TARTESSOS

 
                                                     

EL ESTADO ACTUAL DE LA INVESTIGACIÓN DE

LA PREHISTORIA DEL NORTE DE ÁFRICA Y DEL SAHARA.

 

  ALMAGRO BASCH, Martín. Instituto de Estudios Africanos, Madrid.

 

 

 

 

 

LA INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA Y LA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL ÁFRICA DEL NORTE

 

Las colonizaciones históricas en el Magreb

Finalmente, conocemos la colonización de los griegos en Cirenaica y de los fenicios y los chipriotas desde Trípoli a Mogador, realizada en el último milenio a. de J. C. Llegaron con sus pacotillas a comerciar en el litoral norteafricano. Mas tarde fundaron ciudades y ejercieron un Potente influjo con el conocimiento de la metalurgia del hierro. El más representativo e influyente de estos centros urbanos, focos de la nueva cultura, fue Cartago. Gran potencia mediterránea llegó a rivalizar con Roma, la cual, destruida Cartago, heredó en África la obra iniciada por los fenicios y griegos.

La obra de estas ciudades convierten el Norte de África en un país cada vez más acusadamente ligado a la historia del "Mare Nostrum". A ello colabora grandemente el avance de la continua desecación del Sahara, que vive sus últimos momentos de esplendor vital a partir del año 1000 a. de J. C. y luego va más y más convirtiéndose en la inmensa área estéril actual. Por otra parte, los países mediterráneos habían alcanzado un gran desarrollo de la navegación debido al mejor trabajo de la madera y al descubrimiento de la brea o pez para calafatear los navíos. Gracias a estos adelantos técnicos los comerciantes y colonos griegos y púnicos fueron incorporando más y más todo el Magreb a la historia del Mediterráneo, a cuya vida se vincula tras Roma. Su dominación, al menos nominalmente, la continúan los vándalos y Bizancio, pero sobre todo fueron los árabes los verdaderos transformadores y unificadores de esta inmensa región.

Quien más influyó en el Norte de África fue Roma, cuyo pujante imperio, ya en los finales del siglo in y los comienzos del siglo II a. de J. C., vence y elimina a Cartago. Hereda la continuidad y potencializa la obra que venían representando las colonias griegas costeras de la Cirenaica, las fenicias desde las Sirtes a Mogador e incluido el vacío que deja la herencia del poderío púnico. Así, el Norte de África llegó a tener un carácter mediterráneo con reyes númidas que aspiran a ser soberanos helenísticos y se impregnan en lo posible de latinidad. Pero sólo el "tell" norteafricano llegará a aportar valores sustanciales a la cultura latina, pues tal carácter lo llegaron a ofrecer sólo las ciudades y fue obra de los ciudadanos, soldados y magistrados romanos.

 

La población indígena, sobre todo hacia el Sahara, quedó al margen de cuanto culturalmente representó la romanización y sólo militarmente se sostuvo la obra de Roma desde sus comienzos.

La historia no es explícita en la exposición de todo este fenómeno histórico. Sabemos, sin embargo, de las duras expediciones de Cornelio Balbo el 32, 30, 28 y 21 a. de J. C. contra getulos y garamantes, por cuyas victorias recibió, el año 19 a. de J. C., el honor del triunfo en el Capitolio de Roma.

 

El año 3 de la Era otro cónsul romano, Possienus Rufus, vuelve a recibir el mismo honor, pues estos pueblos del desierto que los romanos no nos describen nunca, habían saqueado Aisuras (Zanfur), y de nuevo el 5 y el 6 Cossius Cornelius Lentulus vuelve a atacar y vencer a los getulos rebelados contra Juba, rey númida instrumento de la romanización. El imperio romano fundó ciudades y absorbe territorios para los colonos y conforme se asienta la obra de Roma en el África del Norte, quedan sustancialmente eliminados los pueblos indígenas, los cuales huyen hacia el sur o son orillados en los montes y comarcas aisladas del Magreb, sin recibir gran influjo de la nueva cultura que la romanidad representa. Así nos traspasarán y conservarán hasta nuestros días sus lenguas prerromanas y muchos de sus tradicionales elementos culturales a través de las épocas posteriores por las que atravesará este país dominado por vándalos y bizantinos y luego por el islamismo, al cual se incorpora tras la conquista árabe.

 

Es evidente que el pueblo indígena del Magreb prerromano, del que casi nada sabemos, mantuvo su cultura ancestral y se enraíza en el inmenso Sahara, cada vez más estéril y más refractario a los influjos mediterráneos, que primero Cartago y luego Roma representaron en su historia. El hábitat humano de todo el África del Norte se fue ciñendo más al tell tunecino y argelino, mientras la desertización se agudiza más y más, desarrollando después del siglo v, con la caída de Roma y la ocupación de los germanos vándalos y luego de los bizantinos, parte muy importante de la historia del mediterráneo, pero con los árabes se desvincula de Europa y se une espiritualmente al Oriente Medio, cuna de la islamización y del arabismo.

 

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