TARTESSOS |
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TARTESSOS Y EUROPA
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Miguel Romero Esteo | ||
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25. De los tartesios borrosamente imperiales a lo largo de los desiertos del
Sáhara
Y siguiendo para abajo, pues lo dicho. Los prototartesios tiempos que ya no tan proto-tartesios pues van desde el 2000 antes de Cristo hasta -y para abajo- el 1230 no menos antes de Cristo, o final de los proto-tartesios y comienzo de los tartesios ya históricos con el asunto de los teresh o tartesios en la primera embestida de los eurooccidentales y oceánicos pueblos del mar contra Egipto. Lo que ibero-peninsularmente, en el tal tramo de unos siete siglos y medio, hay que destacar es el inicio de la cultura argárica con el vidrio como invento y las borrosas granjas de avestruces -y que más bien muy civilización de pequeñas ciudades amuralladas, no meramente una muy prehistórica cultura de aldeas, que es lo que se sigue diciendo- y que en tomo al año 1800 antes de Cristo. Y un siglo después, hacia el 1700 aproximadamente, comienza el gran esplendor de la refinadísima y cultural mente proto-europea civilización minoica en la pre-griega gran isla de Creta, a mitad del Mediterráneo oriental.
Pues siguiendo cronológicamente para abajo, hacia el año 1640 a.C. irrumpen de
invasores en Egipto los bárbaros y
refinados hiksos que no se sabe muy bien de dónde vienen. Y de unos sesenta años
después, pues lo dicho, en tomo al año 1500 a.e. aproximadamente, son al menos
algunas de las muchas inscripciones de alfabeto tartesio grabadas en peñascos o
piedras al arrimo de los anchos y navegables ríos norteamericanos. De los
enigmáticos hiksos pues se venía diciendo académicamente que el nombre era una
palabra egipcia para significar gentes pastoriles o cosa parecida. Con lo que,
y apresuradamente, se los hacía provenir del misterioso Cáucaso, en mera
deducción pues muy alegre. Y a vivir, que son cuatro días. Ahora lo que de hikso
se dice es que el nombre es fonética versión griega -muchas fuentes con
respecto al remoto Egipto vienen de los greco-egipcios papiros que escritos
griegos- de una palabra egipcia que significa reyes de
países extranjeros o cosa parecida. Lo de países extranjeros es un plural que
lleva a que etnias varias de un rey imperial. Ya no se dice que los hiksos
provenían del misterioso Cáucaso porque ha quedado claro que entraron en Egipto
por el sur, por los desiertos de la Nubia, al arrimo ya del Sudán, y con muchas
nubias tropas mercenarias. En fin, que se apoderaron
de casi todo el Egipto, y en el brazo más oriental del delta del río Nilo
fundaron su hiksa capital: Avaris. Con nombre que inevitablemente suena a
iberos, que las homofonías son así. Ignoro si es por esto por lo que en los
lingüísticamente semíticos de las mediterráneas tierras colindantes -los
idumeos, los amorreos- la palabra iberes significaba gentes occidentales. Y de
antes de que se les echaran encima los filisteos y los hebreos, y los
desplazaran de la tal costera zona pre-palestina hacia muy tierra adentro. Con
los hiksos llegaron a Egipto los caballos tirando de ligerísimos y veloces
carros de guerra, especie de pequeñas plataformas con ruedas de bronce -ruedas
de radios, no macizas claro está- y los caballos pues a galope. De. hecho, lo
que llegó con los hiksos fue más bien una gran revolución tecnológica. Y
cultural: refinados instrumentos musicales. En fin, una larguísima serie de
innovaciones agrícolas y técnicas. Lógico si tenemos en consideración que lo de hiksos lo que a
fin de cuentas significa es imperiales. Y que un imperio siempre tiene mucho de
tecnológico y cultural esplendor, e incluso demasiado.
Resulta curioso que los no menos imperiales heteos -así en la Biblia, o hititas
en europea jerga protohistoriadorapues que llegaron a las egeo-anatolias costas
-la ahora Turquía asiática- en paralelo con lo de llegar a Egipto los hiksos y
no menos imperialmente a lo que parece. Y proviniendo del danubiano ámbito
centro europeo y sus alrededores. O eso es lo que se viene diciendo, no sé si
porque también asoman con caballos, y la doma del caballo pues se la viene ahora
remitiendo no ya y locamente a las estepas del Asia Central, sino que al ámbito
danubiano. Y por lo de las manadas de caballos blancos y salvajes -Herodoto al
respecto- en el río Hispanis, ahora el ucraniano río Bug. O no tan salvajes. Que
al arrimo de los escitas agricultores y labradores. Ignoro si en los
iberoescitas hispanos -antepasados de los celtíberos, Estrabón al
respecto- originados los tales escitas de los blancos caballos, o si no. También
ignoro si lo de la Avaris capital hiksa hace en Egipto referencia a los
peninsulares e hispanos everos o avares, que iberos en suma. Pero sin tampoco
olvidar que en la finalmente caucásica lengua evera o avara hay un lingüístico
substrato turcoide, lo mismo que en la lengua de los sumerios mesopotamios que
escriturariamente en una más o menos
borrosa conexión con los hispanos onubenses de los alfabetos pre-iberos o
fragmentos cerámicos en el Museo Arqueológico de Huelva. Por otra parte, yo
estoy en que el substrato urálico-turcoide muy bien pudiera ser el más primitivo
substrato lingüístico en el proto-tartesio sur de la Península Ibérica. Al
respecto la tartesia ciudad de Bassilipo -ahora El Arahal sevillano- en la que
lo del Bassa- pues llevando al asunto proto-turco de bajá o
pachá. O así el
paisaje. O en fin, que a los heteos o hititas les llaman los hiksos anatolios a
veces. O que a los hiksos pues les llaman los heteos norteafricanos. Y
valga que a los heteos o hititas iconográficamente los egipcios les cubren las
cabezas con pañuelos al estilo árabe, que nada del Danubio. Por otra parte, y
curiosamente, los faraones hiksos reciben, algunos al menos, el nombre de Apopi.
Y acaso por esto les resultaron tan odiosos a los egipcios, y no pararon hasta
quitárselos de encima, hacia el año 1530 antes de Cristo, aproximadamente,
cuando a punto ya casi de reventar el doble volcán en la minoica y pre-griega
isla de Tera, y casi a punto ya también de asomar en los anchos y navegables
ríos norteamericanos las ya dichas inscripciones tartesias insospechadas. En
concreto, lo de los hiksos faraones Apopi pues remite en directo al muy
demasiado previo Apopis, el gran demonio en los remotos tiempos de los egipcios
dioses y diosas, y que gran demonio muy anti-egipcio. En los murales egipcios -y
no sé si incluidas pinturas en papiros- el tal demonio de las tinieblas era una larguísima y negrísima gran serpiente de muchas cabecitas, y acuática y
navegante. Yo estoy en que en el tal demoníaco gran Apopis muy bien pudiera
estar el no menos muy navegante dios Poseidón, y de
hispana raza negra, y que el genealógico origen del asunto del tartesio Gerión y
sus geriónidas en el extremo oeste mediterráneo, o en su extremo euro-oceánico.
O sea, que a los egipcios el nombre de Apopis en los forasteros reyes hiksos pues debía sonarles como
que a cuerno quemado, un nombre infernal.
Pero el asunto va de que no menos yo estoy en que, en plan de imperiales de no
se sabe dónde, los hiksos imperialearon lo suyo -muchísimo- a lo largo de todo
el larguísimo gran desierto del Sáhara. Y como que un larguísimo y tentacular
brazo de imperiales tropas que, desde el ámbito del estrecho de Gibraltar
fueron gradualmente internándose en el Sáhara. Y de lo cual las muchísimas y
saharianas pinturas rupestres en las que, y en paredes de roca o peñascos,
uniformados guerreros en ligeros carros de guerra tirados por caballos, o al
trote o al galope. Y que en desmadre tartesio y paralelo con lo de las tartesias flotillas de naves atravesando por entonces el
Atlántico y dejando tartesias inscripciones a orilla de los norteamericanos
ríos. A veces acompañadas de inscripciones en la numídica escritura -la llamada libia, lo dicho- del noroeste africano mediterráneo-atlántico en las ahora
tierras de Argelia y Marruecos, y cosa que implica un imperialeo afro-europeo,
o tartesio-afro. Y el sahariano y tartesio desmadre hikso pues no menos en
paralelo con el posterior desmadre del karkedonio e hispano Annón -también ya
en plan de proto-tartesios oceánicos, o ya meramente tartesios más bien- con
respecto a circunnavegar el inmenso continente africano desde el estrecho de
Gibraltar hasta arriba del Océano Índico, e irle al mismo tiempo fundándole
serie interminable -el periplo de Ofelas al respecto- de estratégicos enclaves
portuarios de escala y aguada a lo largo de todas sus larguísimas y oceánicas
costas africanas. Paralelos desmadres. Pues bueno, y desde la hiksa capital A
varis, todo parece apuntar hacia que los pre-caucásicos avares peninsulares muy
bien pudieran ser el grupo hegemónico en los asuntos tartesios para la tal
época. Con lo de la Avaris como un vascoide Ava-iris para significar la
ciudad ava o apa en sentido de ciudad-cabeza o ciudad-madre. Y en la línea de los tartesios topónimos en -apa tan
iberoides -así, la Hastapa, en la que se reunían los terminales reyezuelos
tartesios- y en los que a veces el tal apa pues no va sólo de sufijo sino que se
lo antepone a veces en plan de prefijo. O en fin, que a los tales imperiales hiksos borrosamente tartesios y afro-hispanos, y con los argáricos del vidrio
metidos en los tales asuntos, pues se les ocurrió, para apoderarse del riquísimo
Egipto, sorprenderlo por la puerta trasera, indefensa, el desierto de Nubia en
el nilótico sur de Egipto, y tras previamente haberlo intentado con flotillas de
naves transmediterráneas por la puerta principal, el mediterráneo delta del Nilo. Algo asoma de esto en fuentes egipcias previas. Y que a falta de opción
mejor, los egiptólogos pues lo remiten a inmigrantes asiáticos de la
asiática costa limítrofe -luego filistea, o sea, palestina- y que asentándose en
el brazo oriental del delta. Exactamente donde luego los hiksos fundan su Avaris como ciudad capital. Y a propósito del
iris vascoide metido en el Avaris,
pues el asunto de las palabras de lengua vasca metidas en la faraónica lengua
egipcia. Por ejemplo, berri y para significar pues lo mismo que en la lengua
vasca: nuevo. En fin, valga el no menos detalle de que Apopis Awoserre es el
nombre de un caudillo hikso coronado de faraón. Exactamente el mismo nombre
que el Apopi Auserra de la copa que, con su jeroglífica escritura, exhumada
arqueológicamente en la granadina y
costera Almuñécar, la pre-romana y etruscoide Sexi. O colonial hija. Que en la etrusca lengua lo de hija es del sexi el significado.
No sé si habría que decir que el asunto de los previamente hiksos y ligeros
carros de guerra tirados por caballos a galope y con ruedas de bronce -y el
asunto remite hacia donde pudiera haber muy mucho bronce, o sea, mucho estaño
fácil, o sea, pues al oceánico ámbito tartesio- vuelve a asomar unos cuantos
siglos después en los meshesh chechenoides que, con los iniciales tibios
mediterráneo-orientales, y con los teresh o tartesios, y demás pueblos del mar
tanto si oceánicos
como si meramente mediterráneo-occidentales, pues lo dicho, se confabulan en
sistemáticos ataques contra Egipto. Y yo
tengo para mí el que tan pueblos del mar como los otros son los meshesh o
massienos. Y no menos los tibios que en plan de una más o menos variante de los
massienos o mastienos. Y lo son en tanto que desde las mediterráneas costas
iberopeninsulares y en sus flotillas de naves -como sus demás anti-egipcios
camaradas- navegaron hasta la norteafricana costa colindante con Egipto y allí
se asentaron. Con el asunto
pues remitiendo hacia el magno enclave portuario de la Mastia de los tartesios
y sus mastienas o massienas gentes. Con sus costeros y mediterráneo-iberos
camarada tibios en las ahora costas malagueñas. Los tibio-phoenikes en el massaliota periplo del siglo VI antes de Cristo, o no sé si el VII. O los libio-poenes
en el sentido de los libio-bástulos. Los tales ataques libio-massienos contra el
Egipto, confederados con los pueblos del mar e incluidos los teresh o tartesios,
consiguieron su objetivo más tarde: así los libios faraones hispanoides
Smendes y Osorkón en el siglo XI antes de Cristo -tras llegar los dorios con el
hierro a las tierras de Grecia, y se dice ahora que desde la
mediterráneo-occidental isla de Cerdeña- y al comienzo del siguiente siglo X
pues libiomassieno el gran faraón Sheshonq, y poco después de que al hebreo rey
Saúl el mozo David -luego el gran rey David- le regalara pálidos los falos de
unos cien mozos filisteos, y así como quien no quiere la cosa, y entre si tocar
o no tocar el arpa. O sea, los salmos.
Con o sin tener en cuenta que, con lo de los eurooccidentales libios y
massienos -finalmente colindantes con el mediterráneo Egipto y como recuelo de
los hiksos previosy en fuentes egipcias relativas a la hiksa época, por entre
los borrosamente euro-occidentales hiksos imperiales asoman como mercenarias
tropas de élite unos enigmáticos hiperi o hiperu a los que se los viene
considerando los hebreos -previos o no previos al escaparse de Egipto con el
gran Moisésy que con nombre calcado del ibere para significar occidentales en
las semíticas -idumeos, amorreos, etcétera- lenguas de la zona. O en este caso,
significar más bien eurooccidentales. Y al respecto, las homofonías de
enigmáticos nombre bíblicos -en la genealogía previa a Abraham- con no menos
enigmáticos e ibero-peninsulares nombres -topónimos, etnónimos- muy
tranquilamente pre-romanos. O en fin, que en la lengua georgiana los imperiales
hititas son los
hishen y arrimados a lo de los hiksos imperiales.