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EL ESTADO ACTUAL DE LA INVESTIGACIÓN DE LA PREHISTORIA DEL NORTE DE ÁFRICA Y DEL SAHARA.
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ALMAGRO BASCH, Martín. Instituto de Estudios Africanos, Madrid. | ||
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LA INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA Y LA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL ÁFRICA DEL NORTE
El tránsito del Neolítico a la Edad del Bronce en el Magreb Para la mejor comprensión de las últimas etapas de la cercana Prehistoria del extenso Sahara y de todo el Magreb en general, es preciso volver a analizar los últimos períodos prehistóricos de la región septentrional, períodos en los cuales el elemento indígena derivado de los iberomauritanos u Oranienses de Marruecos y Argelia Occidental y de los capsienses más cercanos al tell en Argelia Oriental y Túnez, inician con el neolítico la recepción de elementos culturales y étnicos llegados por el Mediterráneo, tanto desde las cercanas tierras del sur de España como desde el sur de Italia y sus islas meridionales.
Hoy podemos asegurar que el Neolítico antiguo y reciente de Marruecos y del Oranesado parece proceder en gran parte de España y se puede aún con mayores datos afirmar que mientras se desarrollaba el neolítico en el Magreb ha llegado a esta región el conocimiento de la metalurgia 0 ¡más bien podríamos decir la importación de objetos de bronce y otros muchos elementos culturales traídos por hombres mediterráneos. Representan claramente la llegada de colonizadores de raza mediterránea mesocéfalos o subdolicocéfalos que también importan la oxidiana procedente de las islas volcánicas del sur de Italia. Eran gentes de menor talla que los de la raza de Mechta-el-Arbi. Sus descencientes del tipo de los mediterráneos, gráciles, con cabellos y ojos más claros que el resto de la población norteafricana, se establecen en el tell y hoy son patentes, sobre todo entre los pueblos del Rif y de la Kabila.
Los introductores de estas corrientes culturales mediterráneas excavaron sus enterramientos en las rocas de la región de Túnez, formando grandes necrópolis del mismo tipo que las de Sicilia, como Castelluccio y otras de la Italia meridional. Se llaman hanut, plural hauanet, y son un elemento característico de la Prehistoria de Túnez y Argelia oriental. Nos ofrecen puertas bien talladas en la roca, llamadas "biban". Ante estos monumentos y los restos conservados de sus ajuares, es preciso rectificar, frente a lo sostenido por Gsell y sus seguidores, la tesis de que no hubo Edad del Bronce en el Magreb. Además de tan claros elementos culturales de esta edad, vemos a estos mismos hombres mediterráneos introducir los dólmenes por toda la Berbería, tal vez pasándolos desde España. Aún hoy son denominados con su nombre en beréber, basina (Kerkur o Redjen en árabe), y forman parte del paisaje agreste a veces desolado del Norte de África. Con estos monumentos han llegado los puñales de cobre con lengüeta para el enmangue de tipo ibérico, como el de Cap-Chemogua, las hachas de bronce y las alabardas, también de tipo ibérico, los ya citados vasos campaniformes, etc... ; toda esta corriente civilizadora debe fecharse a lo largo del segundo milenio y continué tal vez ya a comienzos del primero, mientras se desarrollaba en la Península Ibérica el Bronce II hispano. Finalmente del Sur por el Sahara y por los contactos marítimos, llegan también los carros de combate que exigen conocimientos de la metalurgia del bronce. Eran arrastrados por caballos, que son los primeros de estos animales que penetran en la región. Sabemos que el caballo no entró en África hasta la invasión de los indoeuropeos hrikos en Egipto hacia el 1700 a. de J. C., por lo tanto, sólo después ya avanzado el segundo milenio han podido llegar estos animales al lejano Occidente y al Sahara.
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