TARTESSOS BEREBER

 
                                                     

EL ESTADO ACTUAL DE LA INVESTIGACIÓN DE

LA PREHISTORIA DEL NORTE DE ÁFRICA Y DEL SAHARA.

 

  ALMAGRO BASCH, Martín. Instituto de Estudios Africanos, Madrid.

 

 

 

 

 

LA INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA Y LA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL ÁFRICA DEL NORTE

 

El Paleolítico Superior y el Mesolítico norteafricanos

Entre tanto, los hombres de Neanderthal y su industria ateriense fueron poco a poco eliminados por una nueva población que desarrollara la cultura oraniense en toda la región costera, desde la Cirenaica y el golfo de Gabes al sur del Marruecos atlántico, con algunos yacimientos esporádicos hacia el interior, como Colunnata aún en el tell y Bu Saáda el Hamed ya en la zona esteparia casi desértica. Se caracteriza la nueva industria lítica por su gran progreso sobre todas las culturas anteriores. Nos ofrece hojas con sección triédrica; hojas puntiagudas, medias lunas, hojas triangulares obtusas y escalenos. Son puntas para javalinas y puntas de flechas para arcos. La proporción de estos tipos ayuda a establecer la cronología y evolución de esta cultura. Se han podido precisar bien tres etapas en su tipología y desarrollo: El Oraniense 1 o industria llamada del "Horizonte Colignon" El Oraniense II, y el Oraniense III, ya desarrollado durante el Mesolítico pleno y el Neolítico.

 

El Oraniense es en conjunto una cultura con industria mediocre. Se desarrolla sólo en el tell. No tiene arte, pero sí ofrece algo de industria de hueso, aunque muy simple, pero, eso sí, más que el Capsiense Típico, aunque menos que el Capsiense Superior, culturas que describiremos más adelante y al lado de las cuales vivieron los hombres de la raza llamada de Afalu-bu-Rhumel o de Mechta el Arbi, que fueron los creadores del Oraniense o Iberomauritánico. Su gran modernidad frente a lo que se había supuesto queda probada por el Carbono 14 en la Cueva de los Pichones, de Taforalt (Marruecos), donde se han conseguido fechas en los siguientes estratos, todos con industria del Oraniense II:

Nivel II 8850 ± 400
Nivel VI 10120 ± 400
Nivel VIII 8850 ± 400
Necrópolis 9950 ± 240

 

Así, hoy, es prudente fijar que esta cultura Oraniense debió comenzar su desarrollo en el Magreb antes del 10000. El período denominado "Horizonte Collignon" o sea, el Oraniense I se debe suponer se desarrollaría entre el 12000 y el 10000 a. de J. C. El Oraniense II entre el 10000 y el 7000 y el Oraniense III iría del 7000 al 4000 a. de J. C. Así, entre el 12000 y el 4000 a. de J. C. se desarrollaría la cultura Oraniense en Argelia mediterránea y Marruecos.

 

Luego, hacia el 4000 a. de J. C., más o menos, penetra el neolítico matizando y transformando esta cultura. Estas fechas son aún en gran parte problemáticas y esperan ser fijadas con mayor exactitud, pero vienen aconsejadas por las fechas citadas de los niveles del Oraniense medio de la.cueva de los Pichones, en Taforalt, y, sobre todo, por las culturas de hojas de las regiones de Cirenaica y el mismo Egipto, con las cuales se relaciona el Oraniense, aunque cada zona geográfica de Africa del Norte ofrezca indudablemente una gran personalidad durante el Paleolítico Superior.

 

Hoy sabemos bien que desde estas regiones orientales, Tripolitania, Círenaica y Egipto, es de donde llegaron los homos sapiens, que penetran siguiendo la costa hasta llegar a la región de Casablanca. En Cirenalca tenemos esta cultura de hojas en la cueva de El Dabba, que se desarrollaba hacia el 14000 a. de J. C. Luego, aún más cercana tipológicamente al Oraniense, es la industria lítica de hojas de Haffet el Tera, en la misma región, fechada antes del 12000 a. de J. C. y sobre todo Haua Fteath cuyos niveles, XVIII a XI, muestran todo el desarrollo de esta cultura en la región donde el llamado por Mac Burney Proto-Oraniense nos muestra allí las etapas finales del Paleolítico Superior en aquella región. Del 17000 al 8000 se han podido fechar los citados estratos.

 

También, la penetración de estos homo sapiens desde Palestina se nos ofrecen en los yacimientos de Turah, Heliópolis y Abu Guwair, en Bajo Egipto, y, sobre todo, en las industrias líticas que se han podido diferenciar y fechar en la región del Alto Egipto, sobre todo en Kom-Ombo.

 

Unas y otras nos muestran los contactos con las tradiciones de la industria lítica levalloisiense de la región. Unas más acusadas son más personales en sus tipo y evolución. Otras menos se acercan más al Oraniense I del "Horizonte Collignon" Se distinguen en Kom-Ombo el Silsiliense, que se ha fechado en el 16000 a. de J. C. y que parece relacionarse con la industria de hojas hallada cerca de Wadi Halfa, ya en el Sudán, igualmente datada por el Carbono 14 hacia el 16000 a. de J. C. Es la más cercana al Oraniense.

 

Por el contrario, el llamado Menchiense recuerda más la industria de tipo auriñaciense, de su lugar de origen, que fue Palestina. Luego aparece una industria de hojas truncadas llamada Sebekiense, parecida grandemente al Anteliense de Siria y Palestina. En Kom-Ombo se la puede fechar poco antes del 12000 a. de J. C.


Pero la industria que más se generalizó por todas aquellas regiones fue el Sebiliense, que ofrece tres etapas cada vez más influidas por el microlitismo, que se han denominado y fechado- con el Carbono 14, así: Sebiliense I, del 14000 al 12000 a. de J. C. El Sebiliense II, del 12000 al 10000, y Sebiliense III, del 10000 al 9000 a. de J. C.

 

Esta industria pudo nacer del Mustero-levalloisiense de la región, como opinaron Viguard y miss aCtom-Tompson, pero es más lógico relacionarla con una aportación del homo sapiens fósil mediterráneo cuyos restos fósiles han sido hallados recientemente en Argin, cerca del Wadi Halfa con vestigios de este paleolítico superior evolucionado, el cual debió penetrar hacia Abisinia y el Africa Central. Los restos fósiles de estos hombres han sido ya definidos como eritroides o Proto-Caucasoides, rama del hombre afromediterráneo que filológicamente llamaremos protocamítico, base de la población que veremos actuar en todo el Africa del Norte, con diferencias culturales y mixtificaciones étnicas, sobre todo con los negros. Estos ya aparecen en la época que nos toca historiar. En realidad cada día aumenta nuestra información para poder reconstruir la historia lejana de la región no sólo en lo que se refiere a los restos humanos fósiles hallados, sino también a los vestigios conservados hasta nosotros de la cultura material de aquellos tiempos.

 

De ese mundo cultural que nos refleja la industria lítica de hojas con acusada tendencia al microlitismo cada vez mayor, debió nacer la cultura capsiense que se presenta ya formada y en plena época geológica actual, no mucho antes del 6000 a. de J. C. en que aparecen fechados sus más antiguos yacimientos, como señalaremos a continuación. Su dispersión queda bien situada en la región de la Cirenaica, al Sur de Túnez y en el S. E. de Argelia, sin llegar en el Magreb a la región costera, donde el Oraniense sigue su desarrollo. El origen del capsiense es aún hoy enigmático. Por una parte, el microlitismo que lo caracteriza se nos ofrece ya abundante en las etapas más avanzadas del Silsiliense y del Sebíliense. También aparece en la cueva de "Haua Fteah", de Cirenaica, antes de aparecer el Neolítico. En el Sahara sólo tenemos el yacimiento de Raggan, que Fitte, Dunville y Vignar consideraron como capsiense, atribución que ha sido rechazada recientemente por Ph. Smith.

 

Los hombres que propagan el capsiense eran de tipo diverso a los de la raza de Mechta el Arbi. El hombre capsiense lo define el tipo de Ain Dokkara y el de Khanguet el Muhaad. Eran mediterráneos que habían adquirido ciertos -caracteres negroides, aunque podemos saber poco de su raza por utilizar sus huesos para fines diversos, lo cual hace muy raros los hallazgos antropológicos útiles para poder definir bien el pueblo capsiense.

 

Llegan hacia el 8000 a. de J. C. a las costas de Cirenaica, y hacia el 7000 al sur de Túnez y Argelia con una cultura ya formada: hojas de tipo auriñaciense, formas gravetienses y, sobre todo, microlitos geométricos.

Su característica es la rapidez de su expansión y de su desarrollo. Hoy se pueden definir bien tres etapas. Primero se nos ofrece el Capsiense Típico, al cual sucede enseguida el Capsiense Superior y a éste el Neolítico de Tradición Capsiense. La cultura Capsiense tuvo un éxito fulminante. Llegó formada. Tiene arte desde sus comienzos, como nos lo muestran los huevos de avestruz y las piedras grabadas que aparecen en los yacimientos.

 

Parece que ya en la etapa del Capsiense Superior alcanza la Argelia occidental, creándose incluso una facies llamada el Keremiense, que no es sino una rama del Capsiense Superior. Otras grandes facies regionales se van pudiendo establecer, como el Inteergetuloneolítico hacia Túnez; el Tebesiense en la región de Tebesa; el Setifiense hacia Setif ya en la zona del actual desierto; el Tíariense, grupo lateral del Capsiense Superior, ya en la zona desértica del Tiaret, en el Atlas argelino. Para datar el desarrollo y expansión de esta cultura tenemos más datos precisos que para orientarnos sobre su origen. Citaremos algunos yacimientos de tipología bien definida y datados por el Carbono 14.

 

El-Mekta (Túnez) con su industria del Capsiense Típico, o sea, de la primera etapa evolutiva de esta cultura, se ha datado por el Carbono 14 en 6450 ± 400 años a. de J. C. Ofrecía entonces el interior hoy desierto de Túnez un paisaje más húmedo, como lo prueban los análisis polínicos que nos aseguran una gran extensión de la Phillyrea media. Otras fechas para esta misma etapa cultural nos las ofrece el yacimiento de Bostal Fakher (Túnez) con dos pruebas de Carbono 14 que ha dado las fechas del 5650 ± 200 y 4980 ± 200 a. de J. C. Confirmándonos cuanto venimos exponiendo sobre el desarrollo de esta cultura. Así puede establecerse que desde algo antes del 6500, hacia el 7000 a. de J. C. llegaría la cultura capsiense al sur de Túnez y S. E. de Argelia ya formada, iniciando su desarrollo y expansión rápida por todo el sur del Atlas argelino y marroquí, pero sin penetrar hacia el "tell" mediterráneo.

 

Luego, se desarrolla la etapa segunda de su creación tipológica que se denominaría Capsiense Superior. Este ha podido fecharse en el yacimiento de Khanguet el Muhaad (Argelia) en el 5350 ± 200 a. de J. C. y en el de Dra-Mta-el-Ma-el-Abiot también del desierto argelino en el 5050 ± 200 a. de J. C. Allí se nos ofrecía entonces una flora típica que denuncia una mayor humedad. Crecían alrededor del yacimiento los bosques de pinos de Alepo, de cedros y de robles (Quercus ilex). No es de extrañar que en un Sahara de praderas de sabanas húmedas viviera toda una fauna abundante de gacelas, variados antílopes, búfalos, toros salvajes onagros, elefantes, hipopótamos y rinocerontes, jirafas, avestruces y demás animales que sólo se nos ofrecen hoy en las sabanas del borde de las regiones centrales del continente. Los hombres capsienses cazaron abundantemente estos animales y se extendieron por grandes áreas de lo que hoy es desierto.

 

Cabe suponer con fundamento que fueron orillando a los continuadores de la cultura ateriense que seguramente pertenecían a la raza de Neanderthal y que poco a poco dan paso a una población de hombres más o menos blancos de tipo sapiens mediterráneo norteafricano como nos los denuncian los citados cráneos de Ain Dokkara y de Khanguet el Muhaad. Pero la realidad es que nos faltan hallazgos antropológicos que nos den más segura precisión sobre la raza de los pueblos blancos que se expanden por todo un Sahara entonces suficientemente regado para ser habitado por el hombre.

 

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