, no
tenemos para fechar el Musteriense más referencias cronológicas que
las que da el Ateriense, cultura típica del Norte de África y del
Sahara y que se desarrolló a continuación como una etapa especial y
perfeccionada del Musteriense en el África del Norte. Muy importante es señalar que el Musteriense alcanza sólo las regiones mediterráneas que van de Túnez a Marruecos. No penetra en el Sahara y no ofrece hasta el presente yacimientos hacia el Este que lo enlacen con Palestina y las industrias musterolevalloisienses del Valle del Nilo. Además, su tipología antigua le enlaza con el Musteriense europeo de puntas talladas con finos retoques, que está representado por la tipología que ofrecen los yacimientos franceses de La Ferrassie y l'Ermitage y, en general, el Musteriense centroeuropeo, como el que vemos en Ehringdorf, en Alemania, y no con el Musteriense de Palestina y Siria, que ha sido paralelizado con el llamado Musteriense típico europeo, tipo La Quina nivel 3 y Hauteroche estratos 4 y 5. Por ello, cabría pensar que el Musteriense norteafricano fue una penetración desde nuestro continente europeo a través del sur de Italia y Sicília cuando los niveles marinos bajaron al máximo y, tal vez, pudieron ser atravesados a pie seco los estrechos de Sicilia, pues no parece existió nunca comunicación a través del estrecho de Gibraltar, donde el mar ofrece mucha mayor profundidad. Luego, la cultura musteriense tuvo en el Africa del Norte larga duración, prolongándose con la llamada cultura Ateriense, simple y tardía evolución del Musteriense y que debemos atribuir también al hombre del Neanderthal.
La larga perduración del Ateriense le permitió alcanzar formas muy evolucionadas, sobre todo hacia Marruecos septentrional y también por el extenso Sahara desde el Atlántico al Nilo. Un clima cada vez más húmedo favoreció su expansión según se ha podido comprobar por los análisis polínicos de algunos yacimientos, como el de In-Eker en el Ahaggar, donde el pino de alepo, el cedro atlántico y los arbustos mediterráneos, como el celtis afr. australis, nos aseguran que cuando se desarrollaba la industria Ateriense un bosque de árboles y un manto de sabana húmeda cubrió lo que hoy es absoluto desierto. El mismo paisaje forestal, ciertamente muy diferente al actual, nos lo aseguran otros yacimientos aterienses gracias a los análisis polínicos realizados recientemente. Así el Od-Djuf-el-Djemel hacia la parte desértica de Marruecos, donde los fresnos, pinos y otros árboles y arbustos nos muestran la extensión de un tipo de selva mediterránea en las zonas hoy muy esteparias o desérticas, la cual sólo se ha conservado en pequeñas áreas del más alto Atlas y del Rif.
Fue en Marruecos y en el Sur del Sahara donde los aterienses perduraron más. Seguramente, sólo al final del cuaternario son eliminados de las zonas del tell norteafricano por el homo sapiens, que introduce la cultura de hojas del Oraniense o Iberomauritano. En el Sahara meridional aún debieron perdurar mucho más, a juzgar por la belleza y evolución de las numerosas estaciones que esta cultura nos ofrece. Sin embargo, no es posible aún precisar con seguridad si fueron, como parece, los neolíticos quienes eliminaron e hicieron desaparecer a los últimos neanderthales del ateriense de aquellas regiones o si se habían extinguido ya al llegar esta nueva etapa cultural. Hasta el presente faltan yacimientos con clara estratigrafía u otros datos cronológicos que aclaren esta cuestión.
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