En la Prehistoria durante miles de
años, según refiere HAYES en la E. U. I., Tomo 33 (1988, 1000):
"...
los núcleos de población se agruparon ante todo alrededor de las madres,
pues las mujeres por su condición más sedentaria cultivaban con sus
hijos los campos constituyendo, por tanto el protoplasma de la vida
social..."
Y
PIRENNE, (1982, 44): "En el grupo humano es sobre todo la madre la
que aparece esencialmente como fuente de toda vida, de un modo
particular en esa época en que la unión conyugal no existía de modo
estable."
[Su expresión "como fuente de toda vida"
referida a la madre, expresa la creencia arcaica de que la mujer sola
creaba al nuevo ser, se creía que la reproducción era asexuada, no
intervenía el varón, se realizaba por partenogénesis / virginal /
hermafrodita / agámica / afrodita ( afrodita = sin cooperación del sexo
masculino, E. U. I., Tomo 3 (1988, 231)].
Entre la madre y los hijos existirían lazos
muy fuertes mientras no existía vinculación varón-mujer, ni vínculos
entre el padre e hijos. La razón principal estaría basada en el hecho de
que el varón desconocía ser padre de sus hijos, según seguimos leyendo
en E. U. I., Tomo 33 (1988, 1001): "... el sociólogo escocés (Mac
Lennan) parte del supuesto de que la incertidumbre de la paternidad fue
lo único que determinó la fase matriarcal." (Son múltiples los
testimonios existentes que corroboran la afirmación del desconocimiento
de la paternidad en época antigua, por lo que se creía que la mujer era
madre virgen).
La familia matricéntrica compuesta por la
madre y los hijos formaba una unidad económica autosuficiente: la madre
proporcionaba los alimentos vegetales y los hijos los de la caza o
pesca, por lo que era muy grande la influencia femenina en la sociedad.
Ella desempeñaba el principal papel en el terreno económico, regía la
estructura social y ejercía el poder.
Al principio todas las sociedades habrían
pasado por una primera etapa de matrilinealidad. Al respecto afirma
MORGAN, (1987, 127): "Allá donde la descendencia se sigue por la
línea femenina como lo era universalmente en el período arcaico... y
cuando la descendencia sigue la línea masculina -a la cual pasó después
de la aparición de la propiedad-...".
Y continuó perviviendo instituciones
matriarcales a principios del nacimiento de los Estados, entre ellos la
herencia al trono por vía matrilineal, lo que pone de relieve la
presencia del matriarcado arcaico.
Confirma HAWKES y WOOLLEY (1977, 225):
"Ahora bien, se ha dicho ya que sobrevivían huellas de descendencia
matrilineal y hasta de matriarcado en las civilizaciones egipcia y
cretense...”..."De hecho, se siente la tentación de convencerse de que
las primeras sociedades neolíticas, en cuanto abarcaron de tiempo y de
espacio, otorgaron a la mujer la más alta condición que jamás haya
conocido."
Y declara el historiador BRIFFAULT:
"...existen pruebas que sustentan la opinión de que las antiguas
sociedades estatales poseían instituciones matrilineales inmediatamente
antes e inmediatamente después de alcanzar la categoría de Estado".
Así que en la Prehistoria y en algunas
regiones todavía a principios de los tiempos históricos, estuvo vigente
una sociedad matriarcal pacífica (virginal) en la que lo femenino jugaba
el principal papel en el mundo social: las mujeres ejercían su autoridad
sobre sus descendientes matrilineales reunidos en tribus independientes:
ejercía el poder político, económico y religioso. Según LAVIOSA (1959,
67): "En las más antiguas culturas agrícolas, mandan sin ninguna
traba las mujeres: la gran madre incluso tiene a sus servicio una corte
de doncellas, hijas, nietas, parientes, etc."
Vivían en plácidas comunidades sin guerras
porque la autoridad era ejercida legítimamente por descendientes
matrilineales de la Madre Ancestral / Diosa que había dado origen al
pueblo. Y así se aceptaba la legitimidad de una Reina para ejercer el
poder, sentarse en el trono (descendientes virginales de la Diosa
Trono), impartir Justicia (con sus atributos la corona y el cetro),
cuando había recibido el derecho por vía matrilineal y virginal
(asociadas a las constelaciones Virgo, Libra y Corona).
Todavía a principios de los tiempos históricos
existe evidencia de que las tribus (matrilineales) independientes,
estaban bajo el gobierno de una Soberana legítima (matrilineal) y se
asociaban con otras para tratar cuestiones públicas, políticas y
religiosas en Confederaciones democráticas de ciudades-estado (dodecápolis).
Lo corrobora diferentes testimonios como los numismáticos y toponímicos
(si queréis otro día aporto cientos de datos desde la Prehistoria).
Se reunían en Asambleas presididas por una
Reina Sacerdotisa Suprema que presidía el Consejo y en el que
participaban y votaban delegados de las ciudades-estado. Se reunían en
un Santuario para celebrar fiestas en las que solicitar a la Diosa que
ejerciese su función de Protección sobre los campos para que produjeran
ricas cosechas y los asegurase contra las inclemencias del tiempo, así
como para impartir justicia y celebrar ferias comerciales.
Sin embargo a pesar de que desde el inicio de
la cultura humana la mujer había ejercido el poder político, religioso y
económico, en un momento dado se la desplazó del ejercicio del poder y
de la actividad productiva, se la relegó a segundo plano y empezó a
desempeñar un papel subordinado, se produjo la evolución de la familia
matriarcal e implementación de la patriarcal y a la vez que la sociedad
modificó sus actitudes pacíficas y emergieron conductas violentas y
guerreras.
Varios son los factores que explican la
pérdida del poder femenino y la sustitución de la familia matriarcal por
la patriarcal. Factores interactuando entre sí y en retroalimentación
sistemática entre todas las variables que produjeron el paso del
matriarcado al patriarcado.
Para ilustrar uno de estos factores contaré
una anécdota de infancia que me contó un investigador en cultura celta,
llamado Fernando ARROYO. Él narra (2000): "En cierta etapa de mi
niñez, la pandilla del barrio en que vivía era liderada por una chica
(con diferencia la más inteligente de todo el grupo). Durante esa etapa
nos dedicamos a actividades lúdicas de tipo intelectual básicamente
(relatábamos historias, realizábamos interpretaciones teatrales, etc.),
y ello sin menoscabo de otros juegos o actividades de tipo deportivo.
Ocurrió que cuando ya crecimos un poco, uno de
los chicos del grupo descubrió un fatídico día de discusión que
desembocó en enfrentamiento, que era más fuerte (físicamente) que la
señorita. Ese día el pequeño gran hombre pasó a liderar la pandilla y,
desde entonces, las cosas no volvieron a ser como antes: Juegos bélicos,
fútbol y más fútbol, peleas, rivalidades absurdas, gamberradas...
.... "Y esto no es un alegato feminista y
pelotero que trate de menospreciar al hombre, pues hombre soy al fin y
al cabo y comprendo perfectamente cuáles son mis defectos y virtudes, y
consciente soy de lo desacertado de las generalizaciones, pero si mis
comentarios sirven para subir un poco esa autoestima a la que alude
Francisca para las mujeres, pues satisfechísimo quedo con ello."
BIBLIOGRAFÍA
ARROYO, Fernando. (2000):
Arroyo, subir autoestima. E-mail enviado al foro de mitologias@elistas.net
el 15 de julio (donde cuenta anécdota de su infancia).
http://www.eListas.net/lista/mitologias/archivo/indice/28/msg/33/
HAWKES y WOOLLEY (1977, 225):
Prehistoria y los comienzos de la civilización. Historia de la
Humanidad. Desarrollo Cultural y Científico. Tomo 1. Editorial Planeta,
S. A., Barcelona
LAVIOSA (1959, 67): Origen y destino
de la cultura occidental. Ediciones Guadarrama, S. L., Madrid
MORGAN, Lewis H. (1987, 127): La
sociedad primitiva. Editorial Endymión, Madrid
PIRENNE, Jacques (1982, 44): Historia
del Antiguo Egipto. Volumen I. Ediciones Océano-Éxito, S. A., Barcelona

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