LA OTRA TARTESSOS

 
                                                     

 

LA ENERGÍA DE LA GRAN MADRE,

EL AMOR Y SU COLINA.

 

 

  Soliman Orta - Tartessio y Atlandalús Universal.

 

 

 

 

Música

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A Todas las Madres y Mujeres.

11 de Marzo de 2006


Las verdades tradicionales, como los hechos tradicionales, incumben a la Historia y a la Geografía "sagradas", y deben ser tomados y comprendidos más allá de la "muralla del hecho profano". Su naturaleza y sus filiaciones les hacen escapar a la investigación miope de las ciencias históricas que bastante quebradero de cabeza tienen ya para dar cuenta de los períodos anteriores a 5000 años.

René Guenón.
 

En la Prehistoria durante miles de años, según refiere HAYES en la E. U. I., Tomo 33 (1988, 1000):

"... los núcleos de población se agruparon ante todo alrededor de las madres, pues las mujeres por su condición más sedentaria cultivaban con sus hijos los campos constituyendo, por tanto el protoplasma de la vida social..."

 

Y PIRENNE, (1982, 44): "En el grupo humano es sobre todo la madre la que aparece esencialmente como fuente de toda vida, de un modo particular en esa época en que la unión conyugal no existía de modo estable."

 

[Su expresión "como fuente de toda vida" referida a la madre, expresa la creencia arcaica de que la mujer sola creaba al nuevo ser, se creía que la reproducción era asexuada, no intervenía el varón, se realizaba por partenogénesis / virginal / hermafrodita / agámica / afrodita ( afrodita = sin cooperación del sexo masculino, E. U. I., Tomo 3 (1988, 231)].

Artículo "Del Matriarcado al Patriarcado" de Francisca Martín-Cano Abreu

Foto: Rio Guadiamar en su entrada al Coto de Doñana. Amanece en Tartessos.

 

"Vente conmigo a vivir en una choza ... en un río llena de rosas y jazmín"

Canción "Andalucía". Interprete "El Barrio".

 

La Metafísica del Recuerdo Distante me hizo recordar a la Madre, Madre Divina, Madre de Amor, Madre Tartessos, que con su arrullo y amor me tradujo la eterna Canción ...

 

"... mi vida tras una pluma y tras mi pluma una letra, ...

que si no duermo miro al cielo y si no sueño me despierto"

La energía de la Madre me llegó desde una lejana estrella  y cristalizó en una piedrecilla en forma de corazón.

Hubo un día en que desencarné y esa piedrecilla la dejé en tu Túmulo que me vio nacer, vivir y morir. Con tal energía aprendí y refulgí a esa forma amorosa que mi Madre me enseñó a sentir. Fue depositada para que alguien la recogiera. 7500 años después ese alguien fui yo mismo. En cuanto la cogí, Te reconocí, Madre.

Después de muchas idas y venidas desde la Conciencia Distante heme aquí recordando ... el hoy se ha sembrado en el ayer.

La energía de la Madre fue “impregnada” en esa piedrecilla en forma de corazón para que se cerrara el ciclo: Yo soy Tu, Madre.

Es más importante la Vida y el Amor de la Madre, que asiste a todas las madres con su arrullo, su bondad, su amor filial y grandiosa ternura, en el día a Día, amor-Amor, que el resto de las liturgias y teúrgias que la representan.

 

En una colina artificial olvidada, sembrada de olivos, y encima de trigales de trigo verde, emerge la muy primordial y antigua Colina de la Gran Madre, situada junto a la cuenca del actual río Guadiamar, en el Aljarafe sevillano. Guadi Amar, Amar de una Madre, en nuestra Andalucía del Alma, Siempre.

 

Que sea así olvidada, respetada y muy venerada por milenios

La colina de la Gran Madre, con su forma de Óvulo Sagrado, de Útero gigante, fecundo y vivificante, es un canto a nuestra muy primordial Cultura proto-tartéssica, atlante y prehistórica canción de arrullo, de llantos infantiles y de esperanzas olvidadas.

Sea este pequeño artículo un memorial a aquellas madres que nos dieron la Vida y el Amor.

La Energía del Amor en nuestra Historia Tártéssica.

“El hallazgo fundamental de la ideación de la Diosa fue concebir un concepto totalizador capaz de integrar sin fisuras el macrocosmos y el microcosmos. Como ente asimilado a la fisiología femenina y a su rol maternal, la Diosa no sólo tenía la capacidad partenogenética y nutricia que la señalaban como causa y sostén del universo, sino que ofrecía un cuerpo cósmico, cual útero, en cuyo interior se gestaban todos los estados del ser como un continuum. La muerte y la vida se sucedían como la noche al día, eran complementarias e inevitables, dando lugar a una existencia sin fin. Ninguna formulación religiosa posterior ha sido tan holística, inteligente y tranquilizadora como la Diosa. Ningún dios varón, por muy Dios Padre que se haya erigido, ha tenido ni tendrá jamás la capacidad de integración y de evocación mítica de la Diosa”.

(“Dios nació mujer”- de Pepe Rodríguez )

 

Sea el Amor.

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